Resumen:

La presente investigaci—n basada en las artes busca integrar en el aula de Educaci—n Infantil la educaci—n estŽtica y art’stica, debido a sus mœltiples beneficios para la inteligencia emocional del alumnado, y por consiguiente, en el desarrollo del resto de las inteligencias y en las competencias clave de nuestro curr’culo.

 

Para llevar a cabo esta investigaci—n, se han realizado en un aula de 25 ni–os y ni–as en una zona rural de JaŽn tres propuestas did‡cticas con un incremento de dificultad en cada una de ellas. La finalidad de la investigaci—n es observar quŽ indicadores de la inteligencia emocional ponen el alumnado de manifiesto a travŽs de estas actividades art’sticas.

 

Abstract: 
 

The research based on the arts that seeks to integrate aesthetic and artistic education in the classroom of Early Childhood Education, due to its multiple benefits for the emotional intelligence of the students, and consequently in the development of the rest of the intelligences and in the key competences of our curriculum.

Palabras Clave: Educaci—n Infantil, educaci—n art’stica, inteligencias mœltiples, inteligencia emocional, investigaci—n basada en las artes.

 

Key words: infantile education, artistic education, miltiple intelligences, emotional intelligence, investigation base don the arts.

 

 

To carry out this research, three didactic proposals with an increase of difficulty in each of them have been made in a classroom of 25 children in a rural area of ​​JaŽn. The purpose of the research is to observe that indicators of emotional intelligence make the student manifest

through these artistic activities.


1. Introducci—n

Esta investigaci—n surge de la necesidad de incluir la educaci—n estŽtica y art’stica en el aula de infantil, sobre todo, de descubrir si a travŽs de la realizaci—n de pr‡cticas art’sticas se desarrolla la inteligencia emocional de los ni–os y ni–as y c—mo (Cueva Ram’rez, 2017: 153).

Siempre se relaciona la inteligencia emocional con las emociones —alegr’a, orgullo, tristeza, vergŸenza, etc. —, pero segœn Goleman en 2012 hay cuatro pilares de Žste tipo de inteligencia. El primer pilar es comprender nuestras emociones, que es el m‡s conocido por todos y que actualmente se suele trabajar en las aulas. El segundo pilar, es la autorregulaci—n, que consiste en partir del primer pilar para utilizar estrategias que nos ayuden a regular nuestros estados de ‡nimo. Estos dos pilares son m‡s de ’ndole de desarrollo personal (Soto S‡nchez, 2017: 12). El tercero es la empat’a con los dem‡s, aspecto muy importante para trabajar en el aula de Educaci—n Infantil a la par que dif’cil por el ego’smo t’pico de esta edad. Y el œltimo pilar son las habilidades sociales, otro aspecto esencial, ya que una de las finalidades de la educaci—n es contribuir al desarrollo social del alumnado.

Por tanto, esta investigaci—n se basa en los cuatro pilares, ya que adem‡s de las emociones hay aspectos como la motivaci—n, la autonom’a o valores tan importantes como la responsabilidad, la toma de decisiones, etc. Que han de ser igualmente considerados en este tipo de estudios.

Para ello, se han realizado tres propuestas de actividades art’sticas en un aula con ni–os y ni–as de 5 a–os en una zona rural de JaŽn. En cada una de las propuestas se enfrentan a la realizaci—n de diferentes productos art’sticos en situaciones varias y con diversos materiales. Con estas propuestas deben poner en juego diferentes aspectos de la inteligencia emocional, que normalmente no trabajan en el aula.

La investigaci—n principalmente est‡ basada en las artes y consiste en:

Éun mŽtodo de indagaci—n que utiliza elementos de la experiencia de las artes creativas como maneras de comprender el significado de lo que nosotros hacemos dentro de nuestra pr‡ctica y de la ense–anza (Hern‡ndez, 2008).

 

Aunque existen numerosos estudios semejantes al que se propone en este trabajo, como podr’a ser el realizado por Marqu’nez y Betancourt (2015), donde proponen distintas propuestas did‡cticas de autoconocimiento a travŽs de la fotograf’a para adolescentes con la finalidad de que se expresen y que se llegue a entender quŽ les ocurre en esa etapa de rebeld’a. Sin embargo, el objetivo de esta investigaci—n es observar c—mo reaccionan los ni–os y ni–as en las diferentes propuestas art’sticas, c—mo desarrollan la inteligencia emocional para resolver las distintas situaciones y quŽ aspectos de la misma se trabajan.

Para iniciar esta investigaci—n comenzaremos por la fundamentaci—n te—rica sobre los campos de interŽs que la abarcan.

 

A.  Educaci—n estŽtica y educaci—n art’stica

Teniendo en cuenta estudios realizados por Ca’–a (2008), Mairal (2011), S‡nchez (2010) y Ubals çlvarez (2005), se explica la educaci—n estŽtica y educaci—n art’stica.

La educaci—n es un proceso de asimilaci—n y aprendizaje de conocimientos y adquisici—n de habilidades, cultura y valores v‡lidos para nuestra sociedad. Esto se produce proporcionando al alumnado las herramientas necesarias, explotando as’ todo su potencial.

El arte es un concepto muy amplio que dif’cilmente podemos definir. Pero, se considera como un conjunto de creaciones humanas con la finalidad de expresar sentimientos, sensaciones e ideas que el artista quiere visibilizar a travŽs de lo visual, de lo sonoro, de lo corporal o lo lingŸ’stico. Pero sobre todo, es una forma de cr’tica social.

La estŽtica es un concepto m‡s amplio que el arte. Investiga la apariencia exterior de lo que se encuentra en el universo. Se puede decir que es un aspecto expresivo y comunicativo que se estimula dentro y fuera de la educaci—n art’stica.

As’ pues, la educaci—n estŽtica y art’stica son dos conceptos muy cercanos y a menudo los interpretamos como un todo, pero a continuaci—n vamos a diferenciarlas y, a su vez, descubrir c—mo se complementan.

La educaci—n estŽtica es la formaci—n de una actitud sobre todo lo que posea un valor estŽtico en el universo como la naturaleza, los humanos, el arte, etc. En cambio, Òla educaci—n art’stica es una experiencia de aprendizaje donde se educa el sentimientoÓ (Susanne Langer, 2010) y que forma a las personas en tener una necesidad para tener una actitud e interaccionar con el arte gracias a la actuaci—n de la familia, la escuela y los medios de comunicaci—n.

La educaci—n art’stica est‡ presente en los colegios de nuestro pa’s a travŽs de la educaci—n pl‡stica, la educaci—n musical y la educaci—n f’sica. Son asignaturas diferenciadas y que tienen como finalidad que el alumnado obtenga los mejores conocimientos y habilidades en estas materias. En cambio, estas asignaturas no tienen una gran relevancia en nuestro curr’culo escolar.

Por tanto, la educaci—n estŽtica educa en lo estŽtico y la educaci—n art’stica educa el sentimiento producto de la interacci—n con el arte. Como dec’a Dewey (2008), la educaci—n estŽtica y art’stica ense–a a intensificar la vida en vez de conformarse simplemente con vivirla.

B.  Inteligencia emocional

Para comprender quŽ es la inteligencia emocional, hay que partir de quŽ es la inteligencia:

É es una capacidad del individuo para dar soluci—n a problemas de su entorno o de crear productos o servicios de utilidad y que se desarrollan en funci—n de los est’mulos que se reciban, del nivel de desarrollo y del propio trabajo y esfuerzo (Gardner, 1998).

Gardner (2012) defiende que el individuo tiene ocho inteligencias diferentes y que cada una de ellas se encuentra en una zona del cerebro, en funci—n si la inteligencia es m‡s creativa o m‡s l—gica, pero que actœan de manera conjunta e indivisible. Actualmente, esta teor’a de localizaci—n de las inteligencias no es validada por la neurociencia, ya que se aportan otras teor’as que tambiŽn hay que poner en duda.

 

No obstante, se considera que la teor’a de las Inteligencias Mœltiples no es una teor’a cient’fica sino una herramienta educativa para atender a la diversidad del alumnado, tal y como indica GuillŽn (2015) en el blog Escuela con cerebro.

 

Sea como fuere, teor’a cient’fica o herramienta educativa, lo m‡s importante es atender a la diversidad del aula y a las caracter’sticas, necesidades e intereses del alumnado y por ello es importante el desarrollo de todas y cada una de las inteligencias mœltiples.

 

Una de estas ocho inteligencias es la emocional, defendida como la habilidad para expresar, generar y entender emociones y sentimientos propios y de los dem‡s (Mayer y Geher, 1966). Adem‡s, esta inteligencia, abarca la inteligencia interpersonal e intrapersonal.

 

La interpersonal es el potencial para interactuar con las emociones, sentimientos y deseos de los dem‡s. La intrapersonal, el potencial para administrar la informaci—n relacionada con uno mismo, con las capacidades y dificultades (Escamilla, 2014).

 

Goleman (2012), en sus diversas investigaciones obtiene como resultado que la inteligencia acadŽmica no nos prepara para la vida. Por tanto, es necesario que la escuela ejerza una funci—n m‡s directa en las habilidades emocionales que ayudan a la capacidad de autorregularnos en el comportamiento diario, tenemos dos mentes, una que piensa y otra que siente (Goleman, 1995).

 

La etapa de Educaci—n Infantil es un per’odo en el que se aprenden las lecciones emocionales m‡s importantes, de ah’ a la necesidad de incluir la inteligencia emocional en el aula (Escamilla, 2014).

2. PROPUESTAS DIDçCTICAS

La Educaci—n Infantil es una etapa educativa con entidad propia, que recoge a los alumnos de 0 a 6 a–os de edad. Espec’ficamente, las propuestas se han puesto en pr‡ctica en un aula de 5 a–os con 25 ni–os y ni–as de un CEIP de una zona rural de JaŽn.

Para ello se han programado tres actividades art’sticas diferentes, observando de esta forma c—mo reaccionan y c—mo resuelven la actividad para la elaboraci—n del producto art’stico de cada una de ellas.

Estas propuestas tienen una dificultad ascendente, siendo la primera m‡s sencilla y la œltima la m‡s complicada y donde tendr‡n que poner en pr‡ctica aspectos como la autonom’a, la toma de decisiones, la autoconfianza, canalizar la frustraci—n, respetar las decisiones tomadas en grupo y desarrollar la creatividad.

La primera actividad realizada fue ÒMiniy—Ó, que consisti— en que los ni–os y ni–as ten’an que modelar con plastilinas una figura de ellos mismos. Esta actividad estuvo continuamente dirigida por el docente, ya que se les dio instrucciones de lo que ten’an que hacer y con quŽ material. No obstante la creatividad de la pr‡ctica viene dada en el propio proceso de creaci—n, ya que cada alumno/a realiz— la figura tal y como ellos se ve’an a s’ mismo.

El material utilizado fue plastilinas de distintos colores —rojo, azul, rosa, carne, marr—n, amarillo y verde—, palitos de madera y corchos. La duraci—n de la actividad, fue aproximadamente de unos 45 minutos.

El objetivo principal de esta actividad fue conocerse a ellos mismos modelando rasgos de su personalidad o elementos que los definan. Adem‡s, esta pr‡ctica les ayud— a desarrollar el autoconocimiento, la psicomotricidad fina, el autoconcepto o expresarse a travŽs de lenguaje oral y el lenguaje art’stico.

Para la realizaci—n de esta actividad, la organizaci—n espacial fue a travŽs de rincones, que es la organizaci—n del aula donde se integran actividades de aprendizaje para facilitar la participaci—n activa de los ni–os y ni–as en la construcci—n de sus propios conocimientos y, por tanto, de su aprendizaje (Lagu’a y Vidal, 2007).

En el caso de estas autoras, defienden los rincones donde las actividades son diferentes en cada uno y los ni–os y ni–as deben de pasar por todos los rincones para realizar todas las actividades, ya sea diariamente o semanalmente. En mi caso, respetŽ la organizaci—n en rincones que ten’an, pero todos realizaron la misma actividad a la vez.

T’tulo actividad

ÒMiniy—Ó

Materiales utilizados

Plastilinas de colores

Palitos de madera

Corcho

Duraci—n

 45'

Objetivo

Conocerse modelando rasgos de su personalidad y elementos que los definen.

La segunda actividad propuesta fue ÒCuŽntame un cuentoÓ, que consisti— en un taller de creaci—n de relatos. Esta actividad fue dirigida, pero menos que la anterior, ya que se les dijo que ’bamos a inventarnos un cuento y se les guio en la f—rmula y pautas de creaci—n de cuentos pero la imaginaci—n fue libre en cuanto toda la invenci—n del mismo.

El material que se utiliz— fue la creatividad y la imaginaci—n y en algunos momentos unos dados cuentacuentos y una pizarra donde apunt‡bamos lo que se iba inventando y acordando. La duraci—n aproximada de esta sesi—n fue de unos 50 minutos.

El objetivo de la creaci—n del cuento fue tomar decisiones en cuanto a la narrativa del cuento, los personajes o el lugar donde ocurren los hechos, llegar a acuerdos entre las diferentes opciones propuestas y trabajar en grupo. Adem‡s, trabajar con textos de la vida cotidiana como es el cuento, desarrollar el lenguaje oral, respetar a los dem‡s y aceptar lo que se acuerde en la mayor’a.

En este caso, la organizaci—n espacial fue la asamblea, que es un espacio del aula y un momento de la jornada escolar donde se realizan actividades diarias como pasar lista, ver el tiempo que hace o elegir el responsable del d’a. Pero adem‡s de estas actividades se realizan otras del tema del proyecto de trabajo o unidad did‡ctica que est‡n trabajando. Son un espacio comunicativo, expresivo, flexible y adaptado (DÕAngelo y Medina, 1997).

T’tulo actividad

ÒCuŽntame un cuentoÓ

Materiales utilizados

Dados cuentacuentos

Pizarra

Duraci—n

 50'

Objetivo

Iniciativa en la toma de decisiones y fomento al trabajo en equipoÉ

La tercera y œltima actividad, por tanto la m‡s complicada, fue ÒEl Construye-todoÓ, que consisti— en un taller de construcci—n, de lo que ellos y ellas desearan, con materiales de desecho. Esta actividad es pr‡cticamente libre, ya que tienen que construir lo que ellos quieran con el material proporcionado.

Los materiales fueron retales de cartulinas y de goma eva, bricks de leche, palos de helado, limpiapipas, tapones de diferentes tama–os, colores y formas, corchos, moldes de magdalenas, pegamento, silicona, l‡pices, bol’grafos, etc. La duraci—n aproximada de esta actividad fue de 60 minutos.

El objetivo de esta actividad fue resolver situaciones no habituales, favorecer la creatividad y fomentar el reciclaje de materiales de la vida cotidiana. Adem‡s, desarrollar la psicomotricidad fina, gestionar sus emociones o tomar decisiones.

Para la realizaci—n de la actividad, la organizaci—n espacial y de agrupamientos fue a travŽs de talleres, que es una organizaci—n del trabajo infantil, donde se realizan actividades puntuales con el fin de ense–arles a los ni–os y ni–as algo nuevo, en este caso a utilizar los materiales que solemos tirar para convertirlo en un objeto nuevo (Borghi, 2005). Adem‡s, en esta forma de organizaci—n, las actividades son m‡s sistematizadas y dirigidas por el maestro/a, que en los rincones. Aunque en mi caso les dejŽ totalmente libertad para levantarse y coger el material y construyeran lo que quisieran.

T’tulo actividad

ÒEl Construye-todoÓ

Materiales utilizados

Material de desecho

Retales de cartulinas

Retales de goma eva

Limpiapipas

Pegamento

Bol’grafos

Silicona

Duraci—n

60'

Objetivo

Resolver situaciones no habituales.

 

3. RESULTADOS

Para comenzar con los resultados, primero explicar que los he narrado a modo de diario de clase, que es donde el docente toma notas de lo que ocurre en clase, anŽcdotas y momentos importantes en el aula.

Adem‡s quiero exponer el porquŽ de la elecci—n de las actividades explicadas anteriormente, ya que algunas fueron posterior a mi visita al colegio y a las observaciones que obtuve.

Antes de comenzar a realizar actividades de mi investigaci—n basada en las artes, estuve en momentos puntuales de la jornada escolar en el aula donde las iba a realizar para ver quŽ tipo de actividades no estaban acostumbrados a hacer y as’ provocarles un conflicto. ObservŽ el trabajo de la maestra, las actividades que hac’an, el comportamiento que ten’an los ni–os y ni–as y sobre todo la motivaci—n y si les resultaba f‡cil o no realizar las actividades que suelen hacer.

En el aula se trabaja poco la creatividad, puesto que su principal finalidad es acabar las fichas programadas para llevar el libro acabado cuando finalice el trimestre. En cuanto a la educaci—n pl‡stica, utilizaron plastilina y dibujaron un paisaje (determinado por la maestra). En cuanto a la educaci—n musical, no realizaron ninguna actividad fuera de lo que es cantar y recitar de memoria las canciones de buenos d’as y las que avisan de que los rituales en el aula cambian. En cuanto a la educaci—n f’sica, salen fuera del aula para dar dos sesiones de psicomotricidad a la semana, de 45 minutos cada una.

De este modo decid’ que estas actividades podr’an motivarle ante el conflicto progresivo con el que se encuentran y, adem‡s, ver c—mo reaccionan ante actividades inusuales, al menos en el aula.

La actividad 1: ÒMiniy—Ó la propuse porque considerŽ que era una actividad que no les iba a suponer ningœn tipo de problemas, ya que la plastilina es un material que en las aulas de infantil est‡ a la orden del d’a.

Una vez en el aula, les expliquŽ lo que ’bamos a hacer y repart’ los 7 colores de plastilina en los cuatro rincones que hab’a en clase y comencŽ a observarÉ

Todos los ni–os y ni–as eligieron un trozo de plastilina de un color y yo me preguntaba: ÀPor quŽ solo utilizan un color teniendo siete diferentes? y sus respuestas fueron diversas:

N1 —­Ni–o/a 1—­­­­­: ÒLos mu–ecos de ÒplastiÓ solo son de un colorÓ.

N2: ÒPorque es mi color favoritoÓ.

N3: ÒPorque no me han dejado m‡s coloresÓ.

N4: ÒSolo me gusta coger un colorÓ.

Curiosamente, la maestra œnicamente ofrec’a al alumnado la plastilina de un solo color, a objeto de evitar que la mezclasen entre ellas y no pudieran ser reutilizadas tras formarse la Òplasti marr—nÓ a la que algunos y algunas maestros y maestras le temen tanto. Esta elecci—n cohib’a la creatividad de los ni–os y ni–as, pues imped’an que mezclaran y jugasen con total libertad con dicho material.

Pero, Àno es importante que los ni–os y ni–as manipulen? ÀPor quŽ no mezclar plastilinas para experimentar los cambios de color?

Todo el alumnado ten’a su trozo de plastilina elegido, pero Àpor quŽ no modelan si ya tienen todo lo que les hace falte? Ante esta pregunta la N1 (una ni–a muy participativa) pregunt—: ÒÀPero es que no nos vas a dar folios para no manchar la mesa de ÒplastiÓ?Ó.

Ante esta situaci—n, decid’ hablar con ellos para explicarles que con esta plastilina que hab’a llevado, no pasaba nada si la mezclaban, que pod’an utilizar la que quisieran y de los colores que quisieran y que hoy no ’bamos a utilizar folios para no manchar la mesa, que ’bamos a probar a limpiar con un trapo cuando termin‡semos.

Ahora s’, comenzaron a modelar. Algunos se mostraron desubicados porque no eran lo que estaban acostumbrados a hacer, no sab’an por d—nde empezar. Otros se decidieron probar a mezclar colores y volvieron las preguntas:

N5: ÒPero se–o, ÀC—mo nos vamos a hacer a nosotros con plastilina?Ó.

N6: ÒSe–o, yo esto no se hacerloÓ.

N7: ÒPues es como una vez que hicimos un mu–eco, Àno os acord‡is? Solo que tenemos que ponerle nuestro pelo y nuestra ropaÓ.

N8: ÒYo no sŽ hacerlo, Àme ayudas?Ó.

N9: ÒSe–o, Àas’ est‡ bien?Ó.

En este momento fue cuando me di cuenta que la actividad que yo pensaba que deber’an de realizar con total facilidad, iba a ser la que m‡s resultados de la investigaci—n podr’a obtener.

Continuaron modelando, reclamando mi ayuda, y sobre todo, mi aprobaci—n. Necesitan constantemente que el docente les diga que est‡ bien hecho o mal hecho. ÀAcaso yo puedo ÒcorregirÓ c—mo se ve un ni–o o ni–a? ÀPuedo decidir sobre los colores que usa?

Considero que la necesidad de constante aprobaci—n se debe a que hoy d’a, en muchos colegios (m‡s de los que deber’an) los ni–os y ni–as son educados en la realizaci—n de actividades que no son significativas para ellos y con un resultado preestablecido. No se escuchan las razones que los ni–os y ni–as pueden dar en cuanto al resultado Òerr—neoÓ de alguna de esas actividades, por tanto ellos hacen lo que deben hacer y esperan a que su actividad sea como la de todos, sin un ‡pice de creatividad para as’ llevarse un tic verde o una carita sonriente a casa.

La mayor’a del alumnado comienza a terminar la creaci—n de su ÒMiniy—Ó, as’ que me paso a escuchar su explicaci—n. En este momento, N10 (muy t’mido) me reclama casi lloroso porque no consigue hacer su miniy— y necesita mi ayuda para terminarlo a tiempo.

Continuamos con las exposiciones de sus miniy—s y Žstas son algunas de sus creaciones y explicaciones:

ÒEste soy yo con un bal—n rojo porque me encanta jugar al fœtbol en el campoÓ.

La plastilina amarilla representa el sol, la roja un bal—n, la verde el cŽsped.

Fig. 2: Miniy— n¼12

 

Este ni–o se ha representado como se ve: pelo marr—n y piel clarita con la ropa que llevaba (azul) y haciendo lo que m‡s le gusta: jugando al fœtbol en el parque del pueblo.

 

Fig.1: Miniy— n¼2

 

ÒÀVes los rizos? ÁSon como los m’os! Y tengo mi ropa favoriteÓ.

En este caso, se ha representado con los rasgos que m‡s la caracterizan: pelo rizado y ojos azules. Adem‡s se ha hecho la ropa del bautizo de su hermano: un vestido rosa y rojo y unos zapatos rosas.

Fig.3: Miniy— n¼7

ÒMis colores favoritos son el rosa, el azul, el morado y el verde y soy yo con el pelo largo, mis ojos y mis brazosÓ.

Esta ni–a se ha representado un poco m‡s abstracta, utilizando y mezclando sus colores favoritos. No se ha parado en detallar la ropa que ten’a o colores predeterminados que todos tenemos, por ejemplo el color de la piel. Se representa tal y como se ve en el espejo: con su pelo largo, sus ojos, su boca, su cuerpo y sus extremidades.

 

 

 

ÒMira que guapo he quedado con mi pelo rubioÓ.

Se ha representado su pelo rubio de punta, pero en versi—n monstruo, porque segœn Žl es Òtan malo como un monstruoÓ.

 

Fig. 4: Miniy— n¼18

 

ÒSoy yo cuando salgo de la ducha con mi pelopinchoÓ.

Este ni–o se ha representado con sus ojos azules y su pelo marr—n de punta. Los colores elegidos son el naranja para el cuerpo porque color carne no quedaba y las piernas de color rojo y amarillo porque sale naranja.

Fig. 5: Miniy— n¼14

 

Adem‡s, este ni–o es el œnico de 25 que ha representado su genital.

 

Esta ni–a se ha representado con algo que le caracteriza y es su piel blanquita. Adem‡s, ha elegido pelo rosa y largo porque no le gusta su pelo naranja y corto.

Fig. 6: Miniy— n¼1

ÒMe he hecho con carne porque soy muy blanquita, el pelo rosa porque me encanta y las rayitas son trenzas, porque estoy muy guapa con ellasÓ.

 

En cuanto a las figuras expuestas anteriormente, he escogido estas porque considero que fueron las m‡s sorprendentes: la Figura 5 se represent— con sus —rganos genitales, la Figura 6 c—mo le gustar’a tener el pelo, la Figura 2 y 4 modificando su imagen real, etc.

Adem‡s se puede ver c—mo cada uno de los ni–os y ni–as se han representado con algo caracter’stico suyo, mostrando as’ un conocimiento y expresi—n de s’ mismo y de sus intereses. Como por ejemplo, en la Figura 1 se representa jugando al fœtbol y en la Figura 3, con sus rizos y ojos azules, sus rasgos m‡s caracter’sticos.

En la mayor’a de los casos, se han representado siendo fieles a s’ mismos, es decir, con la cabeza redonda, color de su piel, cuerpo, extremidades, etc., excepto en el caso de la Figura 2 y 4 que son los que m‡s han cambiado su forma real.

La actividad 2: ÒCuŽntame un cuentoÓ, se eligi— puesto que en lo poco que hab’a observado, la creaci—n literaria es una pr‡ctica que los ni–os y ni–as de esta etapa no est‡n habituados a realizar.

Considero que en la Educaci—n Infantil, Žste tipo de creaci—n es una fuente muy importante para desarrollar la imaginaci—n y la creatividad, adem‡s de motivar a los ni–os y ni–as. TambiŽn se promueve la lectura, ya que con cada cuento que inventemos se pueden hacer los dibujos, se escriben los di‡logos, se encuaderna y pasa a formar parte de nuestra biblioteca de aula, motiv‡ndolos y haciendo que sientan la necesidad de llevarse los cuentos a casa para compartirlos con sus familias.

Esta actividad la realicŽ 6 d’as despuŽs y en cuanto me vieron los ni–os y ni–as empezaron a preguntarme:

N16: ÒÀQuŽ vamos a hacer hoy?Ó

N1: ÒÀHoy tambiŽn vamos a hacer cosas chulas?Ó

N23: ÒÀQuiŽn eres? ÁYo no quiero hacer nada! ÁMe duele la barriga!Ó

Posteriormente, ya sentados en la asamblea, expliquŽ que ’bamos a inventarnos un cuento, que ’bamos a proponer ideas y se elegir’a la que m‡s le gustase a la mayor’a y que todo lo que fuŽsemos decidiendo lo ’bamos a ir escribiendo y dibujando en una pizarra.

Para comenzar la creaci—n del cuento, estaban muy desconcertados. Esto demostraba que para ellos era una actividad totalmente nueva, que nunca hab’an llevado a cabo, por eso la mayor’a recurri— a cuentos cl‡sicos como ÒLos 3 cerditosÓ, ÒPeter PanÓ o ÒBlancanievesÓ para hacer sus propias creaciones.

 

Por tanto, empecŽ a guiarlos sobre c—mo quer’an que empezara el cuento, quŽ f—rmula utilizar’an, etc. A continuaci—n elegimos los personajes, en el que las ni–as quer’an pr’ncipes y princesas y los ni–os payasos asesinos; al igual que el lugar en el que transcurrir’a la historia, ya que en el caso de las ni–as prefer’an situar la narraci—n dentro de un castillo y en el caso de los ni–os, el campo. Una elecci—n estereotipada que llama considerablemente la atenci—n, pues demuestra de alguna manera esa desigualdad que todav’a arraiga en la educaci—n actual y que, segœn algunos estudios, podr’a conllevar a ataduras y restricciones de gŽnero a muy temprana edad, lo que podr’a tener graves consecuencias en sus vidas (Garc’a, 2017).

Ante la poca imaginaci—n, les digo que tiene que ser un cuento divertido que tenemos que elegir personajes que cuando los escuches juntos te de risa y no sea un cuento m‡s de pr’ncipes y princesas. Adem‡s, tenemos un di‡logo sobre el porquŽ quieren que el payaso sea asesino, cuando la funci—n principal del payaso, en principio,  ser’a hacernos re’r. Sus respuestas llamaron mucho la atenci—n:

N19: ÒLos payasos si son asesinos, porque lo he visto en el m—vil de mi mamaÓ.

N1: ÒBueno pero a lo mejor son solo algunosÓ.

N6: ÒYo nunca he visto un payaso maloÓ.

N22: ÒYo tambiŽn he visto payasos asesinos en el m—vil de mi pap‡Ó.

N10: ÒEntonces los de los circos son buenos y los del m—vil son malosÓ.

ÀPor quŽ los ni–os y ni–as de 5 a–os tienen acceso a los m—viles de los padres? ÀPor quŽ los ni–os y ni–as una vez que tienen acceso a las tecnolog’as no tienen supervisi—n de lo que ven o dejan de ver? Hoy en d’a, la mayor’a de padres y madres para que los ni–os y ni–as no les molesten en sus tareas, les dan el m—vil o la tablet sin ningœn tipo de supervisi—n. De esta forma pueden acceder a contenidos nada apropiados para su edad y conseguir que piensen que tanto lo que consumen por la televisi—n como por internet sea una verdad absoluta. Considero tambiŽn que esto es un factor influyente, en mayor o menor medida, ante el problema de la poca creatividad que hay en los colegios.

Volviendo a la creaci—n del cuento, hicimos lluvia de ideas sobre quŽ personajes, ahora s’ prefer’an. Las propuestas fueron toros, conejos, payasos, brujas, hadas, caballos, etc. Dado que fueron muchas las propuestas, sometimos a votaci—n cada uno de los personajes y nos qued‡bamos con los tres o cuatro que ten’an m‡s votos.

Cuando les expliquŽ quŽ ’bamos a votar, no sab’an quŽ hab’a que hacer. Por tanto les expliquŽ que hab’a que levantar la mano cuando se dijera el personaje que m‡s le gustaba y que en cada personaje ’bamos a contar las manos que hab’a levantadas. Tras dicho recuento, pasar’amos a ver quŽ personajes ten’an m‡s votos. En este caso, fue una bruja, un delf’n, un hada y un payaso.

Para la elecci—n del espacio donde se narra el cuento y para los hechos m‡s importantes del mismo, utilizamos la misma tŽcnica de voto. Si a alguien no le gustaba lo que algœn compa–ero o compa–era dec’a, pod’a hacer una propuesta nueva y as’ someterla a votaci—n (solo cuando hab’a varias propuestas).

El espacio del cuento se concret— en el castillo de la bruja y en el campo, donde hab’a un lago para el delf’n. El tiempo que se acord— fue de d’a, una ma–ana despuŽs de desayunar.

A medida que ’bamos avanzando en la invenci—n del cuento me iba dando cuenta que lo que m‡s les gustaba era votar. Constantemente dec’an que no les gustaba lo que hab’a dicho su compa–ero o compa–era, pero cuando le dec’a: ÒBueno, a ver dime un trozo tœ por si les gusta m‡sÓ. Las repuestas, sobre todo del N24 eran: ÒNo, yo no digo nada, yo s—lo quiero votar, Ávamos a votar!Ó

Cuando ya ten’amos todas las partes del cuento, le narrŽ lo que entre todos hab’amos acordado por si quer’an cambiar algo. Pero, N1 dijo: ÒAl cuento le falta lo m‡s guay: el nombreÓ.

Comenzamos a pensar t’tulos de cuentos y algunos volvieron a ponerle Peter Pan, Los tres cerditos o Blancanieves. Ante esto, otros reaccionaron:

N1: ÒPero en nuestro cuento no aparece Peter Pan, ni cerditosÓ.

N18: ÒEs que me gusta Peter Pan y quiero ponerle Peter PanÓ.

N1: ÒPues no puede ser, vamos a decir m‡s y votamosÓ.

Volvimos a decir nombres para el cuento, pero ahora s’, intentando invent‡rnoslo y que tuviera algo que ver con nuestro cuento.

Algunos de los t’tulos m‡s votados fueron: El castillo, La bruja, el payaso y el hada, Buscando al payaso o Polvos m‡gicos.

 

 

Y, ahora s’, as’ quedo el cuento:

POLVOS MçGICOS

Hab’a una vez una bruja llamada Peliloca que viv’a en un castillo. La bruja ten’a un delf’n como mascota y juntos fueron a dar un paseo.

En ese paseo, se encontraron con el hada Brillos y les dijo: ÀPuedo ir con vosotros? Estoy un poco aburrida y no sŽ quŽ hacer.

Peliloca contest—: ÁClaro! Vamos a buscar a mi amigo el payaso Mucharisa y ver‡s que bien lo vamos a pasar.

El hada, la bruja y el delf’n comenzaron a buscar a Mucharisa, pero no lo encontraban por ningœn lado...

Lo buscaron en el lago y no estaba.

Lo buscaron en el campo, debajo de las piedras, detr‡s de los arbustos y encima de los ‡rboles. Pero tampoco estaba. 

As’ que fueron a buscarlo al castillo de la bruja Peliloca. El hada Brillos lo busc— dentro de los cajones y no estaba. Peliloca lo busc— en la cocina y no estaba...

De repente escucharon desde la habitaci—n: ÁAch’’’’’’’s! ÁAch’’’’’’’s! Y todos fueron corriendo... Y all’ estaba Mucharisa, metido debajo de la cama.

Mucharisa le pregunt—: ÀPero quŽ haces ah’? ÁHemos estado busc‡ndote toda la tarde! A lo que Mucharisa contest—: ÁNo te lo vas a creer, en el castillo hay hadas! Mira, he descubierto sus polvos m‡gicos.

De repente el delf’n, la bruja Peliloca y el hada Brillos comenzaron a re’r y le dijeron: ÁSal de debajo de la cama y ver‡s!

Cuando el payaso Mucharisa vio a Brillos se sorprendi— y dijo: ÀPe...pe...pero tœ eres un hada? ÀEs tuyo este polvo m‡gico? ÀQuŽ puedo hacer con Žl?

El hada le explic—: Es mi polvo m‡gico, con Žl puedo hacer invisible a las personas o incluso meter una cocina debajo de la cama. Toma, te regalo un poquito para que lo puedas utilizar cuando tœ quieras.

Y as’, el payaso Mucharisa, la bruja Peliloca y el hada Brillos pasaron una divertida tarde con los polvos m‡gicos.

Color’n colorado... Áeste cuento se ha acabado!

Para concluir con las actividades, despuŽs de una semana de la realizaci—n de la actividad 2, realicŽ la actividad 3: ÒEl construye-todoÓ.

Esta actividad estaba decidida antes de ir al colegio, porque es una actividad que he realizado en otros centros y considero que les ayudar’a a ver las cosas m‡s all‡ de lo que son. Una vez que presenciŽ las actividades que sol’an hacer, ratific— mi decisi—n de realizarla.

Las dos actividades anteriores las realicŽ en el aula habitual, ya que las actividades fueron a travŽs de rincones y en la asamblea. Como expliquŽ en el apartado anterior, Žsta fue a travŽs de un taller, por lo que nos trasladamos a la sala del aula matinal del colegio.

Esta clase est‡ puesta con mesas largas, donde caben todos los ni–os y ni–as, facilitando la observaci—n y supervisi—n del trabajo. Una vez situados, les explico que nos vamos a convertir en constructores y que, con diferentes objetos que a continuaci—n les mostrŽ, ’bamos a hacer un objeto nuevo.

Adem‡s les dejŽ que se agruparan como quisieran, pero en ese grupo deb’an de construir una cosa consensuada entre todos los miembros y todos deb’an participar en la elaboraci—n.

El G1 —Grupo 1— estaba compuesto por ni–os y ni–as, y todos eran de car‡cter Òmand—nÓ. El G2 lo formaban 4 ni–os, amigos donde uno era el l’der y los dem‡s acataban. El G3 eran 5 ni–as y un ni–o, el ni–o iba por libre y no hac’a caso al resto de miembros del grupo. El G4 era el m‡s grande y mixto tambiŽn, donde dos ni–os eran decididos y el resto esperaban mi ayuda.

Una vez presentados los materiales, los puse en el centro del aula para que tuvieran que moverse en el espacio. Ten’an total libertad para coger todo lo que quisieran, eso s’, que lo utilizaran porque si no volv’a al centro.

Cuando los ni–os y ni–as vieron los materiales, se abalanzaron sobre ellos y fueron a coger absolutamente todo lo que pudieran, como si la actividad fuera: gana quien m‡s material tenga.

Cuando ya todos los grupos ten’an material, me fui pasando por los grupos para ver quŽ hab’an decidido. Ten’an mucho material pero no sab’an quŽ hacer aœn.

G1: ÒTodav’a no sabemos quŽ vamos a hacer, porque los chicos quieren un campo de fœtbol y nosotras queremos mu–ecasÓ.

G2: ÒNosotros queremos hacer un animalÓ.

G3: ÒSe–o, no sabemos hacer nadaÓ.

G4: ÒQueremos hacer un robot, pero no me hacen casoÓ.

Tanto al G1 como al G4 les dije que se ten’an que poner de acuerdo, que ten’an que hablar y acordar algo y en los dos grupos la contestaci—n fue: ÒVamos a votarÓ. Al G3 les guie buscando parecidos entre el material y objetos reales. Al G2, me limitŽ a observar.

Siguieron intentando ponerse de acuerdo, pero al final tanto en el G1, G3 y G4 hubo ni–os y ni–as que comenzaron a construir de forma individual. Otros miembros del grupo se limitaban a observar lo que sus compa–eros y compa–eras hac’an, pero ellos no hac’an nada. Estaban totalmente desubicados.

Los que fueron terminando su construcci—n, decidieron ayudar a los compa–eros y compa–eras que aœn no hab’an hecho nada. Por tanto, hicieron todo el trabajo, ya que reprodujeron lo que hab’an hecho anteriormente.

Cuando acab— el tiempo que nos hab’a dado la se–o, les comuniquŽ que ya ten’amos que volver a clase y que lo que hab’amos construido se ten’a que quedar as’ (por mi hubiŽramos tenido otra sesi—n en la que a todos los ni–os y ni–as les hubiera dado tiempo de construir algo, ya que es una actividad a la que no est‡n acostumbrados y todos no resuelven los problemas tan r‡pidamente).

Hicimos una breve exposici—n de los objetos realizados y algunos fueron estos:

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Fig. 7. Conejito feliz.

ÒEs un conejito feliz, porque es mi animal favorito. Con palos le he hecho las piernas y con esto (limpiapipas), la boca y las orejasÓ.

En la figura 7 aparece una construcci—n de un conejo con un brick de leche. Para hacerle las patas, utiliz— palos de helado y para la cola y las orejas limpiapipas de su color favorito.

Este conejo fue elaborado de forma individual de N9 despuŽs de mostrar mucha inseguridad y miedo a no saber hacerlo.

 

Fig.8. Coche.

ÒEs el coche de mi padreÓ.

La figura 8 es un coche elaborado con un brick de leche. Para las ruedas le ha puesto 4 ruedas verdes (compa–eras al brick de leche) y la antena de la radio la realiz— con un palo de helado y adorn‡ndolo con trozos de limpiapipas.

Este conejo fue elaboraci—n de forma individual de N14, en este caso fue el primer objeto que se realiz—, el ni–o decidi— quŽ hacer y lo ejecut— sin preguntar ni dudar.

 

Fig. 9. Torito bravo.

 

 

 

La figura 9 es un toro realizado con un brick de leche para el cuerpo, palos de helado para las patas y la cola, limpiapipas para la boca, los cuernos y para adornar la cola y plastilina para los ojos.

Este toro fue elaboraci—n del G2, donde un ni–o fue el inventor y casi por completo el constructor.

 

 

 

Fig.10. Medusa.

ÒEsta medusa es para mi hermanito porque es su favoritoÓ.

En la figura 9 se ve una medusa elaborada con un tap—n de suavizante de las lavadoras, con dos tapones de leche y limpiapipas simulando los tent‡culos.

Fue elaboraci—n individual de N1 despuŽs intentar a hacer una mu–eca y no obtener un resultado que le gustase.

 

 

Fig. 11. M‡quina de inventos.

ÒEs una m‡quina que inventa cosas con muchos botones para cambiar el color, la forma y todoÓ.

 

En la figura 11 aparece, una m‡quina que inventa cosas realizada con tapones de diferentes colores y tama–os sobre goma eva y papel pinocho.

 

 

Este objeto fue construido por N25, un ni–o que no suele participar excesivamente en las actividades grupales, pero que ha demostrado gran creatividad en esta actividad.

 

 

Por tanto, los ni–os y ni–as que hicieron algo que estaba acabado, lo presentaron a sus compa–eros y compa–eras. De esta forma, a los que no pudieron resolver el conflicto que se propuso se sintieron frustrados e incluso una ni–a comenz— a llorar y dec’a que no se iba a la otra clase si no le ayudaba a hacer algo.

Para concluir y poner punto y final a la realizaci—n de actividades quer’a escuchar lo que sintieron, quŽ les gust— m‡s y quŽ menos y quŽ ha sido lo m‡s dif’cil.

En general, la actividad que m‡s gust— fue la 1: ÒMiniy—Ó  y la que menos la actividad 2: ÒCuŽntame un cuentoÓ. La primera pr‡ctica, creo que fue m‡s f‡cil para ellos y es donde ellos se sintieron m‡s c—modos. La segunda, por el contrario, creo que fue la m‡s aburrida para ellos porque no vieron un producto final a su realizaci—n y por ello la que menos les gust—. La actividad 3: ÒEl construye-todoÓ, ha sido considerada la m‡s dif’cil porque es a la que menos est‡n acostumbrados a hacer y la que provoc— un mayor conflicto cognitivo en ellos.

 

4. CONCLUSIONES

DespuŽs de haber explicado los resultados obtenidos en la investigaci—n basada en las artes para dar respuesta a la pregunta que da t’tulo a este trabajo: ÀLa educaci—n art’stica y estŽtica contribuye al desarrollo de la inteligencia emocional?, he llegado a una serie de conclusiones.

Trabajando la educaci—n estŽtica y art’stica se desarrollan mœltiples aspectos de la inteligencia emocional como la resoluci—n de conflictos, colaboraci—n, participaci—n, confianza, motivaci—n, emociones, respeto, creatividad, autonom’a, etc.

En muchos colegios, pero en concreto el que ha sido objeto de mi estudio, opta por una educaci—n m‡s conceptual y tradicional. Por tanto se educa a los ni–os y ni–as a que conozcan cosas y no se tiene muy en cuenta los procedimientos que hacen que lleguen a un concepto y la actitud ante Žste.

Por tanto, el arte es una disciplina que no est‡ muy integrada en nuestro sistema educativo y cuando se hace, no creo que sea la mejor forma de tratarlo.

Y a partir de aqu’, todo est‡ encadenado. Si no se trabaja el arte (en cualquier disciplina), no se trabaja la educaci—n estŽtica ni la art’stica. Si esto no se trabaja, tampoco se desarrolla la creatividad y la imaginaci—n, siendo Žstas lo m‡s apreciado que tienen los ni–os y ni–as de estas edades. Si no son creativos e imaginativos, ÀquŽ les queda? ÀRepasar el nœmero 5 con una l’nea? ÀEsperar la aprobaci—n de la maestra o maestro?

A travŽs de las actividades realizadas el alumnado ha puesto de manifiesto aspectos que no suelen poner en pr‡ctica en el aula, como la frustraci—n que les ha supuesto el no saber quŽ hacer producido por la libertad de dichas propuestas, el estrŽs por no acabar Òa tiempo las actividadesÓ, el no tomar decisiones ante ningœn tipo de situaci—n, etc.

Son ni–os y ni–as que no est‡n motivados porque saben lo que les espera uno y otro d’a (y no saben que les queda toda una vida entre esas cuatro paredes), no tienen autonom’a porque est‡n acostumbrados a que tienen que hacer lo que dice la se–o y c—mo ella lo dice, no saben canalizar sus sentimientos (sobre todo la frustraci—n), no saben trabajar en grupo ya que la educaci—n que tienen es m‡s bien individualista, no tienen un autoestima alto ya que tienen miedo al fracaso y necesitan la constante aprobaci—n de que lo que est‡ haciendo est‡ bien, etc.

Lo m‡s impactante es que tienen una necesidad a que les escuchen, a que tengan en cuenta su opini—n, sus gustos y lo que tienen que decir (que es muy valioso). En el momento que se les escucha, como en el caso de las votaciones de la actividad ÒCuŽntame un cuentoÓ, se sienten importantes y por tanto su autoestima aumenta.

Por todo lo observado me hago la pregunta: Àes necesario trabajar la inteligencia emocional en el aula? Considero que es lo primordial en la educaci—n. Primero hay que partir del propio individuo, conocerse, saber reaccionar ante problemas y situaciones, ser aut—nomoÉpara posteriormente conocer el entorno a travŽs de los diferentes lenguajes, tal y como viene establecido en nuestro curr’culo. La inteligencia emocional, es la base del resto de las inteligencias, por tanto hay que trabajar la base para subir a la cima.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Para concluir, quiero hacerlo con una cita del actor norteamericano David Caruso que a–ade Òes muy importante entender que la inteligencia emocional no es lo opuesto a la inteligencia, no es el triunfo del coraz—n sobre la cabeza, es la intersecci—n de ambasÓ[1]


 

 

 

Referencias

 

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http://accionsocialyarte.com/index.php/publicaciones/revista-afluir

 

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[1] Cita de David Caruso extra’da del blog: https://blog.derrama.org.pe/10-frases-para-entender-la-inteligencia-emocional/a del actor David Caruso extra’da del blog [consultado en marzo de 2018]