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Huellas cotidianas: una investigación educativa basada en las artes sobre la apropiación del cuerpo y el espacio habitado durante el confinamiento


Everyday traces: an arts- based e du c at i onal re s e arc h on t he appropriation of the body and the inhabited space during confinement


Rafaèle Genet Verney

rafagenet@ugr.es

Universidad de Granada (España)


Alicia Arias-Camison Coello aliciacamisoncoello@gmail.com Universidad de Granada (España)

Sugerencias para citar este artículo:

Genet, Rafaèle; Arias-Camison, Alicia (2021). Huellas cotidianas: una investigación educativa basada en las artes sobre la apropiación

del cuerpo y el espacio habitado durante el confinamiento. Tercio Creciente 20, (pp. 7-24), https://dx.doi.org/10.17561/rtc.20.6115

GENET, RAFAÈLE; ARIAS-CAMISON, ALICIA. Huellas

cotidianas: una investigación educativa basada en las artes sobre la apropiación del cuerpo y el

espacio habitado durante el confinamiento. Tercio Creciente, julio 2021, pp. 7-24, https://dx.doi. org/10.17561/rtc.20.6115


Recibido: 01/02/2021 Revisado: 19/06/2021 Aceptado: 17/07/2021 Publicado: 30/07/2021



Resumen


Este artículo presenta los resultados visuales de una investigación educativa que pone en relación tres conceptos básicos que fueron fundamentales durante el periodo de confinamiento: el cuerpo, la casa y la huella del cuerpo en el espacio habitado. Mediante un proyecto de educación artística basado en la fotografía, los alumnos de Grado de Educación Social de la facultad de Ciencias de la Educación se apropiaron, durante este periodo de aislamiento social, su entorno habitado y su cuerpo a partir de acciones artísticas de corta duración basadas en referentes artísticos contemporáneos. Estas les guiaban hacia construir un discurso estético sobre lo vivido y les permitían experimentar y expresar desde lo sensible sobre su


Abstract


This article presents the visual results of an educational research which relates three basic concepts that were fundamental during the period of confinement: the body, the house and the trace of the bodies in the quotidian space.

Through an art education project based on photography, the students of the Social Education degree program of the Faculty of Education Sciences appropriated, during this period of social isolation, their living environment and their bodies through brief artistic actions based on contemporary artistic referents. Such actions oriented them towards the creation of an aesthetic statement about the lived experience and allowed them to experience and express their body, their


cuerpo, su espacio y la huella del uno sobre el otro. Los resultados fotográficos fueron primero analizados mediante instrumentos de investigación basada en artes (series muestras y fotoensayos) para generar una interpretación visual y significativa del conjunto. Y posteriormente se planteó, desde una perspectiva a/r/tografica, construir un nuevo discurso visual recuperando las experiencias individuales del alumnado para situarlas sobre el propio cuerpo del docente y en su hogar mediante el uso de la proyección, generando un flujo creativo visual, que parte del referente y acaba en nuestra piel.

space and the signs of one in one another from a sensitive point of view.

The photographic results were first analyzed using art-based research instruments (series of samples and photo-essays) to develop a visual and meaningful interpretation of the totality. Afterwards, adopting an a/r/tographic perspective, we attempted to generate a new visual discourse by recovering the students’ individual experiences and putting them in the teacher’s house and body through the use of projection, generating a visual creative flow that begins with the references and ends up in our own skin.


Palabras clave

Cuerpo, huella, espacio habitado, confinamiento, Investigación educativa basada en las artes, Educación social

Keywords

Body, traces, inhabited space, confinement, Arts- based educational research, Social Education



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Figura 1. Autoras (2020) Cuerpo/casa/huella I, Fotoensayo compuesto a partir de tres fotografías del alumnado.


  1. Introducción


    El estado de alarma de marzo 2020 ocasionado por la pandemia de Covid-19 representó un momento inédito en la vida de todos y supuso un hecho novedoso para muchos: estar mucho tiempo con nosotros mismos en nuestros hogares. ¿Cómo consideramos nuestro cuerpo en aquel momento? ¿Cómo vivimos la rutina dentro de nuestras viviendas? ¿Cómo se articularon las relaciones entre ambos? Este artículo presenta los resultados de una investigación educativa basada en las artes visuales sobre experiencias artísticas en contexto de confinamiento realizadas por alumnos/as de Grado de Educación Social sobre cuerpo, espacio íntimo y la interacción de ambos.

    Este periodo de confinamiento creó un nuevo hito relacional entre nuestra vivienda y nosotros mismos. El hogar acabó transformándose en un espacio que requería de nuestro cuidado para que nos resguardara. También se erigió como un lugar cerrado sobre sí mismo del que no podíamos salir: un espacio que podía convertirse incluso en asfixiante, una cárcel hecha a nuestra medida.

    Por otro lado, cuanto más tiempo pasábamos en él, más se transformaba en un espacio personal íntimo y la rutina cotidiana nos hizo verlo como una parte más de nosotros mismos. Se transformó entonces en una nueva piel, un nuevo cuerpo. Bachelard (1957) en su libro “La poética del espacio”, hace referencia a él como un nido y a su función primitiva de refugio:


    Así, frente a la hostilidad, frente a las formas animales de la tempestad y del huracán, los valores de protección y de resistencia de la casa se trasponen en valores humanos. La casa adquiere las energías físicas y morales de un cuerpo humano. (Bachelard, 1957, p.59)


    Podemos decir también que se creó una nueva relación con nuestro cuerpo a no tener que salir fuera, se generó una desconocida proximidad y promiscuidad con nosotros mismo. Tuvimos más tiempo para cuidarnos, pero también más tiempo para olvidarnos de nuestra apariencia social. Este cuerpo, que era tan importante cuidar para representarse desapareció y se creó una intimidad inédita. Se convirtió en un elemento a cuidar, pero también un lugar a explorar, estudiar cada detalle conocernos más allá de esta representación social. Esta nueva intimidad corresponde a una necesidad de interrogarse sobre nosotros mismos, acercarnos a nuestro propio cuerpo, a su valor intrínseco.


    El cuerpo del hombre es el lugar morfológico-funcional de sus estructuras psicoorgánicas, la intimidad es el modo en que la operación de esas estructuras se le revela al hombre -a


    cada hombre- como personal y propia. Partiendo de nuestra existencia cotidiana y de los comunes usos del lenguaje, indaguemos el sentido y la estructura de esta concisa fórmula. (Laín Entralgo,1985, p.337)


    De la unión de estos dos nuevos espacios: el espacio-hogar y el espacio-cuerpo, que perduró en el tiempo, derivó la manifestación de huellas o marcas de uno sobre el otro y viceversa. Lo cotidiano se desveló sobre las superficies y creó una nueva impronta visual. La traza que deja el cuerpo en el espacio es el resultado de la concreción de una acción del sujeto. El cuerpo es un creador de movimientos que predomina sobre el entorno que le rodea, ya que este está hecho a su medida. Pero el cuerpo es sobre todo generador de existencia, respiración, vivencias que demuestran su paso por la vida, inventando un ambiente concreto. La marca de la experiencia no es siempre una huella visible, pero revela la experiencia vivida e interiorizada por la persona. De igual modo, los cuerpos están habitados por el espacio por el que transitan, con los actos rutinarios de lo cotidiano, el cuerpo deja de actuar de manera voluntaria para actuar de manera mecánica empoderado por el espacio que le guía.


    El cuerpo está en continuo intercambio con el entorno y ya no es un órgano fronterizo y se convierte en una metáfora arquitectónica interesante, si concebimos el edificio como un ente orgánico en el que se desarrollan tanto los procesos externos como internos. La frontera entre interior y exterior ya no es sólo un límite, sino que en ella tienen lugar infinidad de procesos de intercambio. (Lizarraga, 2015, p.1)


    A partir de estos tres conceptos teóricos: el cuerpo como espacio, el espacio del hogar y las huellas de ambos, se le planteó una práctica creativa al alumnado de Grado de Educación Social en el marco de la asignatura: Construcción Cultural y Colaboración Social. El objetivo docente de este proyecto artístico residía principalmente en que el alumnado conociera su cuerpo y su espacio vital desde una perspectiva estética mediante la experimentación sobre ambos y sobre su interacción. La propuesta se basaba en tres ejercicios fotográficos sobre el cuerpo, el espacio y las huellas que el cuerpo deja en este. Se trataba de interrogarnos visualmente sobre nuestro cuerpo y nuestro espacio en este nuevo contexto adverso, sobre su co-construcción respectiva. Se buscaba la manera de reflexionar sobre las formas artísticas de la experiencia que el alumno hace del lugar que ocupa, que se apropia, que al cual está sometido y que le sirven a crear su propio mundo. El arte contemporáneo nos ha acostumbrado a aprehender el cuerpo como un objeto o una acción y el espacio como un lugar de experiencias sensoriales. Las propuestas de trabajo eran basadas en referentes artísticos que permitían al alumnado intuir visualmente la finalidad estética del proyecto y les guiaba en la búsqueda de sentido conceptuales de cada una de ellas.


    De estas prácticas nació esta investigación teniendo como propósito indagar sobre la relación entre el cuerpo y el espacio habitado desde una perspectiva a/r/tografica en la cual se unieran las vivencias del alumno confinado con las del docente, trasladando las imágenes de un hogar al otro mediante la proyección de los resultados del alumnado. Así las representaciones del espacio proyectadas sobre el cuerpo del docente permitían aprehenderlo desde el imaginario sensorial. Este se transformaba en soporte de la proyección y formaba parte del resultado final de la indagación visual. El docente/investigador dejaba de ser un simple observador/analizador de los resultados para pasar a formar parte del resultado final de la investigación ya que se creaba una nueva experiencia vivida que se sumaba a la experiencia del alumno que realizo la fotografía proyectada. De igual modo, se proyectó sobre la vivienda del docente las fotografías de los fragmentos de cuerpo de los alumnos para transformar este en un nuevo espacio sensible donde la proyección y el lugar que ocupa cohabitan creando atmósferas inesperadas con nuevos significados.


  2. Estado de la cuestión y referencias artísticas


    La educación artística es el receptáculo idóneo para desarrollar la sensibilidad hacia uno mismo y lo que le rodea mediante la experiencia estética. Según Eisner (2004), las artes aportan contribuciones muy significativas al desarrollo del pensamiento ya que crean formas de expresión y de comunicación inéditas. Las representaciones artísticas permiten dar significados a experiencias vividas que son al mismo tiempo emotivas y conmovedoras, que se aprecian y se valoran por su valor intrínseco. Es fundamental trabajar dichos aspectos empáticos en la enseñanza del Grado de Educación Social ya que los futuros educadores deben desarrollar capacidades de participación afectiva hacia el mundo que les rodea.

    Como expone Samper (2011):


    No basta con poder representar conceptualmente el mundo desde el intelecto, es necesario poder vivirlo desde la experiencia sensible, que es anterior a las palabras. En ese momento anterior a las palabras, existe la posibilidad de tener una impresión del mundo de un orden más profundo, un orden de unidad, una experiencia inmediata que puede alimentar regiones emocionales y sensibles del ser, haciendo más significativa y profunda la huella e impresión que deja en nosotros la vivencia del entorno. (Samper, 2011, p.65)


    Acercarnos a nuestro entorno y nuestro ser desde la experiencia plástica permite pues un conocimiento conceptual y sensible hacia nosotros mismos y lo que nos rodea que


    es imposible obtener de otra manera. El confinamiento de marzo/abril 2020 ha supuesto un momento inédito y de gran fuerza emocional para todos. La enseñanza artística, en aquel momento, debía plantear estrategias docentes que facilitasen la expresión de lo vivido mediante representaciones sensibles y artísticas que formulen respuestas que van más allá de la verbalización de la experiencia vital. Durante este periodo se propuso al alumnado poner en relación elementos cotidianos vinculando el hogar como cuerpo, el cuerpo como espacio y la huella de ambos a través de la fotografía, aportando referentes artísticos útiles para una construcción intuitiva de nociones conceptuales y visuales.


    La casa como objeto/cuerpo

    Fotografiar un espacio habitado es una tarea compleja ya que implica hacer visible la experiencia vital a través de sus volúmenes, luces y materiales. Fotografiar la arquitectura permite entender y representar el espacio desde una perspectiva estética que inmoviliza el espacio transcurrido. Este se transforma en una imagen que capta lo que el ojo no puede expresar.

    Lucia Schulz (1894-1989), miembro de la Bauhaus, es una pionera de la objetividad en la fotografía, crea imágenes neutrales con composiciones estéticas de una gran plasticidad que ponen de manifiesto la calidad arquitectónica de los espacios, exaltando sus volúmenes y sus materiales. En su obra, la fotografía desaparece para revelar la arquitectura.

    Lucien Hervé (1910-2007) busca en sus fotografías perspectivas inusuales, juega con la luz y las sombras para crear nuevos volúmenes, no busca la simetría ni la perfección del equilibrio sino todo lo contrario, crea composiciones inéditas que van más allá de la arquitectura y de la imagen. Para Zaha Adid (2013), “Las fotografías de arquitectura son formas del retrato, construyen una memoria e identidad paralela, a menudo más duradera, del edificio como organismo vivo (o a veces moribundo) en sí mismo”

    Franco Fontana (1933-), fotógrafo italiano, empezó narrando visualmente paisajes rurales, para acercarse posteriormente a lo artificial del espacio arquitectural, describiendo primero las ciudades italianas y más tarde las ciudades americanas. Trabaja la abstracción fotográfica, mediante la luz, el color y la textura. Se apropia la realidad creando composiciones con planos fotográficos cortos y muy elaborados que hacer perder la noción de realidad. Aplastando los planos, crea geometrías mediante líneas, colores, texturas que simplifican la imagen y ordenan los datos reales. Enseña lo cotidiano de lo habitado seleccionando detalles abstractos. En sus últimos años de creación, aparece en su fotografía la figura humana, muchas veces solo mediante la sombra y siempre como un elemento más de la composición. Quiere alejarse de la realidad para que la veamos mejor y que conozcamos otro aspecto de la arquitectura en el cual no nos fijamos porque puede ser vulgar, aburrido o insignificante.



    Por su lado, Thomas Ruff (1958-) con su proyecto “Interiors” (1979-1983) retrata de manera neutral, al igual que el matrimonio Becher, el interior de las viviendas alemanas a modo de documental intentando preservar la intimidad de sus habitantes. Esta supuesta frialdad no es otra cosa que respeto hacia los que habitan los lugares.


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    Figura 2. Autoras (2020) Casa objeto/cuerpo, Citas visuales de Schulz, Hervé, Fontana y Ruff



    Fotografiar la arquitectura es un reto artístico complejo ya que se trata de revelar en una obra plástica el volumen, la textura, la luz y plasmarla en dos dimensiones. No se pierde la esencia estética de la arquitectura, sino que esta se transforma en otra mediante la fotografía. La casa es sin duda un lugar de protección, un refugio, pero también un lugar ambivalente por ser también el lugar de las expectativas y los conflictos familiares. La casa como hábitat del individuo, tiene la facultad de resguardar y crear recuerdos, siendo el lugar donde se crean los pensamientos y se van formando imágenes y memorias. A través de la morfología de la casa recordamos las experiencias intimas ligadas a nuestra manera de habitar. El espacio habitado se asocia a recuerdos sobre nuestra manera de vivir con los demás y sobre nuestra intimidad. Esta perpetuamente integrando nuevos pensamientos, nuevos sueños y forma parte

    integral de nuestra experiencia vital.


    La arquitectura se gestó como una prótesis funcional, un remate artificial para nuestra deficiente dotación biológica, esa imagen poética de la vulnerabilidad del primer humano también se traslada la idea de que la arquitectura es una segunda piel, una prolongación del tacto, y de nuestra corporalidad, es el lugar de la percepción del habitar, la sede existencial y vivencial desde donde pensamos el espacio y desde la que nos situamos en relación con él. (González, 2013, p.112)


    La casa, por ser un envolvente más de nosotros mismos, puede asimilarse a una nueva piel y transformarse en un cuerpo que habitamos. Representar en imágenes el hogar supone mostrar al exterior nuestra intimidad, exponer nuestra “segunda piel” al mundo.


    Para Juhani Pallasmaa, arquitecto y teórico, la experiencia del habitar se constituye desde las actividades que desarrollamos en los espacios en los que vivimos y no solos a partir de lo que percibimos con la vista. En nuestras casas, socializamos, cocinamos, pensamos, dormimos…en suma construimos nuestra intimidad a base de acciones y movimientos que están dirigidos y organizados por la estructura arquitectónica. De acuerdo con esto, la edificación con formas no es un fin en sí, antes bien es la articulación de experiencias lo que dota de sentido a la arquitectura a través de nuestras acciones cotidianas entorno a ella. (González,2013, p.116)


    El cuerpo como objeto/recuerdo

    Durante el siglo XX, muchos artistas se han centrado en fotografiar el cuerpo como un objeto deshumanizado para considerarlo un elemento abstracto de composición plástica. Es una nueva manera de mostrar el ser humano fuera del discurso académico y eliminando toda connotación antropológica a la fotografía.

    Artistas como Edward Weston (1886-1958) o John Coplans (1920 -2003) nos muestran cuerpos con una construcción semi-arquitectónica del cuerpo humano, sin abandonar lo orgánico de este. El cuerpo humano se transforma en un vasto paisaje gracias a la aparición de la fotografía de detalle y la mejora de las lentes. El cuerpo en esta dimensión revela su universalidad y la intimidad del sujeto fotografiado.

    Otro de los grandes maestros de la fotografía del cuerpo es el artista Mapplethorpe(1946-1989). Para el, el cuerpo se convierte en un elemento eterno, perfecto en sus formas, simétrico, armónico reverberando en él recuerdos de la naturaleza con sus formas y sus geometrías perfectamente trazadas. El alto contraste de los cuerpos y la simplicidad de las líneas nos invita a reminiscencias a las proporciones perfectas de las esculturas humanas griegas. Mapplethorpe hace un homenaje al cuerpo desde la aproximación al sujeto visualmente perfecto, a la belleza estandarizada.

    Ernestine Ruben (1931-) explora la contraposición de las figuras humanas entre femenino/masculino y el fondo y figura, exprimiendo al máximo la teatralidad de sus piezas gracias al alto contraste y el uso del blanco y negro, la ausencia de color es uno de los lugares comunes con el fotógrafo Pierre Radisic (1958-) en el que podemos apreciar un uso del plano frontal utilizando grandes masas de carne, en planos con menos detalle y equiparando el cuerpo a un lienzo o al cielo estrellado.

    Finalmente, lleva al extremo la abstracción de lo corporal Barbara Crane (1928-2019) en una ruptura con el fondo y la figura, el cuerpo se intuye gracias a la sombra de los pliegues, que, deformados, refieren más a gestos y pinceladas que a lo corpóreo en sí mismo.


    Se puede considerar, desde la aproximación de todos estos artistas, concebir el cuerpo como un paisaje digno de ser contemplado, un lugar que recorrer con la mirada. Estos paisajes llenos de marcas del tiempo, como las arrugas y los pliegues, las heridas o los lunares muestran el aspecto vivencial y más íntimo de cada uno de nosotros, así como conectamos con todos los fragmentos de pieles anónimas viendo un reflejo de nosotros mismos. Se convierten, en un espacio y lugar de experimentación, desde lo más figurativo a la abstracción más absoluta, la piel se expande hacia límites insospechados.

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    Figura 3. Autoras (2020) Cuerpos objeto/recuerdo. Citas visuales de Weston, Coplans, Mapplethorpe, Radisic, Ruben y otra de Crane.


    Las huellas del encuentro casa/cuerpo

    Del encuentro entre el cuerpo y el espacio que habita nacen las huellas. Son elementos cotidianos casi invisibles que demuestran que un cuerpo ha vivido un espacio: una huella de pie saliendo de la ducha, una marca de pintalabios, migas de una galleta son pruebas intangibles de nuestra existencia cotidiana que unen nuestro cuerpo con nuestro hogar.

    Sophie Calle (1953-) es un artista referente para contar este tipo de encuentro. Su obra artística representa la memoria de la presencia. Colecta y pone en escena las huellas, los testimonios de lo vivido. Vincula la fotografía a la memoria de la experiencia personal e íntima. Sus proyectos se basan en un registro documental de su vida cotidiana. Con él, hace participe el espectador de su interioridad más particular y lo involucra en su privacidad. Es, para ella, un modo de disipar los sufrimientos provocados por la vida haciéndolos visibles. Exponiéndolos los exalta para serenarse. Su obra es un espejo personal ya que es a la vez participe y fotógrafa de su experiencia creativa que interroga el tiempo y el espacio de lo vivido.

    El artista cubano, Félix González-Torres (1958-1996), plantea la obra de arte como un acto político sobre la identidad personal. Suele utilizar objetos cotidianos para hablar de la experiencia vital. En 1992, el artista expone, en diferentes espacios públicos de la Nueva York, 24 macrofotografías de la cama en la que han estado él durmiendo su amante. Su obra es provocativa por su inmersión en la intimidad y nos afecta y conmueve por la cercanía de lo vivido.

    Stacy Greene (1955-), con su serie Lipstick (1990-1993), representa lápices labiales

    usados. Cada uno es titulado con el nombre de su propietaria. Se pueden distinguir variaciones



    de forma y textura derivadas de las técnicas de cada utilización. El objeto cotidiano se transforma en una imagen llena de significado sobre la vivencia personal del que lo utilizo. Se crea una escultura que surge de un ritual diario privado invisible fuera de la intimidad. La forma creada revela con su color y su textura del acto cotidiano repetitivo en definitiva la huella del cuerpo sobre el objeto.

    Hannah Wilke (1940-1993), artista feminista, revindica el cuerpo de la mujer mediante obras que hacen alusión al cuerpo desde una perspectiva feminista de la segunda ola (1970) donde ella y otras artistas como Martha Rosler o Esther Ferrer en España, reflexionan sobre el papel de la mujer y sus cuerpos desde un ámbito biopolítico, políticas de género, roles sociales, etc. Abordan la problemática de la representación de sus propios cuerpos y el cuerpo femenino en general el cual, había sido casi únicamente representado a lo largo de la historia del arte por hombres. Este nuevo paradigma representacional se produce, a través de la fotografía y el vídeo principalmente, en el ámbito de lo íntimo, cuestionándose los roles del propio hogar y en la vida íntima de las artistas.

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    Figura 4. Autoras (2020) Huellas. Citas visuales de Calle, González-Torres, Greene y Wilke


    Estos artistas demuestran que el arte nos puede permitir descubrir respuestas visuales que representan el encuentro entre cuerpo/espacio y revelan las experiencias intimas de esta relación mediante lo estético.


  3. Propuesta educativa


    Durante los meses de marzo y abril de 2020, se planteó al alumnado de la asignatura de Construcción Cultural y Colaboración Social del Grado de Educación Social de la Facultad de Ciencias de la Educación realizar acciones artísticas en casa que ponían en relación el cuerpo con el espacio habitado.

    El proyecto educativo suponía un compendio de actividades donde el alumnado investiga visualmente mediante la fotografía sobre el cuerpo como un espacio a apropiarse y sobre el espacio de su vivienda como un lugar de pertenencia. En este sentido, tanto cuerpo como espacio habitado se prestaban a la observación y al encuentro de nuevas perspectivas


    y nuevas maneras de entenderlo en un momento de paro general en el cual fue más evidente este proceso de introspección personal.

    Se propuso al alumnado de Grado de educación social trabajar mediante pequeñas acciones artísticas relacionadas con el espacio y el cuerpo y las relaciones entre ambos. Con las “AACC”: Acciones artísticas durante el Confinamiento en Casa, los alumnos desarrollaron su percepción del hogar y la interacción de este con su cuerpo. Basadas en obras de artistas contemporáneos, abordaban estas temáticas desde la estética. Estas permitían visualizar posibles resultados y dar instrucciones visuales al alumnado. Cada acción iba vinculada a conceptos artísticos que generaba propuestas diversas. El hecho que fueran acciones de corta duración permitía multiplicar las propuestas educativas y tener así un gran abanico de visiones distintas sobre el espacio de cada uno y sobre uno mismo.

    Entre ellas, tres son objeto de este articulo: La AACC Perspectiva/espacio, invitaba a los alumnos a fotografiar perspectivas inusuales de su hogar, cambiando el ángulo de vista frontal a otros más inéditos. Los alumnos encontraron imágenes insólitas de sus casas observando lugares donde nunca habían mirado: Debajo de una mesa, por encima de un armario, detrás de un mueble. El encuadre sobre el espacio habitado transformaba los espacios conocidos en una nueva realidad que les permitía desvelar espacios nuevos de sus hogares.

    La acción AACC Perspectiva/cuerpo proponía al alumnado observar su cuerpo para encontrar fragmentos no reconocibles o curiosos. Se trataba primero de entender su cuerpo como un espacio a explorar, desde la cercanía, prestar atención a cicatrices pliegues, formas, etc y fotografiarlas desde un punto de vista que no permitiera reconocerlo a la vez que identificase las peculiaridades de cada uno.

    La acción AACC Huella, proponía al alumnado indagar sobre las marcas que su cuerpo dejaba en su vivienda o en los objetos. Fotografía las huellas de tu cuerpo en la casa: Pelo en la ducha, huella de los dedos en la puerta de la nevera, mordisco a un bocadillo, muchas acciones que realizamos de manera cotidiana dejan un rastro de nuestra presencia en nuestra casa. El objetivo era fotografiar estas trazas para dejar constancia de esta acción pasada y en muchos casos repetitiva a lo largo del confinamiento.


  4. Metodología de investigación


    De acuerdo con Tom Barone y Elliot Eisner, la investigación educativa basada en las artes es un tipo de indagación que mejora nuestra comprensión de las actividades humanas a través de medios artísticos (2008, p.95). El lenguaje artístico en todas sus formas permite una investigación sensible sobre los contenidos estudiados ya que permite destacar sus calidades estéticas.


    Para Marín (2005), “las Artes (literatura, música, Artes visuales, performances, etc.) se convierten en una nueva referencia para el desarrollo de la actividad investigadora porque: a) las Artes suponen una metodología de trabajo sistemática donde hay un proceso de búsqueda que culmina con la obra artística, b) los lenguajes artísticos ofrecen formas expresivas que hacen posible iluminar aspectos concretos de la realidad que de otro modo pasarían desapercibidos; y c) las Artes son formas de conocimiento capaces de atender a múltiples dimensiones un problema de investigación de un modo holístico y polisémico (Barone y Eisner, 1997; Cahnmann- Taylor y Siegesmund, 2008)”.

    Partiendo de estas premisas planteamos indagar sobre los resultados de las propuestas didácticas mediante instrumentos de investigación basada en artes para revelar el aspecto estético de las imágenes obtenidas y crear relaciones visuales entre las distintas acciones educativas realizadas.

    Según Marín (2005), la representación de los datos mediante métodos visuales es necesaria para enfatizar cualidades estéticas del objeto estudiado, permite encontrar nuevos modos de comunicación y presentación de los resultados. Igualmente, la investigación será más sensible a las cualidades sensoriales de las situaciones estudiadas lo cual generará modos innovadores de indagación.

    Para tratar los datos visuales de esta experiencia educativa se utilizaron principalmente dos tipos de instrumentos: la serie muestra para registrar las propuestas del alumnado en su globalidad y el fotoensayo (o par visual) para destacar los aspectos significativos del conjunto. El proceso de indagación sigue el esquema metodológico de la figura 5.

    Por otro lado, la investigación incluye un enfoque a/rt/ografico. Según Irwin (2013), la a/r/tografía es una indagación de vida, un encuentro personal llevado a cabo mediante comprensiones y experiencias artísticas que lleva a cabo el Artista/Docente/investigador. Durante el proceso de indagación, el a/r/tografo procesa los resultados de manera artística y personal hasta transformarlos, enfocando sus esfuerzos a mejorar la práctica, comprenderla desde una perspectiva diferente o usándola para influir en otras experiencias.

    En nuestro caso, el docente/artista participa al proceso de indagación mediante creaciones en su propio hogar y sobre su propio cuerpo, revelando así una nueva información sobre la práctica docente y transformándola en experiencia artista propia. En este proyecto es gracias a la técnica de la proyección que fue posible incorporar esta visión al conjunto de los resultados. Las proyecciones de los fragmentos de cuerpo del alumnado proyectados sobre el hogar del docente se apropian el espacio y lo transforman vinculando la intimidad del alumno con la del docente, al igual que en la práctica inversa de la proyección del hogar del estudiante en el cuerpo del profesor. La acción del artista que proyecta actúa sobre el cuerpo para convertirlo en espacio y humaniza la casa al proyectar fragmentos de cuerpo en esta. El


    conjunto enriquece de manera cognitiva la relación que el ser humano mantiene con su entorno espacial. La imagen del espacio actúa sobre el cuerpo y lo habita mediante una experiencia imaginaria del espacio. La proyección otorga una nueva dimensión en el que dos imágenes coexisten y generan un significado conjunto.



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    Figura 5. Autoras (2020) Esquema de la metodología de investigación



  5. Resultados de la investigación


    A partir de las producciones artísticas del alumnado se realizó primero tres series muestras para visualizar el conjunto de las imágenes realizadas. Obtenemos un panel representativo de las fotografías del cuerpo, otro del hogar y uno ultimo de las huellas del cuerpo en el espacio (Figura 6). Estos enseñan no solo el conjunto de las fotografías realizadas, sino que crean también tres imágenes inéditas y cada una de ellas expresa una idea sobre estos conceptos.


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    Figura 6. Autoras (2020) Cuerpo/casa/huella II, tres series muestras compuestas a partir de las fotografías del alumnado.


    A continuación, se dibujaron varios fotoensayos y pares significativos basándose en estas tres imágenes significativas del conjunto. En primer lugar, por acciones y en segundo lugar mezclando las temáticas. Las primeras (figura 7) expresan metáforas visuales sobre el espacio vivido, sobre la apropiación del cuerpo o sobre los rastros de nuestra vida cotidiana en la casa. Los segundos (figura 8) corresponden más bien a narrativas visuales metafóricas que hablan del individuo y de su manera de ocupar el espacio cotidiano.


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    Figura 7. Autoras (2020) Cuerpo/casa/huella III, tres fotoensayos compuestos a partir de 6 fotografías del alumnado.



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    Figura 8. Autoras (2020) Cuerpo/casa/huella IV, fotoensayo compuesto a partir de 6 fotografías del alumnado.


    Posteriormente se trasladaron las imágenes más significativas de cada temática al espacio cotidiano del docente para proyectarlas e interactuar con ellas. Las imágenes de los hogares del alumnado fueron proyectadas en el cuerpo del docente y las imágenes de los cuerpos de los alumnos sobre el espacio de la vivienda del docente. De allí se dedujeron fotoensayos que plasman los resultados de la acción (figura 9).


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    Figura 9. Autoras (2020) Cuerpo/casa/huella V, dos Fotoensayos compuestos a partir de 7 fotografías de las autoras y de dos fotografías del alumnado.


  6. Conclusiones


La educación artística es una materia que debe tomar en cuenta los acontecimientos humanos de la sociedad porque permite reflexionar sobre ellos desde una perspectiva sensible. De igual modo revela las emociones que nos habitan en estos momentos y facilita su expresión. En el caso que nos ocupa fue esencial tomar en cuenta las casuísticas del confinamiento y proponer estrategias docentes que facilitaron no solo la enseñanza desde el espacio personal del estudiante, sino que también revelar las vivencias existenciales relacionadas con los elementos principales de este momento vital: la apropiación del cuerpo y del espacio habitado.

La observación fotográfica es un instrumento idóneo para el aprendizaje estético, permite no solo aprender a mirar sino también a entender el mundo desde otra perspectiva, en este caso los estudiantes descubrieron su cuerpo y su hogar para conocerse mejor a ellos mismos. Los referentes artísticos que apoyaron las acciones artísticas guiaron el alumnado hacia este encuentro.

La investigación basada en artes permitió el análisis visual de los resultados desde una perspectiva artística. Las series muestras y los fotoensayos facilitaron la observación de un gran abanico de respuestas y permitieron interpretar de manera poética las imágenes más significativas. Por otro lado, el traslado de las imágenes del alumnado al cuerpo y a la vivienda del docente proporcionaron una relectura de los datos desde una perspectiva a/r/tografica. Esta interacción revela, a través de la poética, la humanidad y la universalidad de los espacios confinados y de nuestro propio ser confinado.


Referencias


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Barone, T. y Eisner E.W. (2008). Arts based educational research en: Given J.L, Camilli, G. y El-more P.B., eds., Handbook of complementary methods in educational research. Nueva York: Routledge, pp. 95-106.

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Coplans, J. (1985). Back Torso From Below. Disponible en: https://www.moma.org/learn/moma_ learning/john-coplans-self-portrait-1985/

Crane, B. (1966) Human Form. Disponible en: http://barbaracrane.desordre.net/texts/human_ forms.htm

Eisner, E. W. (2004). El arte y la creación de la mente. Barcelona: Paidós.

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