Reseñas bibliográficas

water and landscape
AGUA y TERRITORIO

D´AMARO, Francesco 2022: Antipatriotas del agua. Conflictos y grupos de interés en el franquismo. Granada, Comares, 265 págs., ISBN 978-84-1369-338-5

Este libro, basado en parte en una tesis doctoral defendida en la Universidad de Valencia en 2017 (“Intereses en conflicto. Técnicos, organización sindical e instituciones de riego durante el franquismo”), es una original y relevante aportación para el conocimiento del asociacionismo agrario durante el franquismo. La reconstrucción del quehacer de instituciones como la Federación Nacional de las Comunidades de Regantes (Fenacore, creada en 1955) está basada en una fuerte movilización de fuentes primarias procedentes de diversos archivos inéditos. Estudiar una institución en “clandestinidad jurídica” (pág. 97) no sería posible apenas con las hemerotecas.

Su autor muestra, en efecto, cómo la ambición del equipo que impulsó la Federación, en el que sobresalieron los denominados Tres Mosqueteros (Baldoví, Pablo Benjumea, Rafael Tasso), fue insertar a los regantes españoles en redes de acción política nacionales, tener acceso y voz en los ministerios, fomentar una actividad de presión y defensa de los regantes, poco estudiada hasta ahora. Esta actividad contradice la insistencia de la historiografía dominante sobre la falta de participación política durante el franquismo, fuera de las mallas de las instituciones del Estado, que ordenaban la disolución de todo lo que no fuera leal al Caudillo, y en la España rural, a las hermandades sindicales. El libro pasa rápidamente a través de los detalles más familiares de la política agraria del franquismo, para sacar a la luz minucias menos conocidas de la relación del régimen con los problemas del agua.

Ese cuidadoso sondeo que se ofrece de cómo la Fenacore manejó los recursos políticos informales que el Estado le dejó utilizar es uno de los méritos de este libro. Gracias a la puntualizada información que se nos ofrece, tenemos conocimientos de las acciones efectuadas por la Fenacore para “transformarse, cambiar de estrategia, unirse” (pág. 43). Las alianzas con ingenieros o con profesores de derecho, fueron elementos esenciales para entender la capacidad de resistencia frente a los ataques de los falangistas.

Este libro es asimismo notable para penetrar en aspectos poco tomados en atención por la historiografía del franquismo. Cabe destacar la importancia de las prácticas celebratorias sostenidas por los regantes, en la línea de las inauguraciones de presas, “momentos emotivamente centrales de la relación entre Gobierno y la población” (pág. 16). Como señala el autor, la tensión “estallaba cada vez que se acercaba un encuentro nacional sindical o de las comunidades de regantes.” (pág. 45). Estas actividades permitieron, en parte, resistir a las presiones de los Sindicatos Verticales. Las celebraciones eran “una de las más exitosas armas de defensa de la Fenacore” (pág. 212). Así sucedió, por ejemplo, con los siguientes momentos: a) con la inauguración de pantano de Alarcón en 1952; b) con la V Asamblea Nacional de las Hermandades en 1953; c) con la entrega a Franco de una medalla en 1958; d) con la disolución oficial de Fenacore en 1959; e) con la celebración en 1964 del Congreso Nacional de Regantes.

Otros méritos de esta investigación radican en otros aspectos. Por una parte, en su demostración de cómo la Fenacore fue una institución capaz de mantener parte del ideario anterior a 1936, al impulsar la creación de nuevas presas, y al preocuparse por la valorización de su gestión tan histórica como eficaz. Y por otro lado al trazar futuras agendas de investigación en torno, entre otras, a dos cuestiones. Una de ellas se refiere a la conveniencia de prestar atención a las redes de poder de la dictadura. La otra concierne al interés por la historia ambiental, y los conflictos generados por la escasez de recursos naturales, sobre todo en los años de “pertinaz sequía”.

La edición del libro ha sido, en parte, patrocinada por los sucesores de Fenacore. El resultado no corresponde, afortunadamente, a las características de una obra de encargo. En absoluto eleva a los altares a su objeto de estudio, describiendo algunos momentos ambiguos de los colectivos implicados, e incluso colocando un título que quizás no ha dejado muy tranquilos a una parte de los socios de la federación actual.

A lo largo de este importante trabajo sobre los actores españoles del agua, sin embargo, hay una ausencia en cuanto a una posible comparación con dos territorios que el autor conoce bien: Portugal y el sur de Italia. No se reflexiona sobre si era normal la cantidad de agentes interesados en los problemas del regadío a principios del siglo XX, cuando en Portugal, antes de 1926, casi no había proyectos que hoy se puedan clasificar como “regadíos históricos”. Es cierto que Portugal, en 1900, no tenía sectores tan exportadores como el arroz o la naranja de Valencia. El libro desaprovecha la oportunidad para destacar hasta qué punto eran, o no, especialmente emprendedores, los agentes de Valencia y de Murcia, en un sur de Europa donde escaseaban proyectos y ambiciones de la misma magnitud.

Es destacable la aportación fotográfica que se encuentra a lo largo de la obra y las referencias bibliográficas y fuentes de investigación que aporta. La variedad de temas desarrollados hace que no se preste la misma atención a todos los aspectos que introduce el autor en el libro. Sin embargo, el propósito final, que era situar el papel de los regantes en el contexto de los problemas del agua durante el franquismo, está bien conseguido. Se muestra, para concluir, en este libro cómo la Fenacore, gracias a las prácticas que promovió, permitió continuar desde la década de 1940 antiguas prácticas de presión política y bloquear cambios indeseados, procedentes a veces de las Confederaciones. Otro de los méritos de esta obra radica en su afán desmitificador pues el autor cuestiona varios tópicos asentados en la historiografía española. Uno de ellos es la imposibilidad de una participación política libre durante la Dictadura, represiva con todos, tanto trabajadores como empresarios. Otro, la creencia de que apenas había dos familias políticas en lucha, la nacionalsindicalista de la Falange y los tecnócratas, muchas veces relacionados con la derecha más radical. Deja ver este libro, por todas las razones colocadas, el buen estado de salud de la historia agraria española.

Ignacio García-Pereda
Faculdade de Ciências da Universidade de Lisboa - Centro Interuniversitário de História das Ciências e da Tecnologia (FCUL-CIUHCT)
igpereda@fc.ul.pt