Arqueología y Territorio Medieval 26, 2019. pp. 115-138 I.S.S.N.: 1134-3184 DOI: 10.17561/aytm.v26.5
Epigrafía cristiana de Al-Andalus: mozárabe y latina
Christian epigraphy of Al-Andalus: mozarab and latin
Carmen Barceló*
Recibido: 14/01/2019 — Enviado a Evaluación: 18/01/2019 — Aprobado: 18/03/2019
RESUMEN
Recuento de las inscripciones latinas y bilingües latín-árabe hasta ahora conocidas, labradas por cristianos de la Península Ibérica bajo el gobierno islámico. Las inscripciones latinas se concentran en las ciudades y son escasas en las áreas rurales; en su gran mayoría son epitafios y apenas se registran sobre objetos litúrgicos. El trabajo analiza por primera vez la posibilidad de que pertenezcan a cristianos algunos epígrafes solo en árabe.
Palabras clave: Epigrafía árabe-latina, Península Ibérica, Edad Media, Siglos VIII-XII
ABSTRACT
The paper considers all the Latin and bilingual Latin-Arabic inscriptions carved by the Christians of the Iberian Peninsula under Islamic rule known until now. The Latin inscriptions are concentrated in the cities and are scarce in rural areas; the vast majority are epitaphs and only a few are carved on liturgical objects. It analyzes for the first time the possibility that some inscriptions in Arabic belong to Christians.
Key words: Arabic epigraphy, Latin epigraphy, Iberian Peninsula, Middle Ages, 8th-12th centuries
La cuestión que voy a desarrollar se incardina —creo que bastante bien— en el tema que sugería el título del encuentro «Los límites del alfabético y la visualidad de la escritura», base inicial de este trabajo1.
1. CRISTIANOS DE AL-ANDALUS Y EPIGRAFÍA
En la Edad Media el espacio geográfico del que me ocupo no tuvo fronteras estables a lo largo de más de cinco siglos. Es al-Andalus un topónimo, de origen desconocido y de etimología ajena a la lengua árabe, que entre los musulmanes designó las tierras de la Península Ibérica bajo su gobierno, desde su conquista el año 711 hasta el momento de la creación del reino de Granada en el siglo XIII.
Después de 1976, fecha de la publicación en España de la obra de Pierre Guichard titulada Al-Andalus (con subtítulo que concreta la tesis), el corónimo se ha ido imponiendo en los estudios sobre la Península Ibérica en su etapa medieval islámica, tanto en los que tratan de Arqueología, Arte e Historia, como en los lingüísticos y literarios que afectan a las comunidades musulmana, cristiana o judía. De este modo se han dejado de usar viejos términos nacionalistas del tipo “España musulmana”, “hispano musulmán” o “hispano-árabe”.
El grupo humano al que me referiré profesó la religión cristiana en al-Andalus. Aunque con las fuentes disponibles resulte imposible precisar su distribución espacial y mucho menos su número y composición, hay cierto consenso en situar en el siglo XII la etapa final de sus comunidades, salvo la que sobrevivió en la ciudad de Toledo hasta el siglo XIV. Así pues, su cronología abarca desde el siglo VIII hasta el siglo XII.
Es natural que inicialmente la lengua de la epigrafía producida en el seno de estos grupos cristianos siguiera siendo la latina. El corpus de (HÜBNER, 1871; 1900) recogió buena parte de las inscripciones realizadas en el territorio que he delimitado, sobre todo la Bética y la Lusitania, en la etapa islámica (siglos VIII-XII), pero su número ha aumentado tras los descubrimientos más recientes.
Un repaso de la amplia bibliografía sobre arqueología, arquitectura, arte y epigrafía latina de la Edad Media revela la falta de consenso para designar determinados objetos que se consideran influidos por la cultura islámica (edificio, inscripción, objeto litúrgico, trabajo artesano, etc.). Hay investigadores que le ponen la etiqueta de “mozárabe”, frente a los que discrepan en la eficacia de esta marca, sobre todo para referirse a las producciones norteñas, y proponen distinguirlas con un sencillo “obra de repoblación”. En cambio, para hablar de los epígrafes de los cristianos de al-Andalus, cuya procedencia y época coinciden con el tiempo de dominio islámico del lugar del hallazgo de la lápida, el único apelativo que se emplea es la voz “mozárabe”.
Entre historiadores, filólogos y cuantos se interesan por la historia de estos grupos de religión cristiana, el término mozárabe se divulgó a partir de la obra redactada por Francisco J. Simonet bajo el prisma de su pensamiento neocatólico. Se editó post mortem, corregida por Manuel Gómez Moreno (SIMONET, 1903). Su prometedor discípulo estudió después, desde su particular visión, la Arqueología y el Arte de las comunidades cristianas, bautizadas ya con el adjetivo “mozárabes”, vivieran o no en tierras gobernadas por musulmanes.
Desde entonces, es casi obligado que quien aborda cualquier faceta referida a los grupos cristianos de al-Andalus explique el adjetivo mozárabe; una justificación del sentido de la palabra que revela el grave problema que suscita este término, sea en el campo de la Arquitectura o en los del Arte, Arqueología, Historia, Epigrafía, Filología Latina o Dialectología romance. Con frecuencia, en esa aclaración el autor revela graves errores de concepto porque, aunque pueda ser experto en su campo, ignora la cultura, lengua y religión de los gobernantes de al-Andalus y se basa en bibliografía no especializada, obras de divulgación y citas indirectas de las fuentes árabes y latinas.
1.1. ¿Mozárabe o árabe?
Como es ya tradición, antes de proseguir dedicaré un instante a definir el término mozárabe, porque los idiomas de que hablaré aquí (latín y árabe) nada tienen que ver con la descarriladora definición que ofrece la Real Academia de la Lengua Española bajo la voz mozárabe y reproducen quienes estudian alguna de sus múltiples facetas. Para la institución normativa existiría una lengua heredera del latín vulgar visigótico, con elementos del árabe, que hablaban cristianos y musulmanes en la España islámica. Desde el punto de vista histórico resulta pasmoso el empleo de la noción “España islámica”. Desde un enfoque filológico y sociolingüístico sorprende que para definir una lengua se utilicen dos religiones y se considere que los gobernantes musulmanes hablaban la de sus súbditos cristianos. Lo que más sorprende es que la RAE diga eso después de dar la etimología correcta de la voz, que procede del gentilicio árabe musta‘rabī que significa ‘arabizado’.
Este término es el singular a partir del colectivo musta‘rab ‘cualquiera que hable árabe’; es el participio pasivo de ista‘raba, verbo que en diccionarios medievales árabes tiene por equivalentes ta‘arraba ‘arabizar’ y afṣaḥa ‘hablar o expresarse en buen árabe’. Dos glosarios peninsulares traducen musta‘rabī: uno por el latín arabicus, con la glosa catalana alcaraviat; el otro por arábigo, cosa de Arabia o de los árabes (BARCELÓ, 1997: p 254). De ahí que, si ‘mozárabe’ alude a una persona, indica que habla árabe.
Los estudios sobre esa pretendida “lengua mozárabe” que, según la RAE hablarían cristianos y musulmanes, se apoyan en voces de discutible etimología romance: unas son recreaciones en muy escasos poemas árabes de los siglos X-XII; otras son nomenclatura botánica de tradición clásica greco-latina citada por autores árabes; y otras son interpretaciones de la toponomástica peninsular medieval y moderna (BARCELÓ, 1999).
Asombra que para el estudio de las características de la lengua romance de los cristianos de al-Andalus no se utilice la información y los datos lingüísticos que desde la Epigrafía proporcionan o puedan proporcionar las inscripciones latinas.
2. INSCRIPCIONES LATINAS
Las lápidas grabadas con texto latino, halladas en Andalucía y datadas entre los siglos IX y XII, se fueron editando poco a poco desde que, en el siglo XVI, principalmente a partir de Ambrosio de Morales, se despertó el interés por descifrarlas. En el siglo XIX, la obra de (HÜBNER, 1871; 1900) recogió la mayor parte de las publicadas y conocidas; su número se amplió también con la obra de Simonet, que aportó algunas piezas nuevas de la zona malagueña. Estas y las ediciones de estudiosos como Fidel Fita para Toledo, Gómez Moreno para Granada y Samuel de los Santos para Córdoba han sido objeto de recientes acercamientos que plantean su estudio desde especialidades y posiciones diversas.
2.1. Estudios recientes
Así, una puesta al día de la epigrafía árabe vinculada a la rebelión contra los Omeyas de Córdoba de ‘Umar b. Ḥafṣūn, refugiado en las montañas de Málaga entre los siglos IX y X, pasa revista también a las inscripciones latinas de ese período. El trabajo no pretende hacer un inventario exhaustivo, de modo que sus conclusiones deberán ser refrendadas con un cotejo más completo de esas estelas. Con todo, se puede retener la idea expuesta por su autora de que en ambas producciones epigráficas, latina y árabe, “la confesión o el origen étnico eran menos determinantes que el prestigio personal y la posición económica y social de los difuntos” (MARTÍNEZ NÚÑEZ, 2014: p 66).
En tres artículos con perspectiva arqueológica sobre lo mozárabe (AZUAR, 2011, 2015, 2016), el autor observa que iglesias y cementerios apenas han dejado rastro arqueológico en las tierras de al-Andalus, al igual que los obligados objetos de la liturgia cristiana; de estos, solo ostentan epígrafe latino un candil de doble piquera, dos campanas y un aguamanil. Aunque las inscripciones latinas analizadas por Azuar sean solo una parte del total conocido, le permiten concluir que existe una tipología diferente entre los documentos epigráficos: frente a las tierras del sur, que reúnen únicamente leyendas funerarias, la frontera norte del califato concentra las fundacionales de iglesias, conventos y monasterios creados al otro lado de la línea del Duero (AZUAR, 2016: p 84, f. 3); es decir, la epigrafía latina de los reinos cristianos.
Se ha publicado un corpus de inscripciones medievales latinas de Andalucía, obra que supone un gran esfuerzo de puesta al día, aunque se limite a lo hallado en Córdoba, Málaga y Granada (GONZÁLEZ, 2016). Este muestrario es un claro ejemplo de lo que aún queda por hacer. A pesar de que apenas tiene en cuenta inscripciones sobre los llamados “objetos litúrgicos”, reúne sesenta epígrafes e incorpora en apéndice el estudio de una estela lusitana en latín y de una campana onubense en árabe. Falta justificar algunas ausencias y hacer crítica de los testimonios documentales proporcionados por Ambrosio de Morales que Hübner hizo suyos; también, corregir alguna omisión, porque el epitafio del obispo lusitano Julián (†991) no ha desaparecido, está en el MNA de Lisboa (N.º Inv. 2003.48.1); y aún más importante, descubrir mediante la crítica los falsos que pudieran haber sido introducidos en época ilustrada o posterior.
En todos los estudios realizados hasta ahora se concluye que los grupos cristianos de al-Andalus siguieron practicando los usos de la precedente época visigoda. En el terreno que nos incumbe ahora, se cita la costumbre de poner pequeñas lápidas de mármol sobre la sepultura, emplear en las inscripciones prototipos alfabéticos análogos a los presentes en estelas del siglo VII y valerse de las típicas letras latinas de los antiguos epígrafes.
2.2. Características externas
He podido conocer setenta y tres epígrafes con inscripciones en latín ya publicados (ver apéndice). He incluido cuatro inscripciones cordobesas, tres del siglo IX y otra del año 931, que recoge (HÜBNER, 1871: p.71 n.° 217, 218, p. 72 NÂș 219; HÜBNER, 1900: p. 104 n.° 460) (IHC 217, 218, 219, II 460)2 y aparecen en los códices usados por Ambrosio de Morales, quien a su vez las vio en las actas del martirologio cordobés. Desconozco las causas que motivan su exclusión de algunos listados de epigrafía latina-“mozárabe”.
He contabilizado con ellas dos estelas portuguesas, una pacense y tres epígrafes bilingües toledanos, además de un candil de bronce. He omitido del cómputo de las setenta y tres inscripciones estudiadas una estela mortuoria (adquirida, al parecer, en Almería) que se conserva en Granada (MAE N.º Inv. CE03948) porque todos la incluyen entre los epígrafes de la Marca Hispánica sin tener en cuenta el lugar del hallazgo (SANTIAGO, 2003: p 334 n.º 55).
Desde el punto de vista de la fecha y la procedencia, esas inscripciones latinas tienen una cronología amplia pero el hallazgo de su mayor parte se reduce al mapa andaluz. Ninguna ha aparecido en las tierras del Este peninsular, en las portuguesas del Oeste ni en las de Jaén; tampoco en Aragón, sur de Cataluña, zona murciana y centro peninsular. Dado que se trata de hallazgos fortuitos, quizá no se pueda especular con la razón o razones de que no aparezcan inscripciones latinas en estas regiones hispánicas.
La distribución espacial se circunscribe a Córdoba, capital de al-Andalus entre los siglos VIII y XI. Encabeza la lista con 51 ejemplares (70%), de los cuales 43 (84%) proceden de la ciudad y sus cercanías y ocho (16%) de localidades próximas. Le siguen diez losas reunidas en lugares cercanos a Granada (14%) y cuatro en la provincia de Málaga (6%). El Algarve portugués aporta dos (3%), la ciudad de Toledo tres (4%), y Sevilla, Badajoz y Huelva solo una (Gráfico 1)
Por lo que respecta a la data, en el número romano muchas inscripciones usan la letra Τ (capital o cursiva, trazada con una línea o barra horizontal encima) en lugar de la letra M. Es una particularidad paleográfica hispánica que empleó las griegas con valor numérico (LABARTA, BARCELÓ, 1988: pp 18-31). Los árabes llamaron ta’rīj al-ṣufr o fecha de aeris (latón) a la era hispánica, pero o solo se transcribe (al-ṣafar) o se traduce ‘era de los romanos’. Se siguió desde el siglo V hasta mediados del siglo XIV en unos territorios o del siglo XV en otros. A su cómputo, como es de todos sabido, hay que restar 38 años3.
Solo una estela está fechada en el siglo VIII (año 729). El grueso, con nueve que se incluyen en el IX (12%) y cincuenta en el X (69%), se reparte entre Granada y Córdoba, sobre todo. Hay ocho epígrafes datados en el XI (11%) y cinco corresponden al XII (7%), de los cuales tres proceden de la ciudad de Toledo. No se ha encontrado ninguna con data posterior a esa centuria. La información cronológica es coherente con los datos que facilitan los documentos históricos, que corroboran la progresiva desaparición de las comunidades cristianas (Gráfico 2).
Desde el punto de vista de los elementos externos referidos a la materia, formato y disposición del texto, el resumen que puedo hacer es el siguiente:
a) Ignoro la materia usada para grabar catorce estelas (19%), pues no la especifica el editor. Cuatro objetos únicamente llevan grabados los textos sobre bronce (6%). En las publicaciones que he consultado se indica el elemento pétreo de cincuenta y cinco piezas (75%).
Puede afirmarse que el mármol es la base principal elegida por los cristianos de al-Andalus ya que está presente en 44 estelas (60%), frente a once losas cuyo soporte es otro tipo de piedra: cuatro son de arenisca (5%), cuatro de caliza (5%), una de pizarra (2%) y dos de barro cocido (3%); solo en un caso hay discrepancia sobre el tipo de material (¿mármol, granito?). Es imposible decidir el motivo por el que se eligió un tipo de piedra u otro, ya que no hay mayor abundancia de uno u otro elemento según se haya producido el hallazgo en un medio ciudadano o en zonas campesinas (Gráfico 3).
b) Constan las medidas de 56 inscripciones solo, pero 26 —casi la mitad— son fragmentos. En general, las lápidas tienen forma más o menos rectangular o cuadrangular, sin dejar amplios espacios vacíos al pie del epígrafe, aunque alguna coincide con el que suele ser común entre las árabes destinadas a musulmanes (BARCELÓ, 1998: ff. 5, 6), cuyo campo inferior se destinaba al parecer a ser hincado en la cabecera de la sepultura. El formato se aviene a la hechura de la losa llamada balāṭa o rujāma en al-Andalus, cuya medida era un codo de longitud (45-50 cm) por dos tercios de codo de latitud (35-32 cm) (BARCELÓ, 1998: p 68).
Merece reseñarse el trabajo del tallista de una lápida cordobesa de 955 (apéndice n.º 22), que Gil tildó de falsa (GONZÁLEZ, 2016) tildó de falsa (GIL, 1981). En el mármol quedan las líneas trazadas para centrar el texto y las que sirvieron de topes de las letras. Sorprende que en el borde superior se grabara en árabe, con letras incisas de mediados del siglo X, la palabra ‘amal ‘obra’. También se lee la palabra árabe waŷh-hu ‘su rostro’, que podría responder a alguna jaculatoria final, al pie de la inscripción latina del epitafio de un hombre, llamado Domenicus, del que solo se conservan copias en yeso (apéndice n.º 60) (Figura 1)
De las treinta piezas completas, ocho epígrafes (27%) se acomodan a la medida estándar 45-50 x 35-30 cm, resultando la mitad (50%) de tamaño medio 20-35 x 15-30 cm; siete (23%) tienen un formato mayor (51-62 x 30-40 cm) que la medida estándar. Al parecer, según indica el texto de algunas inscripciones sepulcrales, el epígrafe formaba parte de la caja o urna donde se colocaron los cuerpos yacentes.
c) El epígrafe latino se graba siempre inciso. Se dispone en el interior del rectángulo imaginario del campo de escritura. De manera casi general, el espacio gráfico se enmarca con una cenefa, de unos 3 cm de ancho, formada con pámpanos u hojas de hiedra enlazadas, grecas de ochos, sogas de dos cabos, zigzags, flores o puntos simplemente. Hay que señalar que el 24% de las cincuenta piezas analizadas no tiene marco y el 32% son fragmentos con sus laterales perdidos. Llevan marco el 44%, de las cuales diez estelas, casi todas cordobesas, tienen sogueado de ochos (45%), otras presentan hojas enlazadas (31%) y alguna una simple línea al margen (23%).
La altura de las letras latinas oscila entre 2 y 6 cm. Con los datos publicados de cuarenta y cinco inscripciones se puede establecer la siguiente relación:
2 - 2,8 cm 13 (24,5%)4 3 - 3,8 cm 24 (45,0%)5
4 - 4,5 cm 14 (26,5%)6 6 cm 2 (04,0%).
Como se puede observar, en el 71,5% de las inscripciones se grabó una letra con altura media de 3-4,5 cm. Ignoro si los epigrafistas del latín calculan el módulo de proporción alto-ancho de las letras latinas. En general son tamaños que una persona de estatura media visualiza fácilmente desde una distancia próxima de unos cinco o seis metros.
2.3. Información de los epígrafes
En cuanto al contenido, las inscripciones fúnebres que se han conservado son 53; de ellas 34 pertenecieron a varones, 18 recuerdan a mujeres y solo una está dedicada a un niño; hay además unos quince fragmentos de posibles estelas mortuorias. Los hombres difuntos tuvieron cargos religiosos, sin que se documenten funcionarios civiles; se menciona a un noble, nacido gentil, de nombre Cipriano (IHC 291,456; apéndice n.º 64). Una de las estelas recuerda a una mujer cordobesa martirizada por degüello el año 923 (apéndice n.º 14). Se conservan las lápidas de cinco obispos, con sedes en Badajoz (†1000), Écija (†931), Lucena (†siglo X), la portuguesa Cacela (Faro) (†991) y la francesa Béziers († post 962)7.
Disponen de epitafio varios personajes que en vida fueron eclesiásticos: sacerdote (dos), presbítero (cuatro), arcipreste o archipresbítero y diácono-scriba. Junto al dedicado a un presbítero y abad, once —cuyos conventos no se nombran— se destinaron a abades (cuatro), un clérigo, monjas o religiosas (cuatro), un servidor de Cristo y un monje (cf. apéndice). Se ha conservado un solo texto litúrgico (Juan XII,8), grabado sobre barro cocido, así como la donatio de una campana por un abad a un templo cordobés (apéndice n.º 71, n.º 23).
Al menos ocho epitafios tienen dos o más versos o se redactaron con rima asonante, forma versificada o métrica. Este tipo de epitafio es propio de hombres cuya laudatio los presenta como nobles, eximios, notables; así se expresan cuatro con estos usos literarios. Hay seis acrósticos, cuatro de varón y dos de mujer. Entre los pertenecientes a señoras, solo una lápida se redactó en hexámetro (apéndice n.º 36); dos epitafios son de ancianas, una de las cuales había sido lectrix (apéndice n.º 37).
Los onomásticos recogidos en los epígrafes no desvelan ninguna influencia del medio árabe en el que vivía la comunidad cristiana8. Tampoco aportan novedad, pues son los habituales entre los de tradición romana (Iusta, Domingo, Cisclus, Eugenia), germánica (Atanagildus, Teudefredus, Recosindus, Killio) o bíblica (Juan, Daniel, Pedro, María, Isabel, Paula).
No se aprecian nombres árabes salvo el de la genealogía de un cordobés llamado Agoblasto Abeatarecus (apéndice n.º 39), sobrenombre que Gómez Moreno interpretó como el árabe «hijo de Ṭāriq»9. Si bien se nombra un Sarraceni, casado con la difunta de la inscripción (IHC 226; apéndice n.º 38), se trata de un apelativo habitual en los materiales sobre estos grupos cristianos y solo indica la procedencia geográfica en el Oriente Próximo de este hombre o de sus antepasados (OLIVER, 1994: pp 112-120). En cambio, cierta Maria servi Dei filia (apéndice n.º 43) tal vez pudo ser llamada en vida, en árabe, Maryam bint ‘Abd Allāh.
Para concluir este apartado, me referiré al hecho insólito de que se reseñe entre los epígrafes latinos una campana, sin data expresa, que lleva grabado un texto en lengua árabe que dice ‘am[al] aflaḥ bn zakariyā, es decir «obra de Aflaḥ b. Zakariyā’» (apéndice n.º 74). La inscripción se realizó en letra de estilo cúfico, con algún foliado en el remate de dos letras, propia de al-Andalus en el siglo XII (MHu N.º Inv. 2901; CASAMAR, 1975: p 20 n.º 39)10. Es imposible determinar la religión que profesó su artífice. Este pudo ser, además, un musulmán, aunque como objeto litúrgico la campana únicamente pudiera haber sido usada por un grupo cristiano. Nada justifica sin embargo que —como se suele hacer— se compute con las inscripciones latinas.
Conviene recordar en relación con el instrumento típicamente cristiano de llamada a la oración que dos campanas de bronce, datadas por Gómez-Moreno en el siglo XIII, se descubrieron en la mezquita aljama al-Qarawiyyīn de Fez reutilizadas como lámparas. Torres Balbás y Terrasse consideran que dichos objetos llegaron a Marruecos como trofeo de guerra de los musulmanes. No se trata de elementos de la comunidad cristiana de al-Andalus ya que, por los epígrafes grabados en latín que ostentan, cierto Domingo de Toro realizó uno de los bronces, según reza la inscripción leída por Gómez-Moreno (N.R., 1953: p 432, f. 2):
VOX DOMINI | SONAT: DOMI | NICUS D TOR | O ME FECIT.
Un candil de doble piquera, de procedencia desconocida y muy divulgado (MAN N.º Inv. 50857; IHC 288; GÓMEZ-MORENO, 1951: pp 335, 329, f. 393b; AZUAR, 2015: f. 4; 2016: f. 10), lleva grabado en el cuerpo globular: (crux) OC · OPVS · SALoMONIS | ERa T. El onomástico que figura inciso en esta lámpara coincide con el que presenta un aguamanil en el Museo del Louvre cuyo epígrafe latino, también inciso sobre otro árabe que luego comentaré, contiene: (crux) OPVS · SALOMONIS · ERa T X (Figura 2).
La expresión «ex operibus Salomonis» designó trabajos de orfebrería de altísimo precio en algunos inventarios eclesiásticos del siglo XII. Sin aducir argumentos, Gómez Moreno la vinculó a la técnica de fundición del bronce «a la cera perdida» y consideró que denunciaba “obra mozárabe” (GÓMEZ-MORENO, 1951: pp 324, 335).
3. INSCRIPCIONES EN ÁRABE
Me centraré ahora en la producción epigráfica mozárabe de los cristianos de al-Andalus, que en mi opinión es lo mismo que decir en árabe. Analizando datos codicológicos e históricos, Aillet sostiene que el proceso de islamización había avanzado en la segunda mitad del siglo IX y la arabización era profunda en la sociedad cristiana andalusí (AILLET, 2010). Desde la Filología se muestra que el proceso de conversión al Islam, ya muy evidente en la segunda mitad del siglo IX, estuvo acompañado en al-Andalus de un cambio lingüístico (BARCELÓ, 1997, 1999). Además, ratifican esta conclusión los datos aportados por la investigación arqueológica, como han puesto de relieve restos cerámicos del siglo IX que usan epigrafía en lengua árabe (GUTIÉRREZ, 2006, 2007). Y desde el campo de los estudios históricos se sugiere que los grupos cristianos en esa época estaban desorganizados y sin cohesión (ACIÉN, 2009).
En el occidente peninsular evidencian una arabización rural temprana varias escrituras espontáneas árabes, que se datan en los siglos IX y X, recogidas en iglesias y edificios paleocristianos de Mérida y Casa-Herrera y en la villa romana de Milreu/Estói (Faro, Portugal). Dos textos grabados en columnas de Mérida dicen “en vida y en muerte” (gayr hālik wa-lā mafqūd), una expresión usada en Oriente en el siglo VIII similar a la cristiana qui credit in me, etiam si mortuus fuerit, vivet, que se pone en boca de la monja Áurea († 856), del monasterio cordobés de Cuteclara, en su confesión ante el juez musulmán (BARCELÓ, 2001: pp 109, 121, 2002: p 310, nota). Estas muestras de arabización temprana abren la posibilidad de que alguno de los grupos cristianos usara en sus monumentos epigráficos la escritura árabe.
De las 73 inscripciones que he recogido, solo siete (9,5%) ofrecen sobre su superficie además del epígrafe latino otro en lengua árabe grabado en el mismo frente. En las lápidas más antiguas el texto redactado en latín suele aparecer en la zona superior y debajo se ha grabado otro en árabe. La escasez de ejemplos impide extraer alguna conclusión válida relacionada con su cronología o usos, ya que el primer testimonio que conozco, sobre un aguamanil de bronce, se data en el año 972 y el último del que tengo noticia es un epitafio toledano fechado en 1182.
Sin embargo, no se puede rechazar la posibilidad de que existan lápidas grabadas solo en árabe, un aspecto que he tratado de explorar aquí y cuyos resultados ofrezco como novedad en este apartado.
3.1. Epigrafía bilingüe
Comenzaré por analizar las estelas bilingües. La lengua árabe usada en las inscripciones es la llamada fuṣḥà o fasīḥa, esto es la culta. El tipo caligráfico es la escritura de estilo cúfico simple, que en la Edad Media siguió el modelo de la empleada en el Corán de los primeros siglos, caracterizada por la ausencia de puntos y vocales. En cuanto a la letra, muestra los mismos rasgos evolutivos que el cúfico coetáneo utilizado en los epígrafes árabes de al-Andalus.
La muestra más antigua de grabado bilingüe se halla en el aguamanil de bronce de 972 antes citado (Louvre. Islam N.º Inv. MR1569). Su cuerpo, de figura zoomorfa, asemeja un ave. No consta ni se conoce su procedencia, pero se asigna a al-Andalus (apéndice n.º 31). La inscripción árabe se labró en el pecho del animal en estilo cúfico inciso, pero con puntos (BAUTIER, 1977: p 93); el trazo de las letras hace sospechar un trabajo más moderno que el siglo X. El texto de autoría dice:
عمل عبد الملك النصراني
«Obra del cristiano ‘Abd al-Malik»
Le sigue en el tiempo el epitafio del cordobés IOHANNIS, fallecido en 998, que guarda una colección particular (apéndice n.º 41). Se labró en la tabla de mármol pero, a diferencia de otras estelas con epigrafía latina de al-Andalus fechadas en el siglo X, el campo de escritura en latín aparece rebajado; le bordea una orla sogueada de dos cabos (ancho 2 cm) similar a otras presentes en varias estelas de Córdoba (GONZÁLEZ, 2016: n.º 43, lm. 35)11.
La inscripción latina, grabada en seis líneas, dice (Figura 3 A):
IN hOC LOCO REQVIESCiT | CORPVS IOhANNIS | BEATE MEMORIE | QVI OBIIT IN ERA | MILLESIMA XXXVIA | DIE NONAS IVLII (hedera).
Dentro del campo gráfico, al pie de la inscripción latina, se talló el epígrafe árabe, también inciso y en dos líneas de estilo cúfico foliado sin puntos:
توفي قاسم بن عباس بن عمرو | في شهر يوليه سنة ألف وست وثلثين
«Murió Qāsim b. ‘Abbās b. ‘Amr en el mes de julio del año mil treinta y seis».
La presencia de tres varones con nombre árabe, incluido Qāsim - Iohannis, permite retrotraer al final del siglo IX o principios del X el tiempo en que la familia se arabizó. Constatamos así que los cristianos de al-Andalus usaban doble sistema onomástico: el latino para asuntos religiosos y el árabe en el ámbito social.
Se ha dado a conocer el fragmento de otro epitafio, de época y localización iguales al anterior (apéndice n.º 62), guardado en otra colección particular (MARTÍNEZ NÚÑEZ, 2014: p. 66, f. 9). Perteneció a una estela rectangular de mármol blanco. Conserva restos de cinco líneas de escritura, cuatro en latín y la última en árabe, grabadas con la técnica de la incisión. Rodea el campo epigráfico un sogueado, cenefa típica en la epigrafía latina de estos grupos religiosos cristianos.
Los restos de la inscripción latina están inéditos, pero aprecio los rasgos que en las tres últimas líneas contenían la fecha:
[...] - - LMI | [... TUN]C ERA | [MILLESIMA ...] PRIMA | [.. ME]NSE (hedera).
El epígrafe árabe se grabó en el mismo campo donde se talló (sin rehundir) el epígrafe latino, con un alfabeto de estilo cúfico simple inciso en cuya única línea de escritura dice: hāḏā qabr Ibr[āhīm ...] «Esta es la tumba de Ibr[āhīm...]» (Figura 3b).
Sin conocer las medidas del fragmento es difícil decidir si había espacio para que el escribano incluyera la genealogía del difunto y la fecha de la defunción. No obstante, es posible fijar una fecha segura inicial pues es evidente la data en la era mil, es decir 962.
Al comenzar el siglo XII (año 1109), se grabó sobre una losa de piedra caliza el epitafio de otro cordobés nombrado IOANNI (apéndice n.º 72). El texto latino labrado inciso en ocho líneas se lee como sigue (VÁZQUEZ DE PARGA, 1955-1957; OCAÑA, 1961-1962):
(crux) IN hOC TVMVL REQVIES (hedera) |CIT CoRPVS IOANNI (hedera) XPICo|LI SIT ILLI BEATA REQVIE | OBIIT DIE DOMINICo XII M | KALENDAS MARTIAS (hedera) | IN ERA MILLESIMA (hedera) | CENTESIMA QVADRA|GINTA SEPTIMA (flos)
Dentro de un recuadro, que el tallista marcó al pie del epígrafe en latín, se perfilaron las letras del texto árabe en seis líneas de escritura cúfica simple (Figura 4). La edición y traducción de Manuel Ocaña son como sigue:
|١ في هـٰذ القبر استقرّ جسد |٢ عبد امن تمام توفّي صباح |٣ يوم الأحد في أحدى عشر يو |٤ م بقين لشهر مرس من سنة |٥ سبع وأربعين ومائة وألـ[ـف] |٦ من تأريخ الصفر
«En esta tumba yace el cuerpo de | un siervo creyente completo. Murió la mañana del | domingo once dí|as quedantes del mes de marzo del año | mi[l] ciento cuarenta y siete | de la era romana».
Señala Ocaña que la data que aporta el epígrafe es errónea en ambos textos, latino y árabe (OCAÑA, 1961-1962: p 159). Puede que se esconda el nombre árabe del difunto Juan, es decir Tammām, donde Ocaña interpretó “completo”.
La ciudad de Toledo aporta tres epígrafes bilingües del siglo XII de los que Lévi-Provençal reeditó dos (1931: n.º 81, n.º 82). El más antiguo es una losa de mármol, con epitafio datado en 1152 (Museo Taller del Moro N.º Inv. 235)12. Tiene un marco, formado por cuatro cartelas con epígrafe árabe de estilo cúfico, en relieve con foliado en algunas letras propio de al-Andalus en el siglo XII (apéndice n.º 75). El texto latino se presenta en el campo central (38,5 x 24 cm), en tarjetones separados por líneas o pautas grabadas en resalte. Por primera vez alternan inscripción latina y epígrafe árabe y en este se documenta la basmala, jaculatoria inicial típica del Islam.
El texto latino consta de siete líneas. Comienza en la segunda del campo central, pero después salta al cuarto renglón porque la tercera está ocupada por un texto en árabe (Figura 5):
(árabe) | IN NOMINE DÑI NŘI | (árabe) | IHU XPI hOC EST SE|PULCRUM MIChMEL (sic) | SEMENO OBIIT DIE | DNICA IN qVARTO | DIE NŎBRS IN ERA MC | LXXXXIIII.
El epitafio en árabe se inicia en la cenefa por el lado superior de la losa, sigue por la izquierda, lados inferior y derecho, continúa por las líneas primera y tercera del campo central y acaba en la novena. El contenido del epígrafe en la faja de enmarque es el siguiente (BARCELÓ, 2000):
|١ بسم الـلّه الرحمن الرحيم كان |٢ من قضاء الـلّه برحلة مقائل بن شمنه من دار |٣ الدنيا إلا دار الآخرة ا |٤ يوم الأحد ماضي من نونبرأربعة
que sigue en el campo central (líneas 1, 3, 9):
|١ أيام سنة أربعة وتسعين |٣ ومائة وألف لتأريخ الصفر نضّر |٩ وجهه ونوّ[ر مأواه]
«En el nombre de Dios, Clemente, Misericordioso. Fue | decreto de Dios el viaje de Miqā’il hijo de Šaminuh de la morada | de este mundo terrenal a la morada de la vida futura | el domingo, pasados de noviembre cuatro | días, en el año noventa y cuatro | y mil cien de la era cristiana ¡Se ilumine | su rostro y reluzca su refugio!»13.
Como el texto latino no dejó espacio en la última línea para acabar la oración en árabe por el difunto, el tallista se vio obligado a incluir el resto del epígrafe árabe (ra ma’wā-hu) entre las letras de la fecha latina, usando diminutas letras incisas; e introdujo un alif innecesario al final de la línea en la faja inferior para compensar el espacio vacío.
Otro epitafio datado en 1160 se labró en una placa de barro cocido rectangular (apéndice n.º 76). Según Ríos se descubrió en las proximidades del Circo Máximo de Toledo sobre un sepulcro de ladrillo antropoide (RÍOS, 1915: p 28). Está dedicado a una mujer designada por el nombre árabe Šams-ī «Mi sol», un onomástico documentado en la ciudad en fuentes históricas islámicas del siglo XI, con la simple forma Šams «sol» (MARÍN, 1991: p 584), y en textos latino-árabes en transcripción, con la grafía Sol o Solí (GONZÁLEZ PALENCIA, 1930: pp 123-124, índice pp 424c, 425a,b).
La placa presenta estrecho filete sin decoración, que hace las veces de marco y separa el campo epigráfico con una sola raya incisa. Los dos primeros renglones están en latín; siguen siete en letra árabe cursiva con puntos, y al final otros dos en grafía latina. Al principio de la inscripción Fita interpretó en latín: [IN] NME DNI (crux) | [NRI] IHV XPI - - -, y al final de la penúltima línea ANM, todo lo cual podría descifrarse siguiendo, en su opinión, el ritual fúnebre visigótico-mozarábigo In nomine Domini nostri Jesu Christi anima ejus requiescat in pace (FITA, 1915: p 586). Pero las dos últimas líneas, de difícil lectura, parecen grabadas en sentido inverso.
El texto árabe contenía el siguiente epitafio, parcialmente restituido14:
|١ لتأريخ الصـ[ـفر ...] |٢ هـٰذا القبر لشمسي ابـ[ـنة ...] |٣ ابن الشيخ رحمها اللّـ[ـه ونضّر و] |٤ [جههـ]ـا وجعل الجنة مـ[ـأواها] |٥ تو[فيت في أربع] |٦ وعشرين لشهر أغـ[ـشت من سنة] |٧ ثمانية وتسعين ومئة [وألف]
«de la fecha de los ro[manos.] | Esta tumba es de Šamsī, hija de... | Ibn al-šayj, se apiade de ella Dio[s, ilumine | su rostro] y ponga en el Paraíso la mo[rada suya.] | Mu[rió a cuatro] | y veinte del mes de ago[sto del año] | noventa y ocho y cien [y mil]».
Todo lleva a pensar que el artesano reutilizó una estela grabada en latín y calculó mal la distribución del texto árabe. La parte inferior de la cuarta línea conserva los ápices de las letras, ahora perdidas por una fractura del quinto renglón; así se puede restituir parte de la fecha.
La Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo conserva entre sus colecciones un vaciado en yeso de la lápida bilingüe más moderna que conozco, fechada en 1182 (apéndice n.º 77). Fue donada por don Emiliano García Salamanca, que la descubrió en su casa, sita en la plaza de San Justo de la Ciudad Imperial (ARELLANO, 1985: pp 171, 173). Contiene diez líneas de escritura latina en caracteres góticos, con tres puntos verticales entre palabras. Rodea el texto una faja que encierra la inscripción árabe, en letra cúfica en relieve. Una fractura en el ángulo superior derecho dañó las dos primeras líneas latinas y la orla que corría sobre ellas, hoy ilegible; además, presenta un golpe en la octava línea latina y varios en las bandas inferior y lateral derecha de la orla.
La inscripción latina resulta algo oscura en su redacción para Arellano y propone que alguna persona experta verifique su lectura (ARELLANO, 1985: p 171). Sugiere leer15:
O Q * PRECIPIT[VR] - - [V] | MODERAR * ARIDA * - - - | LUS * SERVIT ET VNDA * MA|RIS * DOMINICVM * FACITO | SVP * ARDVA * REGNA RE|PONI * QVA * LOCVS * EST * SV|MI * PERPETVIQ BONI * OCTOBRIS | ME[NSE] MORITVR * VIVENS | IN OFFENSE BIS CC * TVNC * ERE | XX MILLE FVERE *
Aunque la inscripción árabe está muy dañada, parece decir:
|١ [هذا قبر] ... |٢ رحمه الـلّه وقدّس ضريحه توفّي في شهر |٣ ... أكتوبر سنة عشر|٤ ين وما[ئتين] وألف لتأريخ الـ[ـصفر ...]
«| ... | ¡Allāh se apiade de él y santifique su tumba! Murió en el mes | ... octubre del año vein|te y [dos]cientos y mil de la era de al-ṣafar....» (OCAÑA, 1983: p 174).
No se conserva nombre del difunto, que sin duda fue un varón, como se desprende de la flexión “murió” y los pronombres de la jaculatoria árabe “de él” y “la tumba de él”.
3.2. Epigrafía árabe
Si por definición los mozárabes son cristianos arabizados, parece lógico y lícito pensar que además de lápidas funerarias en latín y bilingües pudo haberlas en árabe, con un solo epígrafe. Hasta ahora no se ha detectado ninguna quizá porque, por inercia, todo cuanto se ha hallado escrito en la lengua del Corán se supone que atañe a la comunidad musulmana, siguiendo el error que hace sinónimos lengua árabe y religión islámica.
Si nos fijamos en las lápidas árabes de la Península Ibérica y leemos con atención sus textos y fórmulas, podremos observar que hay unas pocas que no mencionan a Mahoma, ni incluyen la confesión de fe en el Islam; incluso sus características formales las hacen algo distintas al resto. Quiero compartir mi sospecha de que alguna pueda haber pertenecido a cristianos de al-Andalus arabizados. Al pequeño muestrario bilingüe antes expuesto, añadiré ahora la tentativa que he tratado de explorar.
Por coherencia, solo incluyo epígrafes árabes completos carentes de fórmulas y conceptos islámicos. Las jaculatorias de los musulmanes que están en armonía con el credo cristiano, pues solo piden la piedad y el perdón de Dios (raḥima-hu Allāh wa-‘afā ‘an-hu) serían aceptables por los cristianos de al-Andalus y por tanto las he tenido en cuenta; también he admitido los epitafios árabes que contienen la basmala inicial, compartida por cualquier creyente monoteísta.
He rechazado las estelas que pertenecieron a niños, como delata su formato exterior, porque suelen ser muy escuetas (BARCELÓ, 2014: p 131); también he apartado epígrafes que incluyen súplicas a favor del difunto alejadas de la sensibilidad cristiana o basadas exclusivamente en la tradición islámica (v. gr. wa-tarāḥama Allāh man da‘ā la-hu bi-raḥma; o bien taŷāwaza Allāh ‘an-hu), así como las que reproducen citas coránicas o el testimonio de fe en Dios único con la inclusión de la misión profética de Mahoma. Las estelas que se ajustan a estos requisitos son solo cuatro.
Entre las que pudieron haber pertenecido a cristianos, mis sospechas recaen sobre una lápida funeraria de las más antiguas documentadas en la Península Ibérica (MAECo N.º Inv. CE21995). Es un cuadrado de mármol con el epitafio, en ocho líneas de escritura cúfica simple en relieve (apéndice n.º 3). Se halló en Córdoba y se puede fechar en 233-236/848-851. Nada hay en el texto que invite a suponer o que delate cuál fue la creencia del difunto. El texto se editó con alguna errata (OCAÑA, 1970: n.º 3). Mi propuesta de lectura es la siguiente:
|١ بسم الـلّه الرحمن |٢ الرحيم هذا قبر |٣ مروان بن عيسى بن |٤ دنتي الحبّاب (؟) ا |٥ لمقتول في شعبان في |٦ [...]ـة وثلثين ومائتين |٧ فرحمه الـلّه وأحيـا |٨ [ه بعد مـ]ـوته وغفر له
«En el nombre de Dios, Clemente | Misericordioso. Esta es la sepultura de | Marwān b. ‘Īsà b. | Dunatī (Donate?) el ...16, | asesinado en ša‘bān, en | doscientos treinta y [tre/sei]s | ¡Se apiade Dios de él, le resucite después de su muerte y le perdone!».
Otra pieza sospechosa es una estela de caliza gris (apéndice n.º 13) con casi siete líneas (caja 32 x 18 cm) de caracteres árabes en estilo cúfico simple inciso, con un boquete cuadrado (2,5 x 2,5 cm) que afecta al texto de la tercera línea (MAN N.º Inv. 50387). Estuvo en el Real Gabinete de Historia Natural; aunque se supone jiennense (LÉVI-PROVENÇAL, 1931: n.º 149), se ignora el lugar de hallazgo. Es el epitafio de un varón y la fecha del óbito, que se debe situar en el año 307/920, ha sido interpretada 337/949 (LÉVI-PROVENÇAL, 1931: n.º 149; LABARTA, 1990: n.º 4; MARTÍNEZ NÚÑEZ, 2007: n.º 60), 376/986 (RÍOS, 1876: n.º 1; REVILLA, 1924: n.º 13, 1932: n.º 229) y 407/1016 (Casiri, RAH Biblioteca 9/4128/37.6, apud MARTÍNEZ NÚÑEZ, 2007: n.º 60/1). El texto árabe dice:
|١ بسم الـلّه الرحمن الر(حيم) |٢ ا وكان وفات تو |٣ دو [...] رحمه الـلّه |٤ في سبعة وعشر |٥ ين خلون من رمضان |٦ سـ(ـنـ)ـت سبعة وثلا |٧ [ث مائة]
«En el nombre de Dios, Clemente, Misericordioso17. | Fue la muerte de Tw|dw[...], Dios se apiade de él, | en siete y vein|te días pasados de ramadán, | a[ñ]o trescientos siete (20, febrero, 920)».
Siguiendo el criterio, en mi opinión desacertado, de Lévi-Provençal, el onomástico se ha considerado bereber, pero la evidente grafía <tw|dw[...]> me lleva a pensar que pudo ser un Teodo[...]. Las posibilidades de reconstruir plenamente el nombre son muchas, porque el espacio de rotura en la pieza permitiría Teodo[ro], Teodo[miro] o tal vez —y es menos probable— Teude[fredo] o Teode[mundo].
Los aspectos externos de esta inscripción llevan a equipararla a otras dos latinas de la misma época (Figura 6): una de la que solo restan copias en yeso y perteneció a la colección Góngora (apéndice n.º 60; ABASCAL y GIMENO, 2000: n.º 504, pp 272-273); y otra que fue hallada en Atarfe en 1958 (apéndice n.º 57). No descarto que el epitafio del antes mencionado Teodo... procediera también del área granadina.
Despierta mi duda sobre su adscripción musulmana otra estela de principios del siglo XI (apéndice n.º 66). Se grabó sobre una placa de arenisca silícea ocre-naranja que ha perdido 3 o 4 cm por la derecha. Se halló en el Mas de Rupert de Baix (Benassal, Castellón) y la guarda un coleccionista. Es el epitafio de un varón. El campo de escritura debió de ser casi cuadrado (caja 17,5 x 16,5 cm) y ofrece seis líneas de cúfico simple inciso muy rudimentario. El texto editado dice (BARCELÓ, 1998: n.º 11):
|٠ [بسم الله الرحمن |١ الرحيـ]ـم هذ[ا قبـ]ـر |٢ [.ـ]ـسم ا(بن) أحـ(ـمـ)ـد |٣ [ابـ]ـن سعيد تـ[ـوفّي] |٣-٤ رحمـ[ـه ا]لـلّه |٤ [يوم الأر] بعاء في شهر شوّ |٥ [ال الـ]ـذي من سنة ثلاثة |٦ وأربعة مئة
«[En el nombre de Dios, Clemente, | Misericor]dioso. Est[a es la tum]ba de | [...]sim i(bn) Aḥ(ma)d (sic) | [ib]n Sa‘īd. Fa[lleció] | apiádese [de él D]ios, | [el diurno del miér]coles en el mes de šawwā|[l de]l año tres | y cuatrocientos (15 abril-6 mayo 1012)».
Puede incluirse entre el grupo de posibles inscripciones mozárabes la estela de Ibros (Jaén) que coleccionó Manuel Góngora Martínez (1812-1884) en Granada (MAN N.º Inv. 50389). El epígrafe se grabó dentro de un marco de doble línea sobre una placa de caliza (apéndice n.º 67). Consta de once renglones (caja 42 x 24 cm) en cúfico simple inciso, con puntos diacríticos (a veces mal puestos) para distinguir las letras b, y, t, n (casi siempre), una vez fā’ y otra šīn. Está dedicado a un varón. Su texto árabe, que ha sido editado varias veces, dice (Figura 7):
|١ بسم اللّـه الرحمن الرحيم |٢ توفّي زكري ه |٣ ابن وليد رحمه |٤ اللّـه يوم الا ه |٥ ربع في عشر |٦ ون يوما من |٧ شعبان في |٨ سنة ستة |٩ عشر وأربع |٠١ مائة رحم اللّـه |١١ كتبه و
«En el nombre de Dios, Clemente, Misericordioso. | Murió Zakrī | b. Walīd, se apiade de él | Dios, el miér|coles a vein|te días de | ša‘bān, en | el año seis, | diez y cuatro|cientos (17, octubre, 1025). Se apiade Dios | de quien lo escribió».
La data que aporta la lápida es errónea porque el único miércoles en la tercera decena de ese mes fue el día veinti-cuatro. Es posible que el artesano se saltara el “cuatro” al tallar “el miércoles, a cuatro y veinte días” porque en árabe la feria (al-arbi‘ā’) y la unidad (arba‘) tienen un ductus afín.
Hasta ahora no se había interpretado la última línea, que lleva primero la expresión que cierra la piadosa jaculatoria: “su escriba” (con scriptio defectiva); y le sigue wa-, la conjunción que debía figurar en el renglón anterior. El nombre del difunto para Lévi-Provençal era el bereber Zaggû y leyó <zkwh> en los trazos (LÉVI-PROVENÇAL, 1931: n.º 153, p 136). La observación de los signos lleva a la certeza de que el artesano, en lugar del nombre del difunto, labró el raḥima-hu que está al final de la línea siguiente; luego diseñó encima de lo ya inciso, rectificando su olvido, el nombre Zakrī, que resulta ahora un tanto confuso.
Los aspectos formales de esta lápida ofrecen un claro ejemplo de las dudas e impericia de quien diseñó el texto fúnebre. Utilizó un círculo en el margen de dos líneas para señalar errores de labra o espacios vacíos: en la segunda, después del nombre; y en la cuarta, después de lām-alif. El dibujo de este círculo recuerda mucho la hedera de tradición latina.
4. CONCLUSIONES
Soy consciente de las limitaciones de esta aproximación a la epigrafía de los cristianos de al-Andalus. El recuento de las inscripciones latinas arroja una cifra importante de inscripciones; descubre una concentración en la capital de al-Andalus y escasa presencia en áreas campesinas; pone además de relieve que es preciso llevar a cabo una revisión a fondo de sus contenidos.
Las bilingües, por contra, son muy pocas, pero muestran el doble uso onomástico de algunos cristianos de al-Andalus, cuanto menos entre algunos grupos mejor situados y con mayor prestigio, incluso entre el grupo mozárabe toledano.
Las estelas árabes que someto a la atención de este foro han sido consideradas hasta ahora “epígrafes islámicos”. De momento son también inscripciones escasas en número, pero permiten transitar por caminos que tal vez ayuden a descubrir aspectos nuevos en la trayectoria histórica de aquellos grupos cristianos que algunos identifican como “sus valientes antepasados”.
De todas ellas ofrezco en el apéndice la información de que dispongo para facilitar su rápida consulta.
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N.º |
Año/s. |
Lugar |
Medidas |
altura letra |
Materia |
Depósito |
Edición |
Detalle |
Personaje |
Verso |
Lengua |
---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
1. |
729 |
Tavira. Faro |
22 x 17 |
2.5 |
arenisca |
MNA |
IHC II-299 |
Adulteus clericus |
latín |
||
2. |
s. VIII-IX |
Granada |
60 x 35 x 18 |
4 |
caliza |
MAEGr |
IHC 453 GF 48 L39 |
1889 Albaicín calle Agua |
Annius |
latín |
|
3. |
848-851 |
Córdoba |
30 x 30 x 10 |
a 3.7 |
mármol |
MAECo 21995 |
Ocaña 1970: 3 |
poco antes 1965 |
Marwān b. ‘Īsà b. Donate? |
árabe |
|
4. |
851? |
Córdoba |
-- |
-- |
-- |
-- |
IHC 217 |
Morales copia Códice |
Cypriani archipresbiteri |
epigrama |
latín |
5. |
868? |
Córdoba |
-- |
-- |
-- |
-- |
IHC 218 |
Morales copia Códice Aeulogius |
latín |
||
6. |
877 |
Córdoba |
48 x 38 x 2.5 |
3.7 |
mármol |
MAECo 7212 |
GF 1 L1 |
fábrica Esmaltes |
s.n. sacerdos |
métrica |
latín |
7. |
852-886 |
Trevélez. Gr |
42 x 46 x 2.7 |
3 |
pizarra |
MAHM 2871 |
IHC 292/454 GF 47 L38 |
Mammed regem |
Floresindus diacs fecit |
latín |
|
8. |
890 |
Córdoba |
-- |
-- |
-- |
-- |
IHC 219 |
Morales copia Códice |
Samson abba |
latín |
|
9. |
s.IX |
Córdoba |
-- |
-- |
-- |
-- |
IHC 129 GF 19 |
Venegas catedral pta Sta Catalina |
Dominici |
latín |
|
10. |
s.IX-X |
Córdoba |
14 x 30 x 5 |
2.3 |
mármol |
MAECo 419 |
IHC 463 GF 35 L28 |
Martinus |
rimada |
latín |
|
11. |
s.IX-X |
Córdoba |
27 x 18 x 1.2 |
3 |
mármol |
MMa |
IHC 134 GF 23 L18 |
CP V Loring |
s.n. |
latín |
|
12. |
906 |
Córdoba |
35.5 x 25.5 x 8 |
3-4 |
mármol |
CP. Se |
GF 2 L2 |
Basilisse Christo servabit |
latín |
||
13. |
920 |
Jaén/Gr? |
40 x 28 x 15 |
a 2.3 |
arenisca |
MAN 50387 |
LP 149 |
s. XVIII-XIX |
Twdw... |
árabe |
|
14. |
923 |
Córdoba |
56 x 28 [2x1 pie] |
-- |
mármol |
-- |
IHC 220 GF 3 L3 |
Morales 1544 Marmolejos |
Evgenia martis iugulatur |
acróstico |
latín |
15. |
925 |
Lucena/Puente Genil. Co |
59 x 32 x 10 |
4 |
mármol |
CP RT. Co |
IHC 455 GF 37 |
calco Simonet |
Iohannes eximius Atana |
verso |
latín |
16. |
926 |
Córdoba |
48 x 25 x 4.5 |
-- |
mármol |
CP RT. Co |
GF 5 L5 |
conv.S.Pablo-htaS.Rafael |
Killio velatarum genetrix |
latín |
|
17. |
927 y 966 |
Córdoba |
32 x 34 x 6 [28 x 26] |
3 |
mármol/granito |
MMa 878 |
IHC 222 GF 7 L7 |
S.Andrés CP V Loring |
Speciosa filia Tranquila sacra virgine |
latín |
|
18. |
930 |
Adamuz. Co |
30 x 18 x 4.5 |
2.2 |
mármol |
CP RT. Co |
GF 38 L30 |
1911 |
Daniel presbiter abbas |
latín |
|
19. |
931 |
Córdoba |
-- |
-- |
mármol |
-- |
IHC II 460 |
Códice s.l. |
abbatis Atana gildum |
latín |
|
20. |
931 |
Córdoba |
62.5 x 40 x 2.5 |
-- |
mármol reut. |
MMaCE00705 |
IHC 223 |
CP V Loring |
Martini Astigitanam episcopii |
verso |
latín |
21. |
955 |
Córdoba |
24 x 30 |
2.5-4 |
mármol; bifaz |
CP RT. Co |
GF 6 L6 |
conv. S.Pablo-htaS.Rafael |
religiosa Iusta |
latín |
|
22. |
955 |
Córdoba |
21.5 x 21.5 x 5.5 |
2.5 |
mármol |
MAN 62295 |
GF 4 L4 |
compra 1960 |
fD Elisabeit |
latín |
|
23. |
955 |
Espiel. Co |
19.5 x 19.5 |
-- |
bronce |
MAECo 430 |
IHC 221 GF 40 L32 |
Morales campana |
Samson abbatis |
latín |
|
24. |
958 |
Comares. Ma |
-- |
-- |
mármol |
Museo Berlín |
IHC 214 GF 56 L47 |
1885 dentro casa |
Samuel prsbm |
verso |
latín |
25. |
962 |
Villaviciosa. Co |
29 x 17 x 4 |
4 |
mármol |
MAECo 418 |
IHC 224 GF 45 L37 |
Morales ermita Sta.Mª |
Cisclus fD |
latín |
|
26. |
962 |
? |
7.9 x 17.5 x 9.7 |
-- |
bronce |
MAN 50857 |
IHC 288 |
candil doble piquera |
opus Salomonis |
latín |
|
27. |
post 962? |
Córdoba |
-- |
-- |
-- |
-- |
IHC 227 GF 18 |
Venegas 1670 |
episcopus Biterre |
latín |
|
28. |
½ X |
Córdoba |
-- |
-- |
-- |
-- |
IHC 130 GF 20 |
Morales 1586 |
Marias anus religiose |
acróstico |
latín |
29. |
post ½ X |
Sevilla |
22 x 15 x 2.5 |
3.2-3.8 |
mármol |
MASe ROD |
GF 60 L51 |
patio Docellas Alcázar |
s.n. |
latín |
|
30. |
970 |
Córdoba |
19 x 18 x 1.5 |
3 |
mármol |
MMa |
IHC 74-225 GF 8 L8 |
CP V Loring |
fD Matheus parvulus |
latín |
|
31. |
972 |
Córdoba? |
-- |
-- |
bronce |
Louvre MR1569 |
BAUTIER 1977 |
aguamanil |
opus Salomonis |
bilingüe |
|
32. |
977 |
Córdoba |
24 x 30 |
4.5 |
mármol |
CP RT. Co |
GF 9 L9 |
conv.S.Pablo-htaS.Rafael |
Rufina Dei famula |
latín |
|
33. |
981 |
Villaviciosa. Co |
40 x 22 x 4 |
4 |
mármol |
MAECo 417 |
IHC 461 GF 41 L33 |
Eresvide ... presbiteri |
latín |
||
34. |
982 |
Córdoba |
28.5 x 19 |
3 |
mármol |
MASe ROD2637 |
IHC 215 GF 57 L48 |
Morales 1585 sierra |
Amansvindu monacos |
verso |
latín |
35. |
982 |
Málaga |
-- |
-- |
mármol |
-- |
IHC 464 GF 10 L10 |
1870 cerca estación |
Salvati |
latín |
|
36. |
983 |
Córdoba |
55.5 x 33.4 x 5 |
3.5 |
mármol |
MAECo |
GF 11 L11 |
Cercadillas |
Chr[ist]ofora Christo famula |
verso |
latín |
37. |
974/984 |
Córdoba |
52.5 x 35 x 6 |
4 |
mármol |
MAN 57847 |
GF 12 L12 |
compra 1955 |
Paule anus nblis lectrix |
latín |
|
38. |
987 |
Córdoba |
-- |
-- |
-- |
-- |
IHC 226 GF 13 |
Morales S. Acisclo |
fD Didicus Sarracini uxor |
latín |
|
39. |
987 |
Villaviciosa. Co |
-- |
-- |
-- |
-- |
IHC 228 GF 42 L34 |
Bayer ermita Sta.Ma |
fD Agoblasto Abeatarecus |
latín |
|
40. |
991 |
Cacela Velha.Faro |
37.5 x 30 x 4.5 |
-- |
mármol |
MNA 2003.48.1 |
IHC 210 GF 61 PI 24 |
Hübner, en Tavira |
Iuliani episcopi |
latín |
|
41. |
998 |
Palma del Rio. Co |
40 x 20 x 4 a 2 |
a 2 3 |
mármol |
CP. Se |
GF 43 L35 |
Hornachuelos 1988? |
Iohannis - Qāsim b. ‘Abbās b. ‘Amr |
bilingüe |
|
42. |
999 |
Córdoba |
23.5 x 19.5 x 3 |
3 |
mármol |
MAECo 23291 |
GF 15 L14 |
Campo Verdad |
Iuste fD |
latín |
|
43. |
999 |
Córdoba |
47 x 41.5 x 3.5 |
3.5-4 |
mármol |
MAECo 23290 |
GF 14 L13 |
Campo Verdad |
Maria servi Dei filia |
latín |
|
44. |
s.X |
Lucena. Co |
42 x 40 x 2.5 |
3-3.5 |
mármol |
MMa 897 |
IHC 39-128 GF 44 L36 |
CP V Loring |
Leo[vigildus?] episcopus |
acróstico |
latín |
45. |
s.X |
Córdoba |
32 x 21.5 x 7 |
4.5 |
mármol |
MAECo 4349 |
GF 25 L19 |
Electromecánica |
Clutius |
latín |
|
46. |
s.X |
Córdoba |
18 x 16 |
-- |
mármol |
CP RT. Co |
GF 24 |
1892 cerca Estación |
s.n. |
verso? |
latín |
47. |
s.X |
Córdoba |
-- |
-- |
mármol |
MAECo perdida |
GF 27 |
la Granjita |
s.n. |
latín |
|
48. |
s.X |
Córdoba |
10 x 16 x 5 |
3 |
mármol |
MAECo 11645 |
GF 21 L17 |
Campo Mártires |
s.n. |
latín |
|
49. |
s.X |
Córdoba |
-- |
-- |
mármol |
MAECo perdida |
GF 22 |
Campo Mártires |
s.n. |
latín |
|
50. |
s.X |
Córdoba |
36 x 26.5 x 4 |
3.5 |
mármol |
MAECo 416 |
IHC 462 GF 17 L16 |
calle Deanes |
fD Maria in nni dni [nri] Ihv Chri |
latín |
|
51. |
s.X |
Córdoba |
14.6 x 20 x 8 |
2 |
mármol |
MAECo 12667 |
GF 26 L20 |
cortijo Chinales |
Petri presbiteri |
latín |
|
52. |
s.X |
Córdoba |
13 x 7.5 x 3 |
3.5 |
mármol |
MAECo 12538 |
GF 28 L21 |
cortijo Chinales |
s.n. |
latín |
|
53. |
s.X |
Córdoba |
23.5 x 37 x 2.5 |
2.8 |
-- |
MAECo 12618 |
GF 30 L23 |
cortijo Chinales |
s.n. ardua a patribus prosapia |
latín |
|
54. |
s.X |
Córdoba |
15 x 19 x 6 |
6 |
-- |
MAECo 13086 |
GF 31 L24 |
cortijo Chinales |
s.n. |
latín |
|
55. |
s.X |
Córdoba |
17 x 14 x 6 |
4 |
mármol |
MAECo 10675 |
GF 32 L25 |
Vista Alegre |
s.n. |
latín |
|
56. |
s.X |
Córdoba |
17 x 17 x 3.5 |
3 |
-- |
MAECo 10686 |
GF 33 L26 |
Vista Alegre |
s.n. |
latín |
|
57. |
s.X |
Atarfe. Gr |
23.5 x 24.5 x 5 |
3 |
mármol |
MAEGr 8594 |
GF 53 L44 |
1958 |
Reconsindi abba |
acróstico |
latín |
58. |
s.X-XI |
Córdoba |
35 x 44 x 6 |
3.5 |
mármol |
MMa 5261 |
IHC 40-132 GF 16 L15 |
obras tren Málaga |
Teudefredi |
latín |
|
59. |
s.X-XI |
Quéntar. Gr |
40 x 31 x 7 |
4.5-6 |
arenisca |
MAEGr 1867 |
GF 55 L46 |
1919 |
Recquisindi |
latín |
|
60. |
s.X-XI |
Granada? |
45 x 29 x 3? |
3.5 |
copia |
MAEGr RAH MAN50060 |
IHC 459 GF 54 L45 |
CP Góngora |
D[ome]nicus Dei faomulus |
latín |
|
61. |
s.X-XI |
Álora. Ma |
23 x 34 x 7 |
2-2.5 |
mármol |
MAEGr 1228-9 |
IHC 290/457 GF 59 L50 |
Mesas Villaverde CPS |
s.n. |
latín |
|
62. |
s.X-XI |
Córdoba |
-- |
-- |
mármol |
CP. Co |
MNUÑEZ 2014 |
años 90 vías AVE |
s.n.-Ibrā[him] |
bilingüe |
|
63. |
1000 |
Badajoz |
> 50 x 50? |
-- |
-- |
-- |
IHC 69-213 |
1520 cerca catedral |
Danielis episcopi |
acróstico |
latín |
64. |
1002 |
Atarfe. Gr |
48 x 44 x 4.5 |
3 |
mármol |
MAEGr 228 |
IHC 291/456 GF 49 L40 |
1870 Secanos |
Ciprianis nobilis |
verso-acróstico |
latín |
65. |
1010 |
Jotrón. Ma |
-- |
-- |
— calco Berlanga — |
IHC 216 GF 58 L49 |
finca Aves Marías |
s.n. |
verso |
latín |
|
66. |
1012 |
Benassal. Cs |
24 x 18 x 3.2 |
a 1.5 |
arenisca |
CP. Cs |
BARCELÓ 1998 11 L10 |
Mas de Rupert, Baix |
[Qā]sim b. Aḥ(ma)d b. Sa‘īd |
árabe |
|
67. |
1025 |
Ibros. Jaén |
48.5 x 33 x 10 |
a 3.5 |
arenisca |
MAN 50389 |
LP 153 |
CP Góngora |
Zakrī b. Walīd |
árabe |
|
68. |
1051 |
Padul. Gr |
51 x 31 x 4 |
2.5-3 |
arenisca |
MAEGr 1634 |
IHC 458 GF 50 L41 |
Ftes Bajas-ar. Andalucía |
fD Florite |
latín |
|
69. |
s.XI |
Córdoba |
18 x 15 x 4 |
4 |
mármol |
MAECo 12608 |
GF 29 L22 |
cortijo Chinales |
s.n. |
latín |
|
70. |
s.XI |
Córdoba |
52 x 35 x 6.5 |
2.5-3 |
caliza Luque |
MAECo 8964 |
GF 34 L27 |
cuartel Marrubial |
Dominicvs sacerdoti |
latín |
|
71. |
s.XI |
La Zubia. Gr |
47.5 x 30 x 5 |
-- |
placa de barro |
MAPGr 10016 |
IHC 375 GF 52 L43 |
Hübner s.VIII-IX |
texto Liturgia |
latín |
|
72. |
1109 |
Córdoba |
57 x 32 x 6 |
a 3.7 3.5-4 |
caliza blanca |
MAN 62290 |
VAZQUEZ 1955 - OCAÑA 1961 GF 36 L29 |
compra 1957 |
Ioanni Chri coli - Tammām? |
bilingüe |
|
73. |
1120 |
Granada |
48 x 30 x 4 |
-- |
arenisca/pizarra |
MAHM |
GF 51 L42 |
1941 Alhambra |
fD Maria in nme dni nsi Ihv Chri |
latín |
|
74. |
s.XII |
Gibraleón. Hu |
31 x 26 |
-- |
bronce |
MHu |
CASAMAR 146 GF 62 L52 |
Los Ronzales |
Aflaḥ b. Zakariyā’ |
árabe |
|
75. |
1152 |
Toledo |
47.5 x 38.5 x 24 a 3 |
3.2-4 |
mármol |
MTMT 235/1189 |
LP 81 |
iglesia Stas. Justa y Rufina |
Michael Semeno |
bilingüe |
|
76. |
1160 |
Toledo |
33.5 x 25 x 59 |
a 2 2 |
placa barro |
MTMT 251 |
YAHUDA 1915 LP 82 |
Circo Máximo |
s.n.- Šamsī |
bilingüe |
|
77. |
1182 |
Toledo |
40 x 27 x 9 |
a 3 2.2 |
caliza blanca |
CP.To |
ARELLANO-OCAÑA 1985 |
plaza S. Justo |
s.n. |
bilingüe |
|
copia |
RABACHT |
Topónimos: ar. arroyo; Co Córdoba; Cs Castellón; Ftes Fuentes; Gr Granada; Hu Huelva; Ma Málaga; Se Sevilla; T Toledo. Instituciones: M Museo; A Arqueológico; E Etnológico; AHM Arte Hispano-Musulmán, Granada; N Nacional, Madrid; NA Nacional de Arqueologia, Lisboa; RABACH Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas; TM Taller del Moro. Investigadores: GF González Fernández; LP Lévi-Provençal; PI Lisboa (1998); RT Romero de Torres; S Simonet; V Villaceballos. Otras: a alif; conv. convento; CP colección particular; fD famulus, famulo, famula Dei; hta huerta; L lámina; prsbm [presbiterum]; pta puerta; Sta./Stas. santa/santas; s. siglo; S. san; s.l. sin localización de hallazgo; s.n. sin nombre.
___________________________________
* Área de Filología Árabe. Universidad de Valencia.
1. Este trabajo contiene parte de un texto que se leyó el 19 de octubre de 2018 en el tercer encuentro en la Casa de Velázquez (Madrid), convocado por los responsables del programa LIMITS. Agradezco la invitación de Morgane Uberti, Vincent Debiais e Isabel Velázquez.
2. Utilizo aquí la conocida abreviatura IHC seguida del n.º de inscripción o n.º vol. I / n.º vol. II.
3. A partir de aquí todas las referencias cronológicas se dan reducidas a la era cristiana.
4. De ellas, 7 miden 2,5 cm (13%); 2 (3,75%) 2 cm; 2 (3,75%) 2,2 cm; 1 (2%) 2,3 cm; 1 (2%) 2,8 cm.
5. De ellas 15 (28%) miden 3 cm; 7 (13%) 3,5 cm; 1 (2%) 3,7 cm; 1 (2%) 3,8 cm.
6. De ellas 11 (21%) miden 4 cm y 3 (5,5%) 4,5 cm.
7. Apéndice n.º 14, 63, 20, 44, 1, 27.
8. Peterson (2009: 257-291) ha analizado el tema de los usos onomásticos semíticos de los “mozárabes” en la Castilla Condal frente a la no semítica de los cristianos de al-Andalus sin resultados concluyentes.
9. IHC 228, lee Abeataresus.
10. En la publicación de Casamar se coló Allah por Aflah y la errata se ha repetido en muchas publicaciones. Se data en el siglo XI y de forma arbitraria se hace coincidir con la taifa onubense gobernada por los Bakríes.
11. La edición árabe en letras latinas tiene varios errores.
12. Hay una copia en yeso en MAN N.º Inv. 57476.
13. El texto editado entre corchetes son las letras, grabadas incisas entre las latinas, que no se habían visto ni interpretado en ninguna publicación anterior (Figura 5).
14. Sigo mi propia lectura del epígrafe, ahora muy dañado, y la completo con las indicaciones de Yahuda, que pudo ver el original.
15. En la edición del texto latino (*) representa las interpunciones.
16. El ductus conservado permite leer múltiples combinaciones de letras que conducen a otros tantos posibles nombres, como ḥubāb, ŷunāb, ḥabbāb, ŷayyāb...
17. El texto editado entre paréntesis está grabado en el margen, sobre la cinta que hace las veces de orla.