Children’s photography: analysis and teaching methods. A case study based on the visual arts
Ángela Moreno Córdoba Universidad de Granada angelamorenocordoba@gmail.com
Resumen
Recibido: 28/07/2021 Revisado: 26/03/2022 Aceptado: 26/03/2022 Publicado: 01/04/2022
Sugerencias para citar este artículo:
Moreno Córdoba, Ángela (2022). «Fotografía infantil: análisis
y métodos de enseñanza. Un estudio de caso basado en las artes visuales», Tercio Creciente, (extra6), (pp. 195-209), https://dx.doi. org/10.17561/rtc.extra6.6601
En este breve estudio introducimos el análisis de la fotografía espontánea infantil desde una metodología mixta, tanto cualitativa, a través de un estudio de caso, como basada en las artes visuales utilizando instrumentos de investigación basados en la fotografía. El objetivo principal de esta investigación es indagar sobre el aprendizaje de Clara (4 años) en sus procesos espontáneos de creación de imágenes fotográficas. A partir de estos análisis trataremos de elaborar una metodología de enseñanza de la fotografía. Partimos de dos preguntas de investigación: ¿Cuándo una fotografía infantil es espontánea? y ¿se puede establecer una relación entre la forma espontánea y aprendida de crear fotografías en edades tempranas? Para responder a estas preguntas hemos partido de una revisión exhaustiva de la literatura especializada más reciente para el diseño de un taller que permitiera tomar datos y analizarlos en profundidad, así como proponer diversas actividades de creación de imágenes que nos aportan datos de interés. En la discusión de datos se ha realizado un análisis de las fotografías espontáneas de Clara, a través de series estudio, según son definidas por Roldán y Marín Viadel (2012). En dicho análisis hemos logrado identificar algunas de las claves características de la producción espontánea infantil partiendo de un esquema de cuatro fases que se desarrolló en un estudio previo (Moreno Córdoba, 2020): a) fotografía espontánea de toma de contacto; b) fotografía de experimentación; c) fotografía mejorada; y d) fotografía satisfactoria. Como conclusión a nuestro trabajo se presentan series y fotoensayos que muestran algunas coincidencias y divergencias entre los dos modelos de creación antes citados: espontáneo y aprendido.
Palabras clave: educación artística, artes visuales, fotografía espontánea, educación infantil, aprendizaje de la fotografía.
Abstract
In this brief study we introduce the analysis of spontaneous children’s photography from a mixed methodology, both qualitative, through a case study, and based on the visual arts using research instruments based on photography. The main objective of this research is to investigate the learning of Clara (4 years old) in her spontaneous processes of creating photographic images. From these analyzes we will try to develop a methodology for teaching photography. We start from two research questions: When is a child’s photograph spontaneous? And can a relationship be established between the spontaneous and learned way of creating photographs at an early age? To answer these questions, we have started from an exhaustive review of the most recent specialized literature for the design of a workshop that would allow data to be collected and analyzed in depth, as well as to propose various image creation activities that provide us with data of interest. In the discussion of data, an analysis of Clara’s spontaneous photographs has been carried out, through study series, as defined by Roldán and Marín Viadel (2012). In this analysis we have been able to identify some of the key characteristics of children’s spontaneous production based on a four-phase scheme that was developed in a previous study (Moreno Córdoba, 2020): a) spontaneous contact photography; b) experimental photography; c) enhanced photography; and d) satisfactory photograph. As a conclusion to our work, series and photo-essays are presented that show some coincidences and divergences between the two models of creation mentioned above: spontaneous and learned.
Keywords: Artistic education, Visual arts, Spontaneous photography, Early childhood
education, Photography learning.
2.2. Referentes actuales. 3 Realización del taller. 4 Reflexiones finales. 5 Referencias bibliográficas.
Las creaciones visuales espontáneas realizadas en la infancia, y especialmente el dibujo infantil, han sido objeto de investigación en numerosos estudios. Algunos investigadores como Henri Luquet, Viktor Lowenfeld, Rhoda Kellogg y, en España, Ricardo Marín Viadel, entre otros, han realizado valiosas aportaciones sobre el tema. Lowenfeld (1970) afirma que “el arte de los niños nos proporciona no solamente la oportunidad de comprender a las criaturas sino que además nos brinda la ocasión de influir en el desarrollo a través de la educación artística” (p. 169). En esta misma línea, Marín Viadel (2003) plantea que la idea de estudiar el dibujo espontáneo infantil surge principalmente de la necesidad de comprender los rasgos característicos del arte infantil con el propósito de fundamentar una adecuada enseñanza de las artes visuales. Paralelamente a estos análisis, nuestro propósito es analizar la fotografía espontánea infantil considerándola como una forma de producción visual y artística espontánea que corresponde con los instrumentos y necesidades creativas que tienen los niños y niñas a comienzos del siglo XXI.
La fotografía espontánea infantil no es algo asociado exclusivamente a la fotografía digital. Cuando las cámaras analógicas se extendieron por nuestros hogares en formatos económicos o desechables ya se producían fotografías espontáneas: la cámara de fotos ya no era un objeto lujoso y excepcional y comenzaron a ser más accesibles a niños y niñas. Pero todavía de modo insuficiente dado que la película debía ser revelada y las tomas seleccionadas para su positivado. La cámara digital fue un pequeño paso atrás en este sentido, porque inicialmente se convirtieron en objetos tecnológicos de culto, que debían ser cuidados y por tanto se alejaban de las manos de los más pequeños. Pero a la larga, el hecho decisivo para que los niños y niñas se convirtieran en productores asiduos de imágenes fotográficas espontáneas fue la integración de cámaras fotográficas en los dispositivos móviles de manera generalizada. Las cámaras fotográficas están en todas partes, muy tempranamente en manos de los niños y permiten un uso casi ilimitado para producir imágenes.
Cuando la fotografía dependía del manejo de cámaras fotográficas, la oportunidad de crear imágenes de forma no dirigida estaba muy condicionada por el mundo adulto. Con la actual asociación de la fotografía digital al teléfono móvil, verdadera revolución fotográfica, y su ubicua presencia en nuestras vidas, los niños y niñas tienen, desde su nacimiento, un vínculo directo y accesible a la creación de imágenes fotográficas. Por ello, el concepto de fotografía espontánea infantil ha adquirido vigencia y novedad en el ámbito de la investigación en educación artística.
El análisis del arte infantil se ha desarrollado desde la visión de diferentes disciplinas como la psicología evolutiva, centrada en estudiar cómo a través de las creaciones artísticas infantiles se puede observar el desarrollo evolutivo de un individuo; el psicoanálisis, que estudia las creaciones artísticas infantiles para descubrir sentimientos, problemas, miedos, deseos del niño o niña; entre otras. En cambio, en este estudio pretendemos analizar las creaciones fotográficas infantiles con un propósito claramente dirigido a la enseñanza de las artes visuales. Analizamos los conocimientos fotográficos de Clara para poder crear una intervención pedagógica que se ajuste a sus necesidades expresivas y artísticas. Para ello, partimos de dos premisas básicas: (a) los niños y niñas, a los cuatro años, son capaces de crear fotografías de manera espontánea debido a la facilidad tecnológica que presentan los teléfonos móviles y las tabletas; (b) las fotografías creadas a los cuatro años pueden ser eficaces y responder adecuadamente a los propósitos del niño, pero se encuentran limitadas en cuanto a necesidades artísticas y expresivas comprendidas culturalmente por el adulto.
Para definir qué es la fotografía espontánea infantil es necesario indagar en cómo se ha utilizado el término «espontáneo» en relación a las creaciones artísticas infantiles. Este
término ha sido utilizado generalmente para referirse al dibujo infantil. Esto se debe a que, hasta hace relativamente poco, este era el principal medio de expresión artística en la infancia. Sin embargo, la accesibilidad a los teléfonos móviles y las tabletas ha permitido que surjan nuevas formas espontáneas de expresión y, por lo tanto, conviene concretar qué significa el concepto «espontáneo» cuando hablamos de fotografía espontánea infantil. En este sentido Marín (2003) afirma que:
No todos los dibujos o pinturas o esculturas que hacen las niñas y niños durante la infancia se consideran dibujo o arte infantil. (...). Los niños y niñas, por sí mismos no pintan bodegones, ya que en cuanto niños y niñas no tienen las preocupaciones formales, ni las intenciones simbólicas, ni las tradiciones estilísticas de los artistas y clientes en Europa en los últimos cuatro siglos, que son las que sostienen y dan sentido al género pictórico del bodegón. El dibujo y arte infantil lo constituyen las imágenes y las obras que producen los niños de modo espontáneo, cuando se les facilita y motiva a que dibujen por sí mismos, tal y como ellos son, sin tener que limitar o seguir ninguna pauta preestablecida o ajena a su propio modo de dibujar. Esto no significa que los dibujos espontáneos infantiles sean impermeables a los contextos culturales y visuales en los que viven. Las niñas y niños introducirán en sus dibujos motivos, formas, colores y estrategias de representación características del entorno visual en el que se desenvuelven, y estas influencias se harán cada vez más notorias a partir de los primeros cursos de escolaridad obligatoria. ( pp. 59-60)
Por otra parte, Goodnow (2001) sugiere lo siguiente acerca de los dibujos infantiles: Pueden considerarse como expresiones de nuestra búsqueda de orden en un mundo complejo, como ejemplos de comunicación, como índices del tipo de sociedad en la cual vivimos, como signos de desarrollo intelectual, como reminiscencias de nuestras perdidas inocencia e inspiración. Junto a estos puntos de vista acerca de los dibujos, y que en cierto modo son como la cumbre de un iceberg, subyace la idea de que son «naturales», más que imitativos: que surgen de dentro. (p. 12)
Vygotsky (2002), entiende el concepto de «espontáneo» como algo que aparece
de forma repentina, sin motivos aparentes que lo impulsen.
A partir de estas aportaciones que nos acercan al término «espontáneo» se puede considerar que la fotografía espontánea infantil es una experiencia autoexpresiva que comienza a desarrollarse en la infancia. Los niños y niñas se sienten atraídos de forma natural por los elementos tecnológicos que los rodean y están continuamente expuestos a una gran cantidad de estímulos visuales provenientes de diferentes medios como libros de texto, televisión, carteles, etc. La combinación del acceso a la tecnología y la cantidad de información visual que reciben desemboca en que los niños generen sus propias imágenes de manera espontánea y natural.
La fotografía espontánea infantil comprende las imágenes fotográficas creadas
por niños y niñas durante la infancia, generalmente enmarcadas en un contexto familiar
y lúdico. Cuando hablamos de fotografía espontánea infantil nos referimos única y exclusivamente a las imágenes creadas de manera autónoma y por decisión propia con un dispositivo propio o al que tienen acceso, ya sea una cámara de fotos, un teléfono móvil o una tableta, estos dos últimos son los más utilizados actualmente debido a la escasa complejidad técnica que presentan (Marín Viadel, Lara y Valseca, 2019).
Los niños tienen una gran capacidad para realizar novedosos descubrimientos del mundo y las personas que les rodean sin la mediación del adulto. Sin embargo, “si se les deja con sus propios dispositivos no muestran una tendencia natural a centrarse en los aspectos estéticos: rasgos de tamaño destacados, asunto temático, realismo y color inicialmente con mayor probabilidad atraerán su atención” (Gardner, 1994, p.37). La fotografía espontánea infantil se enmarca dentro de la zona de desarrollo real planteada por Vigotsky (2009) la cual contempla todo aquello que el niño puede aprender por sí mismo sin ningún tipo de mediación. Esto no significa que el niño no pueda incorporar nuevos conocimientos que haya aprendido de su entorno, sino que lo que ha aprendido ha sido por sí mismo y sin que haya una intención educativa específica. Sin embargo, este aprendizaje puede ser limitado en cuanto a las necesidades visuales y expresivas. En este sentido, se puede afirmar que para que haya un aprendizaje significativo de la fotografía en la infancia se tienen que tener en cuenta dos cuestiones fundamentales; la primera, que se conozca en profundidad cómo aprende y qué sabe el niño o niña; y la segunda, diseñar una metodología desde la perspectiva de la educación artística basada en los intereses y necesidades que presentan.
Las imágenes fotográficas creadas por los niños de manera espontánea pueden no captar la atención del adulto, ya que no responden a los aspectos artísticos y expresivos comprendidos culturalmente. Sin embargo, esto no significa que estas fotografías no sean satisfactorias ni adecuadas para complacer el propio propósito del niño.
En una investigación realizada con niños de entre los siete y nueve años en la que se ha prestado atención a las fotografías espontáneas tomadas por estos, se observa que existe una especial intención por parte del niño a la hora de seleccionar qué va fotografiar y desde qué ángulo (Eskelinen, 2012). Este interés sobre el objeto que se fotografía cambia a medida que el niño va desarrollándose. A los siete años los niños prefieren fotografiar juguetes, su entorno familiar y otros objetos que poseen; a los once se centran en el entorno exterior, edificios, animales y sus propias mascotas; y a los quince el interés principal se convierte en hacer fotos con los amigos, aunque en todas las edades es común que aparezcan fotografías de personas (Sharples, Davison, Thomas, Rudman, 2003). En otro estudio realizado con 43 niños de entre tres y siete años se clasifican las fotografías en ocho grupos diferentes: fotografías de los iguales, el humor de los niños, los objetos y juguetes, los autorretratos, la estética, el entorno de la guardería y el punto de vista de los niños (Kinunnen y Puroila, 2016).
La fotografía es uno de los principales medios de expresión en la infancia. En un estudio realizado con 55 niños de cinco años se demuestra que al 81,81% le gusta tomar fotografías con el móvil y al 72,72% de los niños se les permite usarlo para esta actividad. Sin embargo, alrededor de un 20% de niños afirma que no le dejan usarlo porque llenan la memoria (Rodríguez-Rosell y Melgarejo-Moreno, 2019). Este último dato puede reflejar que aún existe un cierto desconocimiento acerca de la necesidad que tienen los niños de expresarse mediante la fotografía.
La fotografía espontánea infantil se ha utilizado en otras investigaciones como medio para conocer realidades o circunstancias en las que se ve envuelto un grupo social, esta técnica de investigación se ha denominado fotovoz. Conviene, en este caso, hacer una distinción clara entre el uso de la fotografía en esta técnica de investigación y el análisis de la fotografía que se plantea en este estudio. Fotovoz es una técnica que tiene como objetivo empoderar a los colectivos vulnerables o que normalmente no son escuchados a través de una metodología participativa que permite la creación de imágenes y narrativas y está orientada al cambio social (Doval, 2015). Los objetivos fundamentales de esta técnica de investigación cualitativa son: “registrar y reflejar los problemas y fortalezas, tanto individuales como comunales de los participantes; promover el diálogo crítico sobre los temas relevantes a nivel individual y comunal a través de la discusión en grupo de las fotografías (...)” (Doval, 2015, p. 212). Se puede considerar que en este tipo de investigaciones lo más importante no es cómo se fotografía, sino qué se dice a partir de aquello que se ha fotografiado. En este caso, la fotografía se convierte en un medio para expresar verbalmente sentimientos, anhelos, puntos de vista, preocupaciones. De esta forma, la fotografía deja de ser la fuente principal que proporciona información al investigador para convertirse en un instrumento que impulsa al individuo o individuos investigados a expresarse mediante la palabra en torno a una o varias temáticas concretas. Por el contrario, en esta investigación se considera que la fotografía en sí misma es un elemento de expresión, a partir del cual podemos conocer qué sabe el niño o niña acerca de conceptos formales de la fotografía, qué contextos lo impulsan a crear y qué medios utiliza para ello. La diferencia principal entre la técnica de fotovoz y el enfoque que aquí se propone radica en que el objetivo de la primera proviene de las ciencias sociales, mientras que el objetivo de esta investigación está relacionado con la educación artística. El propósito principal de conocer las creaciones fotográficas infantiles es el de,
como educadores, poder ofrecer los conocimientos y medios necesarios de acuerdo a sus conocimientos previos, necesidades específicas e intereses. Las producciones artísticas infantiles no solo tienen lugar en el colegio, sino que también surgen en otros entornos y contextos que rodean al niño y con los que este interactúa. Así pues, para poder desarrollar un método de enseñanza eficaz es preciso conocer qué necesidades artísticas y expresivas tienen los niños y niñas fuera del contexto escolar. Tal y como menciona Richards (2009) “conocer mejor la forma en que los niños experimentan el arte debería ayudar a los educadores a tomar decisiones pedagógicas informadas que tengan en cuenta las experiencias artísticas de los niños en el hogar” (p. 12). Sin embargo, aunque las motivaciones e intereses de los niños sean sumamente importantes a la hora de crear pedagogía, es necesario que esas creaciones estén enmarcadas dentro de lo que
culturalmente se considera arte y que, aunque estas producciones espontáneas satisfagan al niño, hay que impulsarlos a crear aunando sus intereses y los procesos artísticos comprendidos culturalmente por el adulto. En este sentido, Vigotsky (2002) aporta lo siguiente:
La producción infantil se encuentra en tal relación con la de los adultos como los juegos están a la vida misma. El niño necesita jugar y la creación literaria del niño se necesita ante todo para el justo despliegue de las fuerzas del propio autor, así como para el medio ambiente infantil en el que nació y en el que vive. Esto no quiere decir en modo alguno que el arte infantil debe surgir solo espontáneamente partiendo de los impulsos internos de los propios niños, que todas las manifestaciones de este arte sean idénticas por completo y que deban satisfacer tan sólo al gusto subjetivo de los niños mismos. (Vigotsky, 2002, p. 79)
La fundamentación metodológica de este estudio se basa principalmente en la investigación educativa basada en las artes visuales, aunque también se emplea el instrumento de estudio de caso, enmarcado dentro de la metodología cualitativa. La metodología artística de investigación surge de la investigación educativa, concretamente de la investigación en educación artística, y pretende indagar en los problemas educativos ofreciendo un resultado con una evidente calidad artística y estética (Roldán y Marín Viadel, 2012). En este caso, a través de la organización de fotografías espontáneas infantiles de un sujeto de estudio se pretende mostrar cuál es el proceso de la producción de estas fotografías. Para ello, los instrumentos que se utilizan son fundamentalmente la serie estudio y el fotoensayo. Según Roldán y Marín Viadel (2012):
La Serie Estudio corresponde al conjunto de fotografías que se realizan sobre un mismo tema y sobre un mismo motivo intentando buscar la mejor fotografía o una de suficiente calidad sobre ese asunto. (...). Aunque este tipo de series no tengan sentido en el mundo profesional de la fotografía, son enormemente interesantes en el aprendizaje artístico o bien en la contextualización de un resultado de investigación, porque muestran cómo se desarrolla una visión propiamente fotográfica y cómo no todas las fotografías sobre una misma escena son igualmente eficaces para un determinado propósito. (p.75)
En este sentido, la serie estudio nos permite comprender visualmente cómo Clara piensa de manera fotográfica y cómo consigue resolver de forma más o menos acertada cada uno de los problemas visuales que ella misma se plantea.
Por otra parte, y centrándonos en el estudio de caso, cabe destacar que es de tipo instrumental, es decir, se parte de un caso concreto para extraer conclusiones que posiblemente puedan ser extrapolables a otros sujetos de características similares (Stake, 1998).
El análisis de la fotografía espontánea infantil que aquí se propone gira en torno a tres cuestiones fundamentales: el contexto en el que se generan las imágenes, el manejo técnico del dispositivo que se usa para hacer las fotografías y, por último, los aspectos formales y técnicos de las imágenes producidas. El contexto en el que se crean las imágenes nos proporciona información acerca de las vivencias, experiencias, situaciones, lugares, intereses, etc. que impulsan a los niños a expresarse a través de la fotografía. Nos ayuda a comprender las necesidades expresivas y los intereses de cada niño. Por su parte, es importante conocer en qué medida los niños y niñas saben manejar el dispositivo con el que están realizando las fotos porque, en cierta medida, esto condiciona los resultados fotográficos. Por último, el análisis de los aspectos visuales formales relacionados con la fotografía es, desde la perspectiva de la educación artística, la cuestión más importante. Se analizan aspectos como el encuadre, luz, color, composición, enfoque/desenfoque, etc. y nos proporciona información sobre cómo piensa el sujeto fotográfica y artísticamente.
Las fotografías que se van a analizar no se obtienen de un contexto específicamente diseñado para ello. En este caso, la investigación surge a partir de los datos que se han obtenido de manera casual y espontánea. Las fotografías que forman las dos series estudio,“El primer autorretrato” y “Paseo en el río”, fueron realizadas con la presencia de adultos pero sin intervención de estos en las decisiones fotográficas que Clara tomó. La idea de fotografiar aparece en un contexto familiar y lúdico, a partir de que Clara observase a los adultos haciendo fotos. Imitando esta acción, ella cogió prestado el teléfono móvil y pidió que se colocaran en una posición y lugar determinados para hacerles una foto. A pesar del interés mostrado en hacer las fotografías no se interesó por ver los resultados que había obtenido ni por mostrarlos a los demás.
Al ver las imágenes se puede intuir que hay cierto conocimiento técnico del funcionamiento de la cámara fotográfica del teléfono móvil. La activación de la cámara frontal y el conocer donde está situado el botón para capturar imágenes son prueba de ello. Sin embargo, no parece que se hayan explorado otras cuestiones que vayan más allá.
En las series estudio que se muestran se puede observar que el problema visual que se le plantea a Clara a la hora de hacer una fotografía está relacionado principalmente con el encuadre. Por su parte, ella tiene claro el motivo a fotografiar, sin embargo no tiene una respuesta rápida y eficaz, sino que va experimentando hasta llegar a una solución visual que es adecuada y satisfactoria para ella.

Fig. 1.- Ángela Moreno Córdoba (2020). El primer autorretrato. Serie estudio, compuesta por cuatro fotografías de Clara (2020), de izquierda a derecha: Autorretrato de Clara I-IV.

Fig. 2.- Ángela Moreno Córdoba (2020). Paseo en el río. Serie estudio, compuesta por siete fotografías de Clara (2020), de izquierda a derecha y de arriba a abajo: Fotografía espontánea I-VII.
Tras analizar las fotografías espontáneas de Clara se observa que a la hora de producir
imágenes fotográficas repite un esquema de cuatro fases claramente diferenciadas:
Fotografía espontánea de toma de contacto
Suele ser la primera fotografía que realiza inmediatamente al abrir la cámara y no está sumamente relacionada con el objetivo principal que quiere fotografiar. Normalmente son fotografías en las que aparecen dedos, mal encuadradas o en movimiento.
Fotografía de experimentación
Una o varias fotografías en las que sí aparece el objetivo que se quiere fotografiar, es decir, hay un esfuerzo por colocar la cámara hacia el motivo al que se le va a tomar la fotografía, pero la imagen aún no consigue el objetivo que se pretende, desde el punto de vista de Clara. En esta fase se suele eliminar el dedo, pero siguen estando mal encuadradas o en movimiento.
Fotografía mejorada
Una o varias fotografías en las que se corrigen parte de los errores cometidos anteriormente y se acercan bastante al objetivo de Clara. Sin embargo, estas imágenes aún tienen alguna pequeña cuestión por solventar, generalmente relacionadas con el encuadre o el movimiento.
Fotografía satisfactoria
Esta fotografía cumple con el objetivo y las expectativas de Clara. Se mejoran levemente las cuestiones que aún no se habían solucionado en la fase anterior. Esta fotografía no tiene necesariamente que corresponderse con la última tomada.
Además de analizar la fotografía espontánea de Clara, se plantearon siete experiencias artísticas a partir de diferentes artistas y basadas en la idea de Dewey (1934) “El arte como experiencia”: dibujo con luz; luz y color; luz, sombra y encuadre; fragmentación de la imagen; abstracción mediante el desenfoque; abstracción mediante la descontextualización por el enfoque y encuadre.

Fig. 3.- Ángela Moreno Córdoba (2021). Tocar. Par fotográfico compuesto por dos fotografías de la autora (2020), a la izquierda Aprender arte acercándose a Emilio Vedova y a la derecha revelado de cianotipia.

Fig. 4.- Autora (2020). Primera experiencia dibujando con luz. Fotoensayo compuesto por una cita visual literal (Mili y Picasso, 1949) y una fotografía de la autora (2020), Silueta.

Fig. 5.- Ángela Moreno Córdoba (2020). Resultados de la experiencia de luz y sombra y encuadre (II). Fotoensayo compuesto por una cita visual literal (Radnitzky, s.d.) y una serie muestra compuesta por seis fotografías de Clara (2020), de izquierda a derecha: Fotografía y juego I, Fotografía y juego II, Fotografía y juego III, ..., Fotografía y juego VI.
El resultado de las experiencias artísticas propuestas nos llevan a aproximarnos a una serie de cuestiones clave en la enseñanza de la fotografía en la infancia: disponer de varias cámaras en el aula para que los niños las tengan siempre a su alcance y puedan tomar fotografías cuando lo deseen; utilización del teléfono móvil o tableta exclusivamente para la toma de fotografías; libre elección del formato (horizontal o vertical); introducir la fotografía digital a través de experiencias motivadoras; utilizar referentes visuales; aceptar las propuestas e ideas de los alumnos; plantear experiencias que les hagan ver y crear imágenes diferentes a las que han visto hasta ahora; hacerles ver que mediante la fotografía se descubren nuevas formas de ver su entorno; y fomentar el cuidado y el respeto del material fotográfico.

Fig. 6.- Conclusión visual. Ángela Moreno Córdoba (2020). Enseñar. Fotoensayo, compuesto por dos fotografías de la autora, izquierda, Guiar (2020) y derecha Experimentar (2020); y una cita visual literal (Toledano, 2015).
Tras la revisión e interpretación de los resultados se puede afirmar que efectivamente, a la edad de cuatro años una niña como Clara puede hacer fotografías controladas y eficaces en base a sus intereses. Además, se ha comprobado que sigue un proceso secuencial y repetitivo para conseguir su objetivo a la hora de realizar una fotografía espontánea. Este proceso consta generalmente de cuatro fases: fotografía espontánea de toma de contacto, fotografía de experimentación, fotografía mejorada y fotografía satisfactoria. La mayoría de las fotografías espontáneas que Clara realiza están enmarcadas dentro de un contexto lúdico y los protagonistas de estas son los juguetes y ella misma. Por otra parte, podemos decir que la cámara del teléfono móvil es mucho más fácil de utilizar que las cámaras digitales o analógicas ya que muchos de los ajustes son automáticos. Sin embargo, debido a las múltiples funciones de estos dispositivos móviles, puede que los niños no se centren en el objetivo de fotografiar, sino que quieran utilizarlos con otros fines lúdicos como ver vídeos, jugar a videojuegos, etc. En este sentido, el o la docente tiene la responsabilidad
de hacer que los alumnos usen correctamente estos dispositivos según el momento y la actividad que se vaya a realizar con ellos. Por último, destacar que es posible crear una metodología de enseñanza de la fotografía para niños y niñas de cuatro años, pero esta metodología debe atender a su desarrollo psicopedagógico en relación a la educación artística.
A modo de resumen, se puede considerar que los niños y niñas de educación infantil sienten la necesidad de expresarse de manera espontánea a través de la fotografía y, por su parte, los docentes tienen la responsabilidad de enseñar, guiar y motivar a sus alumnos para que aprendan a comunicarse a través de ella con un sentido artístico y estético
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