Li, R. (2024). Composición y composición culta: la descripción de las palabras compuestas recién sancionadas en el diccionario. RILEX. Revista sobre investigaciones léxicas, 7/I. pp. 149-174

COMPOSICIÓN Y COMPOSICIÓN CULTA: LA DESCRIPCIÓN DE LAS PALABRAS COMPUESTAS RECIÉN SANCIONADAS EN EL DICCIONARIO

COMPOUNDING AND NEOCLASSICAL COMPOUNDING: THE DESCRIPTION OF NEWLY SANCTIONED COMPOUND WORDS IN THE DICTIONARY

Rong Li

Universidad Complutense de Madrid

rebecarong@gmail.com

RESUMEN

Este artículo aborda el estudio del proceso de composición léxica desde una perspectiva diferencial, centrándose en la investigación de la formación de palabras compuestas, ya sea mediante la combinación de palabras o a partir de elementos compositivos. Además, se realiza una revisión crítica de la literatura y un análisis empírico de las voces recién sancionadas en la 23.a de Diccionario de lengua española para analizar las características de estas unidades desde cuatro rasgos gramaticales: fonología, morfología, semántica y sintaxis. Por último, se determina que ambos procesos muestran la similitud en el proceso de formación de palabras, y que la composición culta comparte algunas características con la derivación, mostrando una mayor productividad que la composición.

Palabras claves: composición, composición culta, elemento compositivo, lexicología.

ABSTRACT

This article approaches the study of the process of lexical composition from a differential perspective, focusing on the investigation of the formation of compound words, either by combining words or from compositional elements. In addition, a critical review of the literature and an empirical analysis of the newly sanctioned words in the 23rd edition of the Diccionario de lengua española are carried out in order to analyse the characteristics of these units from the perspective of four grammatical features: phonology, morphology, semantics and syntax. Finally, it is determined that both processes show similarity in the process of word formation, and that cultured composition shares some characteristics with derivation, showing a higher productivity than composition.

Keywords: composition, cultured composition, compositional element, lexicology.

Recibido: 23-07-2023
Aceptado: 06-11-2023

DOI: https://doi.org/10.17561/rilex.7.1.8200

1. INTRODUCCIÓN

La composición, como método importante de formación de palabras, ocupa un lugar destacado en la morfología del español, junto con la derivación. Su productividad se sitúa en segundo lugar, solo por detrás de la derivación. Esto se refleja en su capacidad variada de combinación, ya que puede combinar palabras de diferentes categorías gramaticales y utilizar diferentes maneras de combinación. Las palabras compuestas suelen estar formadas por dos componentes, pero a veces incluso pueden ser más. Sin embargo, en la composición no solo se pueden combinar diferentes palabras, sino también diferentes morfemas, lo que a menudo se denomina composición culta y dichos morfemas se clasifican en elementos cultos. Aunque existe cierta controversia sobre si pertenece a la derivación o a la composición, en este artículo adoptamos la opinión de la Real Academia y lo clasificamos como parte de la composición. Este método de creación de palabras también ha dado lugar a una considerable cantidad de neologismos. Por lo tanto, el propósito de este trabajo es examinar las nuevas palabras compuestas incluidas en la vigésima tercera edición del Diccionario de la lengua española (DLE), analizar su proceso de formación y las características que contienen. Asimismo, se analizarán las similitudes y diferencias entre el método de formación de palabras compuestas y el método de composición culta.

2. METODOLOGÍA Y CORPUS

Con el fin de estudiar las palabras compuestas, los criterios empleados en el análisis aluden a las características gramaticales de cada palabra. Así, en cada una se explicarán sucesivamente sus características morfosintácticas –qué tipo de compuesto es, por qué clase de palabras está formado, qué relación hay entre dichas palabras y la categoría resultante–, las semánticas –el grado de comprensión del significado de la palabra compuesta, si es transparente y se puede entender fácilmente o es opaco y por lo tanto de difícil comprensión–, y finalmente las fonológicas. Cabe mencionar que en lo que concierne a los aspectos fonológicos se incluirán aquellos que sean necesarios porque modifiquen de algún modo la palabra compuesta en relación con los segmentos que la forman, como alomorfos, suplencias, truncamientos, etc.

Respecto a los compuestos cultos, además de los criterios mencionados, se estudiarán el lugar aparecido de los elementos compositivos y el ámbito del significado de palabra compuesta culta, si sigue siendo neologismo especializado o ha pasado la etapa de divulgación y se ha convertido en un léxico común. Estos análisis permiten obtener la productividad de la composición culta y encontrar qué elemento compositivo es más productivo.

En nuestro vaciado encontramos 214 compuestos y 413 neologismos con elementos compositivos. Entre ellos existen dos pares de variantes gráficas afectadas por la ortografía: sicolingüista–psicolingüista y yatrogenia–iatrogenia. En el primer grupo, se ha reconocido que las formas con ps- y s- tienen la misma validez, pero el uso culto sigue manteniendo la p (RAE & ASALE, 2010, p. 182). Por esta sutil diferencia, aunque los dos elementos compositivos comparten el mismo significado, los estudiamos por separado. En cambio, en el segundo grupo se adaptan dos formas del componente griego iatro- y yatro-, sin modificar el segmento compositivo, por lo que se registra solo una vez. En consecuencia, se cuenta con 412 palabras para el análisis final.

3. PROCEDIMEINTOS DE FORMACIÓN DE PALABRAS

3.1. COMPOSICIÓN

La composición consiste en la unión de dos o más elementos presentes en la lengua para crear nuevos vocablos. El DLE define la composición como el proceso a través del cual ocurre la formación de una palabra o frase compuesta a partir de dos o más palabras originales. Por este proceso se unen dos radicales simples o complejos para formar una nueva palabra (Cabré Castellví, 2006). Se tiene así ejemplos como socialdemocráta, internáuta, googleadicto. No obstante, Pena Seijas (1999) advierte que los compuestos suelen consistir en dos temas, no combinados arbitrariamente porque se debe tener en cuenta la compatibilidad entre ambos tanto en el campo de la semántica como de la sintaxis. De este modo, él ha confirmado que “las posibilidades de diversidad formal que permiten los procesos de composición son más limitadas que las de la afijación” (p. 4335). Además, este autor confirma que, en el caso del español, la categoría resultante más recurrente de los compuestos es la nominal, seguida por la adjetival y, rara vez, la verbal.

3.1.1. Clasificación de los compuestos

En la Nueva gramática de la lengua española (NGLE) (2010) se realiza una descripción y clasificación exhaustiva de las palabras compuestas. En este manual se parte de la idea de que las palabras compuestas son aquellas que se constituyen a partir de un proceso morfológico de unión entre palabras, y en base a esta definición se establece una primera clasificación en tres grupos:

Compuestos univerbales o propios: se caracterizan porque sus dos componentes se integran ortográfica y fonológicamente en uno solo. En este grupo hay que considerar los compuestos acronímicos, que son aquellos en los que el primer segmento se acorta. Para hacer referencia a este tipo de compuestos se emplea la fórmula X-X o X-i-X si entre ambos componentes hay vocal de enlace.

Compuestos sintagmáticos: se trata de la yuxtaposición de dos palabras con independencia ortográfica y fonológica, con o sin guion entre ellas. Para referirse a compuestos de este grupo se utiliza la fórmula X+X. Santana Suárez, Pérez Aguiar y Gutiérrez Rodríguez (2013) describen este tipo de compuesto como la unión de dos componentes que “han alcanzado una coherencia semántica sin fusión ortográfica” (p. 76).

Compuestos sintácticos: sus características se relacionan más con la fraseología que con la morfología de acuerdo con el manual, por lo que en la obra se consideran como locuciones nominales.

No obstante, el primer tipo de compuestos recibe más nombre como Lang (1997) lo denomina compuestos ortográficos o compuestos léxicos. Su grado de lexicalización es más alto que otros, ya que a veces no resulta fácil darse cuenta de cómo se componen. Este fenómeno se debe a dos razones: por un lado, los constituyentes pueden modificar su forma a la hora de combinarse por algún motivo, principalmente por el criterio fonético. Por otro lado, las voces resultantes pueden denotar varias entidades por procedimientos tropológicos, así que no hay una relación directa entre el significado de la voz compleja y sus componentes. En cambio, el significado de los compuestos de otros tipos mantiene sus formas originales y resulta más fácil deducirlo mediante un procedimiento de relación, porque o bien se vinculan con una preposición, y esto se conoce como compuesto preposicional, o bien sus formantes se colocan de manera aislada.

Además de esta primera diferenciación en grupos, en el manual se establecen otras dos diferencias importantes que conciernen a la relación entre los componentes de la palabra compuesta a nivel morfosintáctico. Así, los compuestos pueden ser coordinativos o subordinativos, según el nivel de coordinación o subordinación entre sus componentes, o endocéntricos o exocéntricos, en función de la existencia o no de un núcleo. Ambas características están estrechamente relacionadas, ya que por lo general una relación de subordinación implica la existencia de un núcleo y, por el contrario, cuando hay coordinación entre los términos suele ocurrir que no existe un núcleo o segmento dominante entre ambos.

Debido a que se permiten tanto las combinaciones heterocategoriales como las homocategoriales de los constituyentes, la relación entre ellos cambia como resultado. Normalmente consideramos que la subordinación está presente en la primera combinación y la coordinación, pero pueden darse en cualquier forma. En cuanto al último aspecto, los que se forman por tema simple se denominan compuestos primarios, y destaca como el tipo más común de palabra compuesta (como ochomil y bolaspa), que consiste en sustantivo o adjetivo. Mientras que los que llevan el tema derivado se llaman compuestos sintácticos (como cazafortunas, portapapeles y vasodilatación), que incluye los constituyentes deverbales. Varela Ortega (2005, p. 78) los clasifica como “derivación externa del compuesto” y “derivación interna del compuesto”. Los del primer tipo son los compuestos derivados ulteriormente, como barriobaj-ero, telegraf-ista, sistemas-ino. En cambio, los del segundo hacen referencia a que las palabras complejas combinan con una voz derivada, como acabamos de describir.

En concreto, si están formados por dos nombres, se denominan compuestos yuxtapuestos, y mantienen una relación apositiva o coordinativa, así como los compuestos de dos adjetivos, que suelen tener la modalidad coordinada. Además, semánticamente pertenecen al mismo dominio conceptual. Si consisten en un nombre y un adjetivo, la relación entre ellos pasa a ser de núcleo y modificador. El nombre denota una entidad, mientras que el adjetivo indica de algún modo sus características o rasgos. Varela Ortega (2005) añade que muchas de estas combinaciones se han convertido en compuestos léxicos. Se pueden citar como ejemplos aguafuerte, palosanto, montepío, etc.

3.2. COMPOSICIÓN CULTA

Dentro de la categoría de la composición, existe un grupo particular llamado composición culta. Asimismo, la NGLE lo llama como “composición neoclásica” por formar un gran número de compuestos nominales y adjetivales con diversas voces o raíces de origen grecolatino (p. 203). Su característica es utilizar elementos compositivos1 a la hora de formar palabras.

El elemento compositivo o tema neoclásico básicamente es heredado del griego y del latín (osteo-, -grafo, y -cultor). Muchos de ellos tienen uso frecuente en el lenguaje científico-técnico y dan lugar a léxicos relacionados con estos ámbitos. No obstante, se ha confirmado que la composición culta se ha convertido en uno de los procedimientos más efectivos para la creación de palabras nuevas en todos los ámbitos (Guerrero Ramos & Pérez Lagos, 2012). En concreto, este procedimiento ya no solo se limita al campo especializado, sino a la formación de nuevas palabras de la lengua general. Val Álvaro (1999, p. 4777) reconoce esta doble función y señala que los temas cultos desempeñan distintos papeles en diferentes procesos de formación de palabras. Por su parte, este elemento surge para designar una realidad específica en la terminología en vez de ser fruto de una creación espontánea, ya que son vocablos que nacen especializados denotativamente y se usan para situaciones o entidades determinadas. Mientras que en el léxico general tienen uso para aportar significado abstracto con el fin de expresar diversas entidades, propiedades o acontecimientos a través de sus elementos constituyentes.

Ahora bien, hay otras causas que es necesario tener presentes: la acronimia y los factores extralingüísticos. La primera brinda una serie de palabras acortadas que sirven como elementos compositivos, con productividad para formar nuevo léxico. Dichos formantes provienen de una amplia gama de fuentes, no solo grecolatinas, por lo que dan lugar a una gran variedad de voces a partir de ellos. Los factores extralingüísticos provenientes de los avances tecnológicos y de la amplia difusión de los medios de comunicación, neónimos, son ya bien conocidos por el público en general una vez que han superado las restricciones del uso técnico. Además, ciertas palabras no especializadas se forman a través de este mecanismo por la influencia de las modas, los cambios sociales, culturales y la incorporación de nueva tecnología (Guerrero Ramos & Pérez Lagos, 2012). Lang (1997, p. 240) también confirma esta tendencia sobre la alta productividad del léxico en ámbitos ajenos a su fuente original especializada, reflejada en términos de procedencia extranjera como las palabras telenovela, microsurco, así como en elementos compositivos foráneos, mini- y radio-.

Tras conocer el origen de los elementos compositivos, surge la cuestión de la homonimia. Pongamos un ejemplo: foto- es el producto del acortamiento de fotografía que a su vez tiene una etimología griega. Igual que tele- y auto-, elementos acortados y alomorfos de un cultismo al mismo tiempo. En el mismo orden, existen otros elementos que tienen la misma grafía que el formante culto, pero en realidad provienen del acortamiento de la forma patrimonial. Tenemos el ejemplo de narco-, que es acortamiento de narcótico. Aunque en su origen la palabra heredada griega tenía el sentido de ‘sopor’ y ‘modorra’, dicho elemento compositivo ha cambiado su acepción al de droga. Por eso, no podemos decir que narco- pertenezca al grupo de los que tienen origen culto, sino de la palabra acotada (García Palacios, 2001).

Como mencionamos anteriormente, el principal dilema radica en la dificultad de distinguir si este tipo de palabras pertenece al grupo de derivados o al de compuestos. En este trabajo, adoptamos la teoría de NGLE al agrupar este tipo de vocablos en el subgrupo de composición, mientras que otros lo sitúan en una categoría diferente, o bien de derivación, o bien de composición. Para reconocer esta clasificación, debemos entender bien la diferencia entre el elemento compositivo y el afijo. Gráficamente, el lugar del primero es más libre que el del afijo en el proceso morfológico, dado que puede aparecer en la posición inicial o unido al final de la palabra. Sintácticamente, el tema culto y otro constituyente suelen tener una relación argumental, al igual que los compuestos en los que el segmento actúa como complemento argumental del núcleo, rara vez es encontrado en la derivación (RAE & ASALE, 2010, p. 203). Siguiendo esta misma idea, Val Álvaro (1999) ha analizado los compuestos nominales y adjetivales con temas grecolatinos, asegurando que estos compuestos son iguales que los patrimoniales, porque presentan tanto la relación coordinativa como subordinativa entre sus constituyentes. En el caso de la primera relación tenemos los siguientes ejemplos: cardiorrespiratoria, cefalotórax, sociopolítico/ca y psicogeriatría, mientras las subordinaciones son ostricultor/ra, vinoteca, unidocente, semielaborado/da. Además, los elementos compositivos pueden combinarse entre sí y formar una nueva palabra, pero el afijo no tiene esta capacidad porque no hay un neologismo formado solo por afijos. Con todo ello, podemos confirmar que dichos elementos se encuentran entre raíces y afijos derivativos, porque disponen de las características de ambos. Por eso se los denomina raíces afijas, temas cultos, bases compositivas cultos, afijoides, seudoafijos, etc. (Casado Velarde, 2015).

3.2.1. Los constituyentes en la composición culta

Al tratarse de palabras compuestas cultas, debemos analizar la forma de sus constituyentes, ya que su combinación es variada. Cabré Castellví (2006, p. 232) establece tres tipos generales de compuestos cultos: a) una forma prefijada culta y una forma sufijada culta; b) una forma prefijada culta y un radical; c) un radical (propio de la lengua o bien prestado de otra lengua) y una forma sufijada culta. Pena Seijas (2000, p. 248) indica una clasificación más detallada, dado que la composición culta no solo se rige por patrones grecolatinos, sino también por pautas propias de las lenguas modernas, e incluso los compuestos solo se forman por temas cultos. Se clasifican así en cuatro tipos: a) compuestos de dos temas griegos; b) compuestos de dos temas latinos; c) compuestos híbridos de tema grecolatino; c) compuestos de tema y palabra autónoma; d) compuestos de más de dos formantes. Además de estas clasificaciones, pensamos que se debe considerar la fuente etimológica de los elementos compositivos. También es necesaria una clasificación de compuestos de elemento acortado + constituyente, así como elemento extranjero + constituyente. Otra cuestión para tener en cuenta es el formante culto, muy común en esta combinación. Así que también lo incluimos en el tipo de clasificación que incluye los compuestos de elemento compositivo + formante culto. Por último, encontramos pocas voces formadas por compositivos cultos y afijos que se deben tener en cuenta.

4. RESULTADOS Y DISCUSIÓN

Una vez realizado el análisis, si se atiende a los resultados cuantitativos se pueden extraer conclusiones sobre la tendencia del uso de las palabras compuestas en función del tipo de compuesto y su estructura. Estadísticamente, el DLE sanciona casi el doble en cantidad de las palabras compuestas cultas que las palabras compuestas. A continuación, veremos la descripción de estas palabras.

4.1. LA COMBINACIÓN DE LOS COMPUESTOS Y LA CLASE RESULTANTE

Las estadísticas de las nuevas palabras compuestas incluidas en el diccionario se presentan en la tabla 1. En cuanto al tipo de compuestos, se aprecia una clara tendencia hacia los compuestos propios sobre los sintagmáticos y las locuciones, siendo estas últimas las menos frecuentes. Atendiendo a la estructura que presenta cada grupo, la mayoría de los compuestos propios está formado por un verbo y un nombre o por dos nombres, siendo las estructuras V-N (portafirmas, portafotos, picahielos…) y N-N (tractocamión, bicimoto…) las más frecuentes. La combinación de dos sustantivos es también la estructura más común en las locuciones nominales descritas, así como en los compuestos acrónimos. En el caso de los compuestos sintagmáticos, sin embargo, se evidencia un claro patrón de preferencia por la estructura N+A (misa pontificial) o N+N (llave Allen). De hecho, la primera estructura mencionada está más presente en los compuestos sintagmáticos que en los propios.

Tipo de palabra compuesta

160 compuestos propios

19 compuestos propios acrónimos

26 compuestos sintagmáticos

9 locuciones nominales o compuestos sintácticos

Estructura

V-N → 72

N-A, A-N, N+A y N-i-A → 47

N-N, N+N y N-i-N → 46

A-A, A+A y A-i-A → 18

V-V → 3

Otras combinaciones → 28

Categoría gramatical resultante

168 sustantivos

41 adjetivos

3 doble categorías de adjetivo y sustantivo

2 verbo

TABLA 1: Resultados cuantitativos del análisis de la composición. Elaboración propia

Respecto a la situación de composición culta, como puede observarse en la tabla 2, hemos clasificado ocho tipos de formación, de las cuales el esquema de tema culto + palabra autónoma (valvulopatía, semibreve, paleoantropología) es el tipo más productivo y ha creado 286 términos. El tema culto + formante culto (cunícola, merónimo, colecistectomía) tiene una importancia secundaria, ya que el número de las palabras llega a 51. El elemento prestado ocupa el tercer lugar y ha generado 27 unidades léxicas (minibús, miniseire, criminógeno/na). Las voces que les siguen son las formadas por dos temas griegos (metafito/ta, hidrófono, fitónimo). A continuación, aparece la combinación elemento acortado + palabra autónoma (narcoavioneta, hispanofrancés/sa, euroescepticismo). La siguiente destaca los vocablos formados por temas híbridos (tanatólogo, gaosteocito, etnocidio). El número de voces que se forman por compositivos cultos y afijos no es relevante, ya que solo encontramos dos ejemplos: disgrafia (dis- + -grafía) y hexano (hexa- + -ano). Por último, las voces creadas por más de dos formantes son escasas: solo encontramos uno, exocitosis, que consiste en tres segmentos: exo-, cito- y -sis. En otras palabras, la combinación más productiva en este mecanismo es el elemento compositivo + palabra autónoma. Si no detallamos el origen de los elementos cultos, el número de las voces generadas por esta estructura representa la abrumadora mayoría. La combinación entre los elementos cultos presenta una productividad limitada.

Tipo de combinación

Categoría gramatical

sustantivo

adjetivo

adjetivo / sustantivo

verbo

Número total

tema culto + palabra autónoma

185

83

7

11

286

tema culto + formante culto

32

17

1

0

52

elemento prestado + palabra autónoma

12

17

0

0

27

tema griego + tema griego

13

4

0

0

17

elemento acortado + palabra autónoma

14

1

0

0

15

tema latín + tema griego

8

4

0

0

12

tema culto + afijo

2

0

0

0

2

más de dos formantes

1

0

0

0

1

Número total

267

126

8

11

412

TABLA 2: Resultados cuantitativos del análisis de la composición culta. Elaboración propia

Al mismo tiempo, la suplencia culta y el truncamiento de formante se presentan tanto en composición como en composición culta, siendo más común la primera en las palabras compuestas cultas (herbodietética, pedraplén, tautosilábico, ca, vinificar, ripícola, polemología, cinemómetro) y la segunda en las palabras compuestas, aunque en las palabras compuestas cultas solo se han encontrado dos palabras que no se forman con las palabras enteras, sino combinan con sus terminaciones: poliploide (poli- + la t. de haploide y diploide), octillizo/za (octo- + la t. de mellizo).

La estadística de la clase resultante justifica la teoría que la composición da lugar principalmente el sustantivo y el adjetivo, rara vez el verbo. En nuestro corpus solo se encuentra 13 verbos, dos de ellos provienen de composición (helitransportar, malinformar) y once de composición culta (ultracongelar, sobresaturar, sobrevender, pirograbar, policopiar, presentificar, publificar, opacificar, juridificar, cronificar, periodificar). A través de la estructura compositiva de estos verbos, podemos observar que todos ellos tienen un núcleo verbal al que se le agregan otros elementos. Sin embargo, este no es el método principal de formación de verbos en español, por lo que su cantidad es reducida. Además, es importante destacar la presencia de seis verbos formados con el elemento compositivo verbal -ficar, cuyo significado es ‘hacer, convertir en, producir’. Este proceso se ajusta más al proceso de generación de verbos en español, y en muchas investigaciones se clasifica como un sufijo verbal en lugar de un elemento compositivo.

4.2. PROPIETARIO MORFOSINTÁCTICO

Pasando a las características morfosintácticas, se ha comprobado que los compuestos más comunes son subordinativos y también endocéntricos (182 casos), como podemos ver en (1). Todos los compuestos subordinativos, sin excepción, son endocéntricos porque la morfología de la palabra compuesta y su función sintáctica se relacionan. Ocurre lo mismo con los compuestos coordinativos, que todos ellos son exocéntricos (2). Por lo tanto, la coordinación entre los segmentos de la palabra compuesta se relaciona directamente con el carácter exocéntrico de la misma: a mayor coordinación e igualdad morfosintáctica entre los constituyentes del compuesto, menor probabilidad de que exista un núcleo porque si lo hubiera se entiende que habría otro subordinado a él.

(1)pasaplatos [pasa + platos núcleo] ‘(que) pasa los platos’

extrabase [extra + base núcleo] ‘más de una base’

malabsorción [mala + absorción núcleo] ‘absorción incompleta’

radiomensaje [radio + mensaje núcleo] ‘un medio de enviar mensaje’

(2)sordociego, subibaja, fisicoculturista, maternofilial

La morfología de las palabras y su función están de ese modo estrechamente relacionadas en los diferentes tipos de compuestos. Así, en las estructuras V-N el nombre actúa generalmente como complemento del verbo, mientras que en las estructuras N-A el adjetivo es un atributo o cualidad del nombre que actúa como primer componente. En las estructuras de componentes de la misma categoría que no son coordinativos ocurre lo mismo: una de ellas se refiere a la otra complementándola de algún modo, aunque los compuestos de componentes de la misma categoría analizados (N-N, A-A) son en su mayoría coordinativos y exocéntricos. También los compuestos sintagmáticos poseen sus propios patrones, ya que se evidencia una tendencia a la unión de componentes subordinativos y endocéntricos, con el primer segmento como núcleo y de significado transparente.

Los patrones anteriores se pueden aplicar a la mayoría de las situaciones. Sin embargo, a veces es necesario determinar el núcleo a través de la estructura sintáctica, atendiendo a los conceptos de los argumentos. Por ejemplo, ciertos compuestos N-N y N-A también pueden estar a la derecha debido a la relación argumental. Val Álvaro (1999, p. 1254) explica que las categorías léxicas predicativas deben elegir sus argumentos a la hora de formar una voz compleja. Estos elementos aportan la información morfológica y sintáctica a la vez. Así, la atención se focaliza en los verbos y adjetivos, pero no en los sustantivos, ya que estos no obligan a los argumentos. Por eso, en los compuestos endocéntricos de dos nombres, el componente no nuclear suele determinar un tipo de núcleo. Además, la valencia de estas dos clases es distinta. Los adjetivos suelen ser monovalentes, mientras que los verbos pueden tener varios argumentos, hasta tres como máximo, pero no se excluyen algunos con solo uno. A este respecto, la capacidad combinatoria de un elemento también puede servir para determinar el núcleo de la voz compleja, conocido como núcleo sintáctico.

Según esta perspectiva, los compuestos formados por un nombre y un adjetivo pueden tener dos posibilidades. Por un lado, el nombre sirve como argumento del adjetivo y se convierte en el núcleo de la voz compleja y denota al conjunto: hierbabuena. Por otro lado, el nombre es incapaz de ser el argumento del adjetivo o dicho adjetivo es bivalente. En ese momento, el núcleo del compuesto está servido por un adjetivo y, además, asociará su argumento a algún elemento nominal de la construcción sintáctica en la que aparezca. Por ejemplo, la palabra pelirrojo. Su acepción se refiere a ‘los que tienen rojo el pelo’. Por eso, esta palabra necesita un argumento nominal y podemos decir un chico pelirrojo. Igual que el caso de drogadicto, donde el adjetivo nuclear adicto rige dos argumentos: droga puede ser uno y todavía falta otro, por eso se usa con alguien, un sujeto. Así pues, el núcleo no solo aporta el significado de la voz compleja, sino que determina la clase resultante, porque el primer tipo produce el compuesto nominal y el segundo tipo, el compuesto adjetival.

De manera similar, la relación entre los formantes de las palabras compuestas cultas puede ser la subordinación y coordinación. Al revisar de las voces recién sancionadas, se observa que la mayoría tiene la relación subordinativa en la que el elemento no nuclear modifica el núcleo (3). Mientras que solo tiene 14 voces que presentan la relación coordinativa (socioeconómico/ca, sudoccidental, neuromuscular, hidroeólico/ca, hispanofrancés/sa, etc.). En lo que respecta a la ubicación del núcleo, por lo general se encuentra en una posición posterior que puede ser ocupada tanto por el formante sufijado como por otro constituyente. No obstante, en nuestro corpus no se observa que el formante prefijado desempeñe el papel de núcleo. Esta detección concuerda con la regularidad compositiva de las palabras compuestas cultas, es decir, determinado + determinante.

(3)primatología [primate mod + -logía núcleo] ‘estudio de los primates’

valvulopatía [valvulo mod + -patía núcleo] ‘enfermedad de las válvulas’

nosofobia [nósos mod + -fobia núcleo] ‘fobia a la enfermedad’

multiconferencia [multi- mod + conferencia núcleo] ‘conferencia en línea que permiten múltiples participantes’

minicadena [mini- mod + cadena núcleo] ‘cadena de tamaño reducido’

4.3. PROPIETARIO SEMÁNTICO

En cuanto a los criterios semánticos, se ha comprobado que la mayoría de las palabras compuestas poseen un nivel de composicionalidad transparente porque su significado se puede inferir mediante la unión de los significados de los componentes que la forman. La inferencia puede proceder de la unión de los significados por separado, como en numerosos compuestos V-N, o por la naturaleza de uno de los componentes, como es el caso de los compuestos formados por cultismos. Cuando hay un cultismo en una o ambas bases léxicas, los compuestos son transparentes porque entre sus componentes existe una relación argumental. Otro patrón semántico que se puede establecer, esta vez en relación con los compuestos sintagmáticos y sintácticos, es que aquellas estructuras formadas por un nombre propio son generalmente opacas en cuanto a su significado completo. De ese modo, se puede inferir el significado de misa pontificial o de niño pitongo, pero no de llave Allen o bacilo de Koch. Aunque en los términos mencionados se deduce que el primero es un tipo de llave y el segundo un tipo de bacilo, no se llega a su significado completo porque la relación entre ambos componentes no es argumental.

En la misma línea de las características semánticas, se ha observado también que la estructura morfosintáctica de la palabra compuesta puede contribuir a inferir determinados datos sobre la palabra compuesta, pero no su significado. Este hecho se puede apreciar sobre todo en los compuestos V-N puesto que a priori pueden parecer transparentes por la relación verbo-complemento que contienen, pero no siempre es así. De ese modo, compuestos como limpiacristales o portafotos son transparentes porque su significado es el mismo que el que se extrae de los componentes por separado, mientras que términos como vuelvepiedras o robaperas son opacos aunque posean la misma estructura que los anteriores, V-N. El primer concepto hace referencia a un tipo de ave mientras que el segundo hace alusión a un tipo de delincuente: no se puede intuir que la unión de volver + piedras dé lugar a un término que alude a un ave y lo mismo ocurre con el segundo compuesto mencionado. Esto responde a que los compuestos pueden hacer referencia a la realidad extralingüística de manera metafórica o metonímica. Igual que los nombres de juego, de deporte, de actividad, etc. Dichos nombres no pueden percibir su sentido directamente a través de los componentes, aunque tienen una relación muy estrecha con su significado, es decir, se utilizan ambos constituyentes para caracterizar el objeto. Si no está en el contexto ajustado o falta la explicación, es difícil para el oyente comprender correctamente la concepción de las palabras. Por ejemplo, vuelacerca, extrabase, ochomil, etc.

En relación con lo anterior se puede afirmar que la estructura V-N es polémica, como ya se puso de manifiesto en la teoría. Durante la realización del análisis se ha comprobado que una de las principales dificultades radica en que hay palabras compuestas que por sus características morfosintácticas se asemejan a una estructura sintagmática de verbo y complemento, mientras que otras por sus características semánticas se convierten en sustantivos. No obstante, los compuestos con esta estructura muestran cierta regularidad. Se producen tres tipos de nombres: 1) los compuestos con valor denominativo (sacacorchos); 2) los compuestos con valor calificativo (metepatas); 3) los compuestos con construcciones adverbiales (a matacaballo) (Val Álvaro, 1999, p. 4788). El primer tipo incluye dos formas de combinaciones: una está unida, entre el verbo y el sustantivo, por una preposición, que es una combinación poco común, y la otra es la combinación más general, que consiste en que el verbo combina directamente con el sustantivo. Se trata de una combinación compleja porque se presenta la estructura endocéntrica, pero el compuesto que se da es a veces exocéntrico en su significado. Esto se debe principalmente a la variación de los significados de los compuestos y a las funciones que asumen los sustantivos en la combinación. Además, la NGLE resume otra tendencia que la combinación de verbo y nombre normalmente expresa una profesión, una persona, un utensilio, una acción o un proceso, y, en particular, un golpe.

En contraste, la mayoría de estudios semánticos sobre la composición culta se han centrado en su campo de uso más que en su transparencia semántica. Gracias a la claridad de la semántica y la facilidad de combinación, los individuos pueden crear los neologismos al unir el elemento culto y la palabra común de manera simple. Los vocablos generados mediante la composición culta suelen carecer de connotaciones adicionales. Por ejemplo, las palabras que contienen el elemento compositivo -logía representan una disciplina específica, mientras que aquellas que incorporan la unidad mono- llevan consigo un significado ‘único’.

Por otro lado, el vocablo resultante ya no se limita al neónimo (Guerrero Ramos & Pérez Lagos, 2012). En este sentido, los datos que hemos reunido desde el DLE también pueden ser considerados atendiendo a sus campos de uso, con el fin de comprobar la tendencia que hemos descrito (ver tabla 3). De las estadísticas se desprende que un 41 % de las palabras están marcadas con el fin de mostrar la especialidad a la que corresponde la palabra, de las cuales, la medicina se ha convertido en la etiqueta más repetida: le corresponden 51 casos. Luego viene la biología (30 casos) y la tecnología (10 casos). Las otras etiquetas, como se muestra en la tabla 3, no son muy frecuentes, ya que no superan los 10 casos. Si volvemos a clasificar estas marcas desde una perspectiva más genérica, no es difícil encontrar que el vocabulario científico–técnico tiene una importancia mayor, seguido del ámbito de las humanidades. Esto confirma que la composición culta sigue siendo una herramienta para crear palabras especializadas.

Tipo de tema

Número de fichas

medicina

51

biología

30

tecnología

10

química

8

física, psiquiatría, zoología, lingüística

6

electrónico y geología

5

psicología, gramática, música

3

antropología y biología, deporte, ecología, economía, fonología, informática, óptica, teoría literaria

2

biología y tecnología, bioquímica, cinema y teoría literaria, derecho, biología/botánica/medicina, anatomía, astronomía y geografía, física y química, geografía, geometría, geometría/medicina, matemática, matemática/tecnología, mecánica, meteorología, pintura, arquitectura

1

Número total

171

TABLA 3: Las marcas con especialidad utilizadas por el DLE y sus frecuencias. Elaboración propia

En cambio, el número total de palabras marcadas son 171. Esta cifra muestra que más de la mitad del léxico no está etiquetado y puede considerarse como palabras comunes. Destaca la combinación con elementos acortados. Debido a que dicho elemento generalmente proviene de una palabra general, las palabras compuestas también mantienen esta característica: como el elemento foto- de fotografía que interviene en la creación de tres de las fichas neológicas que hemos reunido: fotoperiodismo, fotoperiodista y fotorreportero/ra. En cambio, su homógrafo heredado del griego significa ‘luz’ y las palabras formadas a partir de este sentido suelen ser términos. Por ejemplo, fotocatálisis, fotogénesis y fotomultiplicador/ra.

También existen ciertos elementos cultos que pueden formar palabras comunes. El segmento video- tiene origen latino. Se usa para formar palabras referentes a un apartado electrónico, pero todos los neologismos extraídos formados por este elemento no están marcados como términos científicos. Tenemos los ejemplos de videocasete, videógrafo/fa, videovigilancia, videomarcador, videográfico/ca. En realidad, video también es un producto tecnológico que al principio habría formado parte de la terminología. Pero a medida que esta tecnología se ha ido extendiendo, ya no es ajena a los hablantes. Por lo tanto, las nuevas palabras formadas por este elemento ya superan el ámbito especializado.

Si nos detenemos en el tema griego micro-, podemos encontrar que se puede generar la voz especializada y común al mismo tiempo. La acepción de la palabra microvellosidad en el DLE es “extensión digitiforme de la membrana de una célula, que aumenta la superficie de intercambio de esta con el medio externo”. Por su parte, microrrelato, a su vez, significa ‘relato muy breve’. Aunque ambos comparten el mismo tema culto, las palabras resultantes están muy alejadas en sus ámbitos de uso. Por eso la causa de este resultado reside en otro componente, o sea, el radical. Vellosidad tiene el significado del campo biológico, pero relato es una palabra general y no especifica ningún campo determinado.

Otra discusión necesaria atiende a los temas cultos con las acepciones especializadas. Por ejemplo, sero- proviene de latín y hace referencia a ‘suero’. La palabra compuesta serotipo está relacionada con el mundo de la biología pese a que el radical tipo es una palabra común. Igual que otros elementos compositivos como pato- (dolencia o afección), osteo- (hueso) y -ectomía (escisión o ablación quirúrgica), debido a sus semánticas especializadas, esto hace que la mayoría de los neologismos formados con ellos obtengan el sentido científico. Por eso podemos concluir que la semántica está influenciada por todos los componentes y que para generar un término o no, hay que tenerlos en cuenta a cada uno de ellos.

4.4. RASGOS FONOLÓGICOS

Por último, los rasgos fonológicos destacados son escasos en comparación con el resto, lo que hace confirmar que los aspectos fonológicos no son determinantes en la formación de palabras compuestas. Como los compuestos sintagmáticos y sintácticos conservan el máximo de morfología de cada parte de la palabra, así que rara vez hay variación en la pronunciación. De las principales alteraciones fonológicas encontradas, la más común es el truncamiento o acortamiento de uno o ambos componentes de los compuestos propios, sobre todo del primer segmento: acetilcolina, carbohidrato, chocobanano, tras el truncamiento, los procesos fonológicos más comunes son la suplencia y la alternancia y se generan por la relación entre los rasgos fonológicos y los morfológicos. Así, en maternofilial o paternofilial, se sustituye hij- por fil-, la raíz etimológica de hijo.

Otro fenómeno destacado es el reajuste de vocal, cuando el primer constituyente termina en el fonema /a/ u /o/, se reemplaza por /i/, tales como ojijunto, maniabierto, servicentro. Lang (1997, p. 103) ha descrito este proceso y ha confirmado que se ha utilizado con frecuencia en la composición española pero todavía no se ha establecido la teoría satisfecha para su uso. Solo podemos suponer que esto se debe a factores fonoestéticos.

Solivellas (2023) confirma que en la composición culta no suele presentar reducción vocálica y hemos confirmado a través de nuestro corpus. La principal variación vocálica observada consiste en reemplazar el fonema /a/ u /o/ por /i/, que pasa lo mismos con la composición, como podemos ver: urbanícola, papiriforme, octillizo/za, ojímetro. No obstante, las características acentuales de los elementos compositivos son similares a las de los afijos, donde las formas prefijadas carecen de acento y las formas sufijadas lo poseen. Dentro de los componentes que participan en la composición culta, se encuentran numerosos formantes sufijadas que llevan acento primario, como como -carta, -fugo, -para, -gamo, -fono, etc. Cuando se combinan con otros componentes, el acento primario recae en la vocal que se encuentra junto a ellos, así se dan las voces como cleptócrata, nidífugo/ga, nulípara, exógamo/ma, laringófono.

4.5. LA PRODUCTIVIDAD DE LOS ELEMENTOS COMPOSITIVOS

Al final, nos centraremos en el análisis de los elementos compositivos, examinando la capacidad y las características de creación de palabras de cada uno de ellos. Hemos encontrado 131 elementos que funcionan con este procedimiento: entre ellos, 90 ejercen como formas prefijadas y 41 se colocan en la posición final a la hora de formar palabras. Este resultado cuantificado está en consonancia con lo que indica Lang (1997, p. 237). El autor confirma que la capacidad de formación de palabras aumenta cuando el segmento se antepone y, por tal motivo, se suele denominar prefijoide. Sin embargo, si nos fijamos en la colocación de los elementos compositivos en estas fichas neológicas, la forma sufijada tampoco muestra escasa productividad. La figura que ofrecemos a continuación pretende reflejar las cifras que venimos comentando sobre la productividad del lugar de los elementos de composición que intervienen en este tipo de procedimiento de formación de palabras.

En la figura 1 se muestra el número de palabras generadas por el tema neoclásico en diferentes posiciones. De ellas, el más repetido es la forma prefijada auto-, que interviene en 36 de las fichas neológicas. Seguido por un sufijoide (-logo, ga) que ha generado 21 vocablos. A continuación, un prefijoide (bio-) y un sufijoide (-logía) produjeron 17 y 16 neologismos, respectivamente. Luego, hay otro elemento inicial (foto-) y segmento final (-metro) que produjeron el mismo número (13 ocasiones) de palabras nuevas. Después tenemos dos elementos antepuestos que generan más de 10 palabras: multi- aparece en 12 de las fichas neológicas y semi-, 10. El resto interviene en menos de 10 neologismos.

FIGURA 1: Estadística de la capacidad de los elementos compositivos para formar palabras. Elaboración propia

A través del resultado estadístico, no es difícil observar que la posición de los elementos cultos está relativamente distribuida, lo que significa que la diferencia en la productividad entre la posición prefija y la sufija no es muy significativa. Aunque la forma sufijada es menos numerosa que la prefijada en este procedimiento, hay algunas sufijadas que también son constructoras de palabras muy productivas.

Para terminar, vemos los tres elementos compositivos con mayor capacidad de creación de palabras: auto-, -logo/ga y bio-. Todos ellos tienen origen grecolatino, salvo el primero que tiene otra etimología que proviene de la palabra general auto. Esta podría ser también una de las razones del mayor número de palabras que se crearon a partir de esta. Desde un punto de vista extralingüístico, las acepciones de ambas formas prefijadas representan temas muy populares actualmente. A saber, auto- hace referencia al acto de comportamiento o el automóvil, mientras que bio- tiene relación con la biología o la vida. Los neologismos resultantes corresponden a estos campos, que albergan muchos términos relacionados con el mundo biológico (bioclimático/ca, biosíntesis, bioetanol, biocombustible, etc.), así como con las nuevas tecnologías (autotrasplante, autotransfusión, autocontrol) y los comportamientos propios (autoinyectable, autorrealización, autocomplacencia), aportando los significados de los elementos compositivos.

Respecto a la forma sufijada más activa, -logo/ga, su acepción es ‘persona versada’ o ‘especialista’ en lo que el primer elemento indica, según el DLE. Así que todos los compuestos cultos a partir de ellos se refieren al experto de un área especializada. Asimismo, otro sufijoide (-logía), relacionado con este sentido, también es muy productivo, con el cuarto mayor número de palabras creadas. Como se desprende de las palabras formadas por estos dos temas cultos, la clasificación de las disciplinas es cada vez más refinada y, a medida que la sociedad se desarrolla, surgen muchos nuevos campos de estudio y los expertos pertinentes. Al mismo tiempo, hemos comprobado la flexibilidad de la posición de los afijoides, el elemento compositivo cito-, que puede aparecer tanto al principio (citoesqueleto) como al final de la palabra (osteocito).

5. CONCLUSIONES

Las palabras compuestas constituyen en la lengua española una herramienta de creación de neologismos y un recurso que enriquece el lenguaje al dotarlo de productividad morfológica y semántica, ya que no solo se crean palabras a partir de la unión de otras ya existentes, sino que de ellas emergen nuevos significados que unas veces suponen la combinación de sus componentes y otras constituyen una novedad al diferir de los significados originales.

Desde una perspectiva numérica, la cantidad de nuevas palabras compuestas incluidas en el diccionario no representa una ventaja significativa, con un total de solo 214 términos. Esta cifra es considerablemente menor que la cantidad de palabras derivadas, e incluso menor que la cantidad de palabras extranjeras incorporadas. Sin embargo, hemos identificado 413 compuestos cultos que también son considerados como parte de palabras compuestas. Al sumar ambos grupos, el total de palabras compuestas se sitúa en el segundo lugar en términos de cantidad en comparación con las palabras de nueva incorporación. No obstante, ya podemos apreciar claramente que la productividad de la composición culta es mayor que la de la composición.

Al mismo tiempo, tanto la composición como la composición culta pueden ser analizadas utilizando el mismo enfoque en su nivel de construcción interna, lo que se refleja en sus rasgos sintácticos, semánticos y fonéticos. Ante el contexto planteado, se ha llevado a cabo el análisis de un corpus de 626 términos para identificar rasgos que contribuyan a confirmar en la práctica lo expuesto en la teoría de la RAE y de otros estudios relacionados, así como a establecer patrones de creación y caracterización de las palabras compuestas atendiendo a los criterios relacionados con su naturaleza. Teniendo en cuenta dichos criterios en la descripción y análisis del corpus, así como la combinación de los mismos, se ha llegado a la conclusión de que la lengua española evidencia ciertas tendencias en el uso de las palabras compuestas que, además, se corresponden con lo expuesto en las referencias teóricas empleadas.

En primer lugar, ambas presentan dos tipos de relaciones sintácticas: coordinación y subordinación. La mayoría de las palabras compuestas tienen una estructura de relación subordinada. Sin embargo, la estructura sintáctica de las palabras compuestas es más diversa que las palabras compuestas cultas, y los componentes de las últimas suelen tener la relación argumental. Esto facilita la deducción de su significado, a diferencia de las palabras compuestas, que pueden tener una semántica opaca.

En cuanto a la clase resultante, ambas presentan consistencia, ya que se dan lugar fundamentalmente sustantivos y adjetivos, siendo los verbos más raros. En el aspecto fonético, las características mostradas por la composición culta se asemejan más a las de la derivación. Las formas prefijadas no cambian el acento de la palabra primitiva, pero las formas sufijadas sí lo hacen, especialmente aquellas formas sufijadas que ya llevan acento por sí mismas.

Si nos detenemos solo en el ámbito de uso sobre la composición culta, el vocabulario relacionado con campos especializados sigue ocupando una posición primordial. Los tres primeros son medicina, biología y tecnología. Si se compara el número de estas palabras especializadas con el número total de palabras compuestas cultas, no llega ni a la mitad. Desde este punto de vista, este mecanismo ya no es un método especial de formar términos, sino que también puede generar otras clases de palabras. Tal vez debe considerar la aportación de los elementos de palabras acortadas o prestadas. Por último, el número de formas sufijadas es mucho menor que el de las prefijadas, pero no hay una diferencia significativa en cuanto a la capacidad de crear palabras.

En definitiva, los resultados extraídos permiten concluir que las palabras compuestas son uno de los recursos de mayor productividad en español, siendo la composición culta más productiva. Por eso merece la pena una investigación en este ámbito con más detalle, y abren la puerta a nuevas posibilidades de estudio que se podrían enfocar en establecer una norma uniforme para los formantes, porque, muchos se consideran elementos compositivos en el DLE y afijos en otros diccionarios.

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1 Según la definición del DLE, el elemento compositivo es un “segmento morfológico ligado, por lo general de origen griego o latino, que interviene en la formación de palabras compuestas anteponiéndose o posponiéndose a otro; p. ej., filo-, grafo-, -ónimo, -scopio”.