Art Thinking en la Etapa de Educación infantil: hacer aprendiendo y aprender haciendo

Art Thinking in the Childhood Education Stage: Doing learning and learning by doing


Nora Ramos Vallecillo

Facultad de Educación de la Universidad de Zaragoza noramos@unizar.es


Sugerencias para citar este artículo:

Ramos Vallecillo, Nora (2022). «Art Thinking en la Etapa de Educación infantil: hacer aprendiendo y aprender haciendo», Tercio Creciente, (extra6), (pp. 91-99), https://dx.doi. org/10.17561/rtc.extra6.6510


Recibido: 03/08/2021 Revisado: 27/03/2022 Aceptado: 27/03/2022 Publicado: 01/04/2022


Resumen

En este artículo se presenta el modelo metodológico del “Art Thinking”, basado en el uso del arte para combinar sus ventajas con las esferas del sistema educativo. Nos centramos en la etapa de infantil, debido a las posibilidades que presenta teniendo en cuenta sus principios pedagógicos. Dentro de esta etapa podemos trabajar las áreas de manera globalizada por medio del desarrollo de la observación del entorno, la manipulación de objetos con fines creadores y el trabajo cooperativo mediante el desarrollo de proyectos. Por medio de esta metodología se puede trabajar de manera integrada los contenidos curriculares consiguiendo una formación competencial.


Palabras clave: educación artística, infantil, observar, manipular, crear, proyectar.


Abstract

This article presents the methodological model of “Art Thinking”, based on the use of art to combine its advantages with the spheres of the educational system. We focus on the infant stage due to the possibilities it presents taking into account its pedagogical principles. Within this stage we can work on the areas in a globalised way through the development


of observation of the environment, the manipulation of objects for creative purposes and cooperative work through the development of projects. Through this methodology, the curricular contents can be worked on in an integrated way, achieving a competency-based education.


Keywords: art education, children, observe, manipulate, create, project.


Introduction


Dar prioridad a una enseñanza en la que prevalezca el desarrollo competencial es la base de la enseñanza actual (Mateo & Vlachopoulos, 2010). Si bien es cierto que en la actualidad las competencias están completamente integradas en nuestro sistema educativo no es tan real que se esté aplicando de forma correcta, donde desde todas las áreas se contribuya a la obtención de esas destrezas que se supone que los estudiantes deben conseguir para poder seguir aprendiendo a lo largo de toda su vida. Tampoco a día de hoy tenemos muy claro cuales son las competencias que queremos que alcancen ya que continuamente cambian su denominación y definición (Valle, 2018). Si hacemos un recorrido por las sucesivas modificaciones, podemos concluir que las competencias se resumen en la adquisición de una capacidad creativa y crítica que ayudará a seguir aprendiendo junto a un desarrollo emocional que conlleva el desarrollo empático y de trabajo colaborativo.

Si ese es el perfil final que queremos que tenga nuestro alumnado, es importante tener en cuenta que la educación artística es una disciplina con la que se puede desarrollar competencias a partir de la generación de conocimiento. Es decir, por medio de la educación artística es posible lograr una transformación de la educación. El Arte es un área universal y versátil, que puede utilizarse de manera ventajosa, para crear estrategias de inclusión social y escolar (García, 2012).

La enseñanza del arte en la escuela tiene una trayectoria en la que constantemente se ha venido cuestionando su importancia (Calaf & Fontal, 2010). La educación de las artes visuales, ha sido concebida durante mucho tiempo como una asignatura para el desarrollo artístico de aquellos estudiantes que poseían capacidades innatas. Por eso se llevaba a la práctica por medio de la realización de ejercicios. La educación plástica ha estado limitada en sus capacidades educativas debido a la idea del genio creador (Hernández, Jódar & Marín, 1991; Fontal, Gómez & Pérez, 2015). Concretamente, dentro del ámbito de la educación infantil, ha estado asociada tradicionalmente con lo lúdico y el puro entretenimiento de los más pequeños.

Dentro de esta etapa, los recursos y materiales están destinados a colorear, recortar, perforar, pegar o hacer manualidades siguiendo unas pautas concretas marcadas por el docente. En pocas ocasiones la educación plástica y visual en las aulas de infantil conlleva la introducción de la práctica artística, debido a que su utilización tiene fundamentos instrumentales. Tampoco se desarrolla una asignatura exclusivamente sobre la educación artística, ni el objetivo mayoritario de los docentes es desarrollar la conciencia crítica de los estudiantes que todavía están aprendiendo cómo realizar tareas sencillas.


Los trabajos realizados en educación plástica no deben limitarse a la adquisición de destrezas manuales, deben desarrollar en los alumnos y alumnas capacidades como la creatividad, la autoexpresión y la percepción. Hay que reivindicar una enseñanza de las artes como un área relacionada con el conocimiento, con el intelecto y con los procesos mentales y no sólo con los manuales (Acaso, 2009).

Actualmente está demostrado que el arte estimula un enorme grupo de habilidades y procesos mentales, permite el desarrollo de capacidades cognitivas y emocionales, además de estimular el desarrollo de competencias humanas (Campos, 2010). Con este conocimiento en mente, los educadores podrán utilizar la música y el arte como activadores del aprendizaje vinculadas a su práctica pedagógica y planificación curricular en la etapa de infantil.

El arte tiene el papel de desempeñar el refinamiento de nuestro sistema sensorial y el cultivo de nuestra capacidad de imaginación (Eisner, 2004). Las experiencias significativas en el campo en las artes se pueden extender a otros ámbitos relacionados con las cualidades sensoriales que las artes posibilitan.


La metodología “Art Thinking”


Tras años de desacuerdo respecto a la utilidad de la educación artística en el sistema educativo y su sumisión como materia al servicio de las demás, surge una nueva metodología denominada: “Art Thinking”, que consigue unir arte y educación por medio de un modelo que tiene por base la utilización de las artes como recurso para trabajar los contenidos educativos. Por medio de ella se logra conectar la esfera del arte con la de la educación de forma igualitaria y complementaria (Muñoz-Fernández, 2020).

Esta metodología presentada en el 2017 por medio de un libro denominado: “Art Thinking”. Cómo el arte puede transformarse en educación” (Acaso & Megías, 2017), se presenta como una meta-disciplina que apuesta no sólo por el uso de los diversos tipos de arte como recurso educativo, sino por la adaptación a las aulas de los mismos procesos utilizados por artistas para desarrollar sus proyectos. Este nuevo modelo pretende potenciar las posibilidades educativas que ofrecen las artes, y desarrollar unos métodos que puedan implementarse en los sistemas educativos actuales. Utiliza las artes como marco metodológico para cualquier aprendizaje.

El arte deja de ser un contenido para ser una metodología. Pero hay que tener claro que lo que pretende esta propuesta metodológica no es convertir en artista al alumnado, sino que aprenda a pensar como como un artista. Los estudiantes no tienen por qué ser productores de trabajos artísticos, sino que deben aprender a identificar una cierta libertad en las conexiones que les permita entender las cosas mejor. De esta manera, el arte es una manera de organizar y adquirir conocimiento.

Para que se pueda producir este proceso, es importante promover una serie de cambios dentro de las aulas de infantil.

Una de las más importante es promover en los niños y niñas un pensamiento divergente. Esta forma de pensamiento tiene relación con esa búsqueda de soluciones. Dentro del mundo del arte, continuamente se deben proponer y desarrollar nuevas


soluciones a problemas ya planteados anteriormente. También es importante despertar desde la infancia la curiosidad por investigar, encontrar y dar soluciones alternativas.

No importa si tras esa etapa de preguntas, encuentran una, infinitas soluciones o ninguna, porque el “Art Thinking” no trata de demostrar sino de despertar esa conciencia crítica, que nos hace protagonistas directos de nuestra realidad, y que los artistas vienen haciendo desde tiempos inmemorables.

Acaso y Megías (2017) defienden que la pedagogía tiene que recuperar técnicas del entretenimiento para fomentar la sorpresa y lo inesperado, con la intención de colocar al alumnado en una posición inusual. El profesor deja de concebirse como un transmisor de conocimiento y pasa a ser un creador de situaciones extrañas, un productor de experiencias educativas (Muñoz-Fernández, 2020).

Cuando algo nos interesa y nos causa curiosidad, nos da placer. Y no un placer relacionado con una recompensa extrínseca, sino un placer que tiene que ver con seguir haciendo, o aprendiendo, sobre lo que nos está interesando; un placer intrínseco.

Esto hace que los estudiantes tengan una mayor motivación por aprender. Los alumnos deben ser integrantes participativos y críticos en la construcción de su propio conocimiento, los protagonistas de su aprendizaje. Respecto a la necesidad de que el alumnado tenga una actitud favorable para aprender tienen un papel decisivo los aspectos motivacionales. El resultado va a depender de su motivación para aprender y de la habilidad del docente para despertar e incrementar esta motivación (Coll, 1996).

El profesor o profesora debe enseñar al estudiante a aprender y ayudarle a construir esquemas mentales. Su papel es el de acompañar, guiar y evaluar al alumnado cuando es necesario. Este papel como agente de cambio incide en el proceso de trasformación social, donde su compromiso debe ser la incorporación de experiencias culturales.

Otro factor importante para la implementación de esta metodología es la incorporación del trabajo por proyectos. El proyecto de trabajo es un concepto, que dentro del mundo artístico, se utiliza de manera frecuente para calificar un gran número de actuaciones, generalmente asociadas con actividades concretas, interrelacionadas y coordinadas entre sí. Es decir, se utiliza habitualmente como sinónimo de trabajo. Es normal escuchar que un artista prepara un proyecto expositivo o de intervención artística, pero estos trabajos son resultado de una preparación conceptual, no un producto realizado al azar (Ramos, 2020). Los proyectos ayudan a profundizar sobre un tema determinado e interrelacionar todas las competencias clave (Gilabert, 2016). Dentro del trabajo por proyectos, la interacción social es esencial para que los estudiantes desarrollen estructuras mentales para lograr aprendizajes más complejos. Por ello es esencial que estos proyectos se realicen de forma cooperativa. El desarrollo de actividades grupales pone en práctica muchas de las habilidades que promueve la educación artística, como la expresión de ideas de forma individual, el trabajo de consenso, asumir responsabilidades y la suma de esfuerzos (Fontal, Marín, & García, 2015). El trabajo por proyectos debe poner al estudiante en situación de participar, colaborar y construir con otros (Ramos, 2018).


image

Imagen 1: Tabla resumen de los cambios metodológicos que requiere la implementación de la metodología “Art Thinking”. Fuente: propia.


Art Thiking en educación infantil


Para que se produzca un aprendizaje auténtico, es necesario conectar la estrategia didáctica con las ideas previas del alumnado y presentar la información de manera coherente y no arbitraria, construyendo de manera sólida los conceptos e interconectando los unos con los otros en forma de red de conocimiento (Ballester, 2002).

Los educadores pueden utilizar la música y el arte como activadores del aprendizaje vinculadas a su práctica pedagógica y planificación curricular en la etapa de infantil (Campos, 2010).


image

Imagen 2: Autorretrato de un alumno de infantil con tres años de edad. Fuente: propia

En la etapa de infantil se puede trabajar mediante el desarrollo del pensamiento artístico a partir de la creación de conocimientos experimentales y sensoriales.

Es importante, que desde la infancia, el alumnado aprenda a mirar y contemplar, que practique la observación directa. Hoy en día estamos acostumbrados a ver una gran cantidad de imágenes, fijas o en movimiento, pero en pocas ocasiones se nos enseña desde la escuela a observar. Los sentidos despiertan y ponen en situación de participar del mundo artístico y de expresar con belleza lo que siente y percibe. Las actividades diseñadas con este objetivo ayudan a los estudiantes a descubrir nuevas propiedades en lo que ve, fijar su atención y fomentar la actitud de curiosidad. Desde los primeros años hay que empezar a desarrollar el gusto por lo bello (Soler, 1989).

Si utilizamos el arte para el conocimiento del entorno y del mundo conseguimos fomentar el espíritu de observación para descubrir nuestro entorno y poder adaptarnos a él y transformarlo. Aprender a relacionarse con el espacio que nos rodea es esencial para el ser humano (Schiffma, 1981).

Las experiencias que diseñemos en el aula deben ser plurales y abiertas a introducir aspectos y autores del arte contemporáneo que transmitan la realidad del momento. Proponemos por ello, el término de ‘microrrelato’ (Acaso & Megías, 2017), haciendo referencia a trabajar con los productos visuales de artistas que no ocupen ninguna posición de poder, ni siquiera de presencia, en nuestro imaginario visual.

Uno de los objetivos de la educación artística debe ser enseñar a sentir (Katz, 1930). Mediante la expresión creativa, con la manipulación de los materiales, puede generar sensaciones placenteras. Mediante el manejo de materiales, los esquemas de conocimiento se van ramificando y reforzando a través de estas acciones permitiendo crear estructuras estables de pensamiento (Rollano, 2005).

No es necesario que los niños y niñas creen nada figurativo ni bello, ni pretendidamente artístico. Pero esto tampoco quiere decir que haya que suprimir los artefactos u objetos, sino que hay que tratarlos como elementos indispensables sólo cuando sirvan para transmitir ideas.


image

Imagen 3: Composición realizada por un niño de cinco años durante el inicio del periodo

de confinamiento del año 2020. Fuente propia

Otro factor a tener en cuenta, es la relevancia del desarrollo de las capacidades creativas. Este es el concepto de creatividad que se usará en “Art Thinking”, el de la capacidad, de estudiantes y docentes, de desarrollar soluciones a problemas que nos surjan de forma diferente a como se han ido solucionando hasta ahora (Acaso & Megías, 2017). Debemos dar a los niños y niñas la oportunidad de desplegar su imaginación por medio de la práctica y la manipulación. La capacidad creativa tiene una gran influencia en el desarrollo cognitivo, emocional y físico de los niños y niñas. El arte les sirve para entender el mundo a través de las imágenes (Arnheim, 1993).

Pero en este caso se debe enfocar la creatividad como la oportunidad de realizar una conjugación de experiencias, estímulos y conocimientos. El conocimiento viene de la mezcla de experiencias y conocimientos previos y nuevos, y de igual manera lo hace la expresividad.

La implementación del trabajo por proyectos en el aula de infantil, permite que el alumnado construya su identidad personal, autonomía y confianza. Desde la edad más temprana el alumno se convierte en protagonista de su aprendizaje, valorando y potenciando la diversidad de cada uno de ellos y ellas (Ramos, 2018). A su vez debemos procurar que sea un Aprendizaje Basado en la Creación (ABC), donde tan importante es la acción como el resultado o producto generado en la experiencia (Caeiro-Rodríguez, 2018). Supone una vivencia en la cual el discente se proyecta en la acción creadora. Busca un aprender activo y significativo. Trabajando “plástica y visualmente” se puede trabajar en el aula con las emociones, sentimientos e ideas de los niños y niñas. La experiencia creadora del arte nos permite proyectar desde la creación soluciones de los estudiantes, no soluciones preconcebidas por los docentes.


Conclusiones


La educación artística fomenta la adquisición del conocimiento mediante el desarrollo de actividades multisensoriales que permiten la manipulación y la experimentación.

Las actividades planteadas desde la educación plástica requieren los procedimientos de: identificar, experimentar, clasificar, completar series y reconstruir conjuntos e hipotetizar.

Es importante ofrecer múltiples oportunidades para poner en práctica su imaginación e inventar nuevas formas de aprender. De esta manera, desarrollan sus destrezas para poder dar rienda suelta a su propio crecimiento y mejora de la confianza en sí mismos.

Por tanto, la consecución del “Art Thinking” no sólo es viable para la etapa de Infantil, sino que también es recomendable, debido a ese aspecto de globalidad y trabajo de los contenidos, por medio de experiencias basadas en el juego, y su desarrollo en grupos de trabajo (que se adaptarán a cada momento educativo: más grandes, más pequeños, gran grupo, parejas, etc.), y que fomentarán la colaboración en el aula.

Referencias


Acaso, M. (2009). La educación artística no son manualidades. Nuevas prácticas en la enseñanza de las artes y la cultura visual. Madrid: Catarata.


Acaso, M., & Megías, C. (2017). “Art Thinking”: Cómo el arte puede transformar la educación. Madrid: Paidós Educación.


Arnheim, R. (1993). Consideraciones sobre la educación artística. Barcelona: Editorial Paidós.


Ballester, A. (2002). El aprendizaje significativo en la práctica. Cómo hacer que el aprendizaje sea significativo en el aula. Seminario de aprendizaje significativo.


Caeiro-Rodríguez, M. (2018). Aprendizaje Basado en la Creación y Educación Artística: proyectos de aula entre la metacognición y la metaemoción. Arte, Individuo y Sociedad, 1(30), 159-177. https://doi.org/10.5209/ARIS.57043


Calaf, R., & Fontal, O. (2010). Cómo enseñar arte en la escuela. Madrid: Editorial Síntesis.


Campos, A. (2010). Neuroeducación: Uniendo las neurociencia y la educación en la búsqueda del desarrollo humano. La educ@ción, revista digital(143), 1-14.


Coll, C. (1996). Significado y sentido del aprendizaje escolar. Reflexiones en torno al concepto de aprendizaje significativo. En C. Coll, Aprendizaje escolar y construcción del conocimiento (págs. 189-206). Barcelona: Paidós Ibérica.


Eisner, E. (2004). El arte y la creación de la mente. El papel de las artes visuales en la transformación de la conciencia. Barcelona: Paidós.


Fontal, O., Gómez, C., & Pérez, S. (2015). Didáctica de las artes visuales en la infancia.

Madrid: Ediciones Paraninfo.


Fontal, O., Marín, S., & García, S. (2015). Educación de las artes visuales y plásticas en educación primaria. Madrid: Ediciones Paraninfo.


García, C. (2012). ¿Qué puede aportar el arte a la educación? El arte como estrategia para una educación inclusiva. ASRI Arte y Sociedad(1), 1-12.


Gilabert, L. (2016). La educación artística y la expresión infantil. Qué y cómo enseñar.

Madrid: Dykinson.


Hernández, F., Jódar, A., & Marín, R. (1991). Antes del recorrido, ¿por qué un libro

sobre la educación artística? En F. Hernández, A. Jódar, & R. Marín, ¿Qué es la educación artística? (págs. 13-18). l’Hospitalet de Llobregat: Sendai.

Katz, D. (1930). El Mundo de las Sensaciones Táctiles. Madrid: Revista de Occidente. Mateo, J., & Vlachopoulos, D. (2010). La Nueva Naturaleza del Aprendizaje y de la

Evaluación en el Contexto del Desarrollo Competencial, Retos Europeos en la

Educación del Siglo XXI. Revista Iberoamericana de evaluación educativa, 3(3).


Muñoz-Fernández, H. (2020). El “Art Thinking” de María Acaso y la estetización de la educación artística posmoderna. Observar, 14, 26-45.


Ramos, N. (2018). El aprendizaje basado en proyectos para la enseñanza de la expresión artística en educación infantil. En VV.AA., Educaión artística hoy. El reto en la sociedad de la imagen (págs. 79-99). Zaragoza: Universidad de Zaragoza.


Ramos, N. (2020). Evolución del trabajo por proyectos como medio didáctico en el ámbito de la educación plástica. Revista de Investigación y Pedagogía del Arte(7), 1-13.


Rollano, D. (2005). Educación plástica y artística en educación infantil. Una metodología para el desarrollo de la creatividad. Vigo: Ideaspropias.


Schiffma, H. (1981). La percepción sensorial. Méjico: Limusa. Soler, E. (1989). Educación sensorial. Madrid: Alhambra.

Valle, J. (2018). El cambio curricular: Las Competencias Clave para el Aprendizaje Permanente. Cuadernos de Pedagogía(488), 1-3