Onieva Palomar, R. (2022). Los diccionarios como herramienta para el aprendizaje de idiomas extranjeros: uso, percepción y preferencias por parte de estudiantes de tercero de ESO
RILEX. Revista sobre investigaciones léxicas, 5/I, 37-77

LOS DICCIONARIOS COMO HERRAMIENTA PARA EL APRENDIZAJE DE IDIOMAS EXTRANJEROS: USO, PERCEPCIÓN Y PREFERENCIAS POR PARTE DE ESTUDIANTES DE TERCERO DE ESO

DICTIONARIES AS A TOOL TO LEARN FOREIGN LANGUAGES: USE, PERCEPTION AND PREFRENCES BY STUDENTS IN THE THIRD YEAR OF COMPULSORY SECONDARY EDUCATION

Rafael Onieva Palomar

Universidad de Granada

RESUMEN

Los diccionarios son herramientas de extraordinaria importancia en el campo del aprendizaje de idiomas extranjeros tanto por su larga tradición en la educación como por su marcado carácter pedagógico. Su uso en este campo, sin embargo, se limita en la mayoría de las ocasiones a los diccionarios bilingües a pesar de que también existan obras lexicográficas monolingües destinadas a aprendices de lenguas extranjeras: los diccionarios de aprendizaje. Con el objetivo de profundizar en el conocimiento sobre la percepción y el uso que los estudiantes de lenguas extranjeras hacen de los diferentes tipos de diccionarios, en este artículo se presentan los resultados obtenidos a partir de las respuestas a un cuestionario distribuido a 41 alumnos de Tercero de Educación Secundaria Obligatoria (ESO) del C.D.P Madre del Divino Pastor en Andújar (Jaén) para dirimir el estado en el que se encuentran los diccionarios en este nivel educativo y comprobar si se hace un uso regular de unas obras que pueden contribuir a la mejora drástica de las calificaciones en esta asignatura. Los resultados de este estudio exponen que existe una preferencia por las obras bilingües en un formato digital y que el uso del diccionario es bajo, lo que conlleva unas habilidades lexicográficas poco desarrolladas entre el alumnado. Estos resultados hacen que se plantee necesario mejorar la situación de los diccionarios en el aula con el fin de evitar que estas fuentes de consulta no caigan en pleno desuso.

Palabras clave: lexicografía, diccionario bilingüe, diccionario de aprendizaje, diccionarios digitales, aprendizaje de idiomas extranjeros, cuestionario.

ABSTRACT

Dictionaries are considered a truly important tool in the field of language learning both for their long-standing tradition in education and their clear pedagogical orientation. However, the usage of dictionaries in this field is quite limited and, mostly, only bilingual dictionaries are consulted even if there exist monolingual dictionaries that are addressed to a foreign audience: the so-called learner’s dictionaries. The objective of this paper is to deepen on the knowledge related to the perception and the use of dictionaries by foreign-language students. This is achieved by presenting the results of a survey that was answered by 41 students of English language from the Third year of the Compulsory Secondary Education (CSE) who studied at the subsidised private school Madre del Divino Pastor, located in Andújar (Jaén, Spain) and whose results will show the state in which dictionaries are at this educational stage and will verify whether there is a regular use or not of a tool that can help to drastically improve the final mark obtained in this subject. The results of this study manifest that there is a preference towards bilingual dictionaries in an online format and the usage of dictionaries is scarce, which leads to poor lexicographical skills among students. These results may imply that it is necessary to improve the situation of dictionaries in class to avoid that these sources do not end up disappearing in the future.

Keywords: lexicography, bilingual dictionary, learner’s dictionary, digital dictionaries, learning of foreign languages, survey.

Recibido: 31-10-2021
Aceptado: 30-11-2021

DOI: https://doi.org/10.17561/rilex.5.1.6708

1. INTRODUCCIÓN

El aprendizaje de lenguas extranjeras es una materia que está presente en prácticamente todos los sistemas educativos del mundo y, generalmente, tiene un carácter obligatorio, por lo que su importancia es capital en la sociedad globalizada de nuestros días. En el caso particular de la enseñanza en España, el inglés forma parte del currículum oficial de enseñanza desde la Educación Primaria e, incluso, muchos centros educativos están empezando a apostar por una educación bilingüe en inglés con el objetivo de que los estudiantes sean en el futuro hablantes competentes en este idioma. Además, existe también una asignatura específica de segunda lengua extranjera en el currículum oficial que empieza a instruirse desde la Educación Primaria (cuyo idioma principal suele ser el francés, aunque otros idiomas están empezando a emerger) con el objetivo de mejorar la riqueza lingüística del alumnado. De este modo, la importancia de las asignaturas de lenguas extranjeras es innegable en el sistema de educación español en todos sus niveles, siguiendo las directrices de la Unión Europea de la importancia y el fomento del plurilingüismo en el sistema educativo de los estados miembros.

Uno de los instrumentos que se podría considerar incluso como prototípico por su enorme tradición en el campo del aprendizaje de idiomas (indiferentemente de si el idioma es la lengua nativa o una extranjera) es el diccionario bilingüe. De una manera primigenia, se comenzaron a comparar términos entre dos o más idiomas mediante listados de palabras hace más de 4000 años ante la necesidad de contar con una fuente de consulta fiable para la traducción y comprensión de idiomas extranjeros, siendo muy importantes en civilizaciones arcaicas como la Sumeria o la Antigua Grecia. El objetivo de las listas de palabras en esos tiempos tan remotos era similar al que siguen teniendo en nuestros días las obras lexicográficas bilingües: poner en contraposición dos o más idiomas para la obtención de una traducción o equivalente léxico bien en la lengua materna o bien en el idioma extranjero en cuestión (Boisson, 1996, pp. 18-24).

El diccionario bilingüe, sin embargo, no es la única obra lexicográfica que se puede utilizar con el fin de ser una fuente de consulta en el proceso del aprendizaje de una lengua extranjera pues, en la década de los 40 del siglo pasado, se empezaron a escribir en lengua inglesa los primeros diccionarios de aprendizaje, los cuales son obras monolingües adaptadas a un público extranjero. Estas obras suelen considerarse como diccionarios de transición entre los diccionarios bilingües y los diccionarios monolingües generales para los usuarios extranjeros, por lo que se recomienda su uso en estudiantes de nivel intermedio. No obstante, estos diccionarios no son utilizados de una manera amplia por parte de los usuarios, quienes llegan en muchas ocasiones a desconocer su existencia (Pablo Núñez, 2017, pp. 208-210).

Por otra parte, la importancia y la presencia de la tecnología en la sociedad de nuestros días es innegable y se puede catalogar como esencial en nuestra vida cotidiana. Los diccionarios no son ajenos ante el desarrollo tecnológico y, por consiguiente, actualmente es posible consultarlos tanto en el soporte tradicional, es decir, en papel, como en un soporte digital. La inclusión de los diccionarios en la red debe entenderse como una oportunidad inmejorable para fomentar su uso entre los aprendices de lenguas extranjeras, pues el uso del diccionario tanto en las clases como en el trabajo autónomo de los alumnos es más limitado del que a priori se pudiera pensar por el carácter cuasi prototípico de estas obras como herramientas para el aprendizaje de idiomas. La aparición de los diccionarios digitales podría paliar las deficiencias que han acompañado de manera tradicional a las obras en papel, pues ayudan a obtener resultados de una manera inmediata desde cualquier dispositivo electrónico conectado a la red. Los diccionarios digitales pueden resultar también de gran ayuda para este fin, pues el abanico de diccionarios existentes en la red es prácticamente infinito. Ante esta gran oferta de diccionarios, es importante seleccionar el tipo de diccionario que más se adecúa a las necesidades individuales del alumno, pues una elección equivocada del diccionario podría ocasionar que se obtenga o bien información escasa que no cumpla con las expectativas del estudiante o bien información muy avanzada que pueda llegar a ser ininteligible. Por ello, es primordial que tanto los docentes de lenguas extranjeras como los alumnos sean conscientes de las pautas que los expertos recomiendan para la elección de diccionarios según el nivel de competencia del estudiante en la lengua extranjera, tal y como se explicará en el apartado 2.1.

Ante la existencia de diversos estudios (Atkins & Varantola, 1998; Contreras Izquierdo 2000; Hernández Hernández, 2004) que apuntan a una infrautilización de los diccionarios de aprendizaje en el proceso del aprendizaje de una lengua extranjera, se estima conveniente la realización de un estudio con el objetivo de discernir si esta tendencia sigue observándose o si existe cierto progreso con respecto a los estudios publicados en la materia tomando como muestra alumnos de tercero de ESO en España, cuyo nivel de competencia según el currículum oficial ha de ser, en general, intermedio. Además, se quiere reconocer también el grado de uso de los diccionarios y la percepción que los estudiantes tienen ante estas obras lexicográficas en general, así como identificar si el diccionario bilingüe sigue siendo la obra de referencia en este ámbito. Asimismo, se quiere analizar la percepción que los estudiantes tienen sobre los diccionarios digitales y el desarrollo de las habilidades lexicográficas entre los alumnos encuestados. Se parte de las siguientes cuatro hipótesis de investigación:

1) Los alumnos prefieren utilizar los diccionarios bilingües a los diccionarios monolingües para realizar las consultas en un idioma extranjero, a pesar de las recomendaciones de los expertos para estudiantes de este nivel.

2) El grado de uso del diccionario de aprendizaje es bajo hasta el punto de ser desconocido para la mayoría de los sujetos.

3) Los alumnos prefieren utilizar diccionarios digitales en lugar de diccionarios impresos.

4) Las habilidades lexicográficas de los sujetos no están demasiado desarrolladas, lo que conlleva un peor desempeño a la hora de realizar consultas en los diccionarios.

2. ESTADO DE LA CUESTIÓN

2.1 EL DICCIONARIO COMO FUENTE DE CONSULTA EN EL APRENDIZAJE DE LENGUAS EXTRANJERAS

No cabe duda de que el diccionario es una de las herramientas fundamentales y más conocidas para el aprendizaje tanto de la lengua materna como de lenguas extranjeras. Esto es debido a que el diccionario, por su marcado carácter pedagógico, permite a los estudiantes resolver dudas lingüísticas de diversa índole, como pueden ser el significado de una palabra, su ortografía o su fonética, entre otras cuestiones; por lo que el uso regular del diccionario, acompañado de la elección correcta del tipo de obra lexicográfica que se consulta, puede resultar beneficioso para el estudiante, que puede ver cómo su desempeño en la lengua extranjera que está aprendiendo mejora palmariamente. En el caso del campo del aprendizaje de idiomas extranjeros, este tipo de obra cobra además especial relevancia en el trabajo autónomo del alumno pues, en aquellos momentos en el que el profesor no le puede asistir, el estudiante puede consultar el diccionario con la garantía de que está consultando una fuente fiable (Hernández Hernández, 2011, pp. 408-409).

En el campo del aprendizaje de lenguas extranjeras, no obstante, es necesario ser cauteloso a la hora de elegir el tipo de diccionario que se adecúa mejor a las necesidades del usuario pues, aunque los diccionarios sean fuentes fiables como se ha mencionado anteriormente, si el alumno hace una mala elección del diccionario que utiliza, el resultado puede llegar a ser contraproducente. Por esta razón, diversos expertos en la materia recomiendan utilizar diferentes tipos de diccionarios según el nivel de competencia del estudiante en la lengua extranjera con el fin de potenciar las cualidades de estas obras para, de esta manera, ser de la mayor utilidad para los usuarios y obtener los mejores resultados posibles. Estas recomendaciones apuntan a que los estudiantes de lengua extranjera de nivel inicial han de utilizar diccionarios bilingües, los estudiantes de nivel intermedio diccionarios de aprendizaje y los de nivel avanzado, el diccionario monolingüe general (Contreras Izquierdo, 2000, p. 658; Hernández Hernández, 2000, p. 96; Prado Aragonés, 2005, pp. 22-23; Heuberger, 2018, p. 300).

Con el fin de ejemplificar y hacer más ilustrativo el por qué de estas recomendaciones, estas se explicarán en mayor profundidad. Por ejemplo, en el caso de que un estudiante de nivel inicial utilizase un diccionario monolingüe (indiferentemente de su naturaleza), este no podría comprender las definiciones del término que está buscando ni el resto de la información incluida en la microestructura, puesto que se ofrecen en la lengua que está aprendiendo (es decir, la lengua meta). Por ello, se recomienda que estos estudiantes utilicen el diccionario bilingüe, pues se les ofrecerá un equivalente léxico en su lengua materna o una lengua en la que tenga una alta competencia (denominada técnicamente como lengua de partida) que les ayudará a comprender mejor la información que están buscando. Del mismo modo, si un estudiante de nivel avanzado usara un diccionario bilingüe para realizar una consulta, la información proporcionada por este tipo de diccionario puede resultar escasa al no facilitarse una definición que le ayude a aclarar el significado real de la palabra que está buscando pues, en la mayoría de ocasiones, la traducción que se ofrece en los diccionarios bilingües es parcial en el caso de no existir un equivalente perfecto entre los dos idiomas, el cual es un fenómeno que ocurre con bastante frecuencia. Por ende, aunque este diccionario ofrezca como traducción aquel término que más se asemeje entre los idiomas en cuestión, pueden existir diferencias pragmáticas o semánticas que pueden llegar a ser pertinentes para un estudiante que se encuentra en el nivel más avanzado del aprendizaje de la lengua extranjera.

El hecho de conocer qué obra lexicográfica es la más adecuada según el nivel de competencia en la lengua extranjera y según la propia estructura interna del diccionario no es solo oportuno para los estudiantes, sino que también es relevante para los docentes, pues los profesores han de conocer también en profundidad las obras que pueden ofrecer el mejor rendimiento entre sus alumnos para, así, potenciar y mejorar los resultados obtenidos y, además, contar con una herramienta extraordinaria para los momentos de trabajo autónomo en los que no pueden asistir a los estudiantes. Desafortunadamente, el conocimiento lexicográfico tanto entre los docentes como los estudiantes de lenguas extranjeras en España no está muy desarrollado, pues no se recibe ningún tipo de formación específica en la materia. Además, la rama de la metalexicografía que se ocupa de este fin, la denominada lexicografía pedagógica, cuenta con una corta tradición en la literatura publicada en lengua española. Esta desatención, acompañada de la nula formación lexicográfica de los docentes y los estudiantes de lenguas extranjeras, provoca que en la mayoría de ocasiones se opte por el diccionario bilingüe al pensar que no existe otra opción dentro del repertorio de diccionarios que se ofertan en el mercado (Rodríguez Barcia, 2016, pp. 106-108).

2.2 LOS DICCIONARIOS BILINGÜES: EL DICCIONARIO POR ANTONOMASIA EN EL CAMPO DEL APRENDIZAJE DE LENGUAS EXTRANJERAS

A pesar de las recomendaciones expuestas, el diccionario por excelencia en el campo del aprendizaje de lenguas es el diccionario bilingüe. Esto es debido, entre otras razones, a la propia naturaleza de esta tipología de obra lexicográfica; pues el diccionario bilingüe es considerado como “una herramienta de consulta que se ocupa de dos lenguas cuya función principal es facilitar la traducción y la enseñanza de lenguas” (Camacho Niño, 2020, p. 46). Estas dos lenguas en cuestión son denominadas técnicamente como lengua de partida y lengua meta. En cuanto a la lengua de partida, esta puede conformar tanto la macroestructura del diccionario como la microestructura, pues el usuario puede realizar búsquedas en su lengua materna buscando el propio término en el diccionario para recibir la traducción o viceversa, es decir, buscar el término en la lengua extranjera para recibir la traducción en su lengua materna. Este proceso se denomina bidireccionalidad y está presente en la mayoría de los diccionarios bilingües. No obstante, hay que tener en cuenta que este tipo de diccionarios pueden llegar a ser muy limitados a la hora de realizar tareas relacionadas con la producción de enunciados y que, normalmente, proporcionan menos información que un diccionario monolingüe en tareas de decodificación, pues se ciñen de manera mayoritaria a proporcionar exclusivamente un equivalente léxico en la lengua extranjera que, por las propias dificultades del lenguaje, no es un equivalente total en numerosas ocasiones (Contreras Izquierdo, 2000, p. 658).

El éxito de los diccionarios bilingües, por tanto, puede responder a motivos eminentemente prácticos con respecto a sus competidores en el mercado lexicográfico. El hecho de proporcionar la traducción en la lengua extranjera de una manera directa y el de ser una obra bidireccional son dos de los principales motivos por los que el diccionario bilingüe impera en el mercado lexicográfico en el campo del aprendizaje de idiomas extranjeros, pues agilizan tanto el proceso de búsqueda como el proceso de decodificación del lenguaje. Asimismo, en el caso de las obras impresas se pueden apuntar también a motivos extralingüísticos para explicar dicho éxito frente a las obras monolingües. Estos motivos son predominantemente económicos, puesto que, al incluir dos idiomas en un mismo tomo, no es necesario comprar dos diccionarios independientes como en el caso de los diccionarios monolingües (Ruhstaller, 2004, p. 91).

2.3 LOS DICCIONARIOS DE APRENDIZAJE: UN TIPO DE DICCIONARIO INFRAUTILIZADO A PESAR DE SU POTENCIAL

Bien es cierto que, tal y como se ha apuntado antes; aunque el diccionario bilingüe sea el diccionario por antonomasia en el ámbito del aprendizaje de idiomas, no es el único que se puede utilizar para este fin, pues hay un tipo de obras lexicográficas monolingües que van destinadas exclusivamente a un público no nativo: los denominados diccionarios de aprendizaje. Estos diccionarios toman su nombre en español directamente de la traducción de su denominación en el idioma inglés, learner’s dictionaries, lengua que puede ser considerada como fundacional en este género, ya que el primer diccionario de aprendizaje publicado en la historia fue en este idioma: el denominado Oxford Advanced Learner’s Dictionary (OALD), cuya publicación data del año 1948 por parte del lexicógrafo Albert Sidney Hornby.

Los diccionarios de aprendizaje cuentan con una efímera trayectoria en la metalexicografía publicada en lengua española y, a finales de la década de los 80, Hernández Hernández puso de manifiesto que “una de las deficiencias más notables en la enseñanza de nuestro idioma es la inexistencia de obras lexicográficas adecuadas a la edad y al nivel de los estudiantes” (Hernández Hernández, 1998, p. 160). De este modo, aunque existieran diccionarios monolingües del español en esa fecha, no había ninguno que fuera destinado a un público únicamente extranjero y, aquellos diccionarios monolingües publicados que decían ser poder utilizados por un público extranjero, iban también dirigidos a un público nativo, por lo que no se atendían las necesidades específicas de los usuarios extranjeros. No fue hasta el año 1995 cuando apareció el que se puede considerar como el primer diccionario real de aprendizaje en lengua española: el Diccionario para la enseñanza de la lengua española (DiPELE). Este diccionario fue publicado por la editorial VOX-Bibliograf y dirigido por el eminente lexicógrafo Manuel Alvar Ezquerra (Hernández Hernández, 2004, p. 465).

Se puede considerar a los diccionarios de aprendizaje como “obras lexicográficas monolingües sincrónicas destinadas a usuarios extranjeros” (Tarp, 2006, p. 298). Este tipo de obras forman parte de una disciplina de la metalexicografía denominada lexicografía didáctica, en la que se engloban los diccionarios de aprendizaje y los diccionarios escolares (estos últimos son diccionarios monolingües dirigidos a un público nativo en edad escolar). Estos dos tipos de diccionarios se utilizan con un marcado fin pedagógico y guardan ciertos rasgos similares, como la selección del léxico, la adaptación de la microestructura (principalmente de la definición) y la mayor presencia de información gramatical con respecto a un diccionario monolingüe general. Sin embargo, un usuario extranjero debe ceñirse a utilizar un diccionario de aprendizaje puesto que, aunque el diccionario escolar guarde ciertas similitudes con estos, las necesidades de los usuarios extranjeros pueden diferir en demasía con respecto a las de los usuarios nativos (Azorín Fernández, 2000, pp. 19-22).

La principal característica de los diccionarios de aprendizaje es que tanto su macroestructura como su microestructura están adaptadas a un público extranjero, ya que se seleccionan de manera cuidadosa tanto las palabras que se incluyen en el diccionario como la presentación de la información que las acompañan (principalmente, la definición y la ejemplificación). Este proceso se suele realizar por el equipo lexicográfico a cargo de la redacción del diccionario y se utiliza un léxico definitorio a la hora de elaborar el diccionario. Habitualmente, este léxico definitorio está compuesto por un máximo de 3000 palabras, cuya selección se realiza a través de parámetros de frecuencia en los corpus lingüísticos (Heuberger, 2018, p. 302). El propósito de la utilización del léxico definitorio para este fin no es otro que el de adaptar la información que acompaña a la entrada en el diccionario, principalmente, la definición; con el objetivo de crear definiciones sencillas y de fácil comprensión para los usuarios en la lengua extranjera sin la necesidad de tener que aportar una traducción. Estas definiciones están acompañadas por ejemplos que, en numerosas ocasiones, son extraídos de corpus lingüísticos en los que se toman como referencia aportaciones realizadas por los propios usuarios de nivel intermedio en esa lengua extranjera, por ejemplo, en redacciones o exámenes. Por esta razón, algunos expertos en la materia han llegado a esgrimir que los diccionarios de aprendizaje son diccionarios bilingües universales, dado que pueden ser utilizados por cualquier estudiante que esté estudiando la lengua extranjera que se recoge en el diccionario independientemente de cuál sea su lengua materna (Humblé, 2001, p. 34).

2.4 LOS DICCIONARIOS DIGITALES: UNA NUEVA REALIDAD

Tradicionalmente, los diccionarios estaban disponibles para ser consultados exclusivamente en versión impresa, con el consiguiente hándicap que ello podía conllevar entre los usuarios a nivel educativo (los diccionarios podían ser obras voluminosas de difícil manejo para el alumnado, costosas o difíciles de utilizar; entre otros elementos negativos). Sin embargo, el auge de la tecnología desde mediados de la década de los 90 del siglo pasado ha provocado una gran revolución en el mundo de la lexicografía y, en la actualidad, es posible consultar un abanico de diccionarios en línea casi infinito de una manera mucho más rápida y, mayoritariamente, gratuita. El incesante auge y desarrollo de la tecnología se puede considerar como una oportunidad inmejorable para fomentar el uso del diccionario en clases de idiomas extranjeros, pues se pueden consultar en línea diferentes obras lexicográficas de manera gratuita para, de este modo, paliar las principales limitaciones que tradicionalmente se asocian con los diccionarios impresos: el tiempo que se emplea en obtener la información, su elevado precio y el hecho de tener que manejar una obra de grandes dimensiones y peso que pueden entorpecer las consultas por parte de los usuarios (Haensch & Omeñaca, 2004, pp. 28-29).

La naturaleza y el propósito del diccionario digital son análogos a los de los diccionarios impresos, pues el cambio de formato en estas obras no implica modificaciones en el propósito de estas obras, que sigue siendo el de ser una herramienta pedagógica que ayude a los estudiantes de lenguas extranjeras a expandir su vocabulario y a realizar consultas de diversa índole lingüística. Por esta razón, los diccionarios digitales han de ser también obras fiables que estén respaldadas por el trabajo editorial de lexicógrafos, del mismo modo que los diccionarios impresos y, además, tienen que contar con una interfaz visual e intuitiva que no requiera de conocimientos informáticos profundos para su utilización. Asimismo, es oportuno que los diccionarios destinados a un público extranjero estén equipados con motores de búsqueda que permitan obtener resultados relacionados en el caso de escribir incorrectamente el término que se quiere consultar, pues este hecho puede ser de especial ayuda en el caso de que el estudiante no sepa escribir de manera correcta el término que se busca, quien será consciente de su error ortográfico y obtendrá la información del término en cuestión en el diccionario (Gronvik & Smith Ore, 2013, p. 243).

El concepto de diccionarios digitales incluye a todos aquellos que se pueden consultar en un soporte no impreso. En la actualidad, el diccionario digital principal es el diccionario en línea, es decir, el diccionario que se puede consultar en Internet mediante acceso web utilizando, por ejemplo, un ordenador. Estos diccionarios cuentan, incluso, con versiones en aplicaciones móviles disponibles para ser descargadas en teléfonos inteligentes y poder ser consultados en cualquier lugar donde haya un punto de acceso a Internet. En el caso de los diccionarios en línea, estos pueden ser de dos tipos: institucionales o colectivos. Los diccionarios institucionales son aquellos diccionarios que se basan en la información que aportan en sus homólogos impresos, por lo que están vinculados a una editorial de manera frecuente. Estas son fuentes de consulta fiables que, generalmente, son gratuitas en su versión más básica; aunque disponen de partes de pago que proporcionan información adicional o pueden limitar el número de búsquedas diarias que se realizan. Por otra parte, los denominados diccionarios colectivos se crean a partir de las contribuciones de los propios usuarios, quienes normalmente no son profesionales en la materia. Estas obras lexicográficas son íntegramente gratuitas, aunque pueden proporcionar información inexacta puesto que cualquier usuario registrado puede editar la información. El diccionario colectivo más utilizado en este campo es WordReference (Lew, 2011, pp. 230-231).

Los diccionarios digitales han experimentado un gran desarrollo provocado por el auge y el propio desarrollo de la tecnología. Sin embargo, los diccionarios digitales aglutinan también otros tipos de diccionarios además de los diccionarios en línea. El primer tipo de diccionario digital que fue accesible al gran público fue el diccionario en disquetes, que posteriormente fueron sustituidos por los diccionarios en CD-ROM. Estos diccionarios gozaron de gran popularidad en los últimos años del siglo pasado y los primeros del presente, pero en la actualidad han quedado obsoletos. En Asia, el principal tipo de diccionarios digitales son los denominados diccionarios electrónicos, que son dispositivos electrónicos de bolsillo, similares a una calculadora, que cuentan con un teclado y una pantalla para realizar las consultas (Dziemanko, 2018, p. 664).

2.5 INVESTIGACIONES PREVIAS EN ESTE CAMPO

Con el fin de tomar como referencia la información obtenida en otros estudios llevados a cabo en el ámbito del uso, percepción y conocimiento del diccionario por parte de los usuarios y contrastar los resultados con la investigación que se detalla en este artículo, se mencionarán los principales hallazgos de cada uno de ellos de manera breve. El orden en el que se presentan los resultados responde a motivos estrictamente cronológicos:

Nuccorini (1992). Este estudio tomó como referencia a 56 estudiantes italianos de inglés en el nivel proporcional a la Educación Secundaria Obligatoria española. El estudio se diseñó a través de un formulario relativo al uso y preferencias del diccionario por parte del alumnado. Los resultados obtenidos indican que la razón principal para la consulta del diccionario era conocer el significado de una palabra: el 75% de los usuarios lo indicaron como la opción más frecuente. Mayoritariamente, para conocer el significado de las palabras, los estudiantes preferían consultar un diccionario bilingüe para obtener una traducción en italiano y confiar en su conocimiento en su lengua materna para esclarecer el significado, en lugar de acudir a un diccionario de aprendizaje, que era la recomendación que recibían por parte de sus docentes. Además, los resultados de este estudio arrojan que hay un uso muy limitado del diccionario fuera de las clases de lenguas extranjeras.

Atkins y Varantola (1998). Este estudio tuvo como objeto comprobar el uso del diccionario por medio de 723 estudiantes de inglés (lenguas maternas: francés, alemán, italiano y español) que fueron divididos en cuatro grupos según su nivel de competencia en inglés. Estos usuarios fueron preguntados directamente por su preferencia entre el diccionario bilingüe y el monolingüe y se midió el grado de uso de estos dos tipos de obras lexicográficas en diferentes actividades de comprensión, traducción y uso. Respecto a la preferencia entre estos dos diccionarios, el bilingüe era el preferido por todos los grupos de usuarios, independientemente de su lengua materna o nivel en la lengua extranjera; ya que, de manera global, el 77% de los sujetos decían preferir los diccionarios bilingües. Se observó, sin embargo, la tendencia de que, cuanto mayor era el mayor nivel de los usuarios, subía la preferencia por el diccionario monolingüe, aunque esta preferencia nunca llegaba a ser mayoritaria (pues el 60% de los usuarios con el nivel más avanzado prefieren el diccionario bilingüe). Con respecto al grado de uso del diccionario en las diferentes actividades que se plantearon en el estudio, destacó el predominio del diccionario bilingüe para las actividades de traducción (el 87% de los sujetos utilizó este diccionario para este fin), el cual también fue mayoritario para las actividades de comprensión (61%). No obstante, para las actividades del uso del inglés los sujetos en general optaron por diccionarios monolingües (54%).

Böhner (1999). La investigación tomó como referencia a 271 sujetos de Baviera (Alemania) que estudiaban el curso correspondiente al de tercero de la ESO en España. Es importante aclarar que se permite a los alumnos de lenguas extranjeras de esta región alemana utilizar diccionarios de aprendizaje durante sus exámenes. A pesar de ello, en las tareas de casa (es decir, de trabajo autónomo) casi el 90% de los usuarios prefería utilizar el diccionario bilingüe en lugar del monolingüe. El principal motivo de esta preferencia es que los usuarios defendían que no comprendían las definiciones de estos diccionarios y que, al tener que buscar también palabras de la propia definición se utilizaba mucho tiempo. Cuando se les preguntó acerca de los rasgos que debería tener un diccionario ideal, más del 90% de los sujetos consideró como rasgo más importante el hecho de que el diccionario tuviera definiciones de fácil comprensión. Además, alrededor del 80% también creía importante que el diccionario tuviera un diseño claro que hiciera fácil su manejo.

Contreras Izquierdo (2000). En este caso, se realizó una encuesta para dirimir las opiniones y preferencias que estos sujetos tenían sobre el diccionario. Los sujetos de este estudio eran 100 estudiantes no nativos de español cuyo nivel de competencia era, al menos, intermedio y que provenían de diversas entidades educativas localizadas en Hungría, Rumania y España. Los resultados señalan que los sujetos percibían el diccionario como una herramienta importante y útil para aprender español, aunque había una clara preferencia en favor del diccionario bilingüe, a pesar de las recomendaciones lexicográficas para los niveles intermedios y avanzados. Esta preferencia no respondía a motivos de contenido del diccionario bilingüe en sí mismo, sino a las dificultades que los usuarios tenían para la comprensión de la información en los diccionarios monolingües. Esta dificultad podía estar motivada por el hecho de que los diccionarios monolingües consultados eran diccionarios generales, pues la gran mayoría de los sujetos decía desconocer los diccionarios de aprendizaje. Asimismo, es importante destacar que, según los datos obtenidos en este estudio, casi la totalidad de usuarios no había recibido ningún tipo de adiestramiento para el uso del diccionario.

Hernández Hernández (2004). Este estudio fue realizado por medio de un cuestionario a cien sujetos que eran profesores de español no nativos, por lo que su nivel de competencia era alto. Este estudio vuelve a poner de manifiesto la hegemonía del diccionario bilingüe frente a las obras monolingües, pues era la opción preferida por estos sujetos tanto para enseñar como aprender la lengua, puesto que en el momento en el que ellos mismos aprendieron el idioma, el diccionario al que tuvieron mayor exposición fue el diccionario bilingüe. Además, el 75% de estos docentes decía desconocer la existencia de diccionarios de aprendizaje editados en lengua española por lo que, en el caso de utilizar un diccionario monolingüe para la enseñanza del idioma, estos utilizaban el DRAE o el Diccionario de uso del español de María Moliner (es decir, diccionarios monolingües generales) indiferentemente del nivel de los usuarios. Este hecho puede estar vinculado al hecho de que prácticamente la mitad de los profesores no había recibido ningún tipo de formación lexicográfica para ser aplicada en la docencia. Finalmente, la opinión prácticamente unánime de estos docentes sobre el diccionario es el de un instrumento con una importancia capital para aprender un idioma extranjero.

Cote González y Tejedor Martínez (2011). Estas autoras, quienes realizaron estudios similares anteriores a este (1998 y 2007), ponían de manifiesto la importancia de que los alumnos reciban instrucción explícita relativa al uso del diccionario; pues consideraban que había graves carencias que imposibilitan sacar provecho de los diccionarios en las asignaturas de lenguas extranjeras, pues en numerosas ocasiones los estudiantes hacían mención a insuficiencias en los diccionarios relativas a falta de información que no eran reales ya que, aunque la información estuviera presente, no eran capaces de decodificarla correctamente. Este hecho desembocaba en que hubiera una percepción negativa sobre los diccionarios por parte de los usuarios que formaron parte del estudio, pues al no poder sacar rendimiento de ellos los consideraban obras poco útiles. El formato en el que se llevó a cabo el estudio difiere de los mencionados anteriormente, pues se realizó a lo largo de todo el curso escolar y tenía como objetivo primordial mejorar las habilidades lexicográficas de los sujetos, que estudiaban tercero y cuarto de ESO A pesar de estas carencias, los alumnos consideraban que sus habilidades para el uso de diccionarios eran, al menos, buenas. En el grupo de tercero, esta afirmación era refrendada por casi la totalidad de los estudiantes (89,5%) y en el de cuarto, por un 66,3%. Estos porcentajes elevados pueden estar estrechamente relacionados con la falsa creencia de que no es necesario recibir ningún tipo de formación para consultar diccionarios (Calderón Campos, 1994, p. 28). Las autoras concluyeron que, tras la finalización del proyecto, se incrementaron las habilidades lexicográficas de los estudiantes, lo que provocó que se sacara un mejor rendimiento de las obras y que existiese una mejor percepción de los diccionarios entre los estudiantes. Asimismo, es vital para el propósito de este artículo resaltar que las autoras manifestaban que había una falta de estudios relativos al uso que los estudiantes dan a los diccionarios en las asignaturas de lenguas extranjeras en este nivel educativo.

Ali (2012). En este estudio, el autor encuestó a 100 estudiantes de nivel intermedio de inglés cuya lengua materna era el árabe para averiguar qué tipo de diccionario utilizaban de manera más frecuente y cuál preferían. Las respuestas se obtuvieron a partir de un cuestionario compuesto de once preguntas, las cuales señalan una clara preferencia por las obras bilingües frente a las monolingües y que los estudiantes, a pesar de considerar que los diccionarios en general son fuentes de consulta fiables, no consultaban obras monolingües de una manera frecuente (independientemente de que estas fueran diccionarios de aprendizaje o diccionarios monolingües generales). Asimismo, la mayoría no consideraba que el uso de los diccionarios en la realización de exámenes fuera útil ni que fuera necesario recibir ningún tipo de instrucción adicional para realizar búsquedas en los diccionarios.

Levy y Steel (2015). Este artículo se focaliza en identificar por medio de un cuestionario el uso y percepción de los diccionarios digitales por parte de un grupo de estudiantes de idiomas que se encontraba en periodo universitario. Este grupo de alumnos provenía de Australia y estaba conformado por 587 sujetos. En este caso, prácticamente la totalidad de los encuestados (85,34%) afirmaba utilizar diccionarios en línea de manera asidua. Principalmente, el uso de los diccionarios se solía llevar a cabo durante el aprendizaje fuera de clase; es decir, en las tareas que requerían trabajo autónomo. De este 85,34%, el 63,07% afirmaba que consultaban el diccionario en línea exclusivamente en este escenario. Además, el 34,13% decía utilizar los diccionarios regularmente tanto en clase como fuera de clase. Los principales motivos por los que se consultaban los diccionarios digitales frente a obras impresas eran el reducido tiempo de consulta, la inmediatez con la que se obtenían resultados y su fácil manejabilidad en términos de espacio y tiempo, pues se pueden consultar en cualquier lugar en el que haya conexión a Internet desde el propio teléfono u ordenador del estudiante. Es digno de mención que, además, el 82,45% decía consultar también de manera frecuente traductores en línea, por lo que el uso de traductores es prácticamente similar al de los diccionarios digitales. De esta manera, aunque se puedan obtener resultados medianamente positivos según el sistema de traducción automática que se emplee y las lenguas que se comparen, los traductores en línea no suelen ser fuentes de consulta fiables para trabajos académicos por diversas fallas que se suelen presentar en las traducciones de carácter sintáctico y morfológico (Roig Allué, 2016, pp. 76-79).

Gibert Escofet e Iglesia Martín (2017). Para la realización de dicha investigación, se tomaron 56 estudiantes de español de nivel intermedio cuya lengua materna era el chino. Los principales resultados de este presente estudio vuelven a revelar una preferencia por el diccionario bilingüe (la opción preferida por el 84% de los sujetos), a pesar de la recomendación de sus docentes de utilizar un diccionario de aprendizaje. Esta predilección venía motivada por la preferencia de obtener información en la lengua materna, pues los usuarios aducían entender así mejor los términos que buscaban. El 78,5% consideraba difícil el uso del diccionario monolingüe al tener que lidiar con definiciones en español, de las cuales no entendían muchas palabras. Prácticamente la totalidad de estos usuarios (el 98,2%) consideraba que se necesitaba obtener más información sobre el término consultado en los diccionarios. Sin embargo, la información que demandaban (por ejemplo, de corte gramatical o pragmático), viene incluida normalmente en los diccionarios de aprendizaje, por lo que se vuelven a observar claras deficiencias en las habilidades lexicográficas por parte de los sujetos. Asimismo, se observa una preferencia por los diccionarios digitales frente a los diccionarios impresos. Esto venía motivado por el hecho de que los diccionarios digitales son más prácticos, pues pueden ser consultados desde cualquier dispositivo electrónico de una manera inmediata sin necesidad de tener que consultar un diccionario impreso pesado y difícil de manejar y, además, por el hecho de que los diccionarios digitales suelen estar vinculados a foros de consulta donde participan hablantes nativos. Sin embargo, los sujetos prefieran utilizar diccionarios digitales por estos motivos, consideran que los diccionarios en papel son más completos que los digitales al aportar un mayor número de información.

3. CONTEXTUALIZACIÓN DEL ESTUDIO

El estudio que se presenta en este artículo fue realizado durante un periodo de prácticas de cinco semanas del Máster Universitario en Profesorado de Educación Secundaria Obligatoria y Bachillerato, Formación Profesional y Enseñanza de Idiomas, el cual estudié en la Universidad de Jaén durante el año escolar 2020/21. Dichas prácticas fueron realizadas de manera completamente presencial en el centro concertado C.D.P. Madre del Divino Pastor, localizado en Andújar (Jaén) y la realización del estudio tuvo lugar al final de las mismas, concretamente en el mes de mayo del año 2021. La ejecución de dicho estudio respondía, principalmente, a dos propósitos: el de conocer tanto las preferencias como los hábitos de uso del diccionario entre el alumnado de tercero de ESO de este colegio en la asignatura de inglés. De esta manera, se quería obtener una idea aproximada y real de la situación de las obras lexicográficas en alumnos cuyo nivel de competencia en esta lengua extranjera era, en la mayoría de los casos, de B1 de acuerdo con la clasificación del Marco Común Europeo de Referencia para las Lenguas (aunque, generalmente, el nivel de la clase de la línea B era superior al de la línea A).

Como se ha incidido a lo largo del punto 2 de este artículo, estos alumnos deberían estar capacitados para utilizar diccionarios de aprendizaje para sus consultas referentes a la lengua inglesa; pues es el diccionario que mejor se ajusta a sus características según las recomendaciones de los expertos al ser estudiantes de un idioma extranjero en un nivel intermedio. Por ello, se quiere verificar la actitud de estos estudiantes ante el diccionario de aprendizaje y el grado de conocimiento que tienen sobre la existencia de diccionarios monolingües adaptados a extranjeros. Asimismo, se estima necesario comparar los resultados obtenidos en este cuestionario con el de los estudios expuestos en el punto 2.5 con el fin de dirimir si se observa la misma tendencia en líneas generales o si hay diferencias evidentes con estas investigaciones para, así, tratar de dar respuesta a las cuatro hipótesis de investigación mencionadas en el apartado 1.

En relación con los sujetos que respondieron el cuestionario, este fue respondido por un total de 41 alumnos de manera anónima: 22 de estos estudiantes pertenecían al curso de tercero ESO A y 19 al curso de tercero ESO B. De este modo, el cuestionario representa prácticamente la totalidad del alumnado de dicho curso académico en el C.D.P Madre del Divino Pastor, pues este centro concertado contaba con dos líneas en tercero de ESO en el curso escolar 2020/21, aunque había 5 alumnos que no estaban presentes el día en el que se realizó el cuestionario. Ese día, había presentes 24 chicas y 17 chicos, de edades comprendidas entre los 14 y los 16 años, todos ellos comenzaron a estudiar inglés a los tres años y tenían el español como lengua materna. La mayoría de ellos pertenecían a un estrato socioeconómico de nivel medio y todos ellos vivían en Andújar (Jaén), un municipio de 36000 habitantes (el tercero más grande de la provincia de Jaén) situado al noreste de la provincia, cercano a la provincia de Córdoba, cuya economía se basa en el sector primario y terciario.

Se decidió encuestar a los alumnos de dicho curso académico porque su nivel de competencia en inglés era, de manera general, intermedio. Además, era el único curso académico en el que asistía a las prácticas a ambas líneas, por lo que era el único curso del que se tenía una idea aproximada del nivel real de todo el alumnado en la asignatura de inglés. Dicho cuestionario, del que los alumnos no recibieron ningún tipo de información en las sesiones previas, fue impreso y repartido a los estudiantes en lengua española para garantizar que el idioma no fuera una barrera que pudiera interferir en los resultados obtenidos. Es importante destacar que, debido a las dudas individuales que afloraban durante la realización de este, se explicó a los estudiantes las diferencias entre un diccionario monolingüe y bilingüe, pues era una pregunta recurrente. Además, se incidió en el hecho de que los cuestionarios eran anónimos y de que era importante que respondieran a las preguntas con la mayor honestidad posible, ya que sus respuestas no tendrían ningún tipo de repercusión para la calificación final en la asignatura.

Respecto a la metodología empleada a la hora de obtener información para el presente estudio, se optó por realizar un cuestionario con 19 preguntas en el que se utiliza, mayoritariamente, una escala de Likert de cinco puntos1. El principal motivo por el que esta investigación está diseñada con este formato es debido a su sencillez, pues esta metodología permite obtener resultados de una manera fácil de comprender para los estudiantes sin que tengan que emplear mucho tiempo para responder. Por ende, ante el contexto de prácticas en el que se realizó dicho estudio, el cuestionario podría ser el método más efectivo para obtener resultados. Asimismo, se decide optar por la escala de Likert para obtener datos cuantitativos que muestren el grado de acuerdo que los sujetos muestran ante las preguntas expuestas a lo largo del cuestionario con el fin de realizar un análisis descriptivo y, posteriormente, un análisis pormenorizado de los mismos acompañado de una interpretación que ayude a responder las cuatro hipótesis de investigación expuestas en el apartado 1. Estos datos fueron tratados mediante el programa Microsoft Excel, herramienta que ayudó a obtener los datos estadísticos.

Las preguntas que conforman el cuestionario están basadas en algunos de los estudios que se mencionan en el apartado 2.5, concretamente en los de Atkins y Varantola (1998), Böhner (1999), Hernández Hernández (2004), Ali (2012) y Gibert Escofet e Iglesia Martín (2017). Las respuestas a estas preguntas serán la base para responder a las preguntas de investigación y, de esta manera, dirimir si la situación de los diccionarios en las aulas sigue siendo similar a la expuesta en estudios previos o si, por el contrario, se advierte cierto progreso. Las preguntas se pueden agrupar en los siguientes cinco grandes bloques: actitud de los estudiantes ante la asignatura de inglés (1, 2 y 3) (estas preguntas sirven para contextualizar la percepción que los sujetos tienen sobre la asignatura de inglés: si existe interés, puede ser un elemento positivo para la percepción y el uso del diccionario), actitud de los estudiantes frente a los diccionarios (4, 5 y 19), habilidades lexicográficas (8, 12, 13, 14 y 15), preferencia ante distintas obras lexicográficas y formatos (7, 16 y 17) y, finalmente, uso del diccionario: (9, 10, 11 y 18).

4. PRESENTACIÓN DE LOS RESULTADOS DEL ESTUDIO

A continuación, se presentarán los resultados obtenidos en los cuestionarios. La manera en la que se muestran los resultados, los cuales serán comentados y analizados en el punto 5, será la siguiente: en una tabla, la cual se presenta junto a la pregunta tal y como figuraba en el cuestionario, la primera fila hará referencia a las posibles respuestas que se podían dar, mientras que los resultados serán presentados en la segunda, tercera y cuarta fila. Los de la segunda fila pertenecerán a los resultados obtenidos en tercero ESO A, los de la tercera a tercero ESO B y los de la última son los resultados totales de la suma entre ambos grupos. El objetivo de presentar los resultados totales junto a los desglosados es el de discernir si los datos son similares entre ambas clases o existen diferencias significativas entre ambos grupos. Los resultados en el cuestionario son los siguientes:

1) ¿Te gusta la asignatura de inglés? (Posibles respuestas: escala de Likert 1 al 5).

 

1

2

3

4

5

Tercero ESO A

0/22

(0%)

5/22

(22,72%)

4/22

(18,18%)

10/22

(45,45%)

3/22

(13,63%)

Tercero ESO B

0/19

(0%)

2/19 (10’52 %)

7/19

(36,84 %)

9/19

(47,37%)

1/19

(5,26%)

Resultados totales

0/41

(0%)

7/41

(17,07%)

11/41

(26,83 %)

19/41

(46,34%)

4/41

(9,76%)

2) ¿Asistes a clases extraescolares de inglés? (Posibles respuestas: Sí/No).

 

No

Tercero ESO A

9/22

(40,9%)

13/22

(59,1%)

Tercero ESO B

14/19

(73,68%)

5/19

(26,32%)

Resultados totales

23/41

(56,1%)

18/41

(43,9%)

3) ¿Te motiva aprender inglés? (Posibles respuestas: escala de Likert 1 al 5).

 

1

2

3

4

5

Tercero ESO A

2/22

(9,09%)

2/22

(9,09%)

10/22 (45,45%)

5/22

(22,72%)

3/22

(13,63%)

Tercero ESO B

0/19

(0%)

2/19

(10,52%)

6/19 (31,58%)

7/19

(36,84%)

4/19

(21,05%)

Resultados totales

2/41

(4,88%)

4/41

(9,76%)

16/41

(39,02%)

12/41

(29,27%)

7/41

(17,07%)

4) Considero que el diccionario es una buena herramienta para aprender inglés (Posibles respuestas: escala de Likert 1 al 5).

 

1

2

3

4

5

Tercero ESO A

3/22

(13,63%)

6/22

(27,27%)

6/22

(27,27%)

4/22

(18,18%)

3/22

(13,63%)

Tercero ESO B

3/19

(15,79%)

2/19

(10,52%)

4/19

(21,05%)

5/19

(26,31%)

5/19

(26,31%)

Resultados totales

6/41

(14,63%)

8/41

(19,51%)

10/41

(24,39%)

9/41

(21,95%)

8/41

(19,51%)

5) Me gustaría utilizar diccionarios en los exámenes de inglés (Posibles respuestas: escala de Likert 1 al 5).

 

1

2

3

4

5

Tercero ESO A

1/22

(4,54%)

2/22

(9,09%)

1/22

(4,54%)

3/22

(13,63%)

15/22

(68’18%)

Tercero ESO B

1/19

(5,26%)

2/19

(10,52%)

1/19

(5,26%)

3/19

(15,79%)

12/19

(63,16%)

Resultados totales

2/41

(4,88%)

4/41

(9,76%)

2/41

(4,88%)

6/41

(14,63%)

27/41

(65,85%)

6) Creo que necesito más entrenamiento para sacar mejor provecho del diccionario (Posibles respuestas: escala de Likert 1 al 5).

 

1

2

3

4

5

Tercero ESO A

3/22

(13,63%)

3/22

(13,63%)

7/22

(31,81%)

4/22

(18,18%)

5/22

(22,72%)

Tercero ESO B

3/19

(15,79%)

3/19

(15,79%)

5/19

(26,31%)

7/19

(36,84%)

1/19

(5,26%)

Resultados totales

6/41

(14,63%)

6/41

(14,63%)

12/41

(29,27%)

11/41

(26,83%)

6/41

(14,63%)

7) Rodea el tipo de diccionario que prefieres utilizar para aprender inglés (Posibles respuestas: diccionario bilingüe/diccionario monolingüe).

 

Diccionario monolingüe

Diccionario bilingüe

Tercero ESO A

5/22

(22,72%)

17/22

(77,28%)

Tercero ESO B

1/19

(5,26%)

18/19

(94,74%)

Resultados totales

6/41

(14,63%)

35/41

(85,37%)

8) Soy consciente de la existencia de diccionarios monolingües de inglés adaptados a hablantes extranjeros (Posibles respuestas: sí/no).

 

No

Tercero ESO A

11/22

(50%)

11/22

(50%)

Tercero ESO B

10/19

(52,63%)

9/19

(47,37%)

Resultados totales

21/41

(51,22%)

20/41

(48,78%)

9) Utilizo el diccionario regularmente para hacer los deberes de inglés (Posibles respuestas: escala de Likert 1 al 5).

 

1

2

3

4

5

Tercero ESO A

18/22

(81,82%)

0/22

(0%)

2/22

(9,09%)

0/22

(0%)

2/22

(9,09%)

Tercero ESO B

9/19

(47,37%)

3/19

(15,79%)

5/19

(26,31%)

1/19

(5,26%)

1/19

(5,26%)

Resultados totales

27/41

(65,85%)

3/41

(15,79%)

7/41

(17,07%)

1/41

(2,44%)

3/41

(7,32%)

10) En caso de hacer alguna consulta en el diccionario cuando hago los deberes, consulto el diccionario monolingüe (Posibles respuestas: escala de Likert 1 al 5).

 

1

2

3

4

5

Tercero ESO A

12/22

(54,54%)

2/22

(9,09%)

4/22

(18,18%)

2/22

(9,09%)

2/22

(9,09%)

Tercero ESO B

12/19

(63,16%)

6/19

(31,58%)

0/19

(0%)

1/19

(5,26%)

0/19

(5,26%)

Resultados totales

24/41

(58,54%)

8/41

(19,51%)

4/41

(9,76%)

3/41

(7,32%)

2/41

(4,88%)

11) En caso de hacer alguna consulta en el diccionario cuando hago los deberes, consulto el diccionario bilingüe (Posibles respuestas: escala de Likert 1 al 5).

 

1

2

3

4

5

Tercero ESO A

8/22

(36,36%)

1/22

(4,54%)

2/22

(9,09%)

4/22

(18,18%)

7/22

(31,81%)

Tercero ESO B

4/19

(21,05%)

0/19

(0%)

3/19

(15,79%)

7/19

(36,84%)

5/19

(26,32%)

Resultados totales

12/41

(29,27%)

1/41

(2,44 %)

5/41

(12,19%)

11/41

(26,83%)

12/41

(29,27%)

12) Si cuando busco una palabra en un diccionario bilingüe no entiendo su traducción, busco la traducción en un diccionario monolingüe para comprobar su significado (Posibles respuestas: escala de Likert 1 al 5).

 

1

2

3

4

5

Tercero ESO A

9/22

(40,91%)

4/22

(18,18%)

2/22

(9,09%)

4/22

(18,18%)

3/22

(13,64%)

Tercero ESO B

9/19

(47,37%)

3/19

(15,79%)

5/19

(26,32%)

0/19

(0%)

2/19

(10,53%)

Resultados totales

18/41

(43,90%)

7/41

(17,07%)

7/41

(17,07%)

4/41

(9,76%)

5/41

(12,19%)

13) Considero que los ejemplos son importantes en los diccionarios (Posibles respuestas: escala de Likert 1 al 5).

 

1

2

3

4

5

Tercero ESO A

2/22

(4,88%)

3/22

(13,64%)

4/22

(18,18%)

7/22

(31,82%)

6/22

(27,27%)

Tercero ESO B

0/19

(0%)

1/19

(5,26%)

2/19

(10,53%)

10/19

(52,63%)

6/19

(31,58%)

Resultados totales

2/41

(4,88%)

4/41

(9,76%)

6/41

(14,63%)

17/41

(41,46%)

12/41

(29,27%)

14) Los ejemplos me ayudan a entender mejor el significado de una palabra que las definiciones o las traducciones que aparecen en los diccionarios (Posibles respuestas: escala de Likert 1 al 5).

 

1

2

3

4

5

Tercero ESO A

3/22

(13,64%)

4/22

(18,18%)

3/22

(13,64%)

4/22

(18,18%)

8/22

(36,36%)

Tercero ESO B

1/19

(5,26%)

1/19

(5,26%)

5/19

(26,32%)

7/19

(36,84%)

5/19

(26,32%)

Resultados totales

4/41

(9,76%)

5/41

(12,19%)

8/41

(19,51%)

11/41

(26,83%)

13/41

(31,71%)

15) Creo que las imágenes son útiles en los diccionarios (Posibles respuestas: escala de Likert 1 al 5).

 

1

2

3

4

5

Tercero ESO A

4/22

(18,18%)

3/22

(13,64%)

6/22

(27,27%)

5/22

(22,73%)

4/22

(18,18%)

Tercero ESO B

1/19

(5,26%)

4/19

(21,05%)

3/19

(15,79%)

5/19

(26,32%)

6/19

(31,58%)

Resultados totales

5/41

(12,19%)

7/41

(17,07%)

9/41

(21,95%)

10/41

(24,39%)

10/41

(24,39%)

16) Rodea el tipo de diccionario que prefieres utilizar (Posibles respuestas: diccionario en papel/diccionario en línea/ambos).

 

Diccionario en papel

Diccionario en línea

Ambos

Tercero ESO A

1/22

(4,55%)

19/22

(86,36%)

2/22

(9,09%)

Tercero ESO B

2/19

(10,53%)

15/19

(78,95%)

2/19

(10,53%)

Resultados totales

3/41

(7,32%)

34/41

(82,93%)

4/41

(9,76%)

17) Prefiero utilizar traductores en línea en lugar de un diccionario (Posibles respuestas: escala de Likert 1 al 5).

 

1

2

3

4

5

Tercero ESO A

0/22

(0%)

3/22

(13,64%)

2/22

(9,09%)

4/22

(18,18%)

13/22

(59,09%)

Tercero ESO B

1/19

(5,26%)

0/19

(0%)

0/19

(0%)

1/19

(5,26%)

17/19

(89,47%)

Resultados totales

1/41

(2,44%)

3/41

(7,32%)

2/41

(4,88%)

5/41

(12,19%)

30/41

(73,17%)

18) Utilizo diccionarios impresos frecuentemente (Posibles respuestas: escala de Likert 1 al 5).

 

1

2

3

4

5

Tercero ESO A

12/22

(54,55%)

8/22

(36,36%)

1/22

(4,55%)

1/22

(4,55%)

0/22

(0%)

Tercero ESO B

14/19

(73,68%)

4/19

(21,05%)

1/19

(5,26%)

0/19

(0%)

0/19

(0%)

Resultados totales

26/41

(63,41%)

12/41

(29,27%)

2/41

(4,88%)

1/41

(2,44%)

0/41

(0%)

19) Ordena del 1 al 5 los posibles defectos que pueden tener los diccionarios impresos. 1 hace referencia al mayor defecto y 5 al menor (Posibles respuestas: tardo mucho tiempo en encontrar lo que busco/precio/peso/no sé cuál comprar/no suelo encontrar lo que busco).

19a) Tardo mucho tiempo en encontrar lo que busco.

 

1

2

3

4

5

Tercero ESO A

13/22

(59,09%)

3/22

(13,64%)

4/22

(18,18%)

1/22

(4,55%)

1/22

(4,55%)

Tercero ESO B

16/19

(84,21%)

2/19

(10,59%)

0/19

(0%)

0/19

(0%)

1/19

(5,26%)

Resultados totales

29/41

(70,73%)

5/41

(12,19%)

4/41

(9,76%)

1/41

(2,44%)

2/41

(4,88%)

19b) Precio.

 

1

2

3

4

5

Tercero ESO A

1/22

(4,55%)

2/22

(9,09%)

7/22

(31,82%)

6/22

(27,27%)

6/22

(27,27%)

Tercero ESO B

0/19

(0%)

1/19

(5,26%)

6/19

(31,58%)

8/19

(42,11%)

4/19

(21,05%)

Resultados totales

1/41

(2,44%)

3/41

(7,32%)

13/41

(31,71%)

14/41

(34,15%)

10/41

(24,39%)

19c) Peso.

 

1

2

3

4

5

Tercero ESO A

2/22

(9,09%)

2/22

(9,09%)

1/22

(4,55%)

8/22

(36,36%)

9/22

(40,91%)

Tercero ESO B

1/19

(5,26%)

4/19

(21,05%)

1/19

(5,26%)

3/19

(15,79%)

10/19

(52,63%)

Resultados totales

3/41

(7,32%)

6/41

(14,63%)

2/41

(4,88%)

11/41

(26,83%)

19/41

(46,34%)

19d) No sé cuál comprar.

 

1

2

3

4

5

Tercero ESO A

3/22

(13,64%)

4/22

(18,18%)

6/22

(27,27%)

4/22

(18,18%)

5/22

(22,73%)

Tercero ESO B

0/19

(0%)

2/19

(10,59%)

10/19

(52,63%)

4/19

(21,05%)

3/19

(15,79%)

Resultados totales

3/41

(7,32%)

6/41

(14,63%)

16/41

(39,02%)

8/41

(19,51%)

8/41

(19,51%)

19e) No suelo encontrar lo que busco.

 

1

2

3

4

5

Tercero ESO A

3/22

(13,64%)

11/22

(50%)

4/22

(18,18%)

3/22

(13,64%)

1/22

(4,55%)

Tercero ESO B

2/19

(10,59%)

10/19

(52,63%)

2/19

(10,59%)

3/19

(15,79%)

2/19

(10,59%)

Resultados totales

5/41

(12,20%)

21/41

(51,22 %)

6/41

(14,63%)

6/41

(14,63%)

3/41

(7,32%)

5. ANÁLISIS E INTERPRETACIÓN DE LOS RESULTADOS

Una vez expuestos los resultados obtenidos en el cuestionario en el punto 4, se procederá a su análisis, reflexión y comparación con los estudios y teoría del apartado 2.5 para, así responder las preguntas de investigación e hipótesis que dan pie a este artículo.

Las tres primeras preguntas del cuestionario tienen como objetivo contextualizar la opinión de los sujetos con el idioma inglés en sí mismo. De este modo, se puede inferir si estos alumnos tienen más exposición al idioma además de en las horas obligatorias de clase, si les gusta aprender el idioma y su nivel de motivación para aprender el idioma. Estas dos últimas ideas pueden ser incluso vinculadas indirectamente a las posibilidades de que el alumno esté predispuesto a utilizar diccionarios para el aprendizaje de esta lengua, pues una baja motivación en el aprendizaje puede implicar bajas posibilidades de que el alumno quiera utilizar un diccionario (indiferentemente de su naturaleza) regularmente. En general, la actitud frente al idioma no es negativa y prácticamente la totalidad de los alumnos presenta una actitud razonablemente positiva con respecto al aprendizaje del inglés, por lo que esto no parece ser una barrera para el desarrollo de una actitud negativa sobre el diccionario.

La percepción del diccionario por parte de los sujetos se puede considerar en cierto modo como positiva, si bien es cierto que el 34,15% de los sujetos seleccionaron la opción de “totalmente en desacuerdo” o “en desacuerdo” a la pregunta de “considero que el diccionario es una buena herramienta para aprender inglés” y, además, el 24,39% tenía una opinión neutral; por lo que menos de la mitad de los sujetos (58,54%) seleccionaron las opciones 4 o 5 de la escala Likert. No obstante, si se toman en consideración los resultados de la pregunta “me gustaría utilizar diccionarios en los exámenes de inglés”, los resultados son tajantes: 33 de los 41 sujetos estaban a favor de esta idea, lo que representa más del 80% del total. Por lo tanto, estos últimos resultados dejan claro que los sujetos consideran que los diccionarios son una obra útil y fiable hasta el punto de querer utilizarla para afrontar una tarea de la enjundia de un examen, el cual suele tener un porcentaje alto en la calificación final de la asignatura.

Esta opinión moderadamente positiva ante el diccionario, sin embargo, no se ve refrendada en absoluto en su uso por parte de los sujetos; pues el uso del diccionario por parte de estos sujetos es paupérrimo si se toman en cuenta los resultados de la pregunta “utilizo el diccionario regularmente para hacer los deberes de inglés”. Esto es debido a que un número ínfimo de estudiantes (9,76%) afirmaba utilizarlo asiduamente para realizar los deberes, un escenario en el que no pueden realizar consultas al profesor y en el que tienen que trabajar autónomamente. En el caso de realizarse las consultas en el diccionario, estas se realizan en diccionarios bilingües, que es la opción a la que acude el 53,66% de los sujetos (por tan solo el 12,19% que afirman consultar un diccionario monolingüe).

En referencia a la dicotomía planteada sobre la preferencia de los diccionarios, se vuelve a refrendar que hay una clara preferencia por el diccionario bilingüe sobre el monolingüe, tal y como se apunta en los estudios de Nuccorini (1992), Atkins y Varantola (1998), Böhner (1999), Contreras Izquierdo (2000), Hernández Hernández (2004), Ali (2012) y Gibert Escofet e Iglesia Martín (2017). En el caso de este cuestionario, el 85,37% de los sujetos afirma que prefieren utilizar un diccionario bilingüe y, por lo tanto, solo el 14,63% optan por un diccionario monolingüe. En el caso del grupo de tercero ESO B (donde el nivel general de los estudiantes era superior con respecto al de sus compañeros del otro grupo) esta preferencia es prácticamente unánime, pues solo un usuario señaló la opción del diccionario monolingüe. Esta predilección se ve refrendada, además, por las respuestas obtenidas en las preguntas sobre el uso del diccionario expuestas en el párrafo anterior, donde también se observa un predominio del diccionario bilingüe dentro de los alarmantes resultados de infrautilización de los diccionarios.

Si se toman en consideración las respuestas a la pregunta de “soy consciente de la existencia de diccionarios monolingües de inglés adaptados a hablantes extranjeros”, los resultados obtenidos son mejores a los obtenidos en los estudios realizados por Contreras Izquierdo (2000) y Hernández Hernández (2004), pues el 51,22% afirmaba estar al tanto de la existencia de los diccionarios de aprendizaje. Aunque los resultados de este cuestionario sean mejores, es necesario que en este nivel educativo la totalidad o prácticamente la totalidad de los estudiantes de lenguas extranjeras conozcan los diccionarios de aprendizaje, ya que es un tipo de obra que va dirigida directamente a estudiantes del nivel que tienen los sujetos encuestados. Cabe también destacar que el uso totalmente marginal de diccionarios monolingües (especialmente en el caso de los estudiantes del grupo de tercero ESO B no parece estar del todo vinculado al desconocimiento de los diccionarios de aprendizaje, pues el 52,63% afirmó ser consciente de la existencia de estas obras.

En este estudio existe, asimismo, una marcada predilección por los diccionarios digitales frente a sus homólogos impresos del mismo modo que se aprecia en los estudios de Levy y Steel (2015) y de Gibert Escofet e Iglesia Martín (2017). Esto es debido a que el 7,32% seleccionó la opción de diccionarios impresos de “diccionario en papel” al ser preguntados si preferían los diccionarios impresos, digitales o ambos, por el 9,76% que afirmó preferir ambos. De este modo, prácticamente la totalidad de los estudiantes (82,93%) marcó la opción “diccionarios digitales”. El principal defecto que estos estudiantes encuentran en las obras impresas responde, tal y como apuntaban Haensch & Omeñaca (2004), a un motivo extralingüístico: el de tardar mucho tiempo en encontrar la información en el diccionario. Esta fue la primera opción para el 70,73% de los sujetos. Precisamente, el éxito de los diccionarios digitales es debido, según se apunta en la literatura, a la inmediatez con la que se obtienen resultados al realizar búsquedas; por lo que se podría deducir que, si los sujetos hubieran sido preguntados en este formulario por las razones por las que prefieren consultar los diccionarios digitales, la inmediatez de las búsquedas podría haber sido una razón de peso.

La segunda razón por la que no se consultan diccionarios impresos es, según los resultados obtenidos, que no se suele encontrar la información que se busca. Las otras razones (peso, precio y no sé cuál comprar) no parecen ser los principales defectos que estos alumnos encuentran en los diccionarios impresos. Sin embargo, los usuarios prefieren consultar traductores en línea en lugar de diccionarios digitales, pues es la opción preferida por el 82,93%. Este alarmante alto porcentaje de consulta podría estar vinculado a la inmediatez con la que se obtienen traducciones de un idioma a otro en comparación con los diccionarios, especialmente si se trata de una actividad de comprensión o redacción de un texto, a pesar de ser una fuente de consulta menos fiable que los diccionarios.

En directa relación con los dos principales motivos por los que los sujetos no hacen un uso más asiduo del diccionario en papel están las habilidades lexicográficas, que se prevén pobres a partir de los resultados expuestos en el párrafo anterior; pues estos estudiantes afirman que las principales deficiencias que encuentran en los diccionarios impresos responden a problemas relacionados con la búsqueda de la información. De esta manera, se refrendaría la creencia de que los sujetos presentan unas deficientes habilidades lexicográficas, tal y como apuntan los estudios de Contreras Izquierdo (2000), Cote González y Tejedor Martínez (2011) y Gibert Escofet e Iglesia Martín (2017).

Existen, además, otros factores que pueden indicar unas destrezas lexicográficas poco desarrolladas en los sujetos, como el hecho de no buscar una palabra en un diccionario monolingüe si, al buscar una palabra en el diccionario bilingüe, no se entiende su significado. Ante este escenario, el 60,97% afirmó no hacer este procedimiento de una manera regular al seleccionar las opciones 1 o 2 de la escala de Likert y tan solo el 21,95% seleccionó las opciones 4 o 5. De esta manera, más de la mitad de los sujetos afirma no consultar un diccionario monolingüe que les podría aportar información adicional de la que aparece en el diccionario bilingüe sobre el término que desconocen y, por ende, terminan por no clarifican el significado de la palabra en cuestión a pesar de realizar una búsqueda en el diccionario.

A pesar de estas posibles deficiencias en las habilidades lexicográficas de estos estudiantes, la mayoría de los sujetos no estima necesario recibir entrenamiento para sacar un mayor rendimiento de los diccionarios, pues solo el 41,46% seleccionó las opciones 4 o 5 de la escala de Likert. Bien es cierto que, en el caso específico de esta pregunta, hay un porcentaje no despreciable de estudiantes (29,27%) que se decantó por la opción 3 y que están indecisos ante esta cuestión. De esta manera, el 29,27% restante no considera necesario ahondar en su formación lexicográfica. Sin embargo, aunque se puedan vaticinar deficiencias en las habilidades lexicográficas de estos alumnos, se tendría que realizar un estudio de mayor profundidad y, probablemente, de otras características; ya que tendría que ser un estudio que se prolongase en el tiempo –por ejemplo, similar al que plantearon Cote González y Tejedor Martínez (2011)–. Además, sería pertinente determinar también, si al ser expuestos a un entrenamiento específico en este ámbito, se obtienen mejores resultados con el uso del diccionario como en el estudio mencionado anteriormente.

Para finalizar con la interpretación de los datos obtenidos en el cuestionario, se hará referencia a los resultados obtenidos en relación a la información complementaria que se puede incluir en los diccionarios para clarificar el significado de las palabras: los ejemplos y las imágenes. La opinión sobre estas dos nociones se puede considerar como positiva, aunque los sujetos parecen preferir acudir a los ejemplos que proporciona el diccionario en lugar de a las imágenes en caso de necesitar clarificar el significado de un término. Este hecho es positivo, pues indica que los sujetos no solo se fijan en la definición o en el equivalente léxico que proporcionan los diccionarios monolingües y bilingües.

6. CONCLUSIONES

Con la realización de esta investigación, se ha puesto en contexto el estado en el que se encuentran los diccionarios en el plano del aprendizaje de idiomas extranjeros por medio de una revisión bibliográfica y mediante la presentación y análisis de los resultados obtenidos en el cuestionario que se distribuyó a 41 estudiantes de tercero de ESO. Estos resultados, lamentablemente, no difieren en gran medida de los datos obtenidos en otras investigaciones y, por lo tanto, no son datos alentadores sobre la situación del diccionario en el aprendizaje de lenguas extranjeras; unas obras que pueden incluso considerarse como prototípicas en este campo y que, paradójicamente, son infrautilizadas por parte del alumnado en muchas ocasiones por diversos motivos. Es absolutamente necesario mejorar la situación del diccionario dentro y fuera de las aulas con el objetivo de que estas obras no terminen cayendo en desuso ante la pujanza de otras fuentes de consulta en línea, como los traductores automáticos, en un futuro no muy lejano; ya que los diccionarios son obras de un indudable carácter pedagógico cuya valía en el campo del aprendizaje de idiomas extranjeros es innegable al ser estos una fuente de consulta fiable que puede ayudar a mejorar los resultados de los estudiantes. La tecnología puede ser una gran aliada para mejorar esta situación, pues hace que se puedan realizar consultas en los diccionarios casi en cualquier momento y lugar de una manera inmediata. No obstante, esto no significa que haya que descuidar a los diccionarios en papel, pues siguen siendo el formato tradicional de los mismos y los que han encumbrado al diccionario a su estatus cuasi prototípico en este campo.

En respuesta a las cuatro hipótesis de partida a las que se hacían referencia en el apartado introductorio de esta investigación, se puede colegir que:

1) Se confirma la hipótesis de que existe una clara preferencia por los diccionarios bilingües por parte de los sujetos frente a los diccionarios de aprendizaje, a pesar de que estos últimos sean los que tendrían que consultar de una manera asidua al ser estudiantes de inglés de nivel intermedio. Concretamente, el 85,37% afirmó preferir utilizar diccionarios bilingües, por el 14,63% que se decantó por las obras monolingües.

2) Se confirma que el grado de uso de los diccionarios en general para tareas que requieren trabajo autónomo, como los deberes, es alarmantemente bajo, hasta el punto de que tan solo el 9,75% afirmó utilizarlo de una manera asidua. El uso del diccionario monolingüe en particular en lo que se refiere al trabajo autónomo de los sujetos es testimonial en comparación con el del diccionario bilingüe, que es la opción preferida por estos alumnos. Esto se debe a que, en caso de consultar cualquier tipo de obra lexicográfica tan solo el 12,19% dice consultar un diccionario monolingüe, por el 56,10% que afirma consultar diccionarios bilingües. Además, tan solo el 21,95% consulta obras monolingües si al utilizar un diccionario bilingüe no comprenden el significado de la traducción. No obstante, este bajo uso de las obras monolingües no parece responder al desconocimiento mayoritario por parte de los sujetos sobre los diccionarios de aprendizaje tal y como cabía esperar, ya que el 51,22% afirmaba estar al tanto de la existencia de diccionarios monolingües adaptados a extranjeros.

3) Se refrenda la clara preferencia por parte de los sujetos sobre los diccionarios digitales frente a los diccionarios impresos, pues el 82,93% afirmó preferirlos a los diccionarios en papel. Tan solo el 7,32% optaba por los diccionarios en papel, mientras el 9,76% decía que la elección les era indiferente. Además, tan solo 1 estudiante dijo utilizar diccionarios impresos de una manera regular. No obstante, esto no se traduce en que los diccionarios digitales sean el lugar en la red al que los estudiantes acuden con mayor asiduidad para solventar dudas en relación al idioma extranjero, pues se observa una abrumadora predilección por los traductores automáticos en línea sobre los diccionarios digitales, puesto que el 82,93% dijo preferir los traductores a los diccionarios. Este dato no es para nada positivo a nivel pedagógico, ya que los traductores ofrecen claras deficiencias a nivel académico que hacen que no sean un instrumento de consulta del todo fiable con respecto a los diccionarios.

4) Tal y como cabía esperar, las habilidades lexicográficas de los sujetos están poco desarrolladas según los datos obtenidos, lo que acarrea peores resultados a la hora de la utilización del diccionario. Estas pobres habilidades lexicográficas se pueden observar en las principales deficiencias que los sujetos encuentran en las obras impresas, las cuales son deficiencias relacionadas con la búsqueda de la información o el hecho de no acudir a un diccionario monolingüe en el caso de no comprender la traducción que obtienen en un diccionario bilingüe. A pesar de ello, menos de la mitad de estos estudiantes (el 41,46%) creen necesario recibir entrenamiento para obtener mejores resultados a la hora de realizar consultas en los diccionarios. Los resultados obtenidos en este cuestionario, no obstante, pueden ser un tanto limitados y sería necesario realizar un estudio en mayor profundidad y que se prolongara durante meses para determinar el grado de desarrollo de las habilidades lexicográficas de los estudiantes y proporcionar formación lexicográfica a los estudiantes para tratar de obtener mejores resultados en el uso de estas obras. No me ha sido posible realizar un estudio de este calibre debido al corto periodo de prácticas en el que se llevó a cabo el cuestionario, pues en cinco semanas no se podrían obtener resultados definitivos.

Existen aspectos de este estudio que pueden ser mejorables. Uno de ellos es el tamaño de la muestra que, aunque represente la práctica totalidad de estudiantes de tercero de ESO del C.D.P. Madre del Divino en el año 2020/21 pues, aunque el cuestionario fuera respondido por prácticamente la totalidad de dicho curso académico de ese centro, la muestra es inferior a la de los estudios que se han expuesto en el apartado 2.5. Asimismo, el cuestionario podría haber estado compuesto por un mayor número de preguntas que podrían haber ayudado a dar mayor validez a los obtenidos para, así, alcanzar conclusiones que estuvieran refrendadas por un mayor número de datos numéricos. Incluso, se podría haber optado por el diseño de otro tipo de estudio que midiera de una manera más eficaz el grado de uso del diccionario y los resultados que se obtienen con él, como la realización de actividades de comprensión y producción en las que hubiera tres grupos de sujetos: uno de ellos utilizaría diccionarios de aprendizaje, otro usaría diccionarios bilingües y otro podría elegir qué tipo de obra usar. Finalmente, como se señala anteriormente, para medir las habilidades lexicográficas de los alumnos y dirimir si existe progresión o no al ser expuestos a una formación con un carácter específicamente lexicográfico, habría de realizarse un estudio similar a los realizados por Cote González y Tejedor Martínez. Las principales razones por la que se han desechado estos planteamientos han respondido a las limitaciones del tiempo que estuve en el centro, cinco semanas, y a la imposibilidad de realizar un estudio que tomara requiriera tomar más tiempo de una o varias sesiones de la asignatura de inglés.

La elaboración de este trabajo abre futuras vías de investigación en este ámbito. Además de todas las posibilidades expuestas en el párrafo anterior, se podría llevar a cabo, por ejemplo, un estudio similar con el mismo cuestionario en el que se tuvieran en cuenta los resultados de todos los estudiantes de ESO en este centro. Se podría realizar, incluso, otro estudio con el mismo cuestionario que involucrase a un mayor número de estudiantes de tercero de ESO, bien de diferentes instituciones educativas localizadas en otros puntos geográficos de España o bien fuera del país; a fin de realizar un estudio con un mayor número de sujetos y contrastar los resultados obtenidos para determinar si hay diferencias ostensibles tanto con los datos de este estudio como entre los diferentes grupos que conformarían la investigación mencionada. Asimismo, se podría diseñar un cuestionario que se desarrollaría en la asignatura de Lengua Castellana y Literatura tomando como sujetos a los mismos estudiantes que tomaron parte en este estudio para ver la percepción y el uso del diccionario pero en el plano del aprendizaje de la lengua materna.

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_______________________________

1 En dicha escala de Likert del 1 al 5, el 1 correspondía al valor “totalmente en desacuerdo”, el 2 “en desacuerdo”, el 3 “opinión neutral”, el 4 “de acuerdo” y el 5 “completamente de acuerdo”.