Dossier

water and landscape
AGUA y TERRITORIO

El agua en la magia maléfica grecorromana

Water in Greco-Roman evil magic

Amor López Jimeno

Universidad de Valladolid
Valladolid. España
amor.lopez@uva.es

ORCID: 0000-0002-0136-9091

Información del artículo

Recibido: 29/05/2023
Revisado: 29/11/2023
Aceptado: 10/04/2024
Online: 31/01/2025
Publicado: 10/04/25

ISSN 2340-8472

ISSNe 2340-7743

DOI 10.17561/at.26.8092

cc-by

© Universidad de Jaén (España).
Seminario Permanente Agua, Territorio y Medio Ambiente (CSIC)

RESUMEN
El agua se asocia normalmente a la vida, sin embargo, en la mitología griega está también vinculada a la muerte: el Hades estaba bañado por ríos y lagunas, que separaban el mundo de los vivos y el de los muertos. Los pozos comunicaban ambos, los ríos y mares estaban habitados por divinidades que podían arrastrarte a la muerte. Eran, pues, un canal de comunicación con los dioses infernales que los magos aprovecharon para enviarles mensajes en forma de maldiciones. En este trabajo analizamos las defixiones (tablillas de maldiciones) griegas y latinas para entender la conexión entre el agua y la magia maléfica. Esta puede ser literal, porque las láminas de plomo se arrojaban al agua, o metafórica, porque los textos mencionan el agua con función performativa.

PALABRAS CLAVE: Defixiones, Inframundo, Agua, Magia antigua, Pozos.

ABSTRACT
Water is normally associated with life, however, in Greek mythology it is also linked to death: Hades was bathed by rivers and lakes, which separated the world of the living and that of the dead. The wells connected both, the rivers and seas were inhabited by divinities that could drag you to death. They were, then, a channel of communication with the infernal gods that the magicians took advantage of to send them messages in the form of curses. In this paper we analyze Greek and Latin curse tablets to understand the connection between water and evil magic. This can be literal, because the lead sheets were thrown into the water, or metaphorical, because the texts mention water with performative function.

KEYWORDS: Curse tablets, Underworld, Water, Ancient magic, Wells.

L’eau dans la magie maléfique gréco-romaine

RESUMO
A água é normalmente associada à vida, no entanto, na mitologia grega também está ligada à morte: Hades era banhado por rios e lagoas, que separavam o mundo dos vivos e dos mortos. Os poços comunicavam ambos, os rios e mares eram habitados por divindades que podiam arrastá-lo para a morte. Eles eram, portanto, um canal de comunicação com os deuses infernais que os magos aproveitavam para lhes enviar mensagens em forma de maldições. Neste artigo, analisamos as defixações gregas e latinas para entender a conexão entre a água e a magia do mal. Isso pode ser literal, porque as folhas de chumbo foram jogadas na água, ou metafórico, porque os textos mencionam a água com função performativa.

PALAVRAS-CHAVE: Defixions, Submundo, Água, Magia antiga, Poços.

Água na magia maléfica greco-romana

RÉSUMÉ
L’eau est normalement associée à la vie, cependant, dans la mythologie grecque est également liée à la mort: Hadès était baigné par des rivières et des lagunes, qui séparaient le monde des vivants et des morts. Les puits communiquaient tous les deux, les rivières et les mers étaient habitées par des divinités qui pouvaient vous traîner à la mort. Ils étaient donc un canal de communication avec les dieux infernales, dont les magiciens profitaient pour leur envoyer des messages sous forme de malédictions. Dans cet article, nous analysons les défixions grecques et latines pour comprendre le lien entre l’eau et la magie maléfique. Cela peut être littéral, parce que les tablettes de plomb ont été jetées à l’eau, ou métaphorique, parce que les textes mentionnent l’eau avec une fonction performative.

MOTS-CLÉS: Défixions, Monde souterrain, Eau, Magie ancienne, Puits.

L’acqua nella magia malefica greco-romana

SOMMARIO
L’acqua è normalmente associata alla vita, tuttavia, nella mitologia greca è anche legata alla morte: Ade era bagnato da fiumi e lagune, che separavano il mondo dei vivi da quello dei morti. I pozzi comunicavano entrambi, i fiumi e i mari erano abitati da divinità che potevano trascinarti alla morte. Erano, quindi, un canale di comunicazione con gli dèi infernali che i maghi sfruttavano per inviare loro messaggi sotto forma di maledizioni. In questo articolo analizziamo le defissioni greche e latine per comprendere la connessione tra acqua e magia distruttiva. Questa può essere letterale, in quanto le lamine di piombo erano gettate nell’acqua, o metaforica, quando i testi menzionano l’acqua con funzione performativa.

PAROLE CHIAVI: Defissioni, Mondo sotterraneo, Acqua, Magia antica, Pozzi.

El mundo subterráneo en la mitología griega

El agua se asocia normalmente a la vida porque sin agua, no hay vida. Sin embargo, en la mitología griega está también vinculada a la muerte, pues el agua separaba la Tierra, el mundo habitado, del de ultratumba, situado debajo, subterráneo y tenebroso, adonde iban a parar las almas de los muertos.

En la concepción mítica griega, el inframundo toma, por metonimia1 el nombre del dios Hades (ᾍδης, literalmente “el invisible” < ἀ- + εἶδ- < *weid- “ver”2), contrapuesto a su hermano Zeus, señor del luminoso reino de los cielos. Solía evitarse su nombre y llamarlo por su epíteto, Πλούτων, “el rico”, lat. Pluto.

Según el mito, Hades era el hijo varón mayor de Cronos y Rea. Cronos derrocó a su padre, Urano (“cielo”), y devoró a sus propios hijos3, pero, Zeus, salvado por su madre, lo derrotó en la Titanomaquia con ayuda de sus hermanos y se repartieron el gobierno del cosmos: Hades, el inframundo, Zeus, el cielo, y Posidón, el mar.

Según la concepción griega, el mundo era una esfera, con Urano en el hemisferio superior, Hades en el inferior y, en medio, la Tierra, rodeada por el Océano4, divinización del río primordial del que manaban todas las aguas dulces. No participó en las guerras de los titanes. Descendientes suyos eran los Ποταμοί, “ríos” y las Oceánides5, ninfas de fuentes y manantiales.

El Hades, reino subterráneo de los muertos, estaba bañado por varios ríos y lagunas6, hijos de Océano, de nombres simbólicos: del dolor (Aqueronte), los lamentos (Cocito), el fuego (Flegetonte), el olvido (Lete), la memoria (Mnemósine) y el odio (Estigia), la más importante de todos, única mencionada en Homero7, a quien Zeus “decidió que fuera juramento solemne de los dioses”8. Al Hades se accedía por agua, en concreto del Aqueronte9 y el Estigia, en una barca guiada por Caronte, hijo de Érebo, dios primordial de la oscuridad, y su hermana Nux (“Noche”), a quien había que pagar un óbolo, que se colocaba en los ojos o la boca del difunto.

Tras el entierro, Hermes, en su calidad de Psicopompo10, “conductor de almas”, la trasladaba hasta los umbrales del Érebo, el reino de las tinieblas, rodeado por ríos de aguas lentas y estancadas. Quienes quedaban insepultos no recibían las honras fúnebres pertinentes o, si no tenían óbolo, debían caminar por una enorme ciénaga hasta alcanzar la orilla del Cocito, donde permanecían lamentando su suerte y regándolo con sus lágrimas.

Una vez cruzadas las aguas, no había retorno posible. En la otra orilla, un terrorífico perro tricéfalo, Cerbero, vigilaba que nadie traspasara vivo las puertas del Hades11. Tras ellas tenían su morada el propio Caronte, Hades y su esposa, Perséfone, a quien arrastró a su mundo por la fuerza.

Perséfone, también llamada Kore (“Doncella”) es hija de Zeus y Deméter. Mientras estaba recogiendo flores, Hades surgió de la tierra y la raptó. Deméter la buscó por todas partes, desesperada. Como diosa de la agricultura, provocó la esterilidad de los campos hasta que Zeus obligó a Hades a devolvérsela, enviando a Hermes a recogerla12. Pero ella había ingerido algunos granos de granada, por lo que no podía abandonar el inframundo, de modo que se resolvió que pasara medio año junto a su esposo, como reina del Hades, y el otro medio en la tierra, con su madre, que devolvió la vida a los campos. El rapto de Perséfone es un mito paradigmático para explicar procesos naturales: el cambio de las estaciones, el ciclo de la vegetación, la muerte y resurrección.

En lo más profundo del Érebo, entre vastos y gélidos campos de asfódelos y frente al gigantesco palacio de Hades y Perséfone, había dos estanques, el Mnemósine, y el Lete, cuyas aguas hacían, respectivamente, recordar u olvidar todo.

Tras el juicio de las almas, los piadosos eran enviados por el Aqueronte a los Campos Elíseos, un lugar amable donde disfrutaban de una feliz y festiva eternidad. Por el contrario, los malvados cruzaban el río de fuego, Flegetonte13 o Piriflegetonte14, para adentrarse en lo más recóndito, el Tártaro, un lugar de penas y condenación eterna de donde era imposible salir. La mayoría, tras hacerles beber las aguas del Lete para borrar su memoria, vagaban por toda la eternidad cual sombras fantasmagóricas en las praderas de los asfódelos, plagadas de murciélagos.

Los ríos y los pozos, por donde asomaban las aguas subterráneas, se consideraban puertas de acceso al Hades habitadas por sus divinidades y, por tanto, un canal de comunicación entre el mundo visible, de los vivos, y el invisible, de los muertos. La arqueología ha demostrado que en algún momento fueron utilizados en prácticas de magia maléfica para enviar mensajes a los dioses infernales en forma de maldiciones.

El agua en la magia: defixiones y papiros

Las llamadas defixiones son breves textos de maldición, escritos casi siempre en láminas de plomo, que se depositaban en lugares muy concretos, siempre secretos. Constituyen una fuente primaria de la práctica mágica, específicamente, la magia agresiva o maléfica.

El término defixio describe el acto ritual de atravesar físicamente la lámina con clavos (Figura 1). Su denominación en griego, κατάδεσμος, “ligadura, atadura, nudo”, sin embargo, alude al acto de “atar”, literalmente, hacer nudos durante el ritual15 y, metafóricamente, a la víctima. El verbo καταδέω, “atar” > “maldigo” expresa la intención de inmovilizarle mediante una atadura mágica o “amarre”.

Figura 1. Lámina hallada en las Catacumbas de S. Domitilla (Roma) en 2003

Fuente: Bevilacqua, 2014, p. 216.

Se trata de una práctica mágica antiquísima y universal, documentada en el mundo grecorromano desde el siglo VI a.C. hasta el V de nuestra era, para decaer en época bizantina. Conocemos más de un millar de defixiones griegas y ca. 600 en latín.

Los textos son relativamente breves y muchos solo registran nombres, a veces el verbo, divinidades, alguna explicación sucinta. Bajo la influencia de la magia egipcia16, paulatinamente los textos aumentan en longitud y complejidad, incorporan nuevas divinidades, palabras y signos mágicos, dibujos y caligramas.

Los motivos son muy variados: litigios judiciales, rivalidad deportiva o profesional, celos, agravios, robos y un largo etcétera y, en consonancia, los objetivos dependen de estos: victoria en los tribunales, en el hipódromo / estadio, en los negocios, en el amor, resarcimiento, devolución de lo robado, a través de castigos y tormentos que pueden llegar, incluso, a la muerte17.

Las defixiones que conocemos son el producto tangible de un ceremonial previo que regulaba todos los pasos: desde la elección del material y su manipulación hasta su colocación, dónde, cuándo, y un ritual oral que, por razones obvias, ignoramos. Podemos deducir algunos datos por el contexto arqueológico, cuando nos consta o, mínimamente, por los propios textos. Nuestro conocimiento proviene de otros documentos, los papiros, pero solo para la fase del sincretismo, puesto que los únicos que nos han llegado proceden de Egipto. Contienen recetas para conjuros de todo tipo: terapéuticos, mánticos, apotropaicos, invisibilidad, fertilidad y todo lo imaginable.

Algunos de estos papiros enseñan el proceso de elaboración de una defixio, desde la obtención del material, purificaciones previas del mago, cómo grabarla, qué recitar, hasta cuándo y dónde depositarla18. Por sus intenciones destructivas y por la ilegalidad de estas prácticas, el lugar de colocación debía ser no solo secreto, sino también simbólico y estar conectado con las divinidades propiciatorias. Un sitio idóneo eran los enterramientos, porque los muertos transmitirían inmediatamente el mensaje a los dioses del infierno. Y, preferiblemente, los que hubieran fallecido temprana (ἄωροι)19 o violentamente (βιοθάνατοι)20, pues se creía que, al no haber agotado el tiempo de vida adjudicado21, sus almas no podían acceder al Hades y quedaban atrapadas, envidiosas de los vivos. Otra opción era arrojar la lámina a un pozo, fuente, baño o corriente de agua:

“(…) Se echa también en una fuente que no se usa o en la tumba de un muerto prematuro” (PGM V, 340) “(…) échala a una corriente o desagüe de un baño público para que se vaya al río o al mar” (PGM VII, 430 y ss.) “en el caldarium de un baño” (PGM XXXVI, 75–76) o “en el río, la tierra, el mar o la corriente, un pozo o un manantial” (PGM VII, 450).

En menor medida, podía servir cualquier lugar conectado con el inframundo y sus divinidades, como sus templos22 o con la propia víctima23.

Divinidades de la magia

Además de los espíritus (δαίμονες24) de los muertos, invocados en algunas defixiones colocadas en tumbas, las divinidades pertinentes para recibir estas peticiones25 eran todas aquellas relacionadas con la muerte y el inframundo, llamadas en griego καταχθόνιοι (“catactónicos”, literalmente “subterráneos”) o, simplemente, χθόνιοι26.

Por frecuencia, el primero es Hermes, no solo como mensajero de los dioses, sino, sobre todo, como conductor de las almas al Hades (ψυχοπομπός o ψυχαγωγός), donde le piden que retenga (κατέχω)27 a las víctimas. Sus advocaciones son múltiples y variadas: πρὸς τὸν Ἑρµῆν τὸν {τὸν} χθόνιον καὶ τὸν δόλιον28 καὶ τὸν κάτοχον καὶ τὸν ἐριούνιον29 (SGD, 18).

Le sigue en frecuencia Hécate Subterránea, diosa de la magia por antonomasia, asimilada en época helenística a Selene30, personificación de la luna. Se la suele representar con tres cabezas (τριπρόσωπος) o tres cuerpos y se la solía colocar en las encrucijadas, mirando cada cara a un camino. Aunque habitualmente la acompaña un perro, no es extraña su asociación con la serpiente, como todos los dioses del inframundo. Recibe epítetos varios: Σὺ δὲ, δέσποινα Ἑκάτη οὐρανία Ἑκάτη καταχθονία Ἑκάτη τριοδεῖτι Ἑκάτη τριπρόσωπε Ἑκάτη μονοπρόσωπε καρδιοτόμησον31 (SGD, 21).

Apolonio de Rodas nos transmite un interesante ritual para aplacarla que Medea ha enseñado a Jasón y que evidencia la conexión del agua y los pozos con las divinidades infernales: tras bañarse a medianoche en una corriente de agua vestido con una toga oscura, Jasón cava un pozo y ofrece una libación de miel y sangre de la garganta de una oveja, que es quemada en una pira junto al pozo32.

La suele acompañar Perséfone, en su calidad de reina consorte del Hades, como en 5 defixiones idénticas de Roma, que empiezan: Bona pulchra Proserpina, Plutonis uxsor y citan también a Cerbero (ed. pr. Fox, 1912b, p. 27). La mención de Cerbero, aunque lógica y recomendada en algún papiro (PGM IV, 1910) es aislada33.

Hades aparece con menos frecuencia, tal vez precisamente por el temor que provocaba, y no por su nombre, que se evitaba, sino por su epíteto, Plutón:

“Inscribo y entrego a Plutón, a las Moiras, a Perséfone, a las Erinias y a todo Maligno; entrego también a Hécate Devoraserpientes, entrego a las diosas y dioses subterráneos y a Hermes el Mensajero (…)” (SGD 21).

En este texto, del que hablaremos infra, lo vemos junto a divinidades curiosamente poco mencionadas en las defixiones, pese a su poder, su carácter ctónico y su asociación con la muerte, como las Moiras34 o Parcas y las Erinias.

Estas divinidades primitivas y terribles, también conocidas como las Furias, Alecto, Megera y Tisífone, perseguían y atormentaban sin tregua a los criminales, particularmente a los que atentaban contra sus familiares, incluso hasta el inframundo. Se las representaba unas veces con serpientes en el pelo y lágrimas de sangre, otras con alas de murciélago o cuerpo de perro. Nada podía aplacarlas, por lo que es comprensible su aparición en las maldiciones35.

Más insólita es la invocación a las Praxídicas, “Justicieras”, pese a su carácter de diosas de la venganza36, o a Gea37.

Con la conquista alejandrina se produce un sincretismo también en la magia, que se traduce en la incorporación de divinidades de origen extranjero y, así, en las defixiones griegas tardías encontraremos a los egipcios Isis, Osiris38, Seth, los babilonios Baal y Eresquigal, a Sabaoth39 (Σαβαω̣θ “Señor de los Ejércitos”, aplicado a Yaveh40), Adonai, ángeles41 y arcángeles42.

Seth era el dios del mal tiempo y de los desiertos y su animal era el asno43. Todos los epítetos que comienzan por Iω-, (“asno” en copto), Ἰαῶ44, Ἰ̣ακούβια son frecuentísimos en las invocaciones a Seth45. Su culto se extendió en Roma y hay un nutrido grupo de defixiones romanas dirigidas a él (D 145-189, s. IV p.C.). Con el sincretismo se asocia46 al griego Tifón47 y se convierte en la divinidad por excelencia de la magia48. En la mitología griega, Tifón, hijo de Gea y del Tártaro, es un monstruo de cien cabezas de serpiente que escupían fuego. Zeus lo venció y confinó al Tártaro49.

Defixiones arrojadas al agua

Aunque la mayoría de las láminas que conocemos han sido halladas en tumbas, donde han permanecido ocultas y resguardadas de la intemperie, otra opción de colocación eran los entornos acuáticos50, como pozos, fuentes y termas. No quiere esto decir que ocuparan un puesto secundario en las preferencias, pues no podemos saber cuántas se habrán perdido por la corrosión o arrastradas por la corriente. Además, carecemos del contexto arqueológico de muchas de ellas. El lugar de depósito no es gratuito. Por el contrario, supone el último paso del ritual, indispensable para activar el conjuro y tiene, pues, una fuerte carga simbólica.

Por ejemplo, Wünsch recoge en su corpus de defixiones áticas, DTA51, anotaciones imprecisas como ex aqua videtur eruta (DTA 27, 28) o in aqua ut videtur reperta (DTA 121), sin fecha ni indicaciones más concretas. Contienen solo nombres propios, por lo que no nos aportan más información que la onomástica. DTA, 52 quae in aqua delituisse videtur, presenta varios rastros del ritual mágico: fue doblada y atravesada por un clavo y, además, parte del texto está escrito sinistrorsum, procedimientos performativos muy extendidos en este tipo de prácticas. Sin duda las cuatro corresponden a la tradición griega presincrética.

Audollent, en el suyo, de 305 láminas griegas y latinas, recuenta 18 de fuentes de aguas cálidas o termales: 6 de Chipre (DT 22-37), 2 de Aquae Sulis en Britania (DT 104 y 105), 2 de Aquitania (DT 109 y 110), 7 del resto de la Galia (DT 114-120) y 1 en Italia (DT 129).

Jordan referencia SGD 121-139, 164, NGCT 15 y 17, a las que hay que añadir los hallazgos posteriores52.

Defixiones griegas

Entre las láminas halladas en pozos del Ágora de Atenas editadas por el momento53, hay 9 deportivas y 3 eróticas. El género agonístico está bien documentado en época tardorromana en el norte de África, Siria y la propia Roma54, pero es escaso en Grecia. El erótico, por el contrario, abunda por doquier.

En este grupo podemos vislumbrar las razones de elegir el lugar de depósito y su conexión con el agua. Esta útil información pragmática se nos facilita, en general, a través de fórmulas similia similibus, en las que subyace el principio de la magia simpatética: las características de algo (el muerto de la tumba, el silencio y la oscuridad, la alteración del orden de la escritura, la pesadez del propio plomo o la frialdad de las aguas) se traspasarán mágicamente a la víctima.

Defixiones del Ágora de Atenas

Los pozos de la antigua Ágora de Atenas son testigos de la presencia de magos profesionales en la zona en época romana, hecho conocido por referencias literarias55, al igual que en otros puntos del Imperio, como Cartago, Roma o Chipre56.

Algunos de estos textos, escritos al menos por tres manos identificadas por Jordan, 1985, revelan en fórmulas similia similibus con sus frías aguas el porqué de esta elección. Todos ellos se custodian en el Museo del Ágora.

La excepcional SGD 21, extraída en 1936 de un pozo de la sección ΠΘ 1694 y fechada en el s. I p.C. por el contexto arqueológico, es una petición de castigo57 contra ladrones, una subcategoría bien representada en otros lugares, que veremos después58. El defigens se justifica por haber sufrido un robo y se dirige a las divinidades infernales (“Plutón, las Moiras, Perséfone, las Erinias y todo Maligno; Hécate —con diversos epítetos—, las diosas y dioses subterráneos y Hermes, el Mensajero”) para que castiguen a los culpables y recuperar sus pertenencias, que enumera. El texto, largo y complejo, incluye el dibujo de una especie de araña o murciélago con las alas desplegadas, que ha sido identificado con Hécate59, y signos mágicos o characteres60, pero ninguna referencia al agua o al pozo.

En otros textos del Ágora sí encontraremos la explicación: SGD 22-38, NGCT 15 y 17.

La grafología prueba que la misma persona escribió casi todos los textos (salvo SGD 36 y 37) y los repartió por diversos pozos del Ágora: NGCT 15 y 17 en el I; SGD 22, en el III; SGD 23 y otras, editadas por Jordan, 2022 en el IV; SGD 24-37 en el V; y SGD 38, en el VII. La reiteración en algunos de ellos del mismo anacoluto prueba que copiaba de un modelo.

Estos textos tardíos (s. III p.C.) comparten características con otros contemporáneos del Mediterráneo oriental y los papiros mágicos, evidencia de que son obra de profesionales, conocedores de las técnicas de la nueva magia sincrética. En concreto:

a) Uso de voces magicae61 con aliteraciones fonéticas (tipo barbarforfor)62, que daban una apariencia de jerga técnica, incomprensible para el lego.

b) Divinidades extranjeras, aquí, Tifón–Seth, Iao, Sabaoth-Yahvé, con exóticos epítetos.

c) Identificación mediante el matrónimo: ἣν / ὃν ἔτεκε (“a quien parió”)63.

d) Enumeración de partes del cuerpo / objetos robados.

e) Lengua culta, arcaizante, estilo poético y metafórico.

f) Largas y complejas fórmulas, incluidas similia similibus (ὡς ταῦτα … οὕτως̣ κα̣ὶ…).

Estas últimas, precisamente, nos dan la clave sobre la función de los pozos: se eligen por el principio de la magia simpatética, según el cual “lo semejante produce lo semejante”: si se arroja una lámina (o figurita) de plomo a un pozo, la frialdad de sus aguas se transmitirá simpatéticamente a la víctima, por la identificación nombre = persona. Aún hoy persiste esta superstición y hay quien cree poder librarse de sus enemigos metiendo su foto en el congelador64.

Los textos del Ágora lo expresan literalmente: “Así como estos nombres se congelan, así también se congele (…), para que quede paralizado/a” (ὡς ταῦτα τὰ ὀν̣όματὰ ψύχεται οὕτως̣ (…) καταψύγοιτο). Recordemos que, hasta la reciente invención de las neveras y el frigorífico, los pozos se han utilizado tradicionalmente para conservar los alimentos. En otros casos basta la frialdad del plomo65, sumada a otros actos performativos (atravesarlo, quemarlo, enterrarlo), pero la efectividad se ve reforzada por el efecto helador de las aguas subterráneas, procedentes del inframundo. Se trata, pues, de maldiciones “paralizantes” (παράλυσον / ἵνα παραλυθῇ) a través de la congelación (ἐπὶ ψύξει / κατάψυξον / ἵνα καταψύξῃς / ψυγήτω), con el fin último de la desaparición (ἐπὶ ἀφανι̣σμῷ / ἐπὶ ἀφανίσει / καὶ ἀπολέσῃς) o anulación (ἔστω ἄψυχος ἄλαλος ἄνους ἀκάρδιος ὡς μηδὲν ἀκούων) de la víctima.

Además, en estos la conexión con el inframundo es explícita: “[Tifón-Seth] (…) que congeles y destruyas y retengas en tu tenebrosa atmósfera / lóbrega eternidad del olvido” (κατάσχες εἰς τὸν ζοφώδη σου ἀέρα / εἰς τὸν τῆς λήθης ἀφώτιστον αἰῶνα), es decir, el Hades, metáfora clara de la muerte. Estas fórmulas traslucen una concepción terrorífica de la vida de ultratumba, donde reina la oscuridad y el olvido.

Textos del “mago del Ágora”

SGD 22. SEG 30, 326. Hallada en 1936 en el pozo III, cerca del Hefestión. Tipología: incierta. “(…) Así como estos nombres están fríos, así también se congele [enumeración de partes del cuerpo] de Filóstrata, a la que parió Gorgipia, para que quede paralizada (…)”.

SGD 23. Hallada en 1933 en el pozo IV, entre el Odeón y las Oficinas Públicas. Tipología: incierta. “(…) te entrego a Eros, al que parió Isigenia, para que lo retuerzas (?) (…) en tu tenebrosa atmósfera, (…) en la oscura eternidad del olvido, lo congeles (…) para su desaparición y destrucción y para su congelación (…)”.

NGCT 17, similar a la anterior y hallada junto a ella, pero con un fin muy diferente: la manumisión de un esclavo, lanzada contra su propietario y familia.

SGD 24, SEG 35: 213. Hallada en el pozo V. Tipología: deportiva (lucha).

“(…) te entrego a Eutiquiano, a quien parió Eutiquia, para que lo congeles (…) en tu oscura atmósfera (…). Átalo en la oscura eternidad del olvido, congélalo y destruye también la pelea en la que va a participar en De(...) el próximo viernes. Pero si luchara, que caiga y pierda. (…) para la congelación y desaparición de Eutiquiano (…). Que Eutiquiano se congele y no esté en forma el próximo viernes, sino que esté débil. Así como estos nombres están fríos, así también se congele Eutiquiano (…)”.

Este texto es más amplio y vemos que las fórmulas y fraseología relacionada con el agua y el inframundo se aplican lo mismo a una maldición agonística que a una erótica. Esta pretende evitar que un luchador pueda pelear o, de hacerlo, “que caiga y sea derrotado” (ἵνα ἐκπέσῃ καὶ ἀσχημονήσῃ). Para asegurarse, el defigens encargó otras dos defixiones:

SGD 25, SEG 35: 214 y SGD 26, SEG 35: 215. Halladas en 1947 en el pozo V. Tipología: deportiva (lucha). Misma víctima, con algunas variaciones. En el símil final se establece la identificación mágica nombre = persona: ὡ̣ς τ̣α̣ῦτ̣α τὰ [ὀ]νόματα ψύχεται, ο[ὕτως ψυ]γήτ̣ω̣ Εὐτυχιανοῦ τὸ [ὄ]ν̣[ομα66.

SGD 27, SEG 35: 216. Hallada en 1947 en el pozo V. Tipología: deportiva (lucha). Texto similar, pero contra otro luchador, Átalo.

SGD 28, SEG 35: 217. Hallada en 1947 en el pozo V. Tipología: deportiva (lucha). Idem contra otro luchador, Petres, el macedonio.

SGD 29, SEG 35: 218. Hallada en 1947 en el pozo V. Tipología: deportiva (carreras). El mago adapta el modelo a otra víctima, Alcidamo, y disciplina deportiva: las carreras, en concreto, “de las Ateneas”, no sabemos si a pie o a caballo, en las anuales o las Panateneas, que se celebraron, cada 4 años, desde Pisístrato hasta el s.V p.C.67.

SGD 30, SEG 35, 219. Hallada en 1947 en el pozo V, enrollada dentro de SGD 34. Tipología: erótica, de separación (διακοπός). El fin es romper una pareja, expresamente, que “se congele la relación de Carpodora y Trófimas”.

El texto sigue básicamente la misma estructura y fraseología (δῇς, καταψύξῃς καὶ μὴ ἀφῇς, “ata, congela y no permitas”, ἐπὶ ἀφ[ανίσει καὶ] ψύ[ξι], “para la congelación y desaparición” ψυγήτω, ψυχέσθω “congela”)...), similia similibus (ὡς ταῦτα τὰ ὀνόμα[τα ψύχεται, οὕτως… “como estos nombres están fríos, así también…”, etc.). Tanto es así que reitera la misma petición de que “se caiga y pierda” (ἵνα ἐκπέσῃ, καὶ ἀ̣[σχημο]νήσῃ) que carece de sentido en un contexto erótico, nueva prueba de que sigue una plantilla.

Las variaciones son, sobre todo, léxicas, por la distinta tipología, en las enumeraciones (γνώμη]ν, ἴσοδον, συν̣[ήθειαν, συνστάν[ο]ν̣τας, τὸ συναναπεσεῖν, τὸ συγγενέσ[θαι, τὴν ὁμ]ειλίαν αὐτῶν) y la petición final de que no puedan hacer cosas juntos, por supuesto acostarse y tener relaciones, pero tampoco comer o beber (ὅπως μὴ] δυ̣νη̣θοῖσαν συναναπεσεῖν, μ[ὴ συγγενέσθαι, μὴ συγ]κοιμηθῆναι, μὴ συνφαγ[εῖ]ν, [μὴ συνπιεῖν).

SGD 31, SEG 35: 220. Hallada en 1947 en el pozo V. Tipología: erótica, de separación.

El escriba recurre una vez más a su plantilla, que le sirve lo mismo para un conjuro deportivo que para uno erótico, pero en algún momento pierde el hilo y comete un anacoluto: ἵνα κ[α]ταψύξῃς (…) προσπένψαι Ἰουλιανῇ Λεοσθένης ἢ Πεῖος, καὶ ἰς τ̣ὸν [ζ]οφώδη σου ἀέρα68. El fin es apartar a Juliana de Leóstenes, Pío y Proclo, que la “frecuentan”. La alusión a su lugar de trabajo, τὸ ἐργαστήρι(ο)ν, que puede significar “burdel”, no deja dudas sobre su condición de prostituta, confirmada por la siguiente lámina.

SGD 32, SEG 35: 221. Hallada en 1947 en el pozo V. Tipología: erótica, de separación. Una segunda maldición contra Juliana y otro de sus amantes, Polinico. No tiene mucho sentido en este contexto el verbo ἀσχημονῆσαι, adecuado a las maldiciones agonísticas.

SGD 33, SEG 35: 222. Hallada en 1947 en el pozo V. Tipología: incierta. Maldición dirigida contra Juliano. Pese a su estado fragmentario, es evidente el paralelismo con los otros textos. Lo más interesante es que el escriba parece haber insertado el nombre de la víctima a posteriori y no le encajaba en el espacio, como en SGD 38, indicio de que preparaba los plomos previamente y los rellenaba cuando aparecía un cliente.

SGD 34, SEG 35: 223. Hallada en 1947 en el pozo V. La lámina es muy fragmentaria pero el vocabulario es similar, lo que impide distinguir la tipología. La víctima es Sereno, alias Arquibio.

SGD 35, SEG 35: 224. Hallada en 1947 en el pozo V. Tipología: erótica, de separación (por el léxico: ἔ]ρως, [σ]υνανάκλισις, στορ̣γ[ὴ]), en este caso de dos parejas. Este texto presenta una diferencia llamativa: se dirige al “espíritu del muerto” (νεκύδαιμον), como si hubiera preparado la lámina para introducirla en una tumba69, aunque luego la arrojara a un pozo. De hecho, expresa el mismo deseo de congelación que las anteriores: καὶ διαψύξῃς κα[ὶ …] καὶ καταψύξῃς, incluso καὶ ἀσχημονήσωσιν, que hemos visto utilizado en las defixiones deportivas.

SGD 38, SEG 35: 227. Hallada en 1975 en el pozo VII, situado en el patio de una casa romana de la Stoa de Átalo, entre el Ágora griega y la romana. Tipología: incierta.

Aunque la grafología y la fraseología identifican al autor, este texto ofrece diferencias sustanciales. Es la única depositada en el pozo VII, ignoramos por qué. Es sugerente pensar que usara el de su propia casa.

Lo más interesante es que contenía un mechón de pelo, sin duda aportado por el cliente, que se identifica dos veces en el propio texto como de la víctima, Tique (“Fortuna”): ἧς εἰσιν αἱ τρίχες αἱ ὧδε ἐνειλημέναι. Es uno de los escasos ejemplos conservados de la llamada οὐσία, “sustancia, esencia”, algo que hubiera pertenecido o estado en contacto con la persona, como la ropa70. Su poder mágico obedece al principio de contigüidad, según el cual las cosas que una vez estuvieron en contacto permanecen siempre unidas simpatéticamente, de modo que manipulando la οὐσία operas sobre la persona misma, tanto más si era parte de su cuerpo, como cabellos o uñas71.

Además, el escriba hace alusión al propio acto performativo de inscribir su nombre en la lámina (ἣν ἐνγέγραφα ἰς τὴν πλάκα, τὴν προγεγραμμένην), que repite en la fórmula similia similibus final: ὡς ταῦτα [τὰ ὀνόματα] καταγέγραφα καὶ καταψύχεται, οὕτως καὶ [enumeración de las partes del cuerpo] καταψύγοιτο Τύχης72.

Pero, sobre todo, es relevante porque es la única que se refiere a las divinidades varias, que invoca con exóticos epítetos (Tifón, Iao, Abrasax73, Eloe74, entre otros) como habitantes del pozo: ὁ ἑστη]κὼς ἐν τῷ φρέατ[ι, aportándonos la prueba definitiva del porqué de su elección.

Aunque las fórmulas son similares y el objetivo final el mismo, la desaparición y congelación eterna de Tique (ἐπὶ ἀφανισμῷ καὶ ψύξει Τύχ[ης), hasta su propia muerte (ἀλλὰ μένῃ νεκρά, ὠχρά, ἀδύναμος, παραλελυμμένη, κατεψυγμένη [μέ]χρι οὗ ἂν ἔλωμαι ἐκ τοῦ ζοφώδους ἀέρος, ἀλλὰ ἀτον[ο]ῦσα καὶ ἀδύναμος γένοιτο μέχρι θανάτου75) no queda claro el carácter de la maldición.

El nombre de Tique y su madre está escrito cuatro veces en letras más pequeñas, otra prueba de que el mago rellenó un formulario vacío.

• Frente a este nutrido grupo, NGCT 15 (s. IV a.C.) hallada en 1971 en el pozo I, frente a la Stoa Real junto a NGCT 17 y escrita sinistrorsum, difiere de las anteriores por su tipología judicial, como indica el término συνηγόρους. Es una lista de nombres, “todos los defensores de Menécrates”, sin referencia ninguna al agua del pozo.

Otros textos del Ágora

SGD 36, SEG 35: 225. Hallada en el pozo V. Tipología: incierta. Aunque es un fragmento muy pequeño y escrito por otro mago, encontramos expresiones similares (voces magicae, δῇς ἰς τὸν τῆ[ς] λ̣ήθης ἀέρα καὶ καταψύξῃ[ς]) y el mismo paralelismo con la frialdad de las aguas, indicio de que manejaban los mismos modelos.

SGD 37, SEG 35: 226. Hallada en 1947 en el pozo V. Tipología: incierta. Pese a ser fragmento aún más pequeño y dañado, se puede comprobar que está escrita por una tercera mano y que guarda cierto parecido con los textos del primer mago.

Defixiones del resto de Grecia

• En Delos apareció una lámina en el pozo de una casa (SGD 58, ss. I-II p.C. (¿?). Museo de Delos, inv. B 1297), pero no se registró el contexto arqueológico y el texto no hace referencia alguna al agua. Es una petición de venganza por el robo de un collar dirigida a “la Señora diosa Siria”, es decir, la Gran Madre Atargatis, de morfología anfibia mujer-pez, (lo que la conecta con las aguas), llamada por los griegos Dercetó76. Su santuario principal estaba en Hierápolis, al norte de Siria, pero su culto se extendió por el mundo griego, asimilada a Afrodita, y se le construyó un templo en Delos.

• En Corinto se encontró NGCT 26 (Museo del Istmo, inv. IM 3263A+B), de carácter deportivo, en un pozo cercano al Templo de Poseidón, pero no está claro si fue el lugar originario de colocación de la lámina, que no contiene nada relacionado con el pozo o el agua.

Defixiones latinas

En el occidente del Imperio romano, el panorama es diferente, gracias a los hallazgos recientes. En las defixiones latinas veremos distintas versiones del empleo del agua.

El grueso de ellas procede del santuario de Minerva en Aquae Sulis (actual Bath), famosa por sus termas, y del Mercurio en Uley (ambas en Gran Bretaña)77.

• En DT 104, ca. s. III o IV, por ejemplo, hallada en 1880 en Bath, el defigens pide “que el ladrón de su manto se licúe como el agua”: Q(ui) mihi ma(n)teliu(m) in[u]olauit, sic liqu(e)at <c>com(odo) aqua (…). En las termas eran frecuentes los hurtos y, por consiguiente, las defixiones que reclaman castigo y reparación.

• Idéntica fórmula78 encontramos en Tomlin, 1988, n.º 4, ss. II-III p.C.: qu[i] mihi UILBIAM in[v]olavit sic liqu(esc?)at com[o]do aqua.

• En una defixio encontrada en Fontaine Chaude en Dax (Landas, Francia) en 1976, (ss. IV-V p.C.), el defigens, además de escribir sinistrorsum, emplea una fórmula performativa explícita: (…) (in)volaverunt (…) quicumque levavit anul(um), immergo79 “(...) me han robado (…); al que cogió mi anillo lo sumerjo”. Al sumergir la lámina de plomo en agua cree ahogar al ladrón que robó su anillo, aunque no lo tenga identificado.

• En Amélie-les-Bains, se encontraron en 1815, en una fuente termal, siete láminas (DT 114-120), escritas en latín y celta80. Los textos son casi ilegibles, por lo que no podemos extraer más conclusiones que la propia elección del lugar de depósito como factor coadyuvante en la praxis mágica, pero en algunas aparecen mencionadas las Niskas aquis (“Niskas de las aguas”) unas divinidades locales obviamente acuáticas.

• Otra lámina que reclama un castigo (s. I p.C.) fue arrojada a un pozo en Hérault. Lo interesante es que el símil se establece aquí con el mero hecho de descender el plomo a las profundidades del pozo habitadas por las divinidades infernales: Qomodo hoc plumbu non paret et decabet, sic decadat [enumeración] qui mihi dolum malu fecerunt (…) uobis, Dii, interdico (…).

DT 129 (Arezzo, s. II). Hallada en 1869 en una fuente ferruginosa cercana al río Ambra. Tipología incierta. El defigens, Q. Letinius Lupus, simplemente se dirige a las aguas calientes y a las nnfas que la habitan: (…) ego aput vostrum numen demando devoveo desacrifico uti uos Aquae feruentes, siu[e u]os Nimfas [si]ue quo alio nomine uoltis adpe[l]lari, uti (…).

• En Tomlin, 1988, n.º 2, Itálica, se solicita a la “Señora Fuente” que castigue un robo: dom( i)na Fons, font[i] ut tu persequaris (…) res demando (…).

Otro uso del agua en relación con la magia destructiva encontramos en Mainz (Alemania). En 1999, aparecieron en el santuario de Isis y Magna Mater 34 defixiones y tres figuritas de terracota de ca. 130 p.C. Lo interesante es que aquí el agua no es receptora de las láminas, por el contrario, fueron arrojadas al fuego del altar, donde se encontró plomo fundido. El agua solo está presente en las fórmulas similia similibus por su capacidad de disolver la sal81. No es un mero símil, sino una “analogía persuasiva”, que induce la acción.

DTM 3. (inv. n.º 1, 29) una mujer clama venganza contra Ulattius Seuerus por haberla estafado, para que “le suceda como la sal en el agua” (ut sal et aqua illi eueniat), reforzando el símil con la escritura distorsionada: quemadmod<um> hoc ego auerse scribo, sic (…) omnia illi auersa fiant.

DTM 2 (inv. 182, 18) (…) et a[d qu]em modum sal in [aqua liques]/cet, sic et illi membra m[ed]ullae extabescant (…) “(…) así como la sal [se disuelve en agua], así se deshagan sus miembros y médula (…)”.

DTM 4: (…) et quit aget agi/nat, sal et aqua illi fiat “le suceda como la sal y el agua”.

Defixiones de la Fontana Anna Perenna en Roma82

El hallazgo accidental en 1999, durante unas obras en la Piazza Euclide de Roma, cerca del Tíber, de una fuente monumental a 10 m de profundidad dedicada “a las ninfas consagradas a Anna Perenna”, ha arrojado luz sobre estas prácticas.

Anna Perenna era una antigua deidad romana, a quien se festejaba los idus de marzo, inicio del año en el antiguo calendario romano lunar. Ovidio83 describe el desenfreno de la fiesta y sus orígenes: Anna, hermana de Dido, logró escapar de Cartago y llegar al Lacio, pero el río Numicus la raptó y transformó en una ninfa fluvial de su “perenne corriente” (amnis perennis), identificándose con el “año perenne”84. Su culto celebraba, pues, el ciclo de la vida y la naturaleza con ritos orgiásticos de fertilidad en un bosque sagrado junto al río.

La fuente estuvo en uso desde el siglo IV a.C. hasta el IV p.C. y recibió abundantes ofrendas votivas, que se han preservado intactas, incluidas monedas que se lanzaban al agua, como aún hoy en día. Pero, además, es el centro de ejercicio de la magia mejor documentado, como atestiguan las marmitas, amuletos y abundantes defixiones encontradas. Estas aparecieron enrolladas en 14 recipientes de plomo, junto con figuritas antropomórficas85 de materiales orgánicos, que habían sido introducidas cabeza abajo en los tubos de plomo, unos dentro de otros más grandes, como las muñecas rusas. Fueron editadas por Blänsdorf, 2012. Toda la colección de la Fontana se custodia y expone en el Museo Nacional de las Termas de Diocleciano en Roma.

19 defixiones, datadas en el s. IV p.C., están escritas en latín y 2 en latín y griego, 7 contienen dibujos y signos mágicos. Dos de ellas se refieren explícitamente al lugar sagrado o a sus ninfas, en una junto a Cristo y en la otra en nombre de Abrasax. También mencionan las ninfas algunas defixiones romanas dirigidas a Seth (DT 155-170), aunque proceden de un entorno funerario.

• Algunas láminas se limitan al nombre y/o un dibujo de la víctima, como esta dirigida contra un tal Antonius, que ha sido representado con su nombre repetido en ambas caras de la lámina y su propio cuerpo (inv. n.º 47556, Figuras 2 y 3):

Figuras 2 y 3. Defixio contra Antonio

Fuente: Imágenes tomadas de Piranomonte, 2002, p. 25.

• El texto más largo (inv. n.º 475567, Figura 4) las invoca como sacras sanctas, junto a los angili supteri, “ángeles infernales” y characteres, para que saquen los ojos al juez Sura, “nacido de un vientre maldito” (qui natu(s) est de uulua86 maledicta), el cual ha sido representado en el centro, supuestamente dentro de dicho útero, rodeado de cuatro serpientes entrelazadas, lo que confirma el carácter subterrestre de las ninfas87.

Figura 4. Defixio contra el juez Sura

Fuente: Imagen de Blänsdorf, 2012, p. 34.

Conclusiones

La presencia del agua en las prácticas de magia maléfica tiene, pues, dos vertientes, ambas con función performativa:

a) física, como receptora de láminas y figuritas de maldición, principalmente en pozos y fuentes, pero también en corrientes, ríos y el mar, donde es más fácil que se hayan perdido,

b) verbal, en las fórmulas similia similibus: responde a la creencia de que determinadas propiedades del agua, como su frialdad, poder congelante y paralizante o su capacidad de disolver determinadas sustancias se transmitirán a las víctimas por la “simpatía mágica”, a través de sus nombres o de sus representaciones gráficas inscritas en las láminas.

Según la concepción mitológica griega, las fuentes, ríos y el propio mar estaban habitadas por divinidades acuáticas. El mismo Hades, el inframundo, está atravesado por diversos ríos, lagunas y aguas estancadas que eran puertas de acceso a los infiernos. Estas aguas conectadas se convirtieron en un canal de comunicación con los dioses y espíritus subterráneos en las prácticas de magia maléfica por su vinculación con la muerte.

Todos los textos de maldición que manifiestan una relación con las aguas son de fecha tardorromana, con alguna excepción aislada, lo que apunta a un uso importado en Grecia, si bien en Occidente la relación del agua con la magia está documentada también en el mundo celta.

Los hallazgos recientes en excavaciones en lugares como la Fontana de Anna Perenna en Roma, los complejos de Bath, Uley en Gran Bretaña y Mainz en Alemania, con numerosas defixiones aún inéditas, prometen aportar más información sobre este peculiar uso mágico de las aguas.

Abreviaturas

DT = Audollent, Auguste. 1904: Defixionum tabellae. París (Francia), Fontemoing.

DTA = Wünsch, Richard. 1897: Inscriptiones Graecae, III, 3, Appendix continens Defixionum tabellas in Attica regione repertas. Berolini (Alemania), Georgium Reimerum.

DTM = Blänsdorf, Jürgen; Lambert, Yves Lambert; Witteyer, Marion (eds.). 2012: Die defixionum tabellae des Mainzer Isis- und Mater Magna-Heiligtums. Mainz (Alemania), Mainzer Archaologische Schriften.

NGCT = Jordan, David. 2000: “New Greek Curse Tablets (1985–2000)”. GRBS 41(1), 5-46.

PGM = Preisendanz, Karl; Henrichs, A. 1973–1974: Papyri Graecae Magicae. Die griechischen Zauberpapyri. I–II. Stuttgart (Alemania).

SEG = Supplementum Epigraphicum Graecum https://scholarlyeditions.brill.com/sego/

SGD = Jordan, David. 1985: “A Survey of Greek Defixiones”. GRBS 26,2, 151-197.

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_______________________________

1 En Homero aparece solo en referencia al dios y en genitivo ᾍιδού, como una elisión de sus dominios: “(la morada) de Hades”.

2 En Platón (Crátilo, 403a) Sócrates rechaza esa extendida teoría y lo interpreta como “el que sabe mucho/todo” < ἀ (colectivo o intensivo) + εἰδέναι: Καὶ τό γε ὄνομα ὁ Ἅιδης, ὦ Ἑρμόγενες, πολλοῦ δεῖ ἀπὸ τοῦ ἀιδοῦς ἐπωνομάσθαι, ἀλλὰ πολὺ μᾶλλον ἀπὸ τοῦ πάντα τὰ καλὰ εἰδέναι, ἀπὸ τούτου ὑπὸ τοῦ νομοθέτου Ἅιδης ἐκλήθη (404b).

3 Hesíodo, Teogonía, 155-190. La etimología popular ha creado la metáfora del tiempo que devora a sus hijos, pero se trata de un error persistente, puesto que en griego el teónimo es Κρόνoς (sin etimología), no Χρόνος “tiempo, duración” (de etimología aún insegura, tal vez de < *gher-). Chantraine, 1968-1980, s.v.

4 Hesíodo, Teogonía, 132 y ss. Pseudo-Apolodoro, Biblioteca mitológica, 1. 2

5 Hesíodo, Teogonía, 336-370.

6 Así se lo describe el fantasma de Anticlea a su hijo, Odiseo, en su descenso al Hades (Odisea, 11.157).

7 Homero, Ilíada, 2.755, 8.369, 14.271, 15.37. Himnos a Deméter, 259, 423. Apolo, 84-86. Hermes, 519.

8 Hesíodo, Teogonía, 400, vid. además 361, 384-403, 775-776, 782-806.

9 Mencionado una única vez en defixiones: DT 250 a 11: per acherusium lacum, Cartago, s. III.

10 Ya en la épica homérica: πύλαι Ἀίδαο: Ilíada, 5.646, 9.312, 23.71, Odisea, 14.156 Himno a Hermes Ι, 571-572: άνάσσείν κύδίμον Έρμήν/ οίον δ’ εἰς Αΐδην τετελεσμένον άγγελον είναι. En Odisea 24.54 Hermes conduce al inframundo las almas de los pretendientes insepultos con su varita mágica.

11 Muy pocos lo lograron: Orfeo, que lo distrajo con su música (Ovidio, Metamorfosis, X, 1-85), Teseo (Pseudo-Apolodoro, Biblioteca mitológica, II, 5,12), Heracles, que lo venció en uno de sus 12 trabajos, Psique, enviada por Afrodita y Eneas, Odiseo (Odisea, 11).

12 Himno homérico a Deméter, 52.335-383.

13 Odisea, 10.513. Virgilio, Eneida, 6.264, 539–627. Séneca, Fedra, 1199. Estacio, Tebas, 4.522.

14 Odisea, 10.313. Platón, Fedro, 112e y ss. Estrabón, 5.244.

15 En lo sucesivo PGM. Atar el documento o hacer nudos: PGM IV, 330, VII, 450 y ss.

16 Las diferencias entre ambas fases, explicadas en López Jimeno, 2002.

17 Aunque Faraone no cree que la muerte fuera el fin último de las maldiciones, algunos textos no dejan lugar a dudas, como argumentamos en López Jimeno, 1997.

18 El más completo es PGM IV, 305 y ss.

19 PGM IV, 27-30 y ss., 330 y ss., 400 y ss., V, 333 y ss., VII, 1.

20 PGM IV, 1390 y ss., 1885, 1910.

21 “Nace con un tiempo de vida preciso asignado a toda la especie y cada animal concreto es engendrado con un periodo de vida determinado” (Platón, Timeo, 89.b.4). cf. Platón, Leyes IX, 833 C.

22 Así, se han hallado maldiciones en santuarios de Deméter Kore y/o Plutón en Selinunte, Cnido, Chipre, Corinto, Mitilene, Minerva en Bath, de Mercurio en Uley, Inglaterra, y de Isis y Mater Magna en Mainz.

23 Tácito (Anales, II 69) relata que la muerte de Germánico se atribuyó a los efectos de las defixiones que fueron descubiertas en las paredes de su propia casa.

24 A veces llamados ἄγγελοι, (“ángeles”) y no solo en época cristiana: καταγράφω κα]ὶ κ[ατατίθω ἀνγέλης καταχθονίοις Ἑρμῆ καὶ Ἑ]κ<ά>τει καταχθονία (“inscribo y deposito a los ángeles subterráneos, Hermes y Hécate subterránea”, SGD 70, 1 y DT 74 y 75 (infra).

25 Sobre las maldiciones en forma de misiva a estos dioses remitimos a López Jimeno, 1990.

26 DTA 105, Ἑ]ρμῆ χθ[ό]νιε καταδε[δέσθω Πυθοτέ]λης πρὸς τὸν Ἑ[ρμῆν τὸν χθόνιον καὶ τὴν Ἑκάτη]ν τὴν χθονίαν (...). NGCT, 3: προς τους χθόνιους. También en la literatura: en Eurípides, Alcestis, 743; Esquilo, Coéforas, 1; Sófocles, Electra, 110. Sobre el carácter χθόνιος de Hermes Αβαγιανού, 2002.

27 DTA, 85-91, Ἑρμῆ κάτοχε κάτεχε (DTA 85). DT 72: πρὸς τὸν Ἑρμῆν τὸν κατούχιον. SGD 75: Ἑρμῆ κά[τ]οχε κα(ὶ) Γῆ κάτοχε κα(ὶ) Φρεσς[ε]φόνη κάτεχε.

28 DTA 90, Atenas. δόλιον aplicado a Hermes SEG 37.1673 (Cirene, s. VI a.C.).

29 “A Hermes Subterráneo, el que engaña, retiene y vuela a ayudar”.

30 Hesíodo, Teogonía, 404, Pseudo-Apolodoro, Biblioteca mitológica, 1.8. PGM IV, 1402 y 1416, y 2348-2353. DT 242 (Cartago, ¿s. III?) y SGD, 155 (Oxyrrinco, ss. III-IV).

31 “Y tú, soberana Hécate celestial, Hécate subterránea, Hécate Trivia, Hécate Trimorfa, Hécate de un solo rostro”.

32 Argonáuticas, III.

33 DT 74 y 75, Ática, s. II p.C: καταγράφω κ(αὶ) κατατ̣[ίθω] ἀν[γ]έλ̣[ης καταχθο]νίοις Ἑρμῆ καταχ[θ]ονίω κ(αὶ) Ἑ[κάτη κατα]χθονια, Πλούτωνι [κ(αὶ)] Κόρη κ[(αὶ) Περσιφόνη] κ(αὶ) Μοίρες καταχθον[ί]ες κ(αὶ) π̣ά̣[ντοις τοῖς] θ[ε]ο(ῖς) κ(αὶ) τῶ Κερβέρω, (“inscribo y deposito a los ángeles subterráneos, Hermes subterráneo y Hécate subterránea, Plutón y Kore y Perséfone y las Moiras subterráneas y todos los dioses y Cerbero”, SGD 109; Lilibeo, ¿s. II a.C.?); SGD 151 (Hermúpolis Magna, ss. III-IV p.C.) y una nueva de Aquincum (Hungría). DT, 74 y 75, Ática, s. II p.C: καταγράφω κ(αὶ) κατατ̣[ίθω] ἀν[γ]έλ̣[ης καταχθο]νίοις Ἑρμῆ καταχ[θ]ονίω κ(αὶ) Ἑ[κάτη κατα]χθονια, Πλούτωνι [κ(αὶ)] Κόρη κ[(αὶ) Περσιφόνη] κ(αὶ) Μοίρες καταχθον[ί]ες κ(αὶ) π̣ά̣[ντοις τοῖς] θ[ε]ο(ῖς) κ(αὶ) τῶ Κερβέρω; SGD 109 (Lilibeo¿s. II a.C.?); SGD 151 (Hermúpolis Magna, ss. III-IV p.C.) y una nueva de Aquincum (Hungría).

34 DT 74 y 75, Ática, s. II p.C.; PGM IV, 400 y ss.

35 Por ejemplo, en DTA 108, Ática, s. III a.C.; SGD 112, Mesina, ss. II-I a.C.; DT 22, 23, 26, 30-33, 35, 37 y NCGT, 115, Amatunta (Chipre), siglos II-III p.C. y SGD, 151, Hermúpolis Magna (Egipto), ss. III-IV p.C.

36 En DTA 109, Atenas, s. III a.C., πρὸς τὰς Πραξιδίκας πρὸς Ἑ̣ρ[μῆν]; DT 41, Mégara; SGD 62, ¿Eretria ?, ¿s. III a.C.? y Πραξιδίκα Κώρα (SEG, 45, 2168; 57, 2027, Cirene). Según la mitología eran las tres hijas de Ógigo: Alalcomenía, Telxinea y Áulide.

37 DTA 98, 99, 100, 101, 102.

38 DT 148, 155, 156, 158-169, 174, 178, 188, 270.

39 D 208, 242. Dios judío de la hospitalidad en PGM IV, 1227-1264. Sobre el uso mágico del nombre de Yahvé y sus permutaciones, Ganschinietz, 1914, cols. 698-21.

40 NGCT 26, Corinto, s. III p.C.

41 PGM VII 880–87: δὸς ἱερὸν ἄγγελον ἢ πάρεδρον (…) καὶ κέλευσον ἀγγέλῳ (…); IV 1932–35; 3024 y ss. DT 74 y 75 (Ática): καταγράφω κ(αὶ) κατατ[ίθω] ἀν[γ]έ[λης καταχθο]νίοις; DT, 187: ἐξορκίζω ὑμᾶς, ἅγιοι ἄνγελοι καὶ ἅγια ὀνόματα; SGD II, 84 (Roma): κατάσχετε, κύριοι ἄγγελοι, Κλ[ω]δίαν Βαλερίαν Σωφρόνην, (AE, 1941: 138, Roma): deprecor vos, sancti angeli, ut, quomodo (…) sic (…) usque ad infernum semper ducite Collecticium.

42 DT 255.

43 PGM III 87, VII 8, 369, 964, XII 138, XIV 20, XIX 44, XXXV 8, 14, 80, XXXVI 12,23-26, 85-93, XLVI 6-7, etc.

44 DT 241, 242, 284. SGD, 21-38, Atenas.

45 PGM VII 649 y XII.

46 DT 163. Sobre la conexión entre Tifón-Seth y Yaveh en textos mágicos Jordan, 1985, p. 247, n. m.

47 τυφὼς̣, “tifón, tormenta de arena”.

48 Tifón: PGM III 87, IV 179, 238-49, 244, 264-265, 276, 280, 1380, 2220, 2260, 3267, 3270, VII, 652-60, XII 232, 372-373, XIV 20, 26, XXXIIa 2, XXXVI 4, 77, 319, 339, LVII 5, LVIII 9, LXI 54, LXVIII 3.

49 Hesíodo, Teogonía, 820-865.

50 Sobre las maldiciones arrojadas al agua en general: Fox, 1912a; Martin, 2007.

51 Que está siendo revisado en la Academia de Berlín para su reedición.

52 Jordan, 1988, 2000 y 2022.

53 El grupo de SGD 22-38, además de DTA 27, 28 y 52, Jordan, 1980 y 1988. En 2016 fueron halladas otras 30 defixiones en otro pozo del Ágora, (B 34). Noticia en <https://www.geo.fr/histoire/une-trentaine-de-tablettes-de-malediction-revelees-dans-un-puits-antique-a-athenes-199849> 31 de enero de 2021, publicadas en Jordan, 2022.

54 En Cartago (DT 237–243, 245-256, 260; SGD 142–143, NGCT 40-43 + DT 216, 218, 220–221, 227, 232–233, 259, latinas), Hadrumetum (DT 272-295, s. II o III), Roma (DT 159-187, ca. 400 p.C.), Libia (SGD 149, s. IV), Beirut (SGD 167, s. II o III), Damasco (SGD 166, s. IV) Egipto, (SGD 157, s. IV), Corinto (NGCT 26, ss. II-III).

55 Apuleyo (Metamorfosis, 1.4) habla de un misterioso malabarista capaz de hacer aparecer y desaparecer a la gente, que se situaba frente a la Stoa Poikilé; uno de los personajes de Luciano recomienda una hechicera cerca del Cerámico, experta en conjuros de amor (Diálogos de hetairas, 4.4).

56 López Jimeno, 2011a y 2011b.

57 Para esta categoría y su clasificación Versnel, 1991. Un comentario detallado en López Jimeno, 1998.

58 DT 1-5, Cnido; SGD 58, Delos, ss.- I-II p.C.; una defixio de Corinto, ss. II-III p.C., además de las latinas de Bath analizadas infra.

59 El murciélago (gr. νυκτερίς, literalmente “(ave) nocturna”) se asocia a Hécate por su relación con la noche y la oscuridad y, por extensión, la muerte. Por ejemplo, al final de la Odisea 24, 6 los pretendientes muertos por Odiseo siguen a Hermes como murciélagos. En PGM XII 376 y ss. se describe un conjuro en el que se utiliza un murciélago vivo.

60 Németh, 2011. DT 276-285. PGM IV 1, 2868 y VII, 652-60.

61 CENOB (Corpus des Enonces de Noms Barbares) <http://cenob.hypotheses.org/activites-scientifiques>

62 PGM III 432, PGM IV 385, 1256-62, 2350, VII 654-660, IX 8; XXVIII, LXVII 10.

63 Sobre el porqué de este uso López Jimeno, 1991-92.

64 E. Arboleda Ballén, “Ritual de congelamiento: la estrella de la hechicería en Cádiz”, La voz del Sur, 8 de enero de 2021, https://www.lavozdelsur.es/vida/el-trote-de-la-culebra/ritual-congelamiento-estrella-hechiceria-en-cadiz_254309_102.html

65 DTA 105: ὡς οὗ[το]ς ὁ μόλυ[βδ]ος ψυχρὸς καὶ ἄ[θ]υμος [οὕτως καὶ τὰ τῶν ἐνταῦθα γεγ]ραμμένων ψυχρ[ὰ ταὶ ἄθυμα ἔστω] (…).

66 “Así como estos nombres están fríos, así también se congele el nombre de Eutiquiano”.

67 Andócides 1.28, 4.42; Ateneo XIII, 516e; Pausanias I, 29,1; VIII, 2.1. Pseudo-Apolodoro, Biblioteca mitológica, 3.14 atribuyen la institución de las Grandes Ateneas al mítico Erecteo, como recoge el Mármol de Paros 18. Plutarco, sin embargo (Teseo, 24) a Teseo.

68 “que congeles (…) enviar a Leóstenes y Pío a tu lóbrega atmósfera”.

69 Por ejemplo, con las láminas chipriotas, DT 23-38.

70 Una lámina con restos de lana hallada en Roma, publicada por Bevilacqua; Colacicchi; Giuliani, 2012.

71 SGD 155 y 156, Oxyrrinco, ss. III-IV p.C.: κατάδησον Ματρώναν ἣν ἔτε̣κεν Ταγένης ἧς ἔχις τὴν οὐσίας ἑ τρίχες τῆς [κεφ]α̣λῆς αὐτῆς ταύτην. Además, los cabellos aparecen citados en DT 41, SGD 109 y las uñas en DT 42, DT 75, SGD 22, 58 y 80. Probablemente acompañaran a la tablilla y se hayan desintegrado. “Para los ritos maléficos, [quema] la entidad de un perro y de una cabra de piel moteada e, igualmente, la de una doncella muerta prematuramente” (PGM IV, 2875).

72 “Así como estos nombres están fríos, así también se congele el de Tique”.

73 Divinidad de carácter solar, muy popular en magia y asociada a diferentes dioses. Su nombre se explica por “gematría” (adjudicar un valor numérico a cada letra), cuyo resultado sería el 365 número de los días del año, de claras connotaciones mágicas; simboliza la totalidad, lo perfecto (PGM IV 149, 331, VIII 49, 611, XIII 156, 466).

74 = Yahvé. PGM IV 320-21, 1577, V 481, VII 400, 564, XXXVI 42, XLIII 13, LXXXI 7.

75 “(…) que se quede muerta, pálida, incapacitada, paralizada, congelada, hasta que yo la saque de la oscura atmósfera; que se quede exhausta e incapacitada hasta la muerte”.

76 Luciano, La diosa Siria, que la conocería bien por sus orígenes sirios. Estrabón, 16.785, Diodoro de Sicilia II. 4, 2-4 y 5, 1-2 y Apolodoro I 2,2; 3,1; III 12,6.

77 Publicadas en “Curse Tablets of Roman Britain” <http://curses.csad.ox.ac.uk/>

78 Sobre las fórmulas similia similibus en defixiones latinas, Urbanová 2016.

79 ed. pr. Marco Simón y Velázques, 2000.

80 El uso está documentado en el mundo celta, en el que no nos adentramos.

81 Rocca, 2020.

82 Un excelente resumen en “Anna Perenna, Storia della divinità Romana con “sede” Ai Parioli” RAI 1 https://youtu.be/MkclR6AoJok y “La festa di Anna Perenna, il giorno in cui morì Giulio Cesare” La7, https://youtu.be/BPewdgc1asc visualizados el 6 de abril de 2023. Piranomonte, 2009.

83 Fasti, 3.523–542.

84 Por homofonía con annus, aunque Anna < hebreo Channah.

85 Sobre el uso de figuritas remitimos a López Jimeno, 2010.

86 SGD II 18–21: ὃν ἔτεκεν μήτρα. Jordan, 1976.

87 La serpiente se ha asociado en muchas culturas al mundo infernal por carecer de extremidades, arrastrarse por el suelo y ocultarse a menudo en la tierra.