Sesento GarcĂ­a, L. (2021). Estrategias de aprendizaje en estudiantes de nivel medio superior. Aula de Encuentro, volumen 23 (1), Investigaciones, pp. 123-139

APRENDIZAJE BASADO EN EQUIPOS EN QUÍMICA GENERAL: BASES TEÓRICAS E INVESTIGACIÓN

ESTRATEGIAS DE APRENDIZAJE EN ESTUDIANTES DE NIVEL MEDIO SUPERIOR

LEARNING STRATEGIES IN STUDENTS MIDDLE UPPER LEVEL

Sesento García, Leticia1

Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo,
leticia.sesento@umich.mx

Recibido: 09/01/2020. Aceptado: 29/03/2021

RESUMEN

El objetivo del presente trabajo es conocer el tipo de estrategias de aprendizaje que utilizan estudiantes del Colegio Primitivo y Nacional de San Nicolás de Hidalgo. Es una investigación transversal, descriptiva y correlacional. Se manejó una muestra, conformada por 378 estudiantes inscritos en segundo y cuarto semestre de educación media superior en el ciclo escolar febrero/agosto 2020. La investigación fue realizada mediante la aplicación del Cuestionario de Evaluación de las Estrategias de Aprendizaje para Estudiantes Universitarios (CEVEAUPEU). Los resultados obtenidos son los siguientes: el 2.9% tienen estrategias regulares de estudio, el 75.4% cuenta con buenas estrategias de estudio y finalmente el 21.7% tiene excelentes estrategias. A partir de los resultados obtenidos, se puede concluir que los participantes demandan mayor conocimiento y utilización de las estrategias de procesamiento y uso de la información EEP (agrupado) relacionadas con la búsqueda, selección, procesamiento y uso de la información.

PALABRAS CLAVE: estrategias, estudiantes, nivel medio superior.

ABSTRACT

The aim of this work is to know the type of learning strategies used by students of the Primitive and National College of San Nicolás de Hidalgo. It is a cross-cutting and descriptive investigation. A sample was handled, consisting of 378 students enrolled in the second and fourth semesters of higher middle education in the February/August 2020 school year. The research was carried out through the application of the Evaluation Questionnaire of Learning Strategies for University Students (CEVEAUPEU) of Gargallo, Suárez-Rodríguez and Pérez-Pérez (2009). The results obtained are as follows: 2.9% have regular study strategies, 75.4% have good study strategies and finally 21.7% have excellent strategies. From the results obtained, it can be concluded that participants demand greater knowledge and use of strategies for processing and using (grouped) EEP information related to the search, selection, processing and use of information.

Keywords: strategies, students, upper-secondary level.

INTRODUCCIÓN

Quizá una pregunta que ha recobrado mucho interés es ¿Cómo aprenden los estudiantes? La posible respuesta a este interrogante nos remite al análisis de las denominadas estrategias del aprendizaje, las cuales son las formas individuales y de carácter subjetivo que realiza cada estudiante en su proceso de formación académica. Las estrategias del aprendizaje definen en mucho el éxito o el fracaso de cada alumno, sobre todo de aquellos que del nivel de educación secundaria pasan a “convertirse” en estudiantes universitarios. De ahí la importancia que tiene este tópico.

Desde un punto de vista teórico, las estrategias de aprendizaje se conceptualizan como acciones o métodos mentales que desarrollan los estudiantes intencionalmente durante su proceso educativo con el propósito de facilitar el mejor desempeño académico (Beltrán. 1993). Si bien son de manera intencionada, sin embargo, estrictamente hablando muchas acciones de tipo cognitivo se realizan de manera inconsciente. El estudiante del nivel de secundaria, normalmente continúa con los mismos procesos de aprendizaje. De tal modo que al llegar a la universidad no varía muchas de ellas. Las estrategias se diferencian de los métodos y técnicas de aprendizaje (Beltrán. 2003). Las técnicas tienen que ver con la puesta en práctica de las operaciones mentales en relación con asuntos de aprender (por ejemplo, la atención. la comprensión. y la adquisición), las técnicas son acciones operativas. Entre los procesos y técnicas se hallan las estrategias, las cuales no son tan perceptibles como las técnicas, ni tan escondidas (por ejemplo, organizar la información para percibir el significado). Son un tipo de decisiones cognitivas adecuadas en relación con un asunto explícito, en el momento pertinente. El uso de estrategias de aprendizaje involucra al estudiante que tiene determinado plan de acción.

Cuando el estudiante sabe lo que hay que hacer para aprender, lo hace, y lo controla, para continuar aprendiendo en forma continua y permanente. Las estrategias de aprendizaje comprenden un conjunto de recursos y procedimientos cognitivos utilizados por los estudiantes durante el aprendizaje y son dependientes directamente de otros factores disposicionales y motivacionales que envuelven acciones de planificación, control y supervisión, además de que ayudan a reconocer un aprendizaje significativo y efectos académicos satisfactorios (Ben-Eliyahu y García, 2015). Pero el uso de estos recursos y procedimientos cognitivos son utilizados por un porcentaje menor de estudiantes. La mayoría de ellos llegan a las aulas universitarias sin adquirir aun elementos estratégicos que los ayuden a tener un mejor aprendizaje de cada uno de los contenidos curriculares.

DESARROLLO

Desde hace algunos años, se han hecho enormes esfuerzos en los ambientes educativos sobre la aplicación y conocimiento de las denominadas estrategias de aprendizaje. Expresiones como: enseñar a pensar, aprender a aprender, aprender a pensar, y otros conceptos, nos instalan ante una de las líneas de investigación fundamentales dentro del aprendizaje escolar en estos últimos años y, también, con la práctica cognitiva en el estudio del asunto de aprender. Iniciaremos por conceptualizar qué es una estrategia de aprendizaje. las estrategias y las tácticas circunscriben motivaciones, métodos y decisiones que finalizan requiriendo destrezas (Genovard, 1990).

Podríamos decir que estrategia son tácticas que simbolizan el esfuerzo que los estudiantes tienen que hacer para resolver, concebir y adoptar la información que acumula en el proceso de enseñanza-aprendizaje (Tay, 2013). Son los trabajos que comprueban para suministrar sentido a la información. Se poseen otras sistematizaciones de las estrategias y se puede apreciar que la generalidad de las sistematizaciones encierra los trabajos que se pertenecen a destrezas de tipo cognitivo y las que se pertenecen con las de tipo cordial (Gagne y Driscoll, 1988). A pesar de la complejidad que con lleva el análisis de los tipos de destrezas de aprendizaje que cada sujeto realiza a lo largo de su proceso de formación, autores como Gargallo (2009), toman en cuenta tres dimensiones coherentes con el aprendizaje: voluntad, capacidad y autonomía (querer, poder y decidir). Estos tres elementos son del orden cualitativo y de la subjetividad de cada estudiante, por lo tanto requieren de una metodología más cualitativa para llegar a comprender estos procesos más de carácter íntimo.

La clasificación de Gargallo y otros investigadores, une dos tipos de estrategias: (1) las que instalan en camino el proceso de aprendizaje y ayudan a conservar el esfuerzo (motivacionales, cordiales, metacognitivas, reconocimiento de contexto e interacción y dirección de recursos); y (2) las estrategias afines con el proceso de la información, aspecto necesario en la sociedad actual (investigación, elección, proceso y aplicación de la información). El estudio de las estrategias de aprendizaje adquiere especial notabilidad a partir de la Reforma Integral de la Educación Media Superior (RIEMS) implementada en 2011. La RIEMS indica que a los estudiantes deben ser competentes para el aprendizaje autónomo. Este aprendizaje requiere que conozcan y manejen otras habilidades, por ejemplo, motivarse, planear, tomar decisiones, organizar información e inspeccionar el contexto de estudio (Secretaría de Educación Pública, 2011).

Lo anterior, como consecuencia de una nueva mirada de la educación contemporánea, en la cual el elemento importante es el estudiante. Desde la perspectiva de Beltrán (1998), el aprendizaje demanda un tipo de reajuste y organización de varios factores como la estimulación, las creencias, el discernimiento previo, las interacciones, la nueva información, las destrezas y las estrategias. De tal forma que a los estudiantes les corresponde diseñar planes, reconocer el progreso, manejar habilidades, así como otros recursos mentales para conseguir sus metas.

Las estrategias de aprendizaje no sólo forman la capacidad de aprender y reaprender problemas, sino que esto en sí mismo comprende el desarrollo intelectual del estudiante, la potencialización de sus habilidades, entendiéndose éstas como organizaciones flexibles e idóneas de ser reformadas y desarrolladas. En el ámbito académico, las estrategias de aprendizaje adquieren varios formatos como: ensayo, elaboración, organización, control de la comprensión e incluso de tipo afectivas, y meta cognitivo. Éstas conllevan a que los estudiantes se conviertan en “… autónomos, independientes y autorregulados, capaces de aprender a aprender” (Díaz-Barriga y Hernández, 2007:233).

Papel del docente en el desarrollo de estrategias

Los docentes de nivel medio superior en su mayoría consideran que los estudiantes aprendieron a usar estas estrategias los años anteriores de su formación. Por ello, manera independiente del grado escolar que enseñe, les corresponde hacer un diagnóstico sobre qué estrategias saben manejar para desarrollar su aprendizaje, o bien enseñar estas estrategias a sus estudiantes para que asimilen de forma autónoma los contenidos.

Es importante que las estrategias sean enseñadas de manera similar que los contenidos curriculares de cada asignatura, o bien, en reuniones de clase esencialmente elegidas para ello. Antes de eso, el educador debe conocer las teorías que se han expresado en el área de la psicología, para mostrar cómo autorregulan su aprendizaje los estudiantes. Encontrarán que no existen consensos al respecto, sino diferentes propuestas teóricas que ellos habrán de desarrollar de acuerdo a sus preferencias. A continuación, revisaremos el concepto de aprendizaje autorregulado y rendimiento académico.

Aprendizaje autorregulado y rendimiento académico

El aprendizaje autorregulado es esa inquietud, ese poder o motivación que debe albergar en el alumno y llevarle a buscar siempre la mejor estrategia a la hora de estudiar para conseguir la mayor eficacia en su estudio y ser un alumno eficaz y eficiente. El constructo de aprendizaje autorregulado puede definirse como el proceso donde los estudiantes activan y sostienen cogniciones, conductas y afectos, los cuales son orientados hacia el logro de sus metas, o como el proceso a través del cual las actividades dirigidas por metas son instigadas y sostenidas, produciéndose todo ello de forma cíclica y potenciando aprendizajes en cada estudiante (Zimmerman, 2000).

En la actualidad se viene demandando en el estudiante el uso de estrategias cognitivas que les permitan continuar aprendiendo para toda la vida y también estrategias de autorregulación de su propia conducta, que los constituya en sujetos más eficientes en este mundo cambiante y lleno de transformaciones. La reafirmación de estas habilidades puede ayudar a los niños en demostrar un desarrollo positivo en la vida temprana.

El aprendizaje independiente, autorregulado o, autónomo de los estudiantes en el aula proporciona un marco teórico que comprende cuatro fases y cuatro áreas para exponer cómo sistematizan los estudiantes su aprendizaje. Las cuatro fases son planeación, monitoreo, control y reflexión. En la primera fase, el estudiante planea, establece metas u objetivos, y activa su conocimiento del contexto, el texto y sobre sí mismo. En la fase dos, el estudiante muestra que tiene conciencia metacognitiva y monitorea su cognición o aprendizaje. En la etapa tres, elige la estrategia cognitiva y sistematiza otros aspectos del contexto, de la tarea y de sí mismo. Finalmente, hace juicios y recapacita sobre el contexto, la tarea y sobre sí mismo. En fases viven cuatro espacios en las que consigue suceder la autorregulación: cognición, motivación o afecto, conducta y contexto. Estas fases no son jerárquicas, consiguen acontecer de forma semejante y dinámica.

Zimmerman (2000) plantea un modelo para exponer cómo se autorregula el aprendizaje. En este modelo la autorregulación tiene tres fases: previsión, desempeño, control y autorreflexión. En la fase de previsión el alumno prepara la atmósfera para lo que va a aprender. Los más autorregulados o autónomos tienen perspectivas objetivas, se trazan metas con efectos determinados, e identifican el mejor procedimiento para maximizar los medios de éxito en una tarea de aprendizaje individual. En la segunda fase, que ocurre durante el proceso de aprendizaje, el estudiante utiliza estrategias determinadas como, por ejemplo, preguntarse: ¿Qué puedo realizar para no distraerme? En la última fase, cuando concluyen la tarea de aprendizaje, los estudiantes autónomos o autorregulados recapacitan para autoevaluarse.

En cambio, para Diez (2014), existe una tercera perspectiva que se basa en la teoría de procesamiento de la información. Su modelo contiene cuatro fases: entender la tarea, fijar metas y planear como alcanzarlas, poner en práctica estrategias y adaptarse meta cognitivamente a estudiar. En la primera fase, el alumno se forma una percepción de la tarea a partir de la información que consigue del contexto, de su práctica y sus conocimientos previos. En la segunda fase, desarrolla metas y planes. En la tercera fase, elige y maneja estrategias. En la fase cuarta, monitorea y valora las discrepancias entre lo que se planteaba como meta y lo que logró. Este modelo admite que las fases se efectúen en forma periódica, al tiempo que el estudiante monitorea, nota diferencias y acomoda su plan o sus estrategias para auto regular su aprendizaje.

Estimular a los estudiantes para que sean autónomos en su aprendizaje, posibilita percibir cómo se autorregula el aprendizaje. De esta manera, se requiere conocer cuáles son las estrategias que ya manejan los estudiantes y cuáles no. Esto se consigue alcanzar a través de una herramienta de evaluación de uso de estrategias. Además, es sustancial saber si el bajo rendimiento académico de unos estudiantes corresponde con la carencia de uso de estrategias adecuadas o se debe a otros componentes. El rendimiento académico es el nivel de eficacia en el logro de los objetivos curriculares para las diferentes asignaturas y se formula mediante una calificación o promedio, algunos lo llaman rendimiento escolar (Navarro, 2003).

Numerosos estudios señalan que las estrategias de aprendizaje se relacionan directamente con la calidad del aprendizaje y admiten identificar los orígenes del nivel de rendimiento de los alumnos (Beltrán, 2003). Suele ocurrir que dos estudiantes con igual potencial intelectual, igual motivación y receptores del mismo tipo de instrucción, cuenten con un rendimiento diferente debido a que manejan estrategias de aprendizaje totalmente diferentes.

En numerosos estudios se investiga la relación entre las estrategias de aprendizaje que los estudiantes reportaron utilizar y su rendimiento académico, representado por las calificaciones obtenidas en el semestre previo al desarrollo del estudio (Carles, 1994). Las preguntas de investigación son: ¿Cuáles son las estrategias de aprendizaje que utilizan estudiantes en determinada asignatura? ¿Cuál es la relación entre estrategias de aprendizaje que utilizan los estudiantes y su rendimiento académico en alguna asignatura?

Para Saldaña (2014), la adquisición de habilidades y competencias ayudan el uso estratégico del conocimiento como parte fundamental de la formación profesional; por ende, es papel de todo docente aclarar estrategias de aprendizaje en sus estudiantes y, de esta forma, originen el aprendizaje autorregulado. También, se observa que el pensamiento crítico y la autorregulación metacognitiva son las estrategias de aprendizaje de gran nivel; por consiguiente, acuden en correspondencia a las características con todos los dispositivos de la motivación, manifestando relación más fuerte con la motivación interna y la menos enérgica con reconocimientos de control. las estrategias perfeccionan la autodirección del aprendizaje, pero incumben de ser las convenientes para el estudiante. Estrategias como aprender, registrar ideas, estudiar, acentuar datos e investigar el significado de palabras, entre otros; optimizan la actitud emprendedora de los alumnos.

A continuación, analizaremos las estrategias de aprendizaje que utilizan estudiantes del Colegio Primitivo y Nacional de San Nicolás de Hidalgo (CPNSNH), perteneciente a la Universidad Michoacana de San Nicolás (UMSNH), ubicada en una zona centro urbana de Morelia con estudiantes de segundo y cuarto semestre. Este estudio se realizó durante el periodo de aislamiento social mayo del 2020.

Objetivo general

El objetivo del presente trabajo es conocer el tipo de estrategias de aprendizaje que utilizan los estudiantes del Colegio Primitivo y Nacional de San Nicolás de Hidalgo.

Método

Es una investigación transversal y descriptiva. Es transversal porque se recogió la información con un único tiempo. Es descriptiva porque se analiza, a partir del cuestionario aplicado, qué tipo de estrategias utilizan los estudiantes de este nivel universitario.

La muestra

Se manejó una muestra conformada por 378 estudiantes inscritos en segundo y cuarto semestre de educación media superior en el ciclo escolar febrero/agosto 2020. Fue una muestra no-probabilística. El muestreo por selección intencionada consiste en la elección, por métodos no aleatorios, de sujetos que se encuentran en determinado lugar, en determinado momento y deciden o no colaborar (Casal, Jordi y Mateu Enric, 2003). La muestra, por lo tanto, no es representativa y los resultados no se pueden generalizar a sujetos de otros contextos educativos. La edad de los sujetos oscila entre 15 y 18 años. El 72.8% mujeres y el 27.2% son hombres.

El instrumento de recolección de datos

La investigación se llevó a cabo a partir del Cuestionario de Evaluación de las Estrategias de Aprendizaje para Estudiantes Universitarios (CEVEAUPEU), instituido por Gargallo, Suárez-Rodríguez y Pérez-Pérez (2009). Consta de 88 reactivos organizados en dos escalas: (1) Estrategias afectivas, de apoyo y control; y (2) Estrategias relacionadas con el procesamiento de la información. Las escalas se subdividen en seis subescalas y 25 estrategias.

El cuestionario CEVEAPEU manejado ha sido validado en estudiantes universitarios españoles. En esta investigación se aprecia que, al ser utilizada con los estudiantes mexicanos del nivel medio superior, específicamente en el Colegio Primitivo y Nacional de San Nicolás de Hidalgo, solo el 46.59 % de los reactivos resultaron con una fiabilidad adecuada (a>0.7). Por ello, se cree que, para estos alumnos en específico, es preferible monopolizar una versión adaptada del instrumento. En el siguiente cuadro se puede apreciar con más claridad:

Estrategias motivacionales EEM (agrupado) 4.26

Componentes afectivos ECA (agrupado) 3.89

Estrategias meta cognitivas ESM (agrupado) 4.20

Estrategias de control del contexto, interacción social y manejo de recursos ECO 4.10

Estrategias de búsqueda y selección de la información EEB (agrupado) 4.05

Estrategias de procesamiento y uso de la información EEP (agrupado) 3.66.

Las respuestas del cuestionario estuvieron evidentes por los sujetos en una escala de tipo Likert, donde 1 indicaba Muy en Desacuerdo, 2 En Desacuerdo, 3 Indeciso, 4 De Acuerdo y 5 Muy de Acuerdo. El cuestionario fue contestado por los sujetos en un formulario Google drive. El cuestionario fue contestado por los sujetos en grupo, en su casa. Se les expuso el objetivo de la investigación y se proporcionó el tiempo libre para responder. En promedio, les tomó quince minutos llenar el cuestionario. Por lo tanto, se consideró que el cuestionario tenía amplias posibilidades de contestarse sin mayores contratiempos por cada uno de los participantes.

Análisis de los datos

El universo de la población estuvo compuesto por 378 estudiantes de los cuales 72.8% mujeres y la población restante fueron mujeres. Respecto a la escolaridad de los padres, los resultados que se obtuvieron fueron los siguientes: el 1.6% no tiene estudios, 7.4% cuenta con Primaria, mientras el 26.2% Secundaria, Bachillerato 31.2%, Licenciatura 25.1%, Maestría 6.1% y Doctorado 1.6%. El nivel de escolaridad de las madres es el siguiente: Sin estudios 1.1%, Primaria 8.7%, Secundaria 26.7%, Bachillerato 27.0, Licenciatura 29.1%, Maestría 6.7%. por otro lado, y en relación con las materias aprobadas y reprobadas de los estudiantes, se pudo destacar que:

PORCENTAJES

MATERIAS REPROBADAS Y ACREDITADAS

54.5%

No reprobó ninguna materia en extraordinario

17.7%

Reprobó solo una materia

9.5%

Reprobó dos materias

6.3%

Reprobó tres materias

6.3%

Acreditó solo cuatro materias

1.9%

Acreditó cinco materias

El porcentaje de materias acreditadas por parte de los estudiantes: el 69.8% no debe ninguna materia, mientras 17.7% debe 1 materia, el 7.4% 2 materias, mientras 1.6% debe 3 materias. El 1.9% tiene estrategias regulares de estudio, el 75.4% cuenta con buenas estrategias de estudio y finalmente el 21.7% tiene excelentes estrategias. De acuerdo a los resultados de este estudio se ha podido comprobar que los estudiantes que tienen mejores estrategias de aprendizaje suelen acreditar mayor número de materias, mientras que los estudiantes que aún no han desarrollado buenas estrategias de aprendizaje, suelen tener un número mayor de materias pendientes. Desde luego que hacen falta estudios más en profundidad para analizar la correlación entre las estrategias de aprendizaje (variable independiente), con el aprovechamiento o aprendizaje de cada estudiante (variable dependiente). En este estudio únicamente se abordó a las estrategias de aprendizaje con las materias acreditadas.

CONCLUSIÓN GENERAL

Los resultados permiten concluir que los participantes demandan mayor conocimiento y utilización de las estrategias de procesamiento y uso de la información EEP (agrupado) relacionadas con la búsqueda, selección, procesamiento y uso de la información, tan indispensables en esta época en la que excede la información, como resultado de los adelantos tecnológicos y científicos. Constituir ciudadanos que desenvuelvan una sociedad fundada en el conocimiento involucra, esencialmente, orientarlos en el uso eficiente de la información científica disponible. Para ello, el uso de estrategias apropiadas es esencial.

Los alumnos con deficiencias en las habilidades intelectuales específicas ya arraigadas desde la educación media superior, llegan a manifestar mayores dificultades durante la ejecución de las actividades específicas para la adquisición de elementos formativos; muestran una serie de dificultades al redactar, investigar, leer, analizar, y al relacionar la teoría con la práctica y adjuntamente se muestran también en las actitudes hacia el aprendizaje autónomo (Navarro, 2003). Uno de los propósitos educativos es fomentar el interés de los estudiantes por la investigación. Las nociones que caracterizan el pensamiento científico en los estudiantes son esenciales para lograr comprender los desafíos de la educación. Con el desarrollo de un pensamiento científico se logra que sean analíticos y críticos de los productos de las investigaciones obtenidas.

La noción de una enseñanza impartida en instituciones de educación superior, centrada en potenciar las estrategias de aprendizaje, aptitudes intelectuales, culturales, científicas, tecnológicas, humanísticas y sociales, además de la ciencia y la tecnología, sin duda abre más posibilidades formativas. Ello precisa un compromiso de los agentes educativos: docentes y estudiantes, quienes, desde sus respectivos espacios y contextos, tienen la posibilidad de incidir de manera decisiva en el logro de una potenciación de sus estrategias, capacidades y habilidades académicas (Ángela y Teresa Rodríguez, 2008).

Finalmente habría que destacar que el desarrollo o la inhibición de las estrategias de aprendizaje que cada sujeto posee, está en función de su historia particular, de su origen, de las limitaciones o posibilidades educativas que se traen desde el hogar. El estudiante llega al aula universitaria después de un largo recorrido y de una serie de experiencias, las cuales no son muchas veces óptimas para el desarrollo académico. Las condiciones de pobreza de muchos estudiantes los marca en un contexto que no ayuda a la formación académica de cada uno de ellos. Al contrario, las condiciones materiales suelen ser un obstáculo para un desarrollo más óptimo. Por otro lado, como ya se explicitó en párrafos anteriores, la escolaridad de los padres es un elemento que define en mucho el sentido que tiene la vida escolar de cada uno. La escolaridad de los padres conlleva otros factores importantes como el lenguaje de cada uno de ellos. Un aspecto que queda pendiente es continuar con este tipo de estudios, pero donde se avance en un estudio de tipo correlacional, de tal forma que se relaciones dos variables; por un lado, las estrategias de aprendizaje y, por la otra, el nivel de aprovechamiento de cada estudiante.

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