Arqueología y Territorio Medieval 26, 2019. pp. 139-156 I.S.S.N.: 1134-3184 DOI: 10.17561/aytm.v26.6

Releyendo las estelas epigráficas de la necrópolis de “El Castillo” (Palacios de la Sierra, Burgos)

Revisiting the epigraphic stellae from the necropolis of “El Castillo” (Palacios de la Sierra, Burgos)

Eduardo Carmona Ballestero*

Recibido: 16/06/2019 — Enviado a Evaluación: 24/06/2019 — Aprobado: 02/09/2019

RESUMEN

Las estelas epigráficas de Palacios de la Sierra forman parte de un conjunto recuperado en las excavaciones de la necrópolis de El Castillo en los años 70. Hasta la fecha, la interpretación propuesta para aquellas con epígrafes reconocibles las consideraba de la II Edad del Hierro debido a que, en teoría, portaban grafías ibéricas. A diferencia de esta propuesta, el trabajo plantea una nueva lectura de las estelas epigráficas partiendo de la base de que las grafías se realizaron en letra visigótica y recogen nombres y palabras en latín. Por tanto, rectifica una interpretación errónea basada en una lectura incorrecta. El resultado reubica al conjunto dentro de las de manifestaciones funerarias de la Alta Edad Media, y viene a ampliar el corpus de inscripciones de este tipo que se conocen en el área de la primitiva Castilla y Álava, con las que encuentra un parangón evidente.

Palabras clave: Epigrafía funeraria, onomástica, Arqueología medieval, Alto valle del Arlanza, Castilla

ABSTRACT

Epigraphic stelae from Palacios de la Sierra are part of a wide collection of tombstones recovered during excavations at the necropolis of El Castillo in the 70. To date, the interpretation proposed for the inscribed stelae had been considered they are dated on Iron Age II because scholars had been identified incised Iberian signs on them. Unlike this proposal, the paper proposes a new reading for the epigraphic stelae based on the assumption that the letters are actually Latin words written in Visigothic script. Therefore, the work corrects an erroneous interpretation based on an incorrect reading. The result relocates the tombstones to Early Middle Age, and expands the corpus of inscriptions that are known in the area of the primitive Castile and Álava, which are an obvious liaison.

Keywords: Funerary epigraphy, onomastic, Middle Age Archaeology, Upper Arlanza river basin, Castile

1. INTRODUCCIÓN

El trabajo analiza de nuevo unos epígrafes recuperados, en la mayor parte de los casos, durante la excavación de la necrópolis de El Castillo en Palacios de la Sierra (Burgos). Tales epígrafes componen un conjunto expuesto parcialmente en el Centro de Visitantes “Necrópolis del Alto Arlanza” de Palacios de la Sierra1 y el resto está conservado en la ermita de San Sebastián de la misma localidad. El acercamiento a las mismas no ha sido correctamente interpretado, lo que ha limitado su potencial como fuente histórica. La relectura aporta una nueva significación a los epígrafes, más en sintonía con el registro arqueológico con el que se asocia, y reubica en el tiempo tales documentos arqueológicos a fin de que sean empleados por otros investigadores sin el sesgo que se trata de corregir. Así mismo se presentan 5 inscripciones inéditas que son coherentes con la nueva interpretación que se propone.

2. ANTECEDENTES Y PROBLEMÁTICA

Las excavaciones llevadas a cabo en la necrópolis de El Castillo desde fines de los años 60 (Castillo Yurrita, 1972: 43–51) descubrieron un interesante conjunto de evidencias, que constituyen una importante referencia dentro de los enclaves medievales del Alto Arlanza. La información arqueológica sobre el lugar, sintetizada básicamente en la ficha del Inventario Arqueológico de Castilla y León (IACyL) (González Díez, 2003), en la publicación de Andrio Gonzalo (1997) y en la reciente tesis doctoral de Álvaro Rueda (2012: 317–324), da cuenta de un enclave formado por una fortificación (torre cuadrada), un grupo de viviendas aldeanas y una iglesia parroquial, dedicada a Santa Olalla, con su cementerio anejo, todo ello localizado en un altozano que parece que fue parte del primitivo núcleo de Palacios de la Sierra (Fig 1). Tanto la primitiva fortificación como el resto de estructuras domésticas se encontraron bastante deteriorados, debido a que los materiales constructivos fueron reaprovechados posteriormente.

Al sur de la iglesia se ubica una necrópolis que cubre unos 6480 m2 con 566 sepulturas. El uso del espacio es intenso, produciéndose superposiciones estratigráficas que dan cuenta de distintas fases de uso del cementerio. Se detectan mayoritariamente tumbas de lajas, con planta ligeramente trapezoidal. Algunas de ellas tienen orejeras, elemento que Castillo tomó como referente cronológico, considerando que era un aspecto característico del s. XI, momento en el que sitúa el inicio del uso de la necrópolis (Castillo Yurrita, 1972: 45). Dentro del registro funerario también es significativa la aparición, aunque minoritaria, de 5 sarcófagos. La norma se ajusta a la inhumación individual, con orientación oeste a este, sin ajuar a excepción de algunos objetos (un osculatorio de bronce, cuentas de collar y otro objeto de bronce) que según Abásolo y García son de atribución visigoda (Abásolo Álvarez y García Rozas, 1980); en otras palabras, vinculado a momentos tardoantiguos. Como aspecto relevante, la necrópolis destaca por recoger el hallazgo de unas 233 estelas funerarias, la mayor parte de ellas localizadas en posición secundaria, bien reaprovechadas en otras tumbas como lajas o bien aparecidas en las cercas de las inmediaciones.

Figura 1. Localización de la necrópolis de El Castillo y planta general del yacimiento. Fuente: González Díez, 2003 y Álvaro Rueda 2012, pp. 323. / Figure 1. Location of El Castillo necropolis and general plan of the site. Reference: González Díez, 2003 y Álvaro Rueda 2012, pp. 323.

Desde los años 70, el yacimiento arrastra una particular problemática, que se inicia con la muerte de Alberto del Castillo en 1975 dejando inconclusa la elaboración de una memoria completa sobre el conjunto. Para Castillo, ni la cronología de la necrópolis ni de las estelas parecían del todo claras. Retomando el trabajo de Castillo sobre el asunto, se realizaron dos publicaciones en los años 90 (Andrio Gonzalo, 1994a, b) que son la base de la interpretación realizada sobre estos documentos. En esencia, esta interpretación hace una distinción tipológica de las estelas en virtud de la presencia-ausencia de determinados rasgos, clasificándolas en 4 grupos distintos. Este trabajo plantea que esta clasificación no es adecuada y propone una alternativa de interpretación.

3. ESTELAS: INTERPRETACIÓN PREVIA

Como se acaba de señalar, tanto el trabajo de Castillo como el estudio realizado en los años 90 sobre las estelas de la necrópolis concluyeron que, dentro del conjunto, habría tipos distintos, los cuales tenían su correspondencia cronológica:

1. Protohistóricas: se incluyen aquellas decoradas con figuras antropomorfas y otras representaciones geométricas esquemáticas como animales e, incluso, algún artefacto (fíbula). A tenor de estos elementos se ponen en relación con las estelas del SO de la península Ibérica con una cronología del Bronce Final-Primera Edad del Hierro (Andrio Gonzalo, 1994b).

2. Preclásicas: aquellas que aparentemente incorporaban grafía ibérica, por lo que se establece para ellas una cronología de la II Edad del Hierro (Andrio Gonzalo, 1994a). La identificación de grafías ibéricas se acompaña de una propuesta de lectura que se basa en el euskera. La transcripción propuesta revela fórmulas vinculadas al rito funerario de incineración, con una alusión repetitiva al humo, el fuego, la desaparición del cuerpo, la solicitud de paz y sosiego tras la muerte y el dolor por el ser querido.

3. Clásicas: se trata de un grupo de cipos lisos, con formas más o menos cúbicas, que tienen la particularidad de tener una cazoleta en su parte superior, aparentemente destinada a contener libaciones. Dado que se considera parte del ceremonial pagano previo a la cristianización, este grupo recibe una atribución romana (Castillo Yurrita, 1972).

4. Medievales: son las más numerosas. Tienen formas diversas, aunque entre ellas se reconocen, en algunos casos, piezas claramente de formato discoideo. Su característica principal es la representación de la cruz en formatos variados (Castillo Yurrita, 1972). Algunas piezas de este grupo fueron incluidas en un estudio de estelas medievales discoideas (Cubillo Pérez, 1986) que al igual que Castillo, proponía una datación para las mismas entre los siglos XI y XIII.

En definitiva, esta interpretación asume varios aspectos que resultan, al menos, problemáticos, simplemente analizando el propio registro arqueológico de referencia, sin entrar en aspectos de base interpretativa.

En primer lugar, supone que la necrópolis actual es el resultado de varias fases de uso del espacio funerario. Una utilización que arrancaría en el Bronce Final y perduraría hasta la plena Edad Media, dada la presencia de elementos reutilizados de estas épocas. La atribución del sitio a estas fases antiguas, tal y como aparece repetidamente en la documentación arqueológica tanto publicada (Álvaro Rueda, 2012; Padilla Lapuente y Álvaro Rueda, 2010) como inédita (Cubillo Pérez, 1986; González Díez, 2003), se basa exclusivamente en esta interpretación de las estelas. No ha sido encontrado nunca ni un solo material arqueológico que apoye tal atribución, ni en las excavaciones de Castillo, ni en las posteriores prospecciones (González Díez, 2003). Curiosamente, las únicas piezas de cronología distinta a la medieval son aquellas que Abásolo y García clasifican como “visigodas”, época no representada en la secuencia tipológica establecida por Castillo y Andrio.

En segundo lugar, es altamente discutible la identificación de paralelos tipológicos establecidos para fundamentar la secuencia. En este sentido, las figuras humanas como las documentadas son habituales dentro de las representaciones de las estelas del periodo altomedieval e, incluso, encuentran antecedentes en grafitis y motivos incisos de eremitorios y cuevas de cronología tardoantigua en el norte peninsular (Azkárate Garai-Olaun y García Camino, 1996, p. 74,93). Lo mismo ocurre con las representaciones geométricas y las cazoletas (Azkárate Garai-Olaun y García Camino, 1989; Ramos Benito, 2012). Por lo tanto, las adscripciones cronológicas quedarían reducidas al lapso temporal que va desde la Tardoantigüedad (s. VI) a la Plena Edad Media (s. XIII).

Pero, sobre todo, el aspecto más controvertido es la asignación ibérica de signos claramente alfabéticos. Al partir de esta identificación errónea, la transcripción propuesta en su día, carece de fundamento. Precisamente este trabajo propone una nueva transcripción y relectura de las estelas epigráficas, tanto de las publicadas en su día como de algunas que permanecen inéditas en la ermita de San Sebastián de Palacios de la Sierra, en base a la lectura de antropónimos en latín, aspecto al que ya hizo una breve referencia en su día Julián Manrique (1996), párroco de Palacios y erudito local que colaboró con Alberto del Castillo.

4. PROPUESTA DE RELECTURA DE LAS ESTELAS EPIGRÁFICAS

4.1. Estelas publicadas

A continuación, se presenta el corpus de estelas con elementos epigráficos (N: 28; 23 publicadas y 5 inéditas) que son objeto de este trabajo. Todas ellas presentan unos rasgos comunes que se van a presentar de manera previa con el fin de que la exposición no resulte excesivamente repetitiva. La grafía utilizada en todos los casos es mayúscula, con algunos rasgos propios de la letra visigótica y alguna minúscula agrandada (Alturo et al 2012; García Morilla 2013; 2014; Martín López y García Lobo 2009). Las inscripciones, en ocasiones, aparecen dispuestas en renglones regulares, incluso encuadradas dentro de un cartel, aunque en la mayoría de los casos las variaciones en cuanto a forma, disposición y tamaño de las letras es notable debido a la espontaneidad e improvisación con que fueron realizadas (ligereza e improvisación en el ductus, la escasa regularidad en el módulo de sus caracteres, ausencia de diseño del campo epigráfico, ausencia de ordinator, habiéndose grabado directamente el texto sobre el soporte pétreo), teniendo que adaptarse al espacio conforme se realizó la inscripción. En todos los casos son elementos grabados a cincel, aunque hay notorias diferencias en el trazo, bien de ejecución fina y precisa bien realizado de manera profunda o bien de ejecución tosca e irregular. El campo epigráfico suele situarse en la parte alta de las estelas. Así lo acreditan al menos las que se han conservado completas, aunque no faltan casos en los que ocupan la zona central o toda la superficie.

A continuación, se describen las estelas depositadas en el Centro de Visitantes de Palacios de la Sierra (figura 2):

Nº 1

Descripción: estela de formato tabular lisa sobre bloque de arenisca de tonos rojizos, con unas dimensiones de 59x36x18 cm, con una cazoleta en la parte superior de 7 cm de diámetro. Su conservación es buena, a excepción del deterioro reciente de la parte superior que ha provocado la desaparición parcial de alguna letra. Aparece una inscripción dispuesta en dos renglones.

Figura 2. Fotografías y dibujos de los epígrafes publicados. / Figure 2. Photographs and drawings of the published epigraphs.

Epígrafe: MANV(TO)/RE LOCV

Transcripción: Manu(to)re locu. El lugar (o sepultura) de Manutora

Comentario: Publicada por Andrio como nº 28-Estela BT. La altura de las letras no es homogénea. La A tiene el travesaño en ángulo, la L prolonga sus trazos y muestra un ángulo muy abierto, la O es significativamente más pequeña que el resto y se utilizan los nexos MA- y –NVT-. La transcripción da cuenta de una fórmula funeraria en la que aparece la persona difunta al que le sigue locu, que hace referencia expresa a la sepultura (Vives, 1942: 276) La fórmula se escribe con el nombre en genitivo, siendo la terminación –e la reducción del diptongo –ae. Atendiendo a este aspecto se entendería que la inscripción hace referencia a una mujer (Vega de la Torre, 1994). Este aspecto es reiterativo en las inscripciones estudiadas, como se podrá observar, por lo que no será comentado de nuevo. El empleo de locu no es habitual en los formularios funerarios. También es poco habitual el antropónimo. El más parecido es el Manuto o Munuto que aparece en una inscripción de San Juan de Zengotia (Mallabia), datada en el siglo X-XI (Azkárate Garai-Olaun y García Camino, 1996, pp. 229–230). Este nombre se compone del radical Manu o Munu, junto al empleo del –to como posible hipocorístico, relacionado con el Manus de origen indígena que se aparece en la epigrafía latina de la Edad Antigua (Abascal 1994: 34).

Nº 2

Descripción: Tiene una forma ligeramente discoidea, que remite a tipos bien datados en contextos del siglo IX-X (Sáenz de Urtiri Rodríguez, 1994: 143). Se ha realizado sobre arenisca de tonos rojizos, con unas dimensiones de 24x26x9 cm, estrechándose en la parte que podría ser el cuello hasta los 20 cm. Es una estela lisa en la que aparece una inscripción dispuesta en tres renglones, dentro de un campo epigráfico definido parcialmente por varias líneas incisas. Tiene una cazoleta en la parte superior de 4 cm de diámetro. Su conservación es regular.

Epígrafe: PATE/RNI/LOCV

Transcripción: Paterni locv. El sepulcro/tumba de Paterno

Comentario: Publicada por Andrio como nº 11-Estela R. La A tiene el travesaño en ángulo, la O es de nuevo más pequeña que el resto, así como la T. La transcripción cuenta con la fórmula funeraria locu, aunque por su ubicación en la exposición actual del Centro de Visitantes no se puede observar la parte inferior. El antropónimo se redacta en genitivo, y se corresponde al masculino Paternus, habitual en su forma masculina y femenina en la epigrafía desde época romana (Abascal 1994: 31, 449; Azkárate Garai-Olaun y García Camino, 1996: 317; Ramos Remedios, 2010: 558; Untermann, 1965: 142; Vives, 1942: 229).

Nº 3

Descripción: Se trata de una estela prismática realizada en arenisca rojiza, con unas dimensiones de 38x18x13 cm. Es una estela lisa en la que aparece una inscripción dispuesta en dos renglones inclinados de manera ascendente de izquierda a derecha Tiene una cazoleta en la parte superior de 4 cm de diámetro. Su conservación es buena.

Epígrafe: ALBI/NE

Transcripción: Albine. Albina

Comentario: Publicada por Andrio como nº 16-Estela AC. La A tiene el travesaño en ángulo, la B presenta los trazos separados y la L en aspa. Se emplea en nexo –NE. La transcripción revela un antropónimo femenino de etimología latina, Albina (Abascal 1994: 264), con la monopotongación del diptongo -ae en -e. Los rasgos formales tanto del soporte lítico como de las grafías remiten a ejemplos similares datados entre el siglo VIII-X (Martín Gutiérrez, 1993).

Nº 4

Descripción: Estela tabular con dos apéndices laterales cortos que le dan un aspecto cruciforme o antropomorfo. Se ha realizado en arenisca rojiza, con unas dimensiones de 59x24x11 cm, con una anchura en el crucero de 29. Tiene una cazoleta de 5 cm. Su conservación es buena.

Epígrafe: ASTVR/ELOC/VM

Transcripción: Asture locum. La tumba de Astura

Comentario: Publicada por Andrio como nº 34-Estela CG. Se distribuye en tres renglones en los que se puede leer el nombre de la difunta, Astura, seguido de la fórmula funeraria locum. El antropónimo no es muy habitual. Existe alguna referencia en la epigrafía de época romana: varios Asturio en Villalcampo (Zamora) y una Asturia en Sanzoles (Zamora) (Abásolo Álvarez y García Rozas, 1991), dos casos de Astur (Abascal 288, CIL II 2604 y 2605) , incluso se puede mencionar a San Asturio, obispo de Toledo en el siglo V (Flórez, 1750). El tipo de grafía y la morfología de la pieza remite a ejemplares datados en el siglo IX-X (Martín Gutiérrez, 1993; Sáenz de Urtiri Rodríguez, 1994: 143).

A continuación, se describen las estelas depositadas en la Ermita de San Sebastián de Palacios de la Sierra (figura 2):

Nº 5

Descripción: Extremo distal de estela prismática lisa realizada en arenisca rojiza, con unas dimensiones de 30x25x17 cm. Su conservación es mala puesto que se encuentra fracturada, así como erosionada y con una pátina que dificulta la lectura de las grafías.

Epígrafe: [-]DIE/LOCV/M

Transcripción: [-]die locum. La sepultura de [-]die

Comentario: Publicada por Andrio como nº 26-Estela BM. Solo se conservan tres renglones, en los que se lee parte del nombre de la difunta, -die, seguido de la fórmula funeraria locum, con la M colgada de la letra L en una posición inferior. Los trazos salientes tanto de la L como de la M provocan cierta confusión en la lectura. Se conocen algunos nombres acabados en –die, aparece en Providie en Espinilla (Cantabria) fechada en el siglo IX-X (Martín Gutiérrez, 1993: 19) o Lucadie en Valpuesta (Ramos Remedios, 2010: 525), con una cronología del X.

Nº 6

Descripción: Estela prismática lisa realizada en piedra caliza, con unas dimensiones de 34x13x8 cm. Su conservación es buena.

Epígrafe: EMI/LIE

Transcripción: Emilie. Emilia

Comentario: Publicada por Andrio como nº 10-Estela Q. El epígrafe se ciñe al nombre de la difunta, Emilia, del antropónimo femenino de etimología latina Aemilia (Abascal 67-72; Vives, 1942: 194). Los atributos morfológicos tanto de las grafías como del soporte pétreo remiten a estelas del siglo VIII-X (Martín Gutiérrez, 1993).

Nº 7

Descripción: estela prismática lisa realizada en piedra arenisca de tonos rojizos, con unas dimensiones de 26x20x18 cm. Su conservación es buena en general, pero la parte superior está dañada por tres profundos arañazos paralelos, que, por la pátina, parece que no son recientes. Tiene una cazoleta en la parte superior de unos 7 cm de diámetro.

Epígrafe: VVAN/TILELOCV/M

Transcripción: Uuan/tile locu/m. La sepultura de Guantila

Comentario: Publicada por Andrio como nº 12-Estela T. Cabe señalar el uso de la N invertida y el nexo -LE. La inscripción emplea de nuevo la fórmula que cita a la difunta en genitivo seguido de la palabra locum. La lectura del antropónimo femenino parece corresponderse con Uuantile, pudiendo leerse la primera U como una G, muy semejante a la Uuantildes que aparece en un documento de 966 (Salvadó i Montoriol, 2012: 2091) o a la Quantil en otro de 1025 del monasterio de San Benet de Beges (Salvadó i Montoriol, 2012: 2240). Podría incluso relacionarse con el antropónimo Quentule/Centule/Guendullus/Centullus, hipocorístico altomedieval derivado de Quintus, documentado en las estelas del actual Euskadi (Azkárate Garai-Olaun y García Camino, 1996: 313).

Nº 8

Descripción: estela antropomorfa lisa realizada en piedra arenisca de tonos rojizos, con unas dimensiones de 40x20x18 cm, con un cuello que se estrecha hasta los 16 cm. Su conservación es buena en líneas generales, pero presenta una fractura en su parte superior izquierda, en la cara delantera. Además, las letras aparecen erosionadas y cubiertas por una pátina que dificulta bastante su lectura. Tiene una cazoleta en la parte superior de unos 3,5 cm de diámetro.

Epígrafe: E(M)MLIE

Transcripción: Emm(i)lie. Emilia

Comentario: Publicada por Andrio como nº 30-Estela BY. La E inicial presenta los apéndices inclinados y la primera M no se lee muy bien debido a la erosión. La L se traza prolongando los trazos de modo que casi parece una cruz invertida. Se emplea el nexo IE. El antropónimo Emilie vuelve a repetirse. Los atributos formales tanto del soporte pétreos como de las grafías determinan una datación del IX-X (Azkárate Garai-Olaun y García Camino, 1996; Martín Gutiérrez, 1993; Sáenz de Urtiri Rodríguez, 1994).

Nº 9

Descripción: estela prismática lisa realizada en piedra arenisca de tonos claros, con unas dimensiones de 39x30x17cm. Tiene una cazoleta en su parte superior de unos 4 cm. Su conservación es buena.

Epígrafe: MOMM/LLITI/(cruz)

Transcripción: Momm(i)/lliti. Mommillito

Comentario: Publicada por Andrio como nº 2-Estela F. Letras bastante regulares a excepción de la O, que se presenta más pequeña y trazada en forma de rombo. El antropónimo muestra la raíz Momm- que se puede relacionar con el nombre Mommo a la que se añade una terminación –lliti que puede ser entendida como un hipocorístico. Esta desinencia se documenta en el particular antropónimo Velliti usado en la documentación para citar a testigos y de origen semítico (Peterson, 2008: 135). Azkárate y García Camino (1996: 315–316) dan cuenta de la forma Mominus y Momus en la epigrafía del Pas vasco, con un ejemplo de cubierta sepulcral con fecha del 883 (Azkárate Garai-Olaun y García Camino, 1996, p. 192), así como de un Momi en el Códice de Roda.

Nº 10

Descripción: estela con formato casi discoideo, lisa, realizada en piedra arenisca de tonos claros, con unas dimensiones de 39x21x11cm. Su conservación es buena.

Epígrafe: ZANI

Transcripción: Zani. Zani o Zano

Comentario: Publicada por Andrio como nº 4-Estela K. Destaca el empleo de la Z y una gran A con travesaño angular. El antropónimo Zani se relaciona con otros semejantes que aparecen en las fuentes del siglo X como Eizani, Izani, Zeianni, Zianna, Zianno cuya etimología se defiende como euskérica (Azkárate Garai-Olaun y García Camino, 1996: 318–319; Ramos Remedios, 2010: 523) o árabe, puesto que en el cartulario de Albelda se cita un Eiza Ibn Gamar, un Eizani y un Zani con tal filiación etimológica (Ramos Remedios, 2010: 509).

Nº 11

Descripción: estela con formato irregular, lisa, realizada en piedra arenisca de tonos claros, con unas dimensiones de 42x20x15cm. Su conservación es buena.

Epígrafe: FELES

Transcripción: Feles. Felix

Comentario: Publicada por Andrio como nº 13-Estela Y. La f inicial es una minúscula agrandada. Es destacable el empleo del nexo –LE- El antropónimo, Feles, con filiación latina en Felix (Abascal, 360-361; Vives, 1942: 210), se ha escrito en nominativo o acusativo. Es un nombre masculino que aparece ampliamente en el Cartulario de Valpuesta (ss. X-XI) (Ramos Remedios, 2010).

Nº 12

Descripción: estela con formato prismático, lisa, realizada en piedra arenisca de tonos claros, con unas dimensiones de 41x21-12x17cm. Presenta cazoleta circular de 8 cm. Su conservación es buena.

Epígrafe: EZO

Transcripción: Ezo. Ezo

Comentario: Publicada por Andrio como nº 14-Estela Z13. Epígrafe en el que la ordinatio brilla por su ausencia y el ductus es muy inseguro. La primera letra es E girada 90 grados. Presenta una E grande, seguida de una Z de escala mucho mayor y cierra una pequeñísima O. La lectura en nominativo Ezo se puede relacionar con Ziezo, derivado del latino Cecius, que se recoge en la documentación de Valpuesta fechada en torno al año 950 (Ramos Remedios, 2010: 506).

Nº 13

Descripción: estela de forma ligeramente discoidal realizada en piedra arenisca de tonos claros, con unas dimensiones de 40x28x16cm. Presenta cazoleta circular de 8 cm. Su conservación es buena.

Epígrafe: AVTE

Transcripción: AVTE. Auta

Comentario: Publicada por Andrio como nº 24-Estela BE. El antropónimo está abreviado, por lo que la lectura es complicada. La primera grafía adopta un formato de A de travesaño angular invertida que carece de ortodoxia gramatical, que bien podría ser leído simplemente como V o como un nexo AV. La letra final es una E que parece formar nexo con una T cuyo trazo superior arranca desde la primera letra. De este modo es posible leer Aute, cuyo origen es el latino Aucta (Abascal 1994: 291). Como Auta se recoge algún testimonio dentro de la epigrafía romana (Abascal 1994: 295; CIL II 5428). Los aspectos formales tanto del soporte como del epígrafe remiten a una cronología entre los siglos VIII y X (Azkárate Garai-Olaun y García Camino, 1996; Martín Gutiérrez, 1993; Vega de la Torre, 1994).

Nº 14

Descripción: estela de formato prismático, realizada en piedra arenisca de tonos rojizos, con unas dimensiones de 33x23x16cm. Presenta cazoleta rectangular de 5x4 cm. Su conservación es buena, a excepción de una fractura en el lado superior izquierdo que ha afectado parcialmente a la primera grafía de la inscripción.

Epígrafe: TERIE

Transcripción: Terie. Teria

Comentario: Publicada por Andrio como nº 17-Estela AD. En este caso aparece una T de tipo cursivo, en minúscula y con espalda cerrada, que se puede encontrar las estelas funerarias de Gegitus y Juliano localizadas en la actual Cantabria y datadas entre los siglos XI-XIII (Peña Fernández, 2011: 166–167). La R minúscula tiene un formato semejante a las R de la suscriptio de la iglesia de San Miguel en Tártales de Cilla, fechada en el siglo XII (García Morilla 2012: 238. Del antropónimo no se han encontrado equivalencias. Por la terminación en –e parece corresponderse con un nombre femenino en genitivo.

Nº 15

Descripción: estela de formato prismático, realizada en piedra arenisca de tonos claros, con unas dimensiones de 39x28x15cm. Presenta cazoleta circular de 3 cm de diámetro. Su conservación es buena.

Epígrafe: EOTI/VS

Transcripción: Eotius. Eotio

Comentario: Publicada por Andrio como nº 1-Estela E. La ordenación y orientación de las grafías son muy irregulares. El trazo es indeciso, siendo realizado casi como un piqueteado más que como una incisión a buril o cincel. Se reconoce el nexo TI, empleando una T de tipo visigótico. Del nombre, que se cita en nominativo, no se han encontrado equivalencias aunque tiene reminiscencias al latino Aetius (Vives, 1942: 194). Los aspectos formales tanto de la estela como del epígrafe remiten de manera genérica a los siglos VIII-X (Azkárate Garai-Olaun y García Camino, 1996; Martín Gutiérrez, 1993; Vega de la Torre, 1994).

Nº 16

Descripción: bloque irregular de piedra arenisca rojiza, con unas dimensiones de 39x25x9cm (Fig. 20). Presenta cazoleta circular de 5 cm de diámetro. Su conservación es en general buena, aunque se encuentra un poco erosionada en algunos puntos.

Epígrafe: (E)ME/LIE

Transcripción: Emelie. Emilia

Comentario: Publicada por Andrio como nº 33-Estela CF. Epígrafe dispuesto en dos renglones. A pesar de que se han perdido algunos trazos por la erosión de la parte superior, caso de la letra E y zona central de la M, la inscripción se lee con relativa facilidad. En este sentido, se puede apreciar la parte final del nombre Emilia, en genitivo. Los rasgos morfológicos de la estela y epígrafe sitúan este elemento entre los siglos VIII-X (Azkárate Garai-Olaun y García Camino, 1996; Martín Gutiérrez, 1993; Vega de la Torre, 1994).

Nº 17

Descripción: bloque irregular de piedra arenisca de tonos claros con unas dimensiones de 33x23x9cm. Presenta cazoleta circular de 5 cm de diámetro. Su conservación es en general buena, aunque se encuentra un poco erosionado en la parte izquierda lo que dificulta la lectura de alguna grafía.

Epígrafe: (F)LA/(M)IDI/MA

Transcripción: Fla/midi/ma. Flamidima

Comentario: Publicada por Andrio como nº 8-Estela P. Epígrafe dispuesto en tres renglones que ocupan prácticamente la totalidad del espacio disponible. La lectura de la F inicial, así como de las dos M situadas en el lateral izquierdo bajo ella es dudosa debido a la erosión y la pátina. Presenta las D en forma triangular y las A con travesaño angular. Atendiendo a estas circunstancias se propone la lectura del antropónimo Flamidima, en nominativo. Parece un derivado de Flamidia, nombre que se recoge por ejemplo en documentos del siglo X e inicios del XI en el Monasterio de San Benet de Bages (Salvadó i Montoriol, 2012: 2062 y 2184). También es probable relacionarlo con Flama, que aparece en Valpuesta (Ramos Remedios, 2010: 525).

Nº 18

Descripción: extremo superior de estela aparentemente tabular con unas dimensiones de 10x17x6 cm, realizada en arenisca de tonos claros. Su conservación es mala debido a que se ha perdido la mayor parte de la estela, a la erosión y pátina que cubre la inscripción.

Epígrafe: MA(D)I/

Transcripción: Madi-, Madi-.

Comentario: Publicada por Andrio como nº 31-Estela CD. Epígrafe del que solo se conoce la primera línea. La lectura de la tercera letra es dudosa. Si la lectura es correcta se podría relacionar con nombres de raíz Madic-, Madig- Matic-, como Madigenus/a, de origen indígena y que se recogen dentro de la onomástica de época romana (Abascal 1994: 32 y 408). Los testimonios más cercanos son las inscripciones de (M)adigeno Laturo, fechada entre el 50 y 80 (Abásolo 1974: 124; Hispania Epigraphica 6673) y Mad(igen)us, datada entre el siglo I y III (Abásolo 1974: 130; Hispania Epigraphica 25817), ambas localizadas en Lara de los Infantes.

En las siguientes líneas se detallan las estelas publicadas y de paradero desconocido en la actualidad (figura 2):

Nº 19

Descripción: estela publicada por Andrio (15-Estela AA) con unas dimensiones de 37x26x10cm, con cazoleta circular.

Epígrafe: MEM/A

Transcripción: Mema. Mema

Comentario: Epígrafe dispuesto en dos renglones situado en la parte superior. La lectura hecha a partir del dibujo publicado da cuenta del antropónimo en nominativo Mema, que remite al Memmia de las fuentes clásicas (Abascal 1994: 184-185). Los rasgos morfológicos tanto del soporte lítico empleado como estela y las grafías permiten una datación relativa entre los siglos VIII-X (Azkárate Garai-Olaun y García Camino, 1996; Martín Gutiérrez, 1993; Vega de la Torre, 1994).

Nº 20

Descripción: estela publicada por Andrio (20-Estela AZ) con unas dimensiones de 26x24x10cm (Fig. 26), con cazoleta circular.

Epígrafe: (A)/LEIO

Transcripción: Aleio. Alejo.

Comentario: Epígrafe dispuesto en dos renglones situado en la parte superior. Tampoco se ha podido analizar directamente. Según el dibujo, la interpretación de la primera línea en el dibujo parece dudosa, pudiendo corresponderse con una sola grafía, A. Esto dejaría una lectura, Aleio, que se puede relacionar con el antropónimo de etimología griega, pero con arraigo latino Alejo. Otra lectura posible es Tileio. En ese caso, no se conoce ningún equivalente en la documentación consultada. Las características tipológicas de la estela (tipo de soporte, morfología y tipo de grafía) permiten una datación relativa entre los siglos VIII-X.

Nº 21

Descripción: estela publicada por Andrio (22-Estela BB) con unas dimensiones de 30x20x15cm, con cazoleta circular.

Epígrafe: VEI/RI

Transcripción: Vei/ri. Vero.

Comentario: Epígrafe dispuesto en dos renglones situado en la parte superior. Según el dibujo, se trata del antropónimo masculino en genitivo Veiro, derivado del latino Verus (Abascal 1994: 543). Las características tipológicas de la estela (tipo de soporte, morfología y tipo de grafía) permiten una datación relativa entre los siglos VIII-X.

Nº 22

Descripción: estela publicada por Andrio (23-Estela BC) con unas dimensiones de 19x17x8cm, con cazoleta circular.

Epígrafe: NONN

Transcripción: Nonn(us). Nuño

Comentario: Epígrafe dispuesto en un renglón situado en la parte superior. Se trata del antropónimo masculino Nonno, actual Nuño, muy habitual en las fuentes medievales de la zona castellana (Ramos Remedios, 2010: 518). A reseñar, la disposición invertida de las N y la O en formato romboidal. Las características tipológicas de la estela (tipo de soporte, morfología y tipo de grafía) permiten una datación relativa entre los siglos VIII-X.

Nº 23

Descripción: estela publicada por Andrio (25-Estela BF) con unas dimensiones de 85x36x15cm.

Epígrafe: ESPAR/CENCIA

Transcripción: Esparcencia. Esparcencia

Comentario: Epígrafe dispuesto en dos renglones situado en la parte superior. De transcripción evidente, Esparcencia. Las características tipológicas de la estela (tipo de soporte, morfología y tipo de grafía) permiten una datación relativa entre los siglos VIII-X.

Existen más estelas publicadas por Andrio (estela P1, AE, BA, BV, CE, nº 3 y nº 4) con caracteres visigóticos cuya transcripción ha sido imposible de llevar a cabo. Los dibujos en algunos casos muestran letras imprecisas o dudosas, por lo que sin la observación de los originales es muy arriesgado proponer lecturas alternativas.

4.2. Estelas inéditas

Todas las estelas que se presentan en este apartado se encuentran depositadas en la actualidad en la Ermita de San Sebastián de Palacios de la Sierra (figura 3).

Figura 3. Fotografías y dibujos de los epígrafes inéditos. / Figure 3. Photographs and drawings of the unpublished epigraphs.

Nº 24

Descripción: Estela tabular lisa realizada en arenisca de tonos claros, con unas dimensiones de 59x24x11 cm. Su conservación es regular, dado que se encuentra erosionada con una pátina que dificulta la lectura de las grafías.

Epígrafe: NA/IARIL(O)/CV

Transcripción: Naiari locu. La sepultura de Naiaro

Comentario: Se distribuye en tres renglones en los que se distingue el nombre del difunto, de lectura dudosa, Naiari, seguido de la fórmula funeraria locu. No ha sido posible encontrar correspondencias del antropónimo. En este sentido, hipotéticamente se puede relacionar con dos formas distintas: como genitivo de Naiarius, que se podría relacionar con el antropónimo Nazarius; o bien puede corresponderse con una posible forma de antropónimo Annaia usado en el área norte de la península ibérica (Peterson, 2008). Los atributos tipológicos tanto del soporte como de las grafías permiten una datación relativa del siglo IX-X (Azkárate Garai-Olaun y García Camino, 1996; Martín Gutiérrez, 1993; Vega de la Torre, 1994).

Nº 25

Descripción: estela prismática lisa realizada en piedra arenisca de tonos claros, con unas dimensiones de 55x25x20 cm. Su conservación es buena en líneas generales, aunque las letras aparecen erosionadas y cubiertas por una pátina que dificulta bastante su lectura.

Epígrafe: (A)BITI

Transcripción: Abiti. Avito

Comentario: De lectura dudosa, el campo epigráfico está delimitado en su parte superior por una línea incisa que sirve de guía. Al mismo tiempo sirve de guía rudimentaria para la ordinatio del texto, que no se respeta en demasía, como puede observarse por la prolongación de los trazos fuera de ella e, incluso, la sobreescritura de alguna de las letras por encima o descolgada de tal línea. Llama la atención el trazado poco ortodoxo de la B. Por más que la lectura de la primera letra es algo dudosa, la propuesta no parece descabellada atendiendo a la lectura del resto del antropónimo. El nombre en latín Avitus/a es bastante común dentro de las fuentes escritas desde época romana (Abascal 1994: 294-295; Vives, 1942: 197), apareciendo incluso en la forma Abitus (Abascal 1994: 255), y también aparece en la documentación, caso de Abita/Abite/Habitu en Valpuesta con fechas del siglo X (Ramos Remedios, 2010: 523).

Nº 26

Descripción: estela prismática lisa realizada en piedra arenisca de tonos claros, con unas dimensiones de 37x35x18 cm. Tiene una pequeña cazoleta en su parte superior de unos 3 cm. Su conservación es mala debido sobre todo a la erosión y la pátina que enmascara las grafías. Estos componentes, junto a lo fino de las incisiones, dificulta la lectura considerablemente.

Epígrafe: ATILIANI

Transcripción: Atiliniani. Atiliano

Comentario: Epígrafe dispuesto en un renglón separado por lo que parece una imperfección del soporte. La A en este caso tiene un travesaño recto, a diferencia de la segunda que lo lleva anguloso. El empleo del genitivo en –i parecer ser denotativo de un antropónimo masculino. Su lectura es dudosa debido a la pátina y a la erosión. Una propuesta de lectura podría ser Atiliani, en clara referencia al antropónimo latino Atilianus (Abascal 1994:289). Las características tipológicas de la estela (tipo de soporte, morfología y tipo de grafía) permiten una datación relativa entre los siglos VIII-X.

Nº 27

Descripción: estela de formato discoidal, realizada en piedra arenisca de tonos claros con unas dimensiones de 29x15x11cm. Su conservación es buena.

Epígrafe: A

Transcripción: A

Comentario: A con travesaño angular. Por su formato discoidal primitivo se puede datar en los siglos IX-X (Sáenz de Urtiri Rodríguez, 1994: 192).

Nº 28

Descripción: bloque irregular de piedra caliza con unas dimensiones de 27x28x10cm. Según la información proporcionada por Sonia Llorente, guía del Centro de Visitantes de las Necrópolis del Alto Arlanza, no fue recuperada en las excavaciones, sino que fue localizada en fechas más recientes por vecinos del pueblo en una de las cercas aledañas al yacimiento. Su conservación es en general buena, la potente concreción enmascara alguna de las grafías.

Epígrafe: DEDE/ALO/CCVM/

Transcripción: Dedea locum. La sepultura de Dedea.

Comentario: Epígrafe dispuesto en 2 renglones que ocupan todo el espacio disponible. Falta el trazo superior de la primera E, y la segunda se traza más redondeada, semejante a una minúscula. Las D se presentan en forma triangular. En la parte inferior se ha realizado una línea incisa que sirve para ordenar el campo epigráfico. Mientras la línea superior y el inicio de la segunda se leen con claridad, resulta difícil la lectura de las grafías siguientes. Aparentemente se escribe la formula funeraria locum, como en otros casos. La lectura se basa en que se reconoce nexo LO- al final de la segunda línea, con una L muy inclinada con un trazo menor que parte de la mitad del largo y una O angulosa. La tercera línea tiene dos C que anteceden al nexo –VM. El antropónimo, Dedea, aparece en nominativo, siendo semejante al Deda que aparece en documentos de fines del siglo X e inicios del XI (942, 990, 1007 y 1032) del Monasterio de San Benet de Bages (Salvadó i Montoriol, 2012: 2069, 2141, 2182, 2256), en un contexto onomástico donde predominan los nombres de clara raigambre germánica.

5. VALORACIÓN

Como ya se ha comentado al inicio, el objetivo del trabajo es aportar una nueva interpretación sobre la transcripción y cronología dada al conjunto de estelas epigráficas procedentes de la necrópolis de El Castillo de Palacios de la Sierra. La discusión no irá dirigida tanto al exhaustivo análisis epigráfico sino a proporcionar una nueva interpretación, ajustando los elementos funerarios estudiados a su tiempo, la Alta Edad Media, de modo que puedan ser empleados en el marco de discusión histórica al que pertenecen. Atendiendo a estos aspectos, en las líneas que siguen se llevará a cabo una valoración sobre el conjunto.

En primer lugar, es importante dejar clara su adscripción a la Alta Edad Media. En relación a este tema, se han acumulado un buen número de indicios: los rasgos formales remiten a estelas tabulares, antropomorfas, prismáticas y ligeramente discoidales que se documentan en contextos funerarios de los siglos VIII a X. La escritura es, en todos los casos, de tipo visigótica o se usa el latín vulgar. En definitiva, no hay ni un solo indicio que indique una cronología anterior a la Tardoantigüedad.

Para proporcionar una fecha más aproximada, un dato importante lo proporciona el proceso de formación del yacimiento, puesto que los epígrafes aparecieron amortizados dentro de tumbas que por sus características Castillo data en el siglo XI. En consecuencia, si las piezas están amortizadas para esa fecha, su cronología tiene que ser previa. Alguno de los atributos con información cronológica avala esta interpretación. Tal y como se puede observar (Tabla 1), la mayor parte de las estelas epigráficas se pueden datar en los siglos IX-X. Solo alguno de los casos estudiados puede ofrecer una cronología ligeramente más moderna, siglos XI y XII, pero aparecen como elementos ya residuales dentro del conjunto.

Tabla 1. Tabla de síntesis con atributos significativos de las estelas epigráficas sometidas a estudio

ID

Nombre

Sexo

Etimología

fórmula funeraria

Formato

Forma del nombre

fecha

1

Manutore

F

latino

locu

tabular

genitivo

X

2

Paterni

M

latino

locu

discoidal

genitivo

IX-X

3

Albine

F

latino

prismático

genitivo

VIII-X

4

Asture

F

latino

locum

antropomorfo

genitivo

IX-X

5

[.]die

F

IND

locum

prismático

genitivo

IX-X

6

Emilie

F

latino

prismático

genitivo

VIII-X

7

Vvantile

F

germánico

locum

prismático

genitivo

X-XI

8

Emilie

F

latino

prismático

genitivo

VIII-X

9

Mommilliti

M

latino

prismático

genitivo

IX-X

10

Zani

M

árabe/vascónico

discoidal

nominativo

IX-X

11

Feles

M

latino

irregular

nominativo

XI

12

Ezo

M

latino

prismático

nominativo

X

13

Avte

m

latino

discoidal

genitivo

VIII-X

14

Terie

F

IND

prismático

genitivo

XI-XIII

15

Eotius

M

latino

prismático

nominativo

VIII-X

16

Emelie

F

latino

irregular

genitivo

IX-X

17

Flamidima

F

germánico

irregular

nominativo

X-XI

18

Madi[.]

IND

latino

tabular

IND

VIII-X

19

Mema

F

latino

prismático

nominativo

VIII-X

20

Aleio

M

griego

irregular

nominativo

VIII-X

21

Veiri

M

latino

irregular

genitivo

VIII-X

22

Nonn(us)

M

latino

prismático

nominativo

VIII-X

23

Esparcencia

F

latino

irregular

nominativo

IX-X

24

Naiari

M

IND

locu

tabular

genitivo

IX-X

25

Abiti

M

latino

antropomorfo

genitivo

X

26

Atiliani

M

latino

prismático

genitivo

XI

27

A

IND

IND

discoidal

IND

VIII-X

28

Dedea

F

germánico

locu

prismático

genitivo

X-XI

En consecuencia, atendiendo a estos rasgos la fecha más aconsejable y prudente es el siglo X y, como mucho, inicios del XI. Sin embargo, una hipótesis sugerente que deberá ser contrastada en el futuro es la que envejece esta fecha para ubicarla en los siglos VIII-IX e, incluso, antes, dadas las enormes concomitancias con las inscripciones de los eremitorios de Castilla y Álava de los siglos VI-VIII (Azkárate Garai-Olaun y García Camino, 1996; Martín Gutiérrez, 1993; Vega de la Torre, 1994). En este mismo sentido, aunque de manera mucho más ambigua, apunta el empleo de grafías (figura 4) cuyos rasgos son ciertamente arcaizantes, y que se pueden relacionar con la letra visigótica, como la A de travesaño angular (ss. VI-VII), la D triangular (ss. VI-VII), la O romboidal (ss. VII-X), la P triangular (s. VIII) y la S inversa (s. VI-IX) (Martín Gutiérrez, 1993: 23; Santiago Fernández, 2009).

Por otro lado, un rasgo particular del conjunto es la formulación funeraria empleada. En la mayor parte de los casos (21) se presenta simplemente con la mención al difunto en nominativo o en genitivo, fórmula habitual en este tipo de elementos funerarios (Azkárate Garai-Olaun y García Camino, 1996; Martín Gutiérrez, 1993; Vega de la Torre, 1994). Sin embargo, en 6 casos se emplea locu/m, vocablo incluido en las fórmulas funerarias cristianas en referencia a sepulcro (Vives, 1942: 221), pero empelada de manera un tanto irregular. Tal y como se presenta, con la desinencia en –m, parece un acusativo. Sin embargo, esto es extraño sin la presencia de un verbo y además deja sin sentido gramatical a la fórmula. Por el contrario, puede ser factible su uso como nominativo, si se atiende a la propia evolución del latín, en un caso claro de oscilación de género. Al menos desde el siglo II d.C. existen ejemplos de nominativo singular masculino acabado en -m en vez de –s, como por ejemplo cita Cortés Bárcenas (2013: 205) en el uso de terminum en vez de terminus en una inscripción africana datada entre el siglo II-III dC o el uso vulgar de thesurum en vez de thesaurus en el Satyricon. También es posible entender este empleo de locum/locu dentro del contexto de uso irregular del latín y pérdida progresiva de las desinencias y los casos que permite una confusión de este tipo.

Figura 4. Alfabeto. / Figure 4. Alphabet.

Un pequeño repaso a la onomástica empelada (Tabla 1) ofrece algunos datos interesantes como: el empleo de nombres de origen latino de manera mayoritaria (19 casos que suponen el 67,85%), algunos de origen germánico (3 casos que son el 10,71%) y el menudeo de otros orígenes; representación equilibrada en relación al sexo (13 casos de hombres y 13 de mujeres, con solo dos casos indeterminados; el uso de nombres habituales en la documentación de los siglos IX-X (Ramírez Sábada y Robles, 1989; Ramos Remedios, 2010). En este sentido, no aparecen nombres comunes de vinculaciones claramente cristianas, que ya serán habituales en momentos más avanzados (ss. XI-XII).

Contemplando las estelas desde un punto de vista formal queda patente la poca estandarización interna, fruto de la elaboración por manos distintas y en momentos diferenciados. En consecuencia, también de la incorporación diacrónica de los mismos a la necrópolis. Se acredita la realización de morfotipos diversos, abundando mayoritariamente los prismáticos (46,43%), seguidos de los irregulares (21,43%), las piezas discoidales de elaboración muy simple (14,29%), las tabulares (10,71%) y acreditándose alguna de formato antropomorfo (7,14%). En relación a esta morfología cabe señalar que las estelas discoidales observadas responden a un formato poco desarrollado, con hombros poco marcados, vástagos irregulares y poco trabajados y discos de tamaño no muy diferenciado respecto al vástago. Estas características, así como el uso de estelas tabulares y prismáticas, con cazoleta, remiten a contextos de los siglos IX y X (Sáenz de Urtiri Rodríguez, 1994). Esta falta de estandarización es producto del marco donde se realizan estas estelas: un espacio rural, al margen de los grandes centros de poder y culturales, cuya producción satisface a la comunidad campesina asentada en el primitivo núcleo de Palacios de la Sierra.

En definitiva, las estelas epigráficas estudiadas, más que elementos atípicos procedentes de la Edad del Hierro, encuentran acomodo dentro del contexto arqueológico donde fueron encontradas: una necrópolis altomedieval. Son una manifestación funeraria que encaja con los restos arqueológicos documentados, centro de culto y cementerio, y pone de manifiesto la ausencia de restos vinculados a cronologías más antiguas. Atendiendo a la cronología de las estelas y la presencia de algunos elementos metálicos tardoantiguos, la adscripción cronológica se reduciría a la Tardoantigüedad, Alta y Plena Edad Media. Sería muy interesante poder precisar las fechas para poder enlazar los elementos estudiados con la discusión sobre la emergencia de los poderes feudales en este sector de la Meseta Norte, el Reino de Asturias, dentro del naciente condado y posterior reino de Castilla.

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* Arqueólogo del Servicio Territorial de Cultura de Valladolid. Junta de Castilla y León. Profesor Asociado, Área de Arqueología de la Universidad de Burgos.

1. Agradecemos al personal del Centro de Visitantes su amabilidad y buen hacer durante nuestra visita, así como darnos la posibilidad de acceder al material no expuesto.